sábado, 6 de mayo de 2017

15 respuestas a por qué las islas pertenecen a Argentina

15 respuestas para explicarle a los chicos por qué las Malvinas son argentinas
A 184 años de su usurpación es clave que todos los argentinos –sobre todo los niños– comprendan las indiscutibles razones que asisten a nuestro país para reclamarlas
Infobae




1. Las Malvinas son argentinas porque antes fueron españolas, y nuestro país se liberó del dominio español al declarar su independencia luego de muchos años de lucha armada contra sus ejércitos. Esa independencia le otorga derecho sobre toda posesión que perteneció a España, ya que las islas eran parte del dominio del virreinato cuyo territorio heredaron las provincias unidas.

2. Las Malvinas forman parte de nuestro territorio y son un fragmento de Tierra del Fuego. La situación es un ejemplo de colonialismo, una política por la cual estados más poderosos se apropiaron de territorios de las naciones más débiles o nuevas.

3. Porque el reino Unido usurpó las islas cuando ya éramos una Nación independiente y soberana, con dominio sobre ellas. No pueden argumentar que estaban vacías o en un limbo legal.


4. Porque están dentro de la plataforma submarina del Atlántico Sur, en el Mar Continental Argentino, y son una prolongación natural de la Patagonia.

5. Porque Inglaterra aceptó la pertenencia de las islas a nuestro país en el Tratado de Paz y Amistad de 1825.

7. Porque ninguna nación del mundo puede presentar mejores títulos que la Argentina para su posesión y dominio.

8. Porque Inglaterra no protestó ante los actos de posesión, afirmación nacional y soberanía cumplidos en la isla Nuestra Señora de la Soledad por la fragata Heroína en 1820 y por el bergantín Belgrano en 1825.

9. Porque Inglaterra no protestó por la promulgación de la ley de Buenos Aires sobre la caza de animales anfibios en las costas patagónicas e islas adyacentes.

10. Porque tampoco se opuso a los contratos de explotación y pesquería firmados por el gobierno argentino con el comerciante Jorge Pacheco y su socio Luis Vernet. Este último, primer gobernador de las Malvinas. Pacheco firmó en 1823, y Vernet en 1828.

11. Porque todavía existen allí reliquias toponímicas y folklóricas del antiguo dominio argentino en las islas. Por ejemplo, los nombres criollos de muchos lugares y de todos los pelajes y aperos de los caballos.

12. Porque lo dice claramente nuestra Constitución: "La Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional".

13. Porque la Argentina las reclamó desde siempre, jamás aceptó la usurpación, y por lo tanto los británicos no están en posesión de ningún documento que acredite su dominio o nuestra renuncia al mismo.

14. Porque ni el acta de rendición de Puerto Argentino del 14 de junio de 1982, ni los acuerdos debatidos en España a partir del 17 de octubre de 1989, ni la declaración (o tratado) de Madrid del 15 de febrero de 1990, cerraron el debate relativo a la soberanía nacional sobre las islas, ya que el 5 de noviembre de 1982 la ONU declaró que la cuestión de la soberanía debía resolverse mediante negociaciones, e instó a las partes a hacerlo.

15. Porque fueron usurpadas por la fuerza el 3 de enero de 1833, tomando más de un centenar y medio de prisioneros y enviados a Inglaterra. Un claro acto de guerra que ha cumplido 184 años.

jueves, 4 de mayo de 2017

Traumas de la guerra en el Centro de Salud de las FFAA

Fantasmas de la guerra: el valor de enfrentarse con el trauma
El Centro de Salud de las FF. AA. recibe a 200 veteranos por mes; su director es un médico, ex combatiente, y se dictan talleres variados
Alan Soria Guadalupe | LA NACION



Cuando Juan entró en razón se dio cuenta de que estaba golpeando a su hija. Segundos antes estaba vestido con su uniforme militar en la inmensidad de las Islas Malvinas, con el viento helado rozando sus mejillas y con un soldado inglés parado a pocos metros, decidido a matarlo. Juan atacó al enemigo, pero esa vez fue distinto. Sólo sentía adrenalina. No percibía fatiga ni dolor. Se sentía como un sueño. Era un sueño.

Cuando volvió en sí y vio que estaba en el comedor de su casa y no en las islas supo que los fantasmas de la guerra aparecieron una vez más. Tenía que buscar ayuda.

Así fue como llegó al Centro de Salud de las Fuerzas Armadas Veteranos de Malvinas, donde diagnostican y tratan a aquellos ex combatientes que padecen estrés postraumático. Allí es donde todavía se escuchan los estruendos de la guerra.


Los talleres son una fuerte ayuda para los ex combatientes

En un pequeño edificio de dos pisos, en las inmediaciones del Instituto Geográfico Nacional, en Palermo, unos 200 veteranos por mes recorren los pasillos rodeados de consultorios, auditorios, aulas y jardines. Allí se atienden con psicólogos y psiquiatras y participan de talleres grupales variados, como los de yoga, musicoterapia y hasta hipnosis.


Todos los que pisan ese lugar tienen historias para contar. Algunas emocionantes y muchas desgarradoras. El director, coronel Esteban Vilgré La Madrid, dice que quienes se acercan al centro de salud tienen heridas en el alma. Habla por sí mismo: durante la guerra fue jefe de una sección de tiradores de 41 soldados y cinco suboficiales. Cuando terminó el conflicto, volvió con 13 hombres.

"Después de bajar del cerro donde combatimos vino el dolor del silencio y la derrota. Te sentís un fracasado", relata La Madrid a LA NACION. Desde que puso un pie en el continente, al volver de las islas, el militar se impuso como objetivo encontrar una manera de formar a otros soldados por si había otra guerra y de remediar la promesa que le hizo a su padre y que no pudo cumplir: traerlos vivos. Durante los 80,

En los primeros años, los ex combatientes eran atendidos sólo en Campo de Mayo. Por años no se supo bien qué era el estrés postraumático y cómo tratarlo. Fue recién en el 2000 cuando el Estado Mayor Conjunto decidió enviar a los Estados Unidos psiquiatras y psicólogos para perfeccionarse en un hospital de veteranos de guerra. Doce años después, tras cambios de sede, estructura y metodologías, se inauguró el centro que existe hoy. Los casos que necesitan internación siguen tratándose en Campo de Mayo.

