martes, 8 de enero de 2019

ARA San Juan: Un kelper integró el grupo de búsqueda


Un kelper integró el equipo oceánico que halló al submarino ARA San Juan

Se trata del arqueólogo marítimo Mensun Bound, nacido en las islas Malvinas, que formó parte del equipo a bordo del Seabed Constructor, el barco que realizó la búsqueda del submarino ARA San Juan.







Entrevistado por el semanario Penguin News, el arqueólogo marítimo nacido en las islas Malvinas, Mensun Bound, destacó el trabajo realizado en la reciente búsqueda del submarino ARA San Juan, remarcando que “todo lo que queríamos hacer, y de hecho casi se sentía como un deber, era encontrar ese submarino y brindar algún alivio a las familias”.

“Nada más importaba, ciertamente no la política. Nunca he conocido un proyecto con tal sentido de propósito”, dijo Mensun.

El arqueólogo marítimo fue uno de los integrantes del equipo a bordo del Seabed Constructor, el barco que realizó la búsqueda del submarino, y cuando se le preguntó si las autoridades argentinas sabían que había un isleño a bordo, dijo que pensaba que no.

“Se decidió de entrada que el tema de mi nacionalidad no se plantearía, ya que era una misión muy sensible y nadie, y menos yo, quería distracciones políticas, aunque si me hubieran preguntado yo había resuelto ser franco al respecto. Pero nadie preguntó”, dijo.

En cualquier caso, continuó, “estábamos en aguas internacionales, de modo que, hablando estrictamente, no tenía ninguna importancia. No era un momento para la política”.

“Había, por supuesto, un acuerdo financiero entre la empresa y el gobierno argentino, pero todos nosotros a bordo vimos una misión humanitaria. Mucha gente murió en circunstancias horribles que, de un día para el otro, sumió a sus familias en un dolor de muerte, madres y padres, hijos e hijas, hermanos y hermanas, esposos ...”, agregó

Bound recordó que “había representantes de la familias a bordo con nosotros y cuando te sientas junto a ellos para comer todos los días, o pasamos horas con ellos observando el fondo del mar, llegas a conocerlos muy bien”.

“Un hombre había perdido a un hijo que tenía la misma edad que uno de mis hijos. No pude menos que sentirme conmovido cuando habló de su pérdida. Con el Seabed Constructor teníamos por lejos el mejor barco del mundo [en su especialidad] y todo lo que queríamos hacer, de hecho casi se sentía como un deber, era encontrar ese submarino y brindar algún alivio a las familias”, remarcó.

Para el especialista “nada más importaba, ciertamente no la política. Nunca he conocido un proyecto con tal sentido de propósito”, insistió.


Crítica Sur

domingo, 6 de enero de 2019

Operación Mikado: Destrucción y asesinatos fallidos en Río Grande (1/2)

Nombre en clave Operación Mikado

Parte I | Parte II


Weapons and Warfare



Aviones de transporte nocturno de Hércules C130K de la RAF



 El 26 de mayo de 1982, tres hombres con ropa civil adquirida apresuradamente dieron una conferencia de prensa a los medios de comunicación del mundo en una sala de recepción en la embajada británica en la capital chilena, Santiago. Los tres eran la tripulación de un 846 Naval Air Squadron Westland Sea King HC. 4 helicópteros (número de serie ZA290 y VC codificado) que operaban desde el portaaviones HMS Invincible.

Unos días antes habían aterrizado cerca de la pequeña ciudad costera de Punta Arenas, en el extremo sur de Chile. 1 Leyendo de una declaración preparada, uno de los hombres, el piloto de Royal Marine, el teniente Richard Hutchings, explicó que su helicóptero había desarrollado una falla mientras estaba en una patrulla de rutina, lo que lo obligó a desviarse a Chile. Sin embargo, ni una palabra de la declaración fue cierta.

Justo después de las 11.00 horas del 4 de mayo de 1982, un misil Exocet golpeó y hundió al destructor Tipo 42 HMS Sheffield. El ataque envió ondas de choque a través de la Fuerza de Tarea. Si alguno de los dos portaaviones británicos, Hermes o Invencible, sufriera una suerte similar, la recuperación de las Islas Falkland sería mucho más difícil, si no imposible. Pronto se descubrió que Argentina poseía al menos tres más de los misiles mortales. Habría que hacer algo para eliminar lo que ahora se consideraba la mayor amenaza para toda la expedición. Con el nombre de la Operación Mikado, la solución propuesta fue volar dos aviones RAF Lockheed C-130 Hércules, cargados con unos cincuenta y cinco efectivos de SAS fuertemente armados, y aterrizarlos directamente en la pista de aterrizaje de la base aérea de Río Grande en el sur de Argentina Región de fuego. La inteligencia sugirió que este aeródromo era el hogar de los Super Étendards equipados con Exocet de la armada aérea argentina.

Una vez en tierra, las tropas británicas destruirían los aviones enemigos y los misiles Exocet que encontraron. Los soldados del SAS que sobrevivieron al asalto luego se dirigieron a pie al vecino Chile. Aunque técnicamente neutral, la larga enemistad de Chile con Argentina significaba que la primera estaba ayudando en secreto al esfuerzo de guerra británico.

Quizás no sorprendentemente, cuando el comandante, el brigadier Peter de la Billiere, presentó el plan a los hombres del SAS, muchos lo calificaron de inmediato como "Operación de muerte segura". Y cuando el primer oficial de SAS elegido para liderar el asalto señaló que Mikado era efectivamente una misión suicida, fue reemplazado de inmediato. Sin embargo, y pese a los enormes riesgos políticos de emprender una acción militar directa contra el territorio continental argentino, se juzgó que la amenaza a la Fuerza de Tarea de los Exocets superaba los inconvenientes. La operación recibió luz verde.


helicoptero Westland Sea King HC. 4
Pero si Mikado tuviera la más mínima posibilidad de éxito, tendría que llevarse a cabo un reconocimiento visual inicial del terreno en Río Grande, sobre todo para confirmar que los Super Étendards se basaban en ellos y medir la fuerza de las defensas. en la base aérea. Con ese fin, se ideó la operación Plum Duff, algo excéntrica.

Esto implicaría un helicóptero Sea King de la Fuerza de Tarea que realiza un vuelo peligroso de largo alcance a través del Atlántico Sur hasta Tierra del Fuego con una patrulla SAS de nueve hombres. Una vez que aterrizaron, su tarea era establecer un puesto de observación encubierto y monitorear la actividad en la base aérea de Río Grande, enviando información por radio a los comandantes británicos. Si se presentaba la oportunidad, la patrulla SAS iba a destruir a los Super Étendards.

Sería una misión de una sola vía para la tripulación del Sea King ya que el helicóptero no podría llevar suficiente combustible para regresar al Grupo de trabajo. Una vez que dejaron el equipo de SAS, volarían a Chile neutral y, después de ocultarse durante una semana para ocultar el verdadero propósito de su misión, se entregarían a las autoridades chilenas.

Con los aterrizajes planeados de las fuerzas británicas en las Malvinas para retomar las islas programadas para el 21 de mayo, período durante el cual los barcos británicos serían más vulnerables al ataque de Exocet, no había tiempo que perder.

Se pidió a los voluntarios que volaran el SAS. El teniente Richard Hutchings RM se adelantó. Una vez elegido, el teniente Alan Bennett (conocido como "Wiggy") y el líder de la tripulación aérea Pete Imrie completaron su tripulación.

Los peligros que enfrentaban los hombres eran enormes. La Fuerza Aérea Argentina tenía un escuadrón de aviones de combate Mirage estacionados en el sur del país, listo para interceptar a cualquier intruso, así como numerosos cañones antiaéreos controlados por radar. Las distancias involucradas también fueron enormes. Por lo tanto, obtener un Sea King completamente cargado en el área objetivo presentaría un desafío formidable.

También le quedó claro a Hutchings que el propio equipo de SAS estaba profundamente dividido sobre la viabilidad de Plum Duff. "A medida que pasaba el tiempo", revela Hutchings, "se hizo evidente que había cierta inquietud dentro del equipo sobre aspectos de la misión. Habiendo escuchado una serie de desacuerdos que me preocuparon, sentí que antes de partir tenía que compartir mis observaciones con el Capitán "A" [primer nombre Andy, el oficial de SAS al mando de la misión] y el Capitán de HMS Invincible en cuanto a su aparente inquietud. "No pude evitar pensar que la operación estaba destinada a tener un comienzo poco propicio".

Bajo el manto de la oscuridad, y protegido por una pantalla de buques de guerra escoltantes, el HMS Invincible, escoltado por la fragata Tipo 22, el HMS Broadsword, había navegado hacia el oeste y tan cerca de la costa sudamericana como su capitán se atrevió. Apenas quince minutos después de la medianoche del 18 de mayo de 1982, con los soldados del SAS embarcados, el Sea King se levantó de la cubierta de vuelo y desapareció en la noche sin luna.

Volando a una altura de poco más de cincuenta pies para evitar la detección del radar, el vuelo transcurrió sin incidentes. Pero a medida que se acercaban a la costa irregular de Tierra del Fuego, las cosas empezaron a ir mal. La niebla espesa comenzó a acercarse. Incluso con la ayuda de sus gafas de visión nocturna, la navegación en la oscuridad se volvió difícil. Entonces, de repente, una luz brillante iluminó el cielo a unos kilómetros por delante de ellos.

"Inicialmente incapaz de distinguir su forma, continué volando en el mismo rumbo, pero reduje la aeronave a sesenta nudos", recordó Hutchings. “Cuando aproximadamente a cuatro millas de distancia me di cuenta, para mi horror, que la luz era una llama larga, una llamarada que ardía desde el extremo de una torre en una plataforma de gas exploratoria; Nos habíamos tropezado con un campo de gas en alta mar argentino ".

Se requería un desvío para evitar ser visto por aquellos en la plataforma, lo que reduciría aún más su combustible cada vez más reducido. Siguió más mala suerte, y cuando el helicóptero llegó a tierra, la niebla había empeorado considerablemente.

"La visibilidad se deterioró rápidamente con cada milla que pasaba", continuó Hutchings. "Sabía que no pasaría mucho tiempo antes de que se me agotaran las referencias visuales externas para volar el avión". Subir el avión por encima de la capa de niebla nos habría expuesto a la detección por el radar que se sabe está en Río Grande y, por lo tanto, no era una opción. Quedando rápidamente sin ideas y opciones, aterricé la aeronave con la certeza de que sería mi última oportunidad para hacer un aterrizaje seguro mientras mantengo el control total "

viernes, 4 de enero de 2019

HMS Clio (1807), vector de la usurpación

HMS Clio (1807)



Historia


Botado en los astilleros Betts, en Mistleythorn, el 10 de enero de 1807, el siguiente año participó de la toma de Tórshavn, capital de las Islas Feroe.

Entre el 30 de abril de 1830 y el 17 de junio de 1833 estuvo bajo el mando del comandante John James Onslow y destinada a la estación naval de Sudamérica con base en Río de Janeiro, Brasil.





Guerras napoleónicas

En febrero de 1807, el comandante Thomas Folliott Baugh la encargó y la llevó a la estación de Leith en el Mar del Norte. Aquí logró ganar varios premios, pero no hasta 1808.

El primero parece haber sido el maestro Helyra, Hook, de Bergen, que Clio envió a Leith en julio. Luego, el 21 de septiembre de 1808, mientras navegaba por Fleckoro, Clio capturó a un pequeño corsario danés armado con seis cañones y con una tripulación de once hombres. El buque capturado llegó a Leith el 12 de octubre.

El 7 de diciembre ella capturó el Vrouw Heltya.

El 30 de marzo de 1808, durante la guerra de cañoneras, Clio entró en Tórshavn, la capital de las Islas Feroe, y capturó brevemente el fuerte en Skansin. El fuerte se rindió sin disparar un tiro cuando el grupo de aterrizaje se acercó. El grupo de aterrizaje disparó los ocho cañones de 18 libras del fuerte y tomó todos los cañones y armas más pequeños antes de irse. Poco después, el 6 de mayo, un corsario alemán que había asumido el nombre de "Baron von Hompesch" saqueó la ciudad indefensa y se apoderó de la propiedad del monopolio de la corona danesa. El Tribunal del Premio del Almirantazgo, sin embargo, se negó a condenarlo como un premio legal. Más tarde, después del caso Jørgen Jørgensen (véase también HMS Talbot), Gran Bretaña declaró a los feroeses, los islandeses y los colonos en Groenlandia como "amigos extraños" que debían quedar en paz.

Después de esta aventura, Clio capturó algunos barcos daneses más. El 10 de agosto ella capturó el Vrou Sophia. El 1 de septiembre ella capturó a Junge Jacob y Wilhelmina Frederica. El 21 de septiembre capturó a dos más, nombres desconocidos, que envió a Gotemburgo.

Más pequeños premios siguieron en 1809. El 23 de febrero de 1809, Clio tomó cinco buques daneses. Otra cuenta la tiene capturando a siete corsarios daneses y llegando a Whitby con uno de ellos el 26 de febrero.

Detuvo una embarcación estadounidense que navegaba desde Hambro a Petersburgo y la envió a Leith, donde llegó la embarcación el 23 de mayo. El 7 de septiembre, ella capturó el galliot danés Providentia y el 14 de septiembre la especulación de balandra. El 7 de noviembre, con Childers en compañía, capturó la goleta danesa No. 32. Luego, el 15 y 16 de noviembre, capturó los buques daneses Three Children, Perlin, St Ola y Fine Smaakin. Uno de estos pudo haber sido el barco que llegó a Leith el 17. Dos barcos daneses más llegaron a Leith el 5 de diciembre.

Baugh fue promovida a Postcapitán el 21 de octubre de 1810. Mientras estuvo temporalmente bajo el mando del Teniente M.J. Popplewell (actuando), ella capturó el Henrietta el 3 de diciembre. Ese mismo día ella estaba en compañía cuando Pyramus capturó el barco danés Fanoe.

El reemplazo de Baugh fue el comandante William Farrington. Él también capturó pequeños premios. El 12 de marzo de 1811, Clio, con Egeria en compañía, capturó al bergantín danés Krabbes Minde. Luego, el 5 de mayo, ella capturó la goleta danesa de la Corona Nº 51. El 11 de mayo, dos barcos daneses llegaron a Leith que la fragata Alexandria y Clio habían capturado.

Desconocido para los británicos, el capitán danés Hans Peter Holm había regresado a Egersund (suroeste de Noruega) con Lolland y otras cuatro brigadas. El 1 de mayo de 1811, los británicos enviaron cuatro barcos de Clio, Belette y Cherokee al extremo occidental del sonido, esperando capturar algunos envíos o hacer otras travesuras. Las circunstancias de la localidad y el viento no permitieron que los bergantines daneses entraran en el sonido desde el otro extremo, pero Holm envió los barcos de los barcos daneses al mando del teniente Niels Gerhardt Langemach, hasta el sonido para oponerse a los británicos. Algunos de los daneses aterrizaron para establecer una emboscada desde los acantilados, mientras que los botes armados estaban escondidos detrás de un skerry. Cuando los británicos remaron audazmente, se encontraron con un inesperado fuego de obuses y mosquetes; Inmediatamente se retiraron, con los barcos daneses en persecución. Los daneses capturaron uno de los barcos británicos y su tripulación de un oficial y 17 hombres, que habían venido de Belette, y habrían capturado más, pero por la confusión que causó la explosión de un barril de pólvora en uno de los barcos daneses. Esto permitió a los barcos británicos restantes llegar a la protección de su escuadrón.

La principal ocupación de Clio era escoltar convoyes desde y hacia el Báltico. Aún así, el 12 de abril de 1812, Clio y Ethalion capturaron el Opsloe. Clio también estaba a la vista cuando Ethalion capturó a Unitas y Gunilde Maria ese mismo día. El 25 de septiembre ella estaba en compañía, junto con el brigador Brigzador, cuando Hamadryad recapturó la Expedición Galliot.

El 7 de octubre, Clio capturó la balandra danesa Sorenen. Aproximadamente una semana después, el 13 o 14 de octubre de 1812 en el Báltico, frente a Hermeren, los barcos de Clio y Hamdryad capturaron al soldado francés Pilotin, que llevaba cuatro carronadas de 12 libras y tenía una tripulación de 31 hombres. Tres lugers daneses, cada uno con dos pistolas, salieron de Rødby para apoyar a Pilotin, pero se retiraron cuando los barcos británicos avanzaron hacia ellos. [30] El mismo día recapturaron la goleta sueca Johannes.

El 23 de octubre, Clio, Oberon y Chanticleer detuvieron a Jonge Henrick. Al día siguiente, Clio y Oberon capturaron al corsario danés Wegvusende. Los mismos buques también participaron en la captura del corsario Stafeten el 24 de diciembre.

El 17 de noviembre, Clio capturó la embarcación holandesa Hoffnung y tres días después la gallega danesa Cecilia. Ella capturó a otro galliot danés, el Dorothea Elizabeth, el 9 de diciembre. [33] Ella también capturó el Gode Hensight el 2 de diciembre. El 27 de diciembre, un tercer galliot cayó presa: el Oprigtig Wenskab.

El 2 de febrero de 1813 capturó la balandra danesa Junge Jacob, de y de Bergen. Llegó a Aberdeen el 9 de febrero. Junge Jacob había estado navegando desde el norte de Bergen hasta el Mediterráneo.

La captura de otro corsario puntuó las capturas de mercantes. Clio envió a Leith un pequeño cortador de corsarios danés de tres (o cuatro) armas y 22 hombres que ella había tomado el 22 de octubre frente a Hiteroe. El corsario aún no había capturado nada.

De la posguerra

Desde 1816 hasta 1822, Clio estuvo en Chatham, primero en ordinario y luego en mar. En febrero de 1823 fue comisionada por el comandante Charles Strangways para el Nore.

Desde 1826 hasta principios de 1827, su capitán fue el comandante Robert Aitchinson y realizó patrullas contra el contrabando en el Mar del Norte. Luego, en abril de 1827, el comandante Robert Deans tomó el mando. [1] Clio estuvo en el Nore y desde 1828 hasta 1829 en Cork. Entre diciembre de 1829 y julio de 1830, ella estaba en Plymouth siendo instalada como balandra de un barco.

Del 30 de abril de 1830 al 17 de junio de 1833, Clio estuvo bajo el mando del comandante John James Onslow. Alrededor del 19 de julio de 1830, navegó a Sudamérica y el 15 de diciembre se encontraba en Río de Janeiro.


Malvinas

A fines de 1832 fue enviada por el comandante de la estación naval de Sudamérica almirante Sir Thomas Baker a hacer tomar las Islas Malvinas.