La tarea pendiente

Sin embargo, todos estos años hubo ausencia del Estado y todavía falta mucho por hacer, indica La Madrid. "No hay estadísticas que digan cómo estamos hoy los veteranos, qué patologías tenemos ni de qué murieron los que murieron", reclama.

Martín Bourdieu es el director médico del centro de salud. Conoció a La Madrid en plena guerra. Era estudiante de veterinaria, pero quedó tan conmovido con la imagen de los heridos que, cuando volvió, decidió cambiar de profesión.

Hoy, Bourdieu convoca a ex combatientes a que se acerquen para "hablar" sobre el pasado que no debe guardarse. También se llama a otros veteranos, a los que fueron a operaciones humanitarias como las que se hicieron en Haití.

"[Si no se habla] Después salen de golpe todos los fantasmas que tenían en la mochila", se lamenta La Madrid. De esos casos hay muchos, como los que reaccionan con pánico al escuchar un petardo en época de festividades o el ruido de un avión volando cerca. Carlos, por ejemplo, tuvo un episodio que se disparó de un segundo a otro, cuando cortó un pedazo de carne en un asado y vio sangre. La primera imagen que recuerda tras ese momento es estar sentado al lado de un médico que intentaba calmarlo.

Los pasillos del centro de salud están en silencio. En las paredes hay pinturas, fotos y afiches sobre la guerra. Hace tiempo que no hay talleres grupales, donde las risas y las bromas son la música de fondo. En épocas cercanas al 2 de abril -aún hoy, a 35 años- se disparan las consultas de ex combatientes que creen necesitar asistencia y el lugar funciona casi exclusivamente para ello.

De todos los veteranos que llegan al centro de salud considerando que tienen una patología, alrededor del 60% está en lo cierto. Lo mismo ocurre, aunque en un porcentaje menor, con los familiares, que también pueden pedir contención allí.

Mientras algunos parientes se tratan, otros sólo acompañan. Así lo hace con frecuencia María, la mujer de Sergio. Ellos son pareja desde antes de la guerra. Después de los combates, algo había cambiado: Sergio ya no sonreía. María lo vio reír de nuevo años después, cuando él fue por primera vez a una reunión de ex combatientes. Desde ese día, María lo acompaña a cada reunión de veteranos y se sienta lejos, sin participar, sólo para verlo sonreír.

Recordar lo que pasó en una reunión o taller con veteranos es una cosa, pero volver a las islas es completamente distinto. Algunos lo hacen seguido y otros no. La Madrid volvió a pisar las islas una sola vez, hace dos años.

Volver a sentir el viento helado en el rostro fue para él una caricia. "Es volver a casa", dice con voz pausada. Además de haber visto las peores penurias en la guerra, el coronel afirma que en pleno conflicto también se ve la belleza de la comunión y la fraternidad. Y tanto él, como tantos otros que volvieron a las Malvinas, fueron a buscar eso. Y tal vez algo más. Algo que dejaron en aquél entonces y que les permita saber por qué cuando volvieron ya no fueron los mismos.

martes, 2 de mayo de 2017

Kelpers quieren poner visa y lista de personas non gratas: Malcorra en Bavia

El Gobierno rechazó la idea de los kelpers de implementar un visado para los argentinos que viajen a las Islas Malvinas
“Dudo seriamente que el Reino Unido esté pensando en esto”, sostuvo la canciller Susana Malcorra
Infobae



El Gobierno rechazó de plano, aunque sigue con "preocupación", la idea de algunos legisladores de Malvinas de imponer un sistema de visado para los argentinos que visiten las islas en el Atlántico Sur.

Susana Malcorra dijo que ante el rumor de que los kelpers avancen con la idea existe una única postura en la Casa Rosada: "Eso no es una decisión local del gobierno de las Islas Malvinas, sino del gobierno del Reino Unido". De esta manera, la Canciller rechazó de plano no sólo la idea de los kelpers sino también la decisión unilateral de los isleños de tomar una determinación sin el previo consentimiento de Londres.

Por otra parte, Malcorra destacó: "Dudo seriamente que el Reino Unido esté pensando en esto. Lo estamos siguiendo de cerca, no le daría a la cuestión una máxima preocupación".

"Nosotros intentamos generar medidas de confianza mutua y eso lleva tiempo. De hecho no hemos avanzado mucho en las medidas de confianza, así que tendremos que ir viendo en qué momento se dan, si se dan y ver cómo eso genera reciprocidad", agregó la ministra.

Si bien Malcorra destacó que el Gobierno no le pondrá "demasiado fuego" al proyecto de los isleños, admitió que la propuesta que hizo el líder de la Asamblea de las Islas Malvinas, Mike Summers, será analizada: "Es un tema que lo observaría con atención, es mi responsabilidad, pero no lo tomaría como algo de gravedad extrema".

Por su parte, Summers, que lidera al resto de los legisladores isleños, confirmó a Infobae que existe una intención del gobierno de Malvinas de imponer un visado a los argentinos. La medida surge a raíz de los reiterados grupos de argentinos, a los que calificaron de "minoritarios", que llegan a las islas con banderas y muestras de un sentimiento agresivo hacia los isleños y son considerados "personas no gratas" por las autoridades locales.

Summers entendió que, al igual que opinan algunos de sus pares de la Asamblea Legislativa, la idea de imponer un visado para los argentinos serviría para filtrar cualquier tipo de grupos que puedan generar una alteración en las calles de Puerto Argentino. La semana pasada, en diálogo con este medio, el legislador isleño se quejó por la "falta de avances" en las negociaciones de la Argentina con Gran Bretaña por el eventual reestablecimiento de vuelos de las islas al continente.

Gobierno argentino se da cuenta que los kelpers no quieren saber nada con la soberanía

El Gobierno admite que el reclamo por Malvinas "está en punto muerto"
Si bien la relación con Londres es "muy buena" no hay progresos en relación a las islas, más allá de la identificación de los NN
Santiago Dapelo | LA NACION




Se avanzó en todo, menos en todo lo que involucra a las Islas Malvinas. Si bien la relación con Gran Bretaña es "muy buena", el Gobierno reconoció que aún no logró ningún progreso para debatir la reanudación de los vuelos del continente a las islas y la explotación conjunta de pesca e hidrocarburos en la zona marítima del conflicto.