Islas Malvinas (mapa francés de 1833).

El 2 de enero de 1833 se presentó en las islas. El comandante argentino José María Pinedo, al mando de la goleta de 9 cañones1​ Sarandí envió a dos de sus oficiales a la Clio para conocer sus intenciones. El comandante John James Onslow por toda respuesta acompañó personalmente a los oficiales argentinos a su buque, donde transmitió a Pinedo sus instrucciones, esto es, tomar el control de las islas, y le dio veinticuatro horas para arriar la bandera argentina y proceder a la evacuación. Pinedo protestó a lo que Onslow simplemente respondió que le enviaría sus instrucciones por escrito.

El jefe de la Sarandí consideró que toda resistencia sería vana y se limitó a dejar al colono Juan Simón como comandante provisional. El pabellón argentino fue arriado por un oficial inglés que lo hizo llegar a la Sarandí, donde Pinedo había ya embarcado todas sus fuerzas.

Dos días después la Sarandí abandonó las islas, llevándose a los soldados argentinos, los convictos de la colonia penal de San Carlos y algunos, pero no la totalidad, de los pobladores argentinos. Arribó a Buenos Aires el 15 de enero de 1834, donde Pinedo fue sumariado por no resistirse de manera apropiada a la usurpación.

Asia

El 24 de mayo de 1839 asumió el mando el comandante Stephen Greville Fremantle, continuando estacionada en el Atlántico Sur. En 1841 recibió el mando de la nave el comandante Edward Norwich Troubridge, y fue destinada a la estación naval británica de las Indias Orientales, participando de las operaciones de la primera guerra Anglo-China, la llamada Guerra del Opio.

El 30 de diciembre de 1842 fue puesta al mando del comandante James Fitzjames, continuando sus operaciones en el área de las Indias Orientales hasta su baja del servicio en el año 1845 en Portsmouth.

En julio de 1833, Clio estaba en Portsmouth para ser instalado nuevamente como brigada de 16 cañones. En 1835, se encontraba en Portsmouth para ser reparada, pero el 2 de agosto ya estaba en Lisboa, de camino con un pequeño escuadrón para que Gambia resolviera algunos disturbios en la zona. Ella estaba en Gambia el 2 de septiembre y luego navegó para unirse a Stag y Tweed. En noviembre, Clio estaba en la costa sur de España. Navegó a Tarragona en junio de 1836. El 18 de mayo de 1839 estaba en Portsmouth.

Hydra llevó a Lily a Portsmouth el 23 de mayo de 1839 para que se le pagara. El comandante Deare y casi todos sus oficiales fueron transferidos de Clio para recomendar a Lily. El comandante Stephen Grenville Fremantle fue designado para hacerse cargo de Clio.

Clio navegó a Sudamérica en mayo de 1839 y estuvo en Río Plata el 13 de enero de 1841. Pasó la mayor parte del año navegando desde Montevideo y Río de Janeiro. El 27 de junio capturó al esclavo Félix Vincedor; el dinero del premio se pagó el 31 de agosto de 1844. El 12 de mayo, un barco bajo el mando del teniente Cox, con 12 hombres, capturó a un esclavista en las islas Piumas con 300 esclavos a bordo. Sin embargo, unos siete barcos con una docena de hombres se separaron y volvieron a capturar al esclavo, quemándolo después de haber aterrizado a los esclavos. [39] Una semana más tarde, mientras Cox llevaba agua a Campos, algunos de los esclavistas lo llevaron a él y a otros hombres como prisioneros después de herir a cuatro marineros. Poco después, los brasileños liberaron a sus cautivos británicos. [40] A finales de septiembre, dejó la bahía de Simón hacia las Indias Orientales. El 6 de noviembre, Fremantle fue ascendido a Capitán interino y nombrado para Southampton. El nuevo capitán de Clio fue el comandante Edward Norwich Troubridge.

Guerra del Opio

A fines de 1841, Clio navegó a China para la Primera Guerra del Opio. El 12 de diciembre de 1841 golpeó una roca (Clio Rock), justo al oeste de la isla Pak-Leak, cerca de Macao.

El 13 de junio de 1842, Clio fondó frente a Woosung. El 16 de junio, después de que las defensas en la desembocadura del río sonaran y se mantuvieran a flote, los británicos bombardearon las obras en ambos lados del río como parte del comienzo de las operaciones contra Shanghai. Luego participó en la expedición por el río Yangtze, hasta el final de las hostilidades y la firma del Tratado de Nanking el 29 de agosto. El reemplazo de Troubridge como capitán de Clio desde el 30 de diciembre de 1842 fue el comandante James Fitzjames.


miércoles, 2 de enero de 2019

Helicóptero ligero: Aérospatiale SA-341/342 Gazelle


Aérospatiale SA-341/342 Gazelle



Un SA 342M Gazelle de la Aviación Ligera del Ejército de Tierra Francés.


TipoHelicóptero utilitario / de ataque
Fabricantes Aérospatiale
Westland Aircraft
y fabricado bajo licencia por:
SOKO
ABHC
Primer vuelo7 de abril de 1967
Introducido1973
EstadoEn servicio
Usuario Ejército de Tierra Francés
Usuarios principales Ejército Británico
Fuerza Aérea Serbia
Fuerza Aérea Libanesa
Desarrollo delAérospatiale Alouette III



El Gazelle (‘gacela’ en francés) es un helicóptero ligero polivalente de estructura metálica concebido en la segunda mitad de los años 1960 por Sud Aviation y producido en serie a principio de los años de 1970 por la Société Nationale Industrielle Aérospatiale (SNIAS o Aérospatiale) en colaboración con Westland Helicopters (Reino Unido). Dio origen a dos versiones comerciales principales (nomenclaturas SA 341 y SA 342). Aunque la mayor parte de su producción fue destinada a ejércitos nacionales (Francia, Ecuador, Marruecos, Reino Unido, Yugoslavia, Egipto, Kuwait, Irak etc.) ya que esa era su misión principal. También gozó de cierto éxito en el ámbito civil. A pesar de su antigüedad, esta aeronave sigue constituyendo la principal fuerza de helicópteros de combate de muchos países.


Características tecnológicas

Este aparato, concebido para reemplazar a los Alouette II, integra muchos avances tecnológicos siendo el primero en utilizar un Fenestron en lugar del rotor antipar tradicional. Fue el primer helicóptero habilitado en vuelo mono-piloto en Cat I (condiciones meteorológicas) en 1975 en su versión SA 341G. Por otra parte, la célula está construida con estructura en "sándwich" compuesta de carbono alveolado en forma de panal entre dos placas de aleación ligera. El rotor principal está equipado por tres palas principales "flexibles", proporcionando a los pasajeros comodidad frente a las vibraciones. Además, el tren de aterrizaje no está equipado de amortiguadores, lo que suprime el riesgo de entrar en resonancia; este fenómeno volvía incontrolables ciertos helicópteros derribándolos. Finalmente, el Gazelle aporta una gran ventaja en mantenimiento avanzado (operaciones simples de mantenimiento efectuadas por los mecánicos antes o después del vuelo), lo que permite grandes reducciones en el tiempo de inmovilización (El mantenimiento de un Alouette II o III al regreso de una misión toma una hora, contra 30 minutos para un Gazelle), de costos de mantenimiento y un aumento en la fiabilidad.



Especificaciones (SA 341)


Referencia datos: Airplane Magazine Vol 1 nº6

Características generales

Tripulación: 2
Capacidad: 3 pasajeros
Longitud: 11,97 m
Diámetro rotor principal: 10,5 m
Altura: 3,15 m
Área circular: 86,5 m²
Peso vacío: 908 kg
Peso cargado: 1.800 kg
Planta motriz: 1× turboeje Turbomeca Astazou IIIA.
Potencia: 440 kW (607 HP; 598 CV)
Hélices: Rotor principal de tres palas y rotor de cola tipo Fenestron

Rendimiento

Velocidad máxima operativa (Vno): 310 km/h (193 MPH; 167 kt)
Velocidad crucero (Vc): 264 km/h (164 MPH; 143 kt)
Alcance: 670 km (362 nmi; 416 mi)
Techo de vuelo: 5 000 m (16 404 ft)
Régimen de ascenso: 9 m/s (1 772 ft/min)






lunes, 31 de diciembre de 2018

¿Rosas quiso entregar Malvinas a cambio de saldar la deuda con los Barings?

¿Intentó Juan Manuel de Rosas cancelar la deuda externa a cambio de las Islas Malvinas? 

De acuerdo a documentación que se guarda en archivos locales como de Gran Bretaña, Rosas puso en la mesa de negociaciones la cuestión Malvinas y la posibilidad de cancelar la deuda con los tenedores a cambio de entregarles las islas a los ingleses ¿Fue estrategia política para forzar el reconocimiento de la soberanía o existió la voluntad de hacer un canje?

Por Adrián Pignatelli |  Infobae


 
Bono de la Baring Brothers

La magnitud del proyecto justificaba solicitar el préstamo. Era fines de 1822 y el gobierno de Martín Rodríguez con su poderoso ministro Bernardino Rivadavia tenía pensado construir un nuevo puerto, instalar un sistema de aguas corrientes y promover la colonización de la campaña a través de la fundación de pueblos, tanto en el interior como en la costa que va de Buenos Aires a Patagones, donde se proyectaban tres nuevas ciudades.

Para ello, en noviembre de ese año la Sala de Representantes aprobó una ley autorizando al gobernador de la provincia de Buenos Aires a contratar un empréstito al exterior. Las tratativas tuvieron lugar en 1824 y se eligió a la Baring Brothers, una casa de banqueros ingleses a los que se les solicitó la suma de 5.000.000 pesos fuertes que equivalían a 1.000.000 de libras esterlinas. Se presentaron tierras públicas como garantía.

El empréstito se colocó al 85% y se recibió el 70%. La diferencia quedó en los bolsillos de los intermediarios. Y además la Baring retuvo una garantía adicional de 120 mil libras correspondiente a dos años de intereses y 10 mil libras por gastos y comisiones. Del millón de libras acordados, sólo llegarían 560 mil. Y como era dificultoso el envío de dinero, se hizo a través de letras de cambio girada contra casas comerciales en Buenos Aires, algunas de las cuales pertenecían a la propia Baring Brothers.

El capital recibido fue gastado en la guerra con el Brasil. Las dificultades para hacer frente a los intereses llevó al ministro de Hacienda, en 1828, a vender las fragatas Asia y Congreso para cubrir los dividendos vencidos. El proyecto del puerto y los pueblos ya eran un viejo recuerdo.

"El gobierno nunca olvida el pago de la deuda"

El 3 de enero de 1833 los ingleses usurparon las Malvinas con el ataque de la corbeta de la marina británica HMS Clio al mando del capitán Onslow.

Le cupo a Manuel Moreno, ministro plenipotenciario, elaborar lo que sería el primer alegato en defensa de la soberanía argentina. Moreno era el hermano menor de Mariano, el secretario de la Primera Junta. Era político, médico graduado en la Universidad de Maryland y docente de Química en la Universidad de Buenos Aires. En 1828 fue nombrado embajador en Gran Bretaña; en 1835 cumplió idénticas funciones en Estados Unidos y volvió como embajador en las islas británicas de 1838 hasta la caída de Rosas.

Él fue el responsable de la primera protesta argentina contra la usurpación. Fue elaborada el 17 de junio de ese mismo año y su destinatario fue el vizconde Palmerston, Secretario Principal de Estado para los Asuntos Extranjeros.

 
Juan Manuel de Rosas

En 1835 Juan Manuel de Rosas asumió su segundo período como gobernador y responsable de las relaciones exteriores del país. Era apoyado por el sector terrateniente y estanciero al que pertenecía, poseía un gran predicamento en las clases populares y gobernó con mano dura y orden en un sistema sin Constitución.

A través de la Ley de Aduanas, que comenzó a aplicar en 1836, protegía tantos las manufacturas locales y la materia prima y gravaba aquellos que venían del exterior. Esto permitió engrosar las arcas de la aduana, manejada por Buenos Aires y también girar fondos a las provincias.

Al comienzo de su segundo mandato, Rosas debió enfrentar la presión de los tenedores de bonos por cobrar sus dividendos. En el mensaje a la Sala de Representantes de 1835 aclaró que "el gobierno nunca olvida el pago de la deuda extranjera, pero es bien manifiesto que al presente nada se puede hacer por ella".

 
Decreto por el pago de la deuda

Rosas dejó pasar dos años para volver a explicar, con igual tenor, que "tantas y tan múltiples atenciones pesa sobre el gobierno la dificultad de sus compromisos en el empréstito de Inglaterra… el gobierno desea con vehemencia arribar a una transacción, que en si misma presente la posibilidad de su exacto cumplimiento. Para conseguirlo no omitirá ninguno de los medios que se le sugieran su razón y prudencia".

 
El pago de 5 mil pesos metálicos mensuales por la deuda con Londres

En 1838 Rosas, con la excusa de las arcas públicas vacías, había aumentado los derechos de importación de productos que hubieran sido transbordados en Montevideo. Esta medida perjudicaba a Francia, que tenía al puerto oriental como un punto central de su comercio en esta región. El gobierno francés protestó. El vicecónsul francés Aimé Roger buscó el pretexto para presionar con las armas. Aduciendo que Rosas se negaba a exceptuar a los súbditos franceses del servicio militar y del encarcelamiento de ciudadanos de ese país acusados de espías, una flota francesa al mando del almirante Luis Francisco Le Blanc bloqueó el Río de la Plata.

Nuevamente, Rosas fundamentó que no tenía medios para pagar porque el bloqueo perjudicaba económicamente a la Confederación y propuso el arbitraje de Inglaterra para solucionar el conflicto. Dividir para reinar.

Explorar con sagacidad

Y en este punto los historiadores no se ponen de acuerdo. De acuerdo a documentación que se guarda en archivos locales como de Gran Bretaña, Rosas puso en la mesa de negociaciones la cuestión Malvinas y la posibilidad de cancelar la deuda con los tenedores a cambio de entregarles las islas a los ingleses.

El 21 de noviembre de 1838, el embajador Manuel Moreno recibió la siguiente instrucción del todopoderoso gobernador bonaerense. "Insistir así que se le presente la ocasión en el reclamo respecto de la ocupación de las Islas Malvinas, y entonces explotará con sagacidad sin que se pueda trascender ser idea de este gobierno, si habría disposición en el de S.M.B.A hacer lugar a una transacción pecuniaria, que sería cancelar la deuda pendiente del empréstito argentino". Y que les aclare a los tenedores de bonos que hasta que no se levante el bloqueo francés, no iba a poder pagarles.

 
Manuel Moreno, embajador y figura clave en las negociaciones

¿Qué buscaba en realidad Rosas? Nunca lo aclaró. Si los ingleses aceptaban este suerte de canje, estarían reconociendo tácitamente la soberanía argentina sobre el archipiélago. Y el gobernador tendría los argumentos para fundamentar aún más el reclamo. O posiblemente sus intenciones eran las de dejarlas como parte de pago. Eran épocas donde algunas posesiones territoriales se definían con dinero y no por la boca de los cañones: Estados Unidos había comprado Louisiana en 1803, una parte de La Florida en 1819 y Oregón, en 1846.

Pero los ingleses no dieron el brazo a torcer. En marzo de 1842 el secretario para asuntos exteriores inglés, Lord Aberdeen, negó al gobierno argentino derecho a indemnización alguna. "…como definitiva la declaración con que el infrascripto concluyó su nota al señor Moreno de 15 del próximo anterior, repitiendo la determinación del gobierno de S. M. De no permitir que sean infringidos los indultados derechos de la Gran Bretaña sobre las islas".

Falconnet, el enviado

Paralelamente a estas negociaciones, llegó a Buenos Aires un súbdito inglés, napolitano de nacimiento, Francisco de Palacieu Falconnet, enviado por la Baring. Sus instrucciones eran indagar cúal era la voluntad, la capacidad y los recursos del actual gobierno para hacer frente a la deuda y cuáles serían los modos de asegurar su cobro. Tamaña tarea le aguardaba. "Buenos Aires tiene la vergonzosa distinción de no haber hecho nada y no haber propuesto nada en los últimos catorce años, conducente al pago de los dividendos y a la restauración de su crédito", escribió.

En los dos años que Falconnet permaneció en Buenos Aires, estuvo en contacto directo con Manuel Insiarte, ministro de Hacienda a fin de encontrar una forma que el gobierno argentino se pusiese al día con la deuda.

Fue a comienzos de 1843 cuando Felipe Arana, ministro de Relaciones Exteriores de Rosas, instruyó a Moreno y al cónsul argentino en Londres, Jorge Federico Dickson a "demandar al gobierno de S.M.B. una indemnización por el derecho de las Islas Malvinas, y que entre en esta el empréstito y sus rentas vencidas y por vencer bajo el concepto de que en tales arreglos debe intervenir el acomodamiento de los interesados, y que cuanto convenirse y estipularse sobre esto será aquí ratificado con previa autorización de la Sala de Representantes…"

Moreno y Dickson ya venían padeciendo hace tiempo este tipo de negociaciones que no encontraban ningún eco en el gobierno inglés. Terminaron respondiendo que "hallamos tantas dificultades que en verdad nos hacen pensar que aunque la idea de esta transacción es absolutamente justa y razonable en su fondo, no hay al presente ninguna probabilidad de hacerla practicable…".

En esa misma comunicación, Moreno explicaba que el gobierno inglés negaba el reconocimiento argentino de la soberanía y que el volumen de la deuda, con intereses, ascendía a 1.900.000 libras esterlinas. En caso de llegar a un acuerdo, no se haría por esa cifra.

 
Felipe Arana, ministros de Relaciones Exteriores de Rosas

Moreno no se sentía cómodo representando al gobierno de Rosas. En 1841 le escribía a su sobrino: "Los que empezaron la Revolución creyendo generosamente en los destinos de la Patria, nunca se pudieron imaginar, entre los grandes riesgos que tan heroicamente arrostraron, que habían de llegar tiempos de esta especie".

En el mismo sentido Dickson, en una carta a Felipe Arana del 5 de abril de 1843 confirmaba que "no son el tiempo y la circunstancia oportunas para entretener este asunto. En todo caso se verá ser muy difícil convencer a este gobierno del derecho que tiene la República a reclamar indemnización alguna para la cesión de a propiedad que alega en nuestro territorio de las Islas Malvinas…"

Claro que no todos los ingleses eran de la misma opinión. En la Cámara de los Comunes, el diputado Malesworth, a la hora de discutir el presupuesto para las colonias, había dicho: "Vuelven estas miserables islas Falklands donde no se da trigo, donde no crecen árboles, islas batidas por los vientos polares que desde 1841 nos han costado sin beneficio alguno nada menos que 45 mil libras; decididamente soy del parecer que esta inútil posesión se devuelva al gobierno de Buenos Aires".