La firma del acuerdo de cooperación entre la Argentina y Gran Bretaña en septiembre último, muy criticado por la oposición y los ex combatientes por no incluir el reclamo de la soberanía argentina sobre el archipiélago, era para el Gobierno un paso fundamental para comenzar una nueva relación con Gran Bretaña. Pero hasta ahora no hubo definiciones.


"Estamos en punto muerto", admitieron a LA NACION fuentes calificadas del Palacio San Martín.

En la Cancillería aseguran que "intentaron avanzar" y que el gobierno británico está dispuesto, pero hasta ahora la negativa de los isleños dinamitó cualquier posibilidad de acuerdo.

Uno de los objetivos del Ministerio de Relaciones Exteriores, a cargo de Susana Malcorra, fue acercar posiciones con los habitantes de las Islas Malvinas, pero algunas experiencias de las últimas semanas generaron mayor recelo.

En el Gobierno cayó muy mal el comportamiento que tuvo en las islas la comitiva de la Comisión por la Memoria de la provincia de Buenos Aires, que encabezaron el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y el padre Pepe Di Paola. "Fue provocativa, algunos pintaron grafitis en las paredes y desplegaron pancartas", se quejaron fuentes de la Cancillería.

Como represalia, diez días después, los isleños suspendieron todas las actividades que tenía previsto un grupo de estudiantes de El Chaltén. "No les permitieron tener contacto con las escuelas y los locales", explicaron fuentes oficiales.

Entre los puntos que habían firmado Malcorra y el vicecanciller británico, Alan Duncan, se destacaban la reanudación de los vuelos para ampliar el vínculo entre el archipiélago y el continente. La Argentina ofreció servicios desde Buenos Aires, Comodoro Rivadavia, Ushuaia o Río Gallegos. Pero en todos los casos la respuesta fue negativa.

"Queremos mejorar las comunicaciones con los habitantes de las islas, pero no a cualquier costo. Tenemos que convencerlos de que no somos un monstruo. Pero sin la voluntad de los isleños es muy difícil", dijeron fuentes oficiales.

Hoy son 2500 los habitantes radicados en Malvinas. "Se trata de una sociedad que está muy manipulada por unos pocos", agregaron desde el Palacio San Martín.

En lo que sí hay avances concretos es en la identificación de los soldados caídos en combate en las Islas Malvinas.

De un total de 123, la Cancillería logró que los familiares de 95 soldados enterrados en el archipiélago -el resto no fue localizado porque los familiares ya fallecieron o no pueden ser hallados- firmen su consentimiento para que la Cruz Roja pueda comenzar su trabajo de identificación de los restos de ex combatientes que yacen en el cementerio de Darwin.

Según informaron a LA NACION fuentes de la Cancillería, el 19 de junio comenzarán las tareas de investigación en el territorio por parte de la comisión especial de la Cruz Roja Internacional. Una vez tomadas las muestras, se enviarán al Equipo de Antropología Forense, en Córdoba, para realizar cruces de datos, y luego a un laboratorio en España, para que no haya ninguna duda sobre los resultados.

"Antes de fin de año estará listo el informe final", anticiparon en el Palacio San Martín.

Después de la polémica por el acuerdo con Gran Bretaña, funcionarios de la Cancillería recibieron a representantes de la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas e Islas del Atlántico Sur y de la Confederación de Combatientes de Malvinas de la República Argentina para aclararles que la iniciativa de identificación de los soldados "es de estricto carácter humanitario".

Para el Gobierno, los soldados caídos son "héroes de guerra" y sus restos no serán trasladados al continente "salvo expresa voluntad de la familia directamente involucrada y una vez concluido el proceso".

Fernanda Araujo, presidenta de la Comisión de Caídos, aseguró a LA NACION que con la identificación los familiares "cerrarán una etapa" y anticipó que ningún familiar pedirá el traslado de los restos ya que están en suelo argentino.

Pese a la falta de resultados, en la Cancillería argentina se mostraron conformes con los avances que consiguieron en otras áreas, como comercio, infraestructura e intercambio científico.

Durante el conflicto bélico de 1982 entre la Argentina y el Reino Unido murieron 649 soldados argentinos, de los cuales 234 fueron enterrados en Darwin, un pequeño poblado ubicado a 68 kilómetros de Puerto Argentino. De esos 234 soldados, 123 son los que aún resta identificar.

lunes, 1 de mayo de 2017

FAA: Carlos Perona, el primer derribado

Carlos Perona, la historia del primer piloto derribado en Malvinas
El 1 de mayo, a bordo de un Mirage III, fue interceptado por un avión Harrier y tuvo que eyectarse, pero vivió para contarlo
Brenda Struminger | LA NACION


Carlos Eduardo Perona en 1982. 

Carlos Eduardo Perona tenía 31 años cuando fue convocado a luchar en la Guerra de Malvinas. Era piloto de la Fuerza Aérea y su esposa, María Esther, estaba embarazada de su segundo hijo, Damián.


Llegó a la base aérea de Río Gallegos el 30 de marzo como primer teniente del escuadrón de caza interceptora del Grupo 8. El 2 de abril se declaró la guerra. Pero para él, el inicio y el fin de la batalla fue el 1 de mayo, cuando protagonizó el primer combate aéreo a bordo de un Mirage III y fue derribado por un avión Harrier. Fue el bautismo de fuego de la Fuerza.

El despegue

El 1ro de mayo la flota británica estaba muy cerca de Puerto Argentino. "Fue el día en que la Fuerza Aérea puso toda la carne sobre el asador. Fue una oleada masiva, con todos los aviones de combate argentinos yendo hacia a la flota", recuerda Perona en diálogo con LA NACION.

Su misión era custodiar los aviones propios que iban a atacar a las unidades de superficie, las fragatas y buques. Debían "cuidar las espaldas" de los Harrier, que a su vez tenían la misión de derribar a los aviones que iban a atacar a la flota.

Esa tarde les asignaron un blanco del que estaban separados por 100 millas, es decir, más o menos, 200 kilómetros.

Gustavo García Cuerva era capitán y Perona el primer teniente. Volaban a la par, a su vez conectados con el radar de control, cuando les avisaron que estaban por ser interceptados. "Desde su avión, García Cuerva me dijo que eyectáramos los tanques de 1700 litros que cargábamos, porque ya estábamos por entrar en combate. En ese momento, el oficial del radar que resuelve la geometría de la interceptación nos hace abrirnos hacia los costados. Esa fue la última vez que vi a García Cuerva".