A comienzos de 1844 Insiarte reiteró ante Falconnet el ofrecimiento de las Islas Malvinas como moneda de canje. Recalcó la soberanía argentina y advertía que su cesión a los prestamistas ingleses era el medio más seguro para cobrar lo adeudado.

Al fin, un cansado Falconnet halló una forma de salir del atolladero. Como la Confederación Argentina le estaba abonando a Francia un monto mensual en concepto de reparaciones de guerra, pidió lo mismo. En carta del 14 de febrero de 1844 se lo propuso al ministro Insiarte: "Para mí será imposible permanecer por más tiempo en esta expectación que nada justifica a los ojos de los que me han honrado con su confianza…", comenzaba la carta; así le fue aprobado el pago de una suma mensual de 5000 pesos fuertes a cuenta de la deuda. Algunos interpretan que así Rosas disminuiría la presión británica.


 
El Bloqueo anglo-francés al Río de la Plata tuvo lugar entre el 2 de agosto de 1845 y el 31 de agosto de 1850. Durante el mismo, las de ambos países cerraron al comercio todos los puertos de la Confederación Argentina

Los pagos comenzaron en mayo de 1845 pero se suspendieron cuando Gran Bretaña comenzó con el bloqueo, junto con los franceses, del Río de la Plata. Vendría el combate de la Vuelta de Obligado y el pragmatismo inglés de resolver el pleito en la mesa de negociaciones. Los pagos se reanudarían en 1849.

En el mensaje a la Sala de Representantes de 1849, Rosas ofreció a la Baring y accionistas del empréstito "a comprar de este gobierno por quince años, como privilegio exclusivo, el derecho de disponer del guano, y explotarlo de todas las islas y costas patagónicas; también el salitre, otras sales, barbilla, yeso, metales y la pesca de anfibios; debiendo entregarse la cantidad que abonasen al Gobierno, en cuanta de pago del empréstito de Inglaterra, y siendo obligación de los empresarios a hacer respetar a nombre del gobierno de la Confederación, el usufructo que por el término que se estipulase les concediera. Debía extenderse la extensión del territorio para ese objeto desde la Bahía Nueva, en los cuarenta y tres grados, hasta el Estrecho de Magallanes, en los cincuenta y tres".

Los ingleses no se hicieron eco de esta propuesta.

A fines de 1849, se firmó el tratado Southern-Arana, que ponía fin a la disputa entre nuestro país y Gran Bretaña. Se llamó "Convención para restablecer las perfectas relaciones de amistad entre la Confederación Argentina y su Majestad Británica". Los ingleses reconocieron la soberanía argentina de los ríos interiores; instaba a nuestro país a solucionar pacíficamente nuestros diferendo con Uruguay y se nos devolvía la flota capturada. Lo curioso es que ese tratado también consignaba la devolución de la isla Martín García, pero ni una palabra sobre las Malvinas. Aunque algunos sospechan de una cláusula secreta, por la que Rosas desistía de continuar reclamando la soberanía.

¿Qué pasó con el famoso empréstito? Se cancelaría 80 años después, en 1904. Haciendo cuentas, el país había pagado 23.700.000 de pesos fuertes de los cinco millones originales.

sábado, 29 de diciembre de 2018

Diplomacia débil: Las 13 derrotas de Malvinas (1/2)

Las 13 derrotas de Malvinas: el Blue Belt del Reino Unido


Por Cesar Lerena (Asesor Proyecto Sur). Es notable el esfuerzo que por complacer las necesidades de los ingleses hacen todos los cancilleres argentinos a costa de nuestro territorio.

PARTE 1: LAS RESERVAS MARÍTIMAS PROTEGIDAS. EL BLUE BELT DEL REINO UNIDO


EL ESCUDO DE PROTECCIÓN BIOLÓGICO DE LAS CAPTURAS BRITÁNICAS




La primera derrota, mal que nos pese, ya todos la conocemos, fue el 14 de junio de 1982 cuando Benjamín Menéndez firmó la rendición de los argentinos en Malvinas. La siguiente decena de derrotas de Argentina son menos conocidas por el común de los ciudadanos y, les ha permitido al Reino Unido ocupar 1.639.900 km2 del mar argentino, mucho más que el archipiélago de Malvinas que solo alcanza a los 11.410 km2, y también, extraer nuestros recursos pesqueros a través de buques extranjeros por valor de 21 mil millones de dólares a la primera venta, un valor que a la comercialización final de entre 63 y 148 mil millones de dólares desde 1976 a la fecha, por lo cual los habitantes de malvinas, tienen uno de los ingresos per cápita más altos del mundo.

La décima tercera derrota de la posguerra se produce con la reciente sanción de las leyes de las “Áreas Marinas Protegidas” Namuncurá-Banco Burdwood (Ley 26.875, 26/8/2013); Namuncurá-Banco Burdwood II y Yaganes (12/12/2018), que someten estos espacios marítimos, sus plataformas y lechos al régimen establecido por la Ley 27.037. Esta iniciativa del P.E.N. fue promovida por entidades ambientalistas, que, sin embargo, nunca cuestionaron la depredación que realiza el Reino Unido en el área de exclusión británica de Malvinas, en la Z.E.E. Argentina y adyacente a esta, por buques pesqueros licenciados por el gobierno ilegal en Malvinas por un volumen de unos 42 millones de toneladas de pescados y moluscos desde 1976 a la fecha, sin computar, los descartes en alta mar y el trabajo esclavo de sus tripulantes, generando, un gravísimo desequilibrio en el ecosistema del mar argentino. Las mismas, bajo un aparente sustento ambientalista le quitaron el pasado 12 de diciembre a la Secretaría de Pesca, Energía y Minería la condición de Autoridad de Aplicación en más de 125.975 km2 vinculados al área de Malvinas, debilitando la posición argentina en el Atlántico Sur y reservándole al Reino Unido los recursos de estas «áreas marinas protegidas» con el que se abastecen los buques licenciados por Malvinas. Llamativo, es el desinterés de aplicar la misma vara, por parte de estas ONGs Ambientalistas en el área de ocupación de facto de las 200 millas marinas -unos 438.000 km- alrededor de Malvinas y otras tantas millas alrededor de Georgias del Sur y Sándwich del Sur y en los 1.900 Km2 ocupados en forma prepotente por el R.U. el 22 de agosto de 1994, al noroeste de Malvinas -el denominado GAP- fuera de la denominada área de exclusión inglesa, una importante área de captura del calamar y, tampoco, en el millón de km2 declarados “reserva ecológica” en forma unilateral por Gran Bretaña. No es necesario que nosotros supongamos los motivos, un tanto obvios, pero son los propios ingleses quienes los develan: el 6 de agosto de 2013 el gobierno ilegal en Malvinas dio la bienvenida al anuncio del establecimiento del área marítima protegida, aunque, claro está, rechazó que la Argentina pudiera tener injerencia en un muy pequeño espacio oriental donde el área Namuncurá-Banco Burdwood alcanza la zona de exclusión bajo su control y, donde la Argentina no podría ejercer control alguno, aunque, es bueno recordarlo, que, con un promedio de dos buques extranjeros apresados por año por la Prefectura en todo el Atlántico Sur es poco probable que haya algún control argentino en estas áreas seleccionadas.

Y la citada reserva no está totalmente dentro del área de exclusión británica por voluntad de Argentina, sino porque Gran Bretaña se ajustó en un todo a la CONVEMAR y separó en una línea imaginaria equidistante las 200 millas marinas, en atención que se considera a nuestras Islas un país ribereño que linda con el nuestro continente por imperio de la referida Convención del Mar, en la que se resguardan los ambientalistas para propiciar éstas y futuras reservas marinas que pretenden alcanzar el 10% del total del Atlántico Sur, lo que ya de por sí, carece de todo rigor científico, porque esa proporcionalidad o la que pudiese fijarse no representa la diversidad biológica, sus procesos reproductivos, etc. ni la interrelación en el ecosistema ni la cadena trófica del Atlántico Sur.

Para diseñar y tomar esta compleja decisión, quienes promovieron esta iniciativa no mantuvieron reuniones de trabajo con los Sindicatos pesqueros ni las Cámaras Empresarias y solo consultaron a cuatro empresas, una noruega, una empresa española y dos empresas asociadas argentino-japonesas, una de las cuales compró en 2015 una empresa japonesa suspendida por operar ilegalmente en Malvinas a través de la firma chilena Emdepes. Por otra parte, los cuatro informes técnicos de merluza negra del INIDEP resultan insuficientes e inespecíficos para establecer el área, de mismo modo, el único papel no oficial referido a la merluza de cola, al igual que la bibliografía inespecífica citada. ¿Tuvieron en cuenta los funcionarios de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable las vedas sobre este territorio del INIDEP? ¿Denunció esta repartición la captura en áreas de veda de juveniles de merluza negra? Todo indica muy poco rigor científico y la falta de acciones podrían tipificarse de incumplimiento de los deberes de funcionario público por falta de protección de la sustentabilidad de los recursos.

Aun así, señores ambientalistas y del Poder Ejecutivo Nacional (en su momento C.F. de Kirchner y ahora Macri) ¿por qué no empezamos por la Zona de Exclusión de Malvinas? ¿Quién fija la estrategia nacional, para que luego los tecnócratas la instrumenten o estamos en manos de estos últimos?

Es más, por si no lo saben, señores políticos, burócratas y ambientalistas actuantes, la Argentina por imperio de la Ley 24.922, sus Artículos 1°; 5° c); 7° a), c), e), g); 9° b), c); 11º; 12º; 17º; 18º, 19º, 21º c), g), h), i), l), n), ñ), o) entre otros incisos; 38º c), d) y e) tiene facultades suficientes para efectuar prohibiciones de exploraciones, extracciones, explotaciones; rendimientos máximos sostenibles; reservas; vedas; paradas de buques y otras medidas relativas a la sustentabilidad biológica y ambiental en toda la Z.E.E. Argentina e, incluso, sobre los recursos migratorios y asociados en el área adyacente a esta, por imperio del artículo 4º. En todo caso, tendrán que plantearle al Subsecretario de Pesca, al Concejo Federal de Pesca -que entre otros funcionarios está integrado por un miembro titular y otro suplente de la Secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable e, igual número de integrantes del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto- o bien podría intervenir con igual objeto el propio secretario y ex Ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable. Les bastaría con dictar una simple Resolución de alcance a todo el Atlántico Sur Argentino para resaltar la vigencia de la ley 24.922 sin necesitar el dictado de ley alguna y ello, lógicamente, alcanzaría también a los importantísimos espacios marinos argentinos ocupados arbitrariamente por el Reino Unido. Toda la explotación del mar argentino debe ser sustentable y no una porción de nuestro territorio marítimo y, más aún, cuando esos espacios son especialmente de interés inglés. El Estado, en cabeza de sus distintas Autoridades de Aplicación en los campos de la Pesca, la Energía, la Minería, la actividad agropecuaria, la industria farmacéutica, química, gastronómica, etc. deben asegurar que todas las prácticas se realicen por sí o a través de las empresas habilitadas, concesionadas, etc. en forma sustentable ambientalmente y también social, laboral y económicamente. Y la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable -que no ha podido resolver ni el saneamiento del Riachuelo- debería auditar que eso ocurra y no lo contrario -poniendo el caballo atrás del carro- de modo que los dos actores principales: el Estado y los ciudadanos, preserven el ambiente y los recursos para la alimentación, generación de energía, etc. para todos los argentinos de hoy y las generaciones futuras. Por ejemplo, poner su energía en evitar los descartes en alta mar nos aseguraría dos millones de raciones diarias para nuestros niños pobres y un espacio marítimo sin contaminaciones y, por citar, solo algunas cuestiones: controlar la ejecución cierta de las vedas o reservas que establece el Consejo Federal Pesquero o los gobiernos del litoral marítimo o, verificar el desembarco de las especies incidentales en la captura del langostino, sería una obra significativamente de mayor importancia cuali-cuantitativa, que declarar estas reservas, que no solo perjudican a las pocas empresas habilitadas que pescan en esa zona -ejerciendo soberanía- sino que benefician a los buques con licencia británica. Estas cuestiones no parecen haber sido tenidas en cuenta por Patricia Gandini y, su premiación de la WWF, se ha debido a su promoción de las nuevas Áreas Marinas Protegidas (AMP) en el mar argentino, pese, a que la propia Presidente Yolanda Kakabadse, de la citada organización Internacional de origen inglés -fundada en 1961 por el británico Gerald Watterson y Sir Peter Scott- da una explicación contraria a la creación de estas reservas cuando nos dice que «el problema no es la disponibilidad del recurso, sino que estamos consumiendo en forma abusiva e irresponsable» (El Heraldo, 19/4/2014) y ello debiera alcanzar en especial a la explotación pesquera a través de licencias -un método absolutamente perimido como la explotación de ganado en pie- que realiza el Reino Unido en Malvinas y, sobre la que no se ha expedido esta organización internacional, tal vez por su propio origen. Sería interesante también conocer que hizo la citada psicóloga Yolanda Kakabadse en su paso como Ministra de Ambiente del Ecuador entre el año 1998 y 2000, bajo el gobierno del luego derrocado Jamil Mahuad, político que abandonó el poder y que prácticamente llevó a la quiebra a Ecuador, desapareció la moneda y la dolarizó y, fue condenado con ocho años de prisión; pero, lo más interesante qué hizo esta Ministra de Ambiente entre 1995 y 2011, donde Petroecuador registró al menos 1.983 derrames de petróleo en la región amazónica, lo cual equivale a un derrame de petróleo cada tres días a lo largo de 17 años (Gudynas Eduardo, Ambiente, Desarrollo y Naturaleza. “Acción y Reacción. Mi amigo el Ministro de Ambiente, 13/05/2009).

Bien, no nos caben más dudas, cuando vemos que el Reino Unido no ha declarado una sola Área Marina Protegida el Atlántico Norte ni el Mar del Norte y, por el contrario, como lo indicó la Embajada Británica en Santiago (GOV.UK, 5/9/2017) en el IV Congreso Internacional de Áreas Marinas Protegidas (AMP), Gran Bretaña lanzó el «Programa Blue Belt» para «proteger unos 4 millones de km2 alrededor de los Territorios Británicos de Ultramar», por considerarse «custodios de la quinta mayor área marina del mundo», cuestión que el propio Ministro de Relaciones Exteriores británico, Sir Alan Duncan -sí, el mismo que firmara el Pacto con Foradori- durante la conferencia “Our Oceans” en 2016 ya había anunciado -que por cierto, organizaciones inglesas, como la WWF internacional apoyan- la designación de AMP alrededor de Santa Helena (444.916km²); Pitcairn (840.000 km²); Isla Ascensión (445.390km²) y Tristán da Cunha (750.510km²). Mencionó también este funcionario que el R.U. declaró anteriormente AMP en el Territorio Británico del Océano Índico (BIOT: 640.000 km2); Georgia del Sur y las Islas Sándwich del Sur (SGSSI, 1 millón de km2 en 2013) y lideró el AMP aprobado en la plataforma sur de las islas Orcadas del Sur, a través de la Convención sobre la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (94.000 km2 en 2009) y que, por cierto, los gobiernos de Argentina se han prestado rápidamente a satisfacer ¿sin necesidad de intervención británica? declarando ya tres AMP, de modo que, junto a otras medidas que se citan en este trabajo, se le preste un escudo biológico -un cinturón azul dicen los ingleses- para asegurar la llegada de recursos como el calamar, merluza común y negra, hoki, polaca, nototenia, bacalao austral y otros que son sustanciales para la economía de la Malvinas usurpada.

En la urgencia por crear estas áreas no descartamos la necesidad del Reino Unido post Brexit y el alineamiento de Donald Trump con su siempre eterna socia en la Unión Europea y, el reinicio de las reuniones de la Comisión Conjunta de Pesca en el Atlántico Sur.

La segunda derrota argentina incluyó tres hechos trascendentes: a) la sesión de los recursos pesqueros por parte del negociador argentino. El diplomático jubilado Lucio García del Solar el 16/17 de agosto de 1989 se reunió a solas en Nueva York con Crispin Tickell de Gran Bretaña. El Embajador inglés le dijo al argentino: «le pedimos que la Argentina reconozca que existe, en la práctica, una FICZ (una zona de exclusión pesquera). No le pedimos al gobierno argentino que diga nada en público, simplemente le pedimos que deje que sigan las cosas». A lo que García del Solar respondió: «…El levantamiento de la zona de protección militar es esencial. La Argentina no está pidiendo el levantamiento de la FICZ (pesca); la zona de protección militar es anacrónica»[1]. Ello, luego sería instrumentado por los funcionarios Caputo, Cavallo, Solá, Ruiz Cerutti, Dadone, Basabe y Otegui, entre otros. Ninguno de ellos experto en pesca. Tanto lo sé, como que Cavallo me bajó del avión bajo el pretexto que en mi condición de Secretario excedía el nivel previsto de los negociadores (¿?); b) La desmalvinización, que se inició durante el proceso militar y continuó con todos los gobiernos democráticos hasta De la Rúa inclusive, aunque luego de este, hubo muchos otros personajes que al calor de la política de entrega y humillación nacional favorecieron los intereses ingleses y, c) los llamados Acuerdos de Madrid, cuya entrega militar y económica bien describe Julio C. González en su libro «Los tratados de Paz por la Guerra de Malvinas» (1998) y en las implicancias pesqueras y territoriales este autor en «Malvinas. Biografía de la Entrega. Pesca la moneda de cambio» (2009) o el propio Felipe Solá en su Biografía «Peronismo, Pampa y Peligro» (pág. 109:115, 2018). En estos acuerdos la propuesta del “paraguas” iniciada por Caputo y refrendada por Cavallo, no hizo otra cosa, que propiciar la formula inglesa, que la Argentina ya había rechazado en febrero de 1981: «congelar las cuestiones de “soberanía” y cooperar en forma conjunta en el desarrollo de Malvinas». La congelación de la soberanía benefició claramente a Gran Bretaña, quien estaba y, está, en posesión de Malvinas y el mar circundante. En un partido de futbol, el que lo congela -el que retiene la pelota- es el que está ganando, no, el que lo va perdiendo.