El combate

El radar le indicaba a Perona que el avión que había aparecido estaba frente a él, muy cerca. Entonces dejó de mirar el radar y visualizó, más o menos a ocho millas, el avión inglés, un Harrier, que volaba por debajo.

"Yo sabía que los aviones interceptores Harrier o en patrulla de combate, al igual que nosotros, no operan de a uno, sino de a dos. Pero no pude ver al otro avión que me estaba por interceptar y me centré en el avión que sí veía. Nos trabamos en combate con los misiles y empezamos a trepar. Para ganar altura, tenía aún mi tanque derecho, pero no pude eyectarlo. Eso, aerodinámicamente, es una disminución muy importante de la performance del avión", cuenta.

Su idea era subir lo máximo que pudiera, porque sabía que el Harrier, por su aerodinámica, no estaba preparado para la misma altura que su Mirage. "Yo quería ver qué hacía el Harrier y lanzarle mi misil desde arriba. La sorpresa fue cuando me lo encontré a la par y los dos con altas "Gs", que en la jerga significa generar aceleraciones positivas, lograr que el avión pierda velocidad y poder cerrar más las maniobras. Los dos intentábamos hacer lo mismo para quedar a la cola del otro. Entonces se produjo un cruce muy cercano. Giré para ver dónde estaba, pero ya no lo ví y e inmediatamente sentí un cimbronazo en el avión".

Le habían dado no de lleno, sino por proximidad, pero el M IIIEA ya no podía volar.

La caída: "Suerte pendejo"

"De repente se me empezaron a prender las alarmas de fuego, las de líquido hidráulico, las alarmas de los sistemas. Y yo le digo a García Cuerva, 'Paco, estoy viendo una costa, voy a tratar de llegar para eyectarme'. Necesitaba llegar a la costa porque no traíamos traje antiexposición y caer en el agua era muerte por hipotermia segura, durás en el agua de tres a cuatro minutos. Mi preocupación era llegar a esa costa que estaba viendo. Yo no lo sabía, pero era la Isla Borbón. Entonces Paco me dice: "Suerte pendejo. Eyectate con seguridad".

El avión, cuenta, giraba para la derecha y Perona trataba de girar para la izquierda. "No me quería eyectar para abajo, sino con cierta posición. Ya cuando el avión estaba llegando a la costa, me eyecté, más o menos a 15 mil pies, que son unos 4500 metros".

Las eyecciones se realizan de manera automática una vez que el piloto acciona el mecanismo. Si la eyección se produce por encima de los 15 mil pies, el piloto cae con el asiento, para acelerar la caída libre y evitar el tiempo de exposición al frío. A 15 mil metros del suelo, opera una cápsula barométrica que produce el sistema de separación del asiento, desecha el asiento y activa el paracaídas principal.

"Pero la sensación que tuve, por la adrenalina, el miedo, era que no me eyectaba. Entre que tirás la palanca de eyección y estás colgado del paracaídas, pasan entre 3 y 4 segundos. Pero cuando tiré, empecé a pensar, 'No me eyecto'. No pasaba nada en la cabina. Y pensé que me iba a tener que eyectar manualmente, que es otro procedimiento. Entonces ví que se activaron los cartuchos que te sacan la cabina y salí. Todo eso, para mí, fue una eternidad"

Cuando quedó colgado del paracaídas se dio cuenta de que el fuerte viento lo tiraba hacia el mar. Pero gracias a sus maniobras y a la suerte terminó cayendo a dos o tres metros del agua.

"Caí mal, me rompí el maleolo tibial de una pierna y me esguincé la otra. Soy piloto, no paracaidista", bromea. En ese momento, con la adrenalina, no sintió dolor y empezó a caminar. Sabía cómo dirigirse hacia el puesto Calderón, una base de la Armada de la Isla Borbón, donde había caído. Pero llegó un momento en que ya no podía caminar.

"Cuando me empecé a preguntar qué hacer, sentí el ruido de un helicóptero. Era un Augusta del Ejército. Habían venido a rescatarme, me sacaron de la costa al noroeste de Borbón, y me llevaron en helicóptero hasta Calderón".

"Pasé una noche horrenda, porque se te aparece la vida. Te preguntás lo que podría haber pasado, pensaba en mis hijos, en mi señora, que estaba embarazada de mi hijo Damián, que hoy tiene 35 años. Empecé a hacer un pantallazo de toda mi vida. Gracias a Dios estaba con dos soldados que estuvieron conmigo toda la noche. Cuando me fui, al día siguiente, a uno le dejé mi rosario y al otro el pañuelo distintivo de mi escuadrón".

Los regresos

Al día siguiente, subieron a Perona a una camilla y después a un avión de la marina que había ido a llevar logística a Puerto Calderón. Lo trasladaron a Río Grande, después a Ezeiza y de ahí al Hospital Aeronáutico. "Se me había terminado la guerra el primer día. Al menos físicamente".

Le pusieron dos yesos y estaba casi inmovilizado, pero después de unos días sentía que ya no podía estar en su casa.

"Un día mi viejo me dice que me quería sacar, para que pensara en otra cosa. Fuimos a una parrilla muy linda que estaba en General Paz y Beiró. Ahí había un televisor y empiezan a pasar un partido de futbol, Argentina no se qué, en España. Ahí le dije a mi papá: 'Vamos, viejo, porque voy a hacer un destrozo'. Había gente que se estaba muriendo. No digo que tiene que pararse el país, pero sí hay cosas que tienen que acompañar determinadas situaciones".

A mediados de mayo empezaron a multiplicarse las noticias de que había muertos en combate y Perona volvió al centro de operaciones. Después de insistir, aceptaron llevarlo. Pero cuando llegó lo echaron por su condición y debió regresar a Buenos Aires. Recién volvió a estar operativo en octubre del 82.

García Cuerva

"Cuando llegué a Buenos Aires me enteré en el Hospital que las fuerzas propias habían derribado al capitán García Cuervo en Puerto Argentino. En la historia bélica es prácticamente una constante, un diez por ciento de las bajas propias la produce la propia tropa.

Cuando nos separamos en el aire, García Cuerva se fue a Puerto Argentino a tratar de aterrizar. Quería hacer lo que habíamos planificado antes de la misión: cargar combustible y volver al continente para seguir cumpliendo misiones. Pero lo derribaron a la altura de Puerto Argentino y cayó al sur de la pista, en el mar. No pudo eyectarse; y cayó junto con su avión en una bahía. Hoy en día, todavía lo estamos buscando. Hay una movida bastante importante entre los veteranos argentinos e ingleses, para tratar de encontrar los restos de los hombres que han peleado en este conflico enfrentados; ellos como nosotros reconocemos en el enemigo al verdadero guerrero, lo respetamos y rendimos los honores al combatiente caído en acción".

La guerra

"El militar es el que sabe lo que significa la guerra. Y el militar es el que no quiere la guerra. La guerra desdibuja todo aquello que mantiene al hombre como ser racional. Los límites se van a otros lados. Por eso no hay que ir nunca más a una guerra, que no es lo mismo que no estar preparados para defender a la Patria", dice Perona.

Tiene varias condecoraciones, entre ellas, la de herido en combate, entregada por el Congreso Nacional. Pero Perona dice que poco le interesan esos reconocimientos. "Lo único que me importa saber, como decimos los cazadores, es que fui probado en combate, fiel a mi jura sagrada al pabellón nacional. Y saber que debemos nuestro reconocimiento a los 649 hermanos malvineros que han ofrendado su vida por este País. Esa es la parte importante de todo esto".

domingo, 30 de abril de 2017

Las verdaderas bajas británicas en el conflicto

Los británicos esconden las verdaderas cifras de bajas y naves atacadas sufridas durante el conflicto
A 35 años de la Guerra de Malvinas hay dudas razonables sobre el número de bajas mortales que tuvieron los británicos y también respecto de lo que ocurrió con tres naves de guerra inglesas presentes en el combate del Atlántico Sur, en 1982.
Fundación Nuestro Mar



Los militares argentinos afirman que la víctimas fatales de los ingleses no fueron 255, como reconocieron, sino que "son más, muchas más" -dicen-, sólo que no se podrá conocer con exactitud la cantidad hasta el 2072, es decir, 90 años más tarde del conflicto por el territorio insular que la Argentina reclama la soberanía desde que en 1833 la corona británica invadió.

Según el brigadier (RE) Ernesto Crespo, jefe de la Fuerza Aérea Sur (FAS) durante el conflicto, los muertos estimados por su gente ascienden "a 1090 y no los 255 reconocidos". Dijo que lo hacen para "ocultar" el desastre sufrido en una guerra que parecía ganada desde la partida, realizada "entre una potencia de primer nivel y otra de tercera", como señalaron analistas militares antes de la partida de la Task Force desde Portsmouth, Inglaterra.

Crespo pone como ejemplo de ocultamiento y desinformación lo ocurrido cuando se bombardeó al portaaviones Invincible, uno de los dos que llegaron al mar circundante de Malvinas.

"Después de recibir dos bombazos directos por parte de nuestros pilotos de A4B, los ingleses dijeron que sólo había habido un muerto. Eso es imposible, debió haber muchos más. No sé cuántos, pero muchos sí", trató de demostrar el jefe de los aviadores.

En paralelo, el comodoro, jefe del Departamento Malvinas en el edificio Cóndor, Arnaldo Favre -estuvo con el grado de alférez en el combate terrestre de Darwin y quedó prisionero al final de la guerra- dijo que él vio "ocho fosas comunes, donde fueron enterrados los soldados británicos. Eran fosas de gran tamaño, en la que podían entrar diez cuerpos, por lo menos".

El testimonio fue realizado a Télam, donde Favre añadió que los prisioneros argentinos fueron recluidos en las instalaciones del aeropuerto de Darwin y "durante tres días no nos dejaron salir de los galpones, tiempo durante el cual ellos enterraron a sus muertos".

Durante las cuatro jornadas en las que se extendió la batalla de Darwin, entre 26 y 29 de mayo, murió el jefe inglés de la unidad, el teniente coronel Herbert Jones, el más alto oficial británico caído en combate.

De las 24 naves de guerra que resultaron hundidas, fuera de combate y/o averiadas no se proporcionaron cifras de bajas creíbles, lo cual da un indicio del grado de ocultamiento realizado por los británicos, que explica el secreto de guerra dispuesto hasta el 2072.

El otro tema que es un secreto militar de los ingleses es lo que pasó con los dos portaaviones, el Invincible y el Hermes, cuya desinformación involucra también al destructor, tipo 42, Sheffield, el de mayor porte y desarrollo tecnológico presente en el conflicto.

De acuerdo con la información recogida por los militares argentinos, el 1 de mayo las tropas inglesas intentaron dos desembarco en la península Freycinet, ubicada a pocos kilómetros de Puerto Argentino. Fueron rechazados en ambas oportunidades, pero dos escuadrillas de la Fuerza Aérea atacaron a tres naves, dos fragatas y un destructor, que recibió un bombazo directo de 1.000 libras.

Los observadores militares argentinos vieron desde la costa ese día que se trataba de un destructor igual al Santísima Trinidad de la Armada, pero como se alejó de la costa no se pudo constatar cuál era. Por la noche, la nave explotó y el reflejo lumínico pudo ser observado desde tierra.

El 1 de mayo el mar estaba planchado, hay fotos de esa calma inusual en el Atlántico Sur. Así lo registró el servicio meteorológico y hasta hay crónicas periodísticas que afirman lo mismo. Este señalamiento tiene un sentido que se verá más adelante.

El 2 de mayo, se produjo el hundimiento del crucero General Belgrano cuando navegaba fuera de la zona de exclusión de 200 millas, dispuesta por los británicos. El submarino nuclear Conqueror disparó dos torpedos contra una nave que tenía la dirección hacia el continente. De los 1093 tripulante, murieron 323 marinos argentinos.

El 4 de mayo, una escuadrilla naval de Super Etendard disparó dos misiles Exocet y tan sólo dos horas más tarde del lanzamiento, los ingleses reconocieron que habían pegado y hundido el destructor Sheffield. Lo llamativo fue que lo reconocieron con una rapidez inusual, extraordinaria para estos casos.

No sólo eso. Dejaron trascender una foto donde lo que se observa es la explosión, el hueco dejado del supuesto misil y el mar en calma chicha, planchado, igual al del día 1 de mayo. Los que estuvieron presentes en la guerra dicen que el océano del 4 fue un mar de grandes olas, tormentoso. Todo lo contrario con el del 1 de mayo.