La tercera derrota argentina. En 1833, las Islas y tres millas marinas a su alrededor estaban en poder del Reino Unido, ello, duró mucho tiempo. En 1982, como producto de la confrontación bélica fueron 150 millas. El 29 de octubre de 1986, efectivizada el 2 de febrero de 1987 a consecuencia del Acuerdo Marco Pesquero con la U.R.S.S. y Bulgaria, firmados por el Canciller Caputo el 28/29 de julio de 1986 con la ingenua pretensión que los buques de esos países pescaran en Malvinas, Gran Bretaña declaró la Zona de Provisional de Conservación y Administración de las Pesquerías, conocida en la Argentina como la “Zona de Exclusión Pesquera”, donde los buques argentinos nunca más pudieron pescar, dando lugar a que el Reino Unido se considerara un país ribereño, en acuerdo a las prescripciones de la Convención de las Naciones Unidas del Derecho del Mar (CONVEMAR). Significó una importantísima derrota en lo territorial y pesquero.

La cuarta derrota argentina fue la sanción el 10 de septiembre de 1991 de la Ley 23.968 sobre “los espacios marítimos” que determinó las líneas de base y abrió el camino a que el Reino Unido delimitara ilegalmente su propia Z.E.E. alrededor de Malvinas, amparada en las regulaciones de la citada CONVEMAR y, a la ratificación por parte de Argentina de esta por Ley 24.543 del 13 de septiembre de 1995. Ambas leyes fueron promovidas por Cavallo. Esta Convención dio motivo a numerosas discusiones políticas y jurídicas, referidas en especial, a su alcance y a la limitación de nuestro mar territorial, que por Ley 17.094 era de 200 millas marinas y por la CONVEMAR se limitó a sólo 12 millas marinas, una zona contigua de 12 millas y la Z.E.E. hasta las 200 millas, además, de la limitación a la plataforma continental a 350 millas, cuando es sabido, que en el área de Malvinas nuestra plataforma supera largamente esas millas. Lo que pudo tratarse de una respuesta reivindicatoria de los países sudamericanos del Atlántico: Argentina (1966), Uruguay y Brasil; del Pacífico: Chile (1952), Perú (1970) y Ecuador; y de Centro América, Santo Domingo (1972); terminó, a nuestro juicio, como una claudicación inaceptable; porque nos redujo la soberanía plena del mar territorial argentino, contrario a la República de Perú que sostuvo su posición y no le ha impedido hasta nuestros días ejercer su soberanía marítima y, nos quitó, gran parte de nuestra Plataforma Continental afectando nuestros intereses soberanos en Malvinas y la Antártida y, a su vez, no dio solución alguna a la intolerable pesca depredadora de nuestros recursos migratorios y asociados, donde la CONVEMAR dejó afuera de los clasificados como “altamente migratorios” al calamar, la merluza y otras especies argentinas, sin que los sucesivos gobiernos argentinos, pese a los años transcurridos, promovieran enmienda alguna, como prevé la CONVEMAR. Y ello, a nuestro juicio, encuentra un único fundamento: el calamar Illex argentinus (su solo nombre científico prueba que es argentino) que migra anualmente a Malvinas y es el sostén principal de los ocupantes de las Islas, pero, también, la interrelación con terceros países.

Cavallo, a poco de llegar al gobierno, tuvo una notoria vocación por promover una pronta relación con Inglaterra, muy deteriorada desde 1982; pero, a nuestro juicio, este arreglo se planteó con un criterio meramente economicista, dejando de lado cuestiones soberanas y, con la opinión de los principales asesores globalizados, que ya tenían posición tomada, y que, en nuestra opinión, habían perdido interés en las posiciones nacionales que consideraban de cabotaje. Es decir, la necesidad de un arreglo urgente hacía prever un arreglo “a cualquier precio”. Y así fue.

En la PARTE 2 hablaremos de las derrotas argentinas 5º a 12º de la posguerra de Malvinas

Es notable el esfuerzo que por complacer las necesidades de los ingleses hacen todos los cancilleres argentinos a costa de nuestro territorio y de los recursos pesqueros y energéticos nacionales. Las llaman «negociaciones distensivas con Gran Bretaña», en verdad se tratan de: «les damos todo lo que pidan, y algo más».

Tal vez todavía, no hemos visto lo peor y, aunque resulte difícil imaginarlo, ante tanta política de desacierto y entrega, es posible esperar nuevos pasos hacia la consolidación inglesa en Malvinas. Esperemos que la cláusula transitoria de nuestra Constitución Nacional no sea sólo un canto ilusorio, de igual modo que la frase «o juremos con gloria morir» de nuestro Himno Nacional.

jueves, 27 de diciembre de 2018

2 Para y sus tanques desde Goose Green a Wireless Ridge

La batalla de Goose Green de 1982 y más allá ...

Weapons and Warfare




4 Scorpions, 4 Scimitars y un Samson fueron a las Malvinas de 3° y 4° Tropa, Escuadrón 'B', The Blues y Royals. Jugaron un papel importante en la recuperación de las islas, ya que eran los únicos blindados que lograron desembarcar.

Coordinación inadecuada de apoyo de fuego y ausencia de un enfoque de todos las armas

El 2 Para se fijó el objetivo totalmente irrazonable de derrotar a un enemigo atrincherado, establecido en profundidad y desplegado en un frente estrecho con campos de fuego despejados, sin posibilidad de sorpresa, prácticamente sin posibilidad de superar a Piaggi y, quizás el más imperdonable de todos, careciendo de todo lo que se acerque al adecuado soporte de fuego. El hecho de que HMS Arrow experimentó dificultades técnicas con su arma principal se puede atribuir simplemente a los caprichos de la guerra: la "fricción" de Clausewitz o la "Ley de Sod", y sin duda los artilleros y técnicos hicieron todo lo que pudieron, aunque, como sucedió, sin éxito. para hacer su arma operativa. Pero la ausencia de apoyo de artillería adecuado en el campo es menos perdonable, a pesar de la pérdida crítica de los helicópteros de carga pesada el 25 de mayo, cuando el error de cargar tantas máquinas de importancia vital en un solo barco de transporte expuso la planificación deficiente en su peor momento. En cuanto a la ausencia de apoyo aéreo hasta las fases finales de la batalla, la RAF no era responsable de esto. Con un mejor clima el 27, los ataques aéreos de Harrier lanzados contra el istmo a petición de Jones podrían haber realizado gran parte del trabajo antes de que 2 Para saliera de su línea de salida temprano a la mañana siguiente, incluso teniendo en cuenta la presencia de cañones antiaéreos. que ya había demostrado su valía en derribar a dos Harriers antes de la batalla. No fue hasta las 1530 horas que tres Harriers aparecieron en el campo de batalla, solo uno de los cuales logró atacar la península al este de Goose Green, pero no logró alcanzar los cañones de 35 mm situados allí. Aún así, su presencia puede haber contribuido a la decisión de los argentinos de rendirse a la mañana siguiente.

Sin embargo, si uno puede justificar la falta de disparos navales o de apoyo aéreo, la lamentable falta de soporte de artillería es menos comprensible, con solo tres cañones de 105 mm disponibles; tan pocos, de hecho, que continuamente cambiaron su fuego de una compañía a la siguiente, según sea necesario. Esto significó, por ejemplo, que aunque la Compañía B necesitaba apoyo contra incendios durante su avance en Boca House, negó a la Compañía el mismo apoyo que Farrar-Hockley necesitaba para romper el punto muerto en su sector hacia el este, que llegó casi exactamente al mismo tiempo. : 1200 hrs. La artillería también gastó una cantidad considerable de municiones en un esfuerzo inútil por disparar contra la batería, cuando la falta de inteligencia sobre la ubicación de las armas argentinas hizo inútil este esfuerzo. La prioridad debió haber sido apoyar a las compañías de rifles, particularmente A y B, aquellos cuyo avance los argentinos resistieron con más éxito. Mientras que los cañones operaron casi continuamente durante la lucha de catorce horas, y dispararon unos 900 proyectiles, dando una velocidad de disparo de aproximadamente uno por minuto, no lograron proporcionar el peso del fuego requerido para mantener el impulso de las tropas. En resumen, un ataque terrestre requiere un apoyo máximo de fuego para ayudar a su avance; incluso, o tal vez especialmente, el soldado ordinario aprecia la solidez de este principio. A pesar de que prevaleció el párrafo 2, el nivel de apoyo contra incendios proporcionado quince días después durante los asaltos a Monte Harriet y Wireless Ridge, en particular, debería haber estado presente en Goose Green. Finalmente, dada la naturaleza plana del terreno, incluso la turba blanda, empapada y empapada podría soportar el peso de los tanques ligeros, pero los cuatro Scorpions y cuatro Scimitars de 3 Commando Brigade no se desplegaron en Goose Green, sorprendentemente.