La pregunta es: ¿a qué barco le pegaron el misilazo? El radar de los Super Etendard -cuentan los pilotos- vieron una gran silueta y hacia ella fueron enfilados los Exocet. Si no fue el destructor Sheffield, ¿cuál fue?

La deducción de los militares argentinos es que el Exocet "tocó" al portaaviones Hermes, esa era la gran silueta que vieron los pilotos navales. En el Hermes tenía el puesto de mando el jefe de la Task Force, el almirante Sandy Woodward.

En los días subsiguientes, la actividad aérea británica disminuyó en forma notable, según los registros de los radares de la Fuerza Aérea desplegados en Malvinas, que explicaría que uno de los dos portaaviones hubiera quedado 'tocado'.

Otro indicio de que pudo haber sido tocado el Hermes es que el radar de Puerto Argentino registró después del ataque, que los aviones ingleses Harrier subieron a gran altura (mínimo 12.000 pies), porque de esa manera el gasto de combustible es menor, se reduce en forma notable.

El otro portaaviones que la aviación argentina afirma haber tocado es el Invincible y que, por supuesto, los británicos no reconocieron jamás.

Después del 1 de mayo, la flota inglesa -en especial los dos portaaviones- no volvió a estar cerca de la costa, se estacionó a no menos de 100 millas marinas al este de Malvinas, de manera de poner distancia con los pilotos argentinos. Sólo volvieron a la cercanía terrestre cuando decidieron el desembarco en la bahía San Carlos, lugar de la más dura batalla aeronaval protagonizada por la aviación local.

El ataque al Invincible fue el 30 de mayo. "Al portaaviones lo atacamos cuando ellos no lo esperaban. Ellos siempre esperaron que el ataque llegara por el oeste -cuenta Crespo-, no pensaron que nosotros podíamos dar la vuelta. Entonces, como nos estaba saliendo muy caro (por las vidas y el material perdido), planificamos una operación que fue hacia el sudeste, recargó en vuelo, dio la vuelta, volvió a recargar combustible y apareció por el este".

En la operación tomaron parte una escuadrilla de 4 aviones Skyhawk. Cada A4C llevaba bombas de 250 kg y dos Super Etendard, uno de ellos con el último misil Exocet que quedaba en el arsenal.

A las 14:24 fue lanzado el Exocet y los 4 Skayhawk siguieron la estela. El comodoro Rubén Moro cuenta en el libro "La Guerra Inaudita" que el misil fue disparado a 30 km y los Super Etendard viraron al continente para volver a la base, mientras que los A4C continuaron y al acercase al portaaviones vieron una columna de humo en el horizonte. Los ingleses dispararon misiles Sea Dart contra los aviones, bajaron a dos de ellos, pero los que siguieron lograron colocar las bombas en la parte posterior de la cubierta.

Los pilotos de Fuerza Aérea pasaron por encima del Invincible afirman que vieron que el Exocet se había introducido en los compartimentos centrales. Los ingleses respondieron con que lo que vieron los pilotos argentinos era el casco al garete del buque logístico Atlantic Conveyor que había sido atacado y hundido por una escuadrilla de Super Etendard el 25 de mayo. Para esta operación había usado otros dos misiles Exocet.

Una vez terminada la guerra, hubo un pesquero argentino que atracó en Puerto Argentino y los hombres quedaron detenidos y enviados al portaaviones Invincible, que había anclado en las cercanías de la capital malvinera.

Crespo sustuvo "que esos hombres del pesquero vieron cuando el el otro portaaviones, el Hermes, se apareaba al Invincible para hacer reparaciones. Estos hombres vieron que estaba hecho pelota. Por lo que sí sé que se le pegó al Hermes. Uno y otro estaban 'tocados'. Pero el Hermes estaba en peores condiciones", afirmó.

Otro que reflexiona sobre el ataque al Invincible es el piloto naval, Roberto Curilovic, que junto con Julio Barraza, hundieron el buque logístico Atlantic Conveyor.

Dice Curilovic que "otro indicio sobre el lo que pudo haber pasado con el portaaviones lo da el almirante Sandy Woodward, jefe de la Task Force, que cada semana durante la guerra elevaba un parte sobre la situación de las naves. Y dice tantos averiados, éste no recuperado, éste hundido. En el parte semanal, hace un balance de todos, menos del Invincible. No dice nada, ni averiado ni nada. El Invincible llega tres meses más tarde de la guerra a puerto inglés. Entra de noche, p ara no ser fotografiado por la inteligencia francesa que quería saber qué había pasado".

Años más tarde se conoció el libro de bitácora del Invincible, donde está escrito y dice: "atacado por Super Etendard, no damage (sin daños).

Lo que no queda claro, entonces, es ¿Porqué el almirante Woodward no reconoció el ataque, no mencionó la operación ni dijo que estaba en perfectas condiciones de combate? La duda sigue abierta.

El vicealmirante Benito Rotolo, piloto naval de A4Q durante la guerra, tuvo contacto con el que fuera el capitán del Invincible en Malvinas, Jeremy Blank, quien negó en forma terminante que el último Exocet le hubiera pegado al portaaviones. Esta charla se produjo en un simposio naval en Washington, EE.UU., en los años '90, delante de marinos norteamericanos.

Rotolo tuvo un segundo encuentro con Blank, esta vez, en la casa particular del inglés, quien volvió a negar que el misil le hubiera entrado al más liviano de los dos portaaviones que fueron a la Guerra del Malvinas.

Sobre el testimonio de caballero del oficial británico pesa la obligatoriedad del secreto de guerra que vence recién en 2072. (Por Eduardo Barcelona - TELAM)

sábado, 29 de abril de 2017

La caída del UH-1 en Caleta Olivia

La misteriosa caída del helicóptero de Caleta Olivia
Uno de los soldados que participó de la búsqueda de los restos de los soldados en las costas argentinas relata el extraño hecho. "Cuando ví la mano de mi coronel entré en shock", dijo.
Perfil



Marcha Toas Foto:Cedoc
Para los días 29 y 30 de abril de 1982, los soldados de la Compañía 185 del Liceo General Roca, ubicado en la ciudad de Comodoro Rivadavia, luego de detectar el desembarco de tropas enemigas en las costas de Caleta Olivia (80 km separan las dos ciudades), recibieron orden de rastrear y detener al enemigo.

Lo curioso de este episodio es que si bien muchos dicen que las pruebas sobre lo ocurrido son confusas, el día 15 de marzo de 1983, el Poder Ejecutivo Nacional emitió el decreto 577 por el cual se otorgaba (post mortem) al Coronel Miguel Ángel Clodoveo Arévalo, Jefe del Liceo, y al resto del personal militar caído en el enfrentamiento, la medalla de "muerto en combate".

"Fue lo más fuerte que viví durante la guerra", sostiene Marcos Medina, uno de los soldados argentinos que estuvo en el Liceo y que participó de la búsqueda de los comandos enemigos.

"A las 17 hs, cuando volvíamos de guardia nocturna en el Aeropuerto General Mosconi, llegó la información de que doce comandos habían desembarcado en distintas lanchas en Caleta Olivia'', declara. Ante la emergencia (se dio Alerta Roja), "salimos a buscarlos alrededor de las 21.30-22 hs aunque en ese momento no se volaba de noche", explica el soldado que para esos días solo contaba con 59 días de experiencia en la colimba y había estado designado al ta1ler de sastrería del establecimiento dado que su compañía, según cuenta, "eran las nenas del Liceo" porque estaban encargados "de los servicios, es decir, de su funcionamiento".

"Cuando llegamos a la Estancia La Floradora tuvimos que bajar del helicóptero saltando porque por la abundante niebla no se veía en donde había que bajar. Tomamos esa bahía los primeros 24 soldados que llegamos. A la hora y media llegaron dos camiones con 60 soldados más, entre ellos, aparece el Teniente Coronel Femández Suarez'', puntualiza. "Unos nos quedamos en la bahía montando guardia mientras que otro grupo empezó a recorrer el terreno. Pasan las horas y nos mandan el dato de que los comandos estaban diez kilómetros más al sur en una estancia", afirma.

Con el paso de las horas, antes de iniciar el operativo para tomar el lugar donde teóricamente estaban las tropas británicas, según el testimonio de Medina, deciden volver al Liceo Roca para poder organizar la misión. "Nos hicieron dividir en dos helicópteros. Uno era un Bell UH lH, A-E 41917 y otro un Bell UH lH A-E 414. Mientras que la aeronave en la que viajaba Arévalo (el 419) iba a bordear la costa nosotros lo haríamos por el la Ruta 3. Ellos iban un poco más adelante que nosotros (Medina estaba en el 414 ). En un momento del viaje el piloto tuvo que descender por la cerrada de niebla y fuimos en dirección hacia el mar hasta que encontramos un claro para poder volver hacia el continente hasta que arribamos el lugar del destino", desarrolla. "Durante el vuelo, en ningún momento se pudo lograr una comunicación con el helicóptero 419 como estaba planeado y después de una hora de esperar novedades, ya estando en nuestras posiciones, Femández Suarez decide abortar y volver al Liceo'', rememora.

Cuando Medina y sus compañeros de vuelo llegan al punto de partida y ven que los tripulantes de la otra nave no estaban allí, deciden trasladarse a la comisaria para declarar en emergencia al otro "pájaro" 18 . "Nosotros estábamos en la comisaría y un lugareño se acercó con lo que parecía ser el resto de una parte de un Bell UH 1H19 (según identificó un mecánico del Liceo se trataba del tanque de nafta). Cuando fuimos al lugar, a unos 10 km de donde estuvimos antes, vimos las distintas partes de la nave esparcidas por la costa. Tuvimos que juntar los cuerpos de nuestros compañeros y los restos de la nave hasta que llegó Prefectura Naval para hacerse cargo de la situación", ratifica.

"Mientras casi todos decían que era un accidente, el mecánico del helicóptero (el mismo que identificó el tanque de nafta) sostenía que había sido un ataque", relata Medina. "En ese momento, ya en la comisaría, donde ni bien llegamos nos sacan las armas por miedo a que hagamos algo lamentable en nuestro estado de shock, agentes de inteligencia lo aprietan a tal punto de que tuvo un derrame estomacal de los nervios porque seguía sosteniendo que lo habían volteado", recuerda, antes de afirmar que el "piloto que manejaba el 414 nunca más volvió a pilotear nada".

"Todo se volvió confuso para nosotros. Los patrullajes por las costas y las guardias en las instalaciones consideradas objetivos militares se intensificaron. Los días transcurrían de situación nerviosa a alertas rojas. Había días enteros que estábamos apostados sin relevos en los lugares asignados a resguardar", finaliza Medina.

Cabe aclarar, como dice Medina, que el diario de guerra que poseen él y otros soldados del Liceo Roca, comienza a partir del día 20 de abril de 1982 ya que, en el archivo naval, no hay registro de lo ocurrido entre los días 2 y 19 de ese mes. "No hay nada documentado de esas fechas. Desapareció todo. Es como si el Liceo no hubiese existido ", afirma.

Por otro lado, como nunca se hicieron los peritajes correspondientes a la aeronave y nunca hubo un documento oficial que constate lo ocurrido, fuentes consultadas, niegan la teoría del derribo y sostienen la del accidente aéreo. Sin embargo, según se pudo saber, uno de los busos que participó del rescate de los cuerpos y las partes del helicóptero confesó a distintos soldados del Liceo que por la cantidad de pedazos chicos y los metros a la redonda que se encontraban dispersos, coparado con otros accidentes de gran magnitud en los que había paricipado, le daba la pauta de que el derribo se había producido por un tercero.

La rutina diaria de los prisioneros. A continuación se presenta un fragmento de la lista de tareas de los prisioneros ingleses que estaban bajo custodia de las tropas argentinas en el Liceo y las órdenes que recibieron los oficiales del establecimiento sobre cómo proceder en el trato con los detenidos.

jueves, 27 de abril de 2017

El terrorista asesino Taiana alerta sobre la diplomacia hacia Malvinas

Un 2 de abril con nuevas alertas y preocupaciones
Hoy podemos ver que el reclamo de la soberanía argentina sobre Malvinas ha dejado de ser una prioridad para el actual Gobierno y que incluso se ha firmado una serie de acuerdos bilaterales con el Reino Unido que excluye manifiestamente el debate sobre la soberanía
Por Jorge Taiana | Infobae


Terrorista condenado por asesinato y ex ministro de RREE del régimen kirchnerista

Este 2 de abril se cumple un nuevo aniversario del inicio de la guerra de Malvinas que debe servirnos para rendirles el merecido homenaje a nuestros soldados, reafirmar nuestros legítimos derechos y reflexionar sobre la política del actual Gobierno que lidera el ingeniero Mauricio Macri sobre la cuestión Malvinas.

También en política exterior, como en muchas áreas de la gestión de Cambiemos, se puede observar que se ha perdido firmeza en el reclamo de soberanía y que las provocaciones y los avances del Reino Unido sobre nuestros derechos se han convertido en una constante.

Es necesario recordar la historia y la política exterior argentina para comprender que mantener buenas relaciones diplomáticas con otros países no significa claudicar en la defensa del interés nacional ni abandonar nuestros legítimos reclamos que, por mandato constitucional, debemos exigir.

Desde la usurpación de las islas en el año 1833, la Argentina ha reclamado incansablemente por la recuperación del ejercicio pleno de su soberanía sobre las Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes. Por su parte, el Reino Unido, que nunca demostró voluntad de dialogar sobre la disputa reconocida por la resolución 2065 de Naciones Unidas, con el correr del tiempo ha endurecido su postura a medida que crecían las expectativas por la explotación de hidrocarburos en la zona; a la vez que ha incrementado las acciones unilaterales de militarización e introducción de armamento nuclear en el Atlántico Sur con base en las islas Malvinas.


Ante este panorama, desde el Parlasur estamos impulsando diversas iniciativas para que los Estados miembros del Mercosur continúen cooperando para poner fin a la ocupación militar del Reino Unido en parte del territorio nacional argentino mediante la prohibición del uso de sus puertos o sus aeropuertos por parte de aeronaves o buques militares británicos destacados o en tránsito desde o hacia las islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, excepto en emergencias o urgencias humanitarias.

A partir del año 2003, desarrollamos una intensa tarea diplomática que logró consolidar una estrategia regional y multilateral en apoyo a nuestros legítimos derechos soberanos. El reclamo nacional por la soberanía efectiva de las islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes se fortaleció en ámbitos regionales como el Mercosur, la Unasur, la Celac, OEA entre otros, y en foros multilaterales y birregionales como la Cumbre Iberoamericana, el Movimiento de Países no alineados, el G77, la Cumbre de Países Árabes y de América del Sur, la Cumbre de América del Sur y África, que han reiterado llamados a ambos Gobiernos para que reanuden las negociaciones para solucionar la disputa de soberanía.

También en el año 2009, junto con un importante equipo de técnicos y científicos que integran Copla, presentamos la documentación a Naciones Unidas para establecer el límite exterior de la plataforma continental, que suma a la Argentina más de 1,7 millones de kilómetros cuadrados de territorio.

Hoy, sin embargo, podemos ver que el reclamo de la soberanía argentina sobre la cuestión Malvinas ha dejado de ser una prioridad para el actual Gobierno y que incluso se ha firmado una serie de acuerdos bilaterales con el Reino Unido que excluye manifiestamente el debate sobre la soberanía. Nos encontramos ante una política tendiente a desmontar las medidas legales que el Estado argentino puso en vigencia para resguardar sus derechos y proteger sus recursos naturales renovables y no renovables. Estos recursos son apropiados ilegalmente por la fuerza de ocupación británica mediante acciones que expresamente están prohibidas por las Naciones Unidas.

A 35 años del inicio de la guerra, debemos honrar a nuestros caídos y exigir que la cuestión Malvinas no se convierta en sólo un ítem más en la agenda bilateral con el Reino Unido, que aparezca o desaparezca en virtud de los objetivos de corto o mediano plazo que se persigan.

El reclamo por las islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes es una política de Estado que debe continuarse porque sólo a través de la constancia, la persistencia y la firmeza lograremos sentar en la mesa de negociaciones al Reino Unido para dialogar sobre los derechos soberanos que nos asisten, tal como la comunidad internacional y nuestra propia Constitución indican.

martes, 25 de abril de 2017

"Gran Bretaña es una amenaza a la región"

Director del Museo Malvinas: “Gran Bretaña es una amenaza para la región”
Federico Lorenz fue funcionario del kirchnerismo. Dice que el PRO, que antes desdeñaba el reclamo por las islas, ahora cambió su postura.
Por Nadia Dragneff | Perfil



El Museo Malvinas que Federico Lorenz preside, como otras instituciones creadas por el kirchnerismo, fue símbolo del relato nacional y popular sobre la soberanía. El historiador, especialista en el periodo, había participado del guión inicial y luego fue desplazado del proyecto. También estuvo a cargo de otros programas emblemáticos de la era K como “Educación y Memoria”. Años más tarde, y con el cambio de gobierno, fue convocado para dirigir el lugar.
En diálogo con NOTICIAS, Lorenz cuenta cuál es el sentido de mantener ese espacio para la memoria del suceso histórico (el 2 de abril se conmemoran 35 años del comienzo de la Guerra de Malvinas) y opina sobre la visión con que el macrismo encara el tema.
Noticias: ¿Qué lugar ocupa Malvinas para esta gestión?
Lorenz: El lugar que tiene ha ido cambiando con el nuevo gobierno, algo que no era prioritario hoy lo es. Eso brinda una posibilidad de avanzar y no repetir la circularidad que muchas veces tiene el tema. Me parece que a veces hay choques entre una voluntad de avanzar sin mucha precisión, con lo consolidado que está el tema Malvinas en ciertos sentidos comunes.
Noticias: ¿Cree que construir un museo sobre Malvinas hubiese sido posible en la actual gestión?
Lorenz: No, claramente no. Fue posible en la gestión anterior por el énfasis que se hacía en los relatos nacionales. No lo digo como algo peyorativo, se puede discutir, o no, la calidad del relato, pero había un énfasis en la historia como elemento de construcción de identidad. En este lugar invirtió el Estado nacional y todos los argentinos. Es excelente para discutir y construir, si en verdad se quiere esto. También lo es para “tirar piedras” en uno y otro sentido. Lo que no podemos es desperdiciar algo que la sociedad argentina construyó. Este es un lugar para sensibilizarnos sobre ciertos temas, incluso para quienes nos gobiernan