Operaciones del 12 al 13 de junio: Monte Tumbledown y Wireless Ridge

En la tarde del 12 al 13 de junio se reanudó la ofensiva, con el esfuerzo principal de proceder de la 5 Brigada en el sur contra las defensas de Puerto Argentino, que involucró un ataque del Segundo Batallón de la Guardia Escocesa contra Tumbledown y más al norte, un asalto de 2 para. contra Wireless Ridge. La Artillería Real proporcionaría cinco baterías de armas para apoyar estos esfuerzos, junto con cuatro buques de guerra y los ocho tanques de los Azules y los Reales, que habían cruzado la isla desde San Carlos. Mount Tumbledown constituía una posición muy formidable mantenida por elementos del 5º Batallón de Marines, quizás la unidad más importante que los argentinos poseían en las islas, y representaba el puesto clave en las defensas al oeste de Puerto Argentino. En la evaluación del teniente coronel Scott, comandante del batallón, un ataque a través de las laderas expuestas del sur de la montaña representó un riesgo demasiado grande para sus guardias, por lo que eligió un avance al oeste a lo largo de la cresta de la cumbre sin el beneficio de apoyar el fuego, por lo tanto Asegurando un enfoque lo más tranquilo posible. En la primera fase, una incursión de desviación llevada a cabo a lo largo de la pista Fitzroy-Puerto Argentino precedería a la incautación por parte de una empresa del extremo occidental de la eminencia, mientras que en la segunda fase, otra empresa debía capturar el área alrededor de la cumbre. Por último, una tercera compañía tomaría el extremo oriental.



El desvío comenzó a las 20:30 h, y el avance principal comenzó media hora después en condiciones de congelación. Apoyada por tanques ligeros, la fuerza de desviación involucró a los argentinos durante dos horas, seguida de un éxito limitado por otras subunidades que emplean armas anti- armadura contra la fuerza de desvío que ejerció a los argentinos durante dos horas, seguida de un éxito limitado por otras subunidades que emplean anti -armar armas contra bunkers argentinos; de hecho, a pesar de los esfuerzos de los guardias por usar granadas a una distancia peligrosamente cercana, todavía encontraron que su progreso se mantuvo severamente detenido. Alrededor de las 02.30 horas, los atacantes solicitaron apoyo de artillería para romper el callejón sin salida, y después de varios combates mano a mano, un puñado de hombres finalmente llegó a la cumbre, pero solo después de una lucha de siete horas, con sangrientas bayonetas. Otras compañías hicieron un uso extensivo de sus armas antirretorales Carl Gustav de 84 mm y armas antitanques ligeras. Los combates no cesaron hasta aproximadamente las 8:15 h del 13 de junio, mucho después de la salida del sol, en el curso de la cual los guardias escoceses sufrieron nueve muertos: dos durante el desvío y cinco en el asalto principal, más otros dos de disparos de mortero cuando cayeron proyectiles mientras Los hombres atendían a los heridos. Desde el momento en que salieron de la línea de salida tardaron poco más de once horas para que los guardias arrebataran la cordillera a los argentinos, de los cuales doce fueron hechos prisioneros y tal vez tres veces más muertos. Representó un logro significativo, aunque tomó mucho más tiempo de lo que se había previsto, una circunstancia que seguramente se debe al hecho de que las mejores unidades argentinas se desplegaron allí. Con la caída de Tumbledown fue el rasgo clave en la defensa de Puerto Argentino. Los argentinos evacuaron a sus tropas de Mount William esa noche, dejando solo a Wireless Ridge como la última posición elevada para pararse en el camino de la ofensiva británica.
Alentados por su victoria en Goose Green y la única unidad importante que recibió una segunda oportunidad contra los argentinos, a 2 Para se les asignó la tarea de apoderarse de Wireless Ridge la misma noche que el ataque de la Guardia Escocesa en Tumbledown, del 12 al 13 de junio. . De pie, a 3,2 km (2 millas) al noreste de Tumbledown, Wireless Ridge constituía de hecho dos piezas separadas de terreno elevado, que el teniente coronel David Chaundler decidió atacar desde el norte. Mientras que 2 Para había recibido muy poco apoyo de fuego en Goose Green, estaba previsto todo lo contrario para el ataque contra Wireless Ridge. Aquí, el batallón poseía muchos morteros propios, así como algunos de 3 Para, dos baterías de artillería puestas a su disposición a lo largo de la noche, otras armas proporcionadas por la Artillería Real si fuera necesario, y la potencia de fuego del HMS Ambuscade. Finalmente, dos Scorpions y dos Scimitars de Blues y Royals estaban disponibles, capaces de ofrecer un apoyo cercano desde el suelo aquí, en contraste con las otras características atacadas hasta el momento, que no ofrecían flancos pronunciados. El séptimo Regimiento defensor, que luchó contra 3 Para en el Monte Longdon, desplegó las compañías de rifles habituales, además de francotiradores, ametralladoras pesadas, morteros y artillería.

Chaundler dividió su plan en cuatro fases para incluir el fuego de artillería preparatorio. La compañía líder dejó su línea de inicio a las 21:45 h, con el apoyo de las Cimitarras y los Escorpiones, y al llegar a una de las alturas descubrió que los defensores se habían retirado bajo el peso del fuego entrante. Sin embargo, mientras los paras buscaban consolidar este terreno recién ocupado, ellos mismos se convirtieron en el objetivo de un bombardeo de artillería. En este punto, al este, otras dos compañías comenzaron su avance desde la línea de salida y se prepararon para enfrentarse a los defensores cuando los argentinos, inclinándose ante la presión de la combinación de artillería, mortero y ametralladoras dirigidos contra su posición, se retiraron. . Mientras tanto, otra compañía de paras, apoyada por los tanques ligeros de Blues y Royals junto con los Milans y las ametralladoras, avanzó constantemente. De hecho, 2 Para logró apoderarse de la primera mitad de la cresta con poco esfuerzo, pero los defensores ofrecieron una resistencia obstinada en la mitad restante, con los atacantes obligados a limpiar un búnker después de la siguiente. Sin embargo, su avance nunca vaciló, y finalmente la defensa se derrumbó, dejando al batallón de Chaundler en posesión de la cresta. Al amanecer, una pequeña fuerza de argentinos asaltó la posición, solo para ser rechazada por los defensores y apoyando el fuego extraído de morteros y cañones de 105 mm. A medida que el sol se elevaba, los argentinos huyeron en dirección a Puerto Argentino.

A diferencia de Goose Green, en Wireless Ridge el 2 Para había encontrado poca resistencia, recibió un importante apoyo de fuego de tanques y artillería y aprendió de la dura experiencia de quince días antes. La caída de Wireless Ridge y Mount Tumbledown rompió la parte trasera de la red defensiva argentina cerca de Puerto Argentino y el 14 de junio, desafiando las órdenes de Galtieri de resistir, Menéndez aceptó un alto el fuego, y su rendición absoluta se hizo efectiva a las 2059 hs hora local.

martes, 25 de diciembre de 2018

May dice que no hay negocación de soberanía posible

Reino Unido destacó la relación con Argentina pero advirtió por Malvinas: “La soberanía no está para ser discutida”


La primera ministra del Reino Unido, Theresa May, lo indicó durante un mensaje de Navidad dirigido a los habitantes de las Islas. “Les puedo asegurar que algo nunca cambiará: nuestro absoluto compromiso con la soberanía”, dijo.





La primera ministra del Reino Unido, Theresa May, afirmó -en un mensaje de Navidad dirigido a los habitantes de las Islas Malvinas- que el tema de la soberanía "no está para ser discutido" y dijo que en las conversaciones que mantuvo con Mauricio Macri este año se centraron "no sólo en aquello que nos separa sino también en lo que podemos alcanzar juntos".

"Si bien la relación entre nuestros gobiernos está cambiando, les puedo asegurar que algo nunca cambiará: nuestro absoluto compromiso con el pueblo y la soberanía de las Islas Falkland (Malvinas). Simplemente no está para ser discutido", dijo May en el mensaje difundido esta mañana.
La primera ministra señaló que en el encuentro que mantuvo con el presidente Macri en Buenos Aires -durante la realización de la Cumbre del G20- "fue un placer centrarnos no sólo en aquello que nos separa sino también en lo que podemos alcanzar juntos".

En ese encuentro, que mantuvieron el 30 de noviembre en Costa Salguero, Macri y May se comprometieron a fortalecer el vínculo comercial y la inversión entre ambos países, aunque sin hablar sobre la soberanía en las islas Malvinas.

En la carta, May también hizo referencia al nuevo vuelo acordado con el gobierno argentino, con escala en la provincia de Córdoba, operado por Latam, que partirá una vez por semana de San Pablo, Brasil.
"2018 ha sido un año apasionante para el pueblo de las Islas Falkland, uno que ha traído consigo nuevas caras, nuevas amistades y nuevas oportunidades", tales como "planes para un nuevo vínculo aéreo con Brasil han sido acordados, incluyendo una escala regular en la ciudad de Córdoba en Argentina", indicó.

"Se trata de un paso adelante que hará a las Islas más accesibles que nunca a la vez que promoverá el desarrollo económico. y es algo que sus legisladores electos han hecho mucho por cumplir", remarcó.
También mencionó las "conversaciones sobre la pesca y conservación que están en marcha por primera vez en catorce años" y calificó esas negociaciones como "un paso vital en asegurarnos la correcta administración de nuestros recursos naturales de forma sustentable a la vez que protegemos una industria fundamental de las Islas".
Asimismo, en el mensaje, May hizo referencia a los trabajos de identificación de los soldados argentinos que están enterrados sin nombre en el cementerio de Dawin.
"Desde 1982, muchas de las sepulturas en el cementerio militar argentino de Darwin estaban señaladas con la frase 'Soldado argentino sólo conocido por Dios'. En marzo pasado más de 200 familiares finalmente pudieron honrar y llorar ante las tumbas de sus hijos, hermanos, maridos y padres", afirmó.
En ese sentido, la primer ministro remarcó "la dignidad y respeto que el pueblo de las Falklands extendió a esas familias", lo que "dijo mucho sobre el carácter y espíritu de la comunidad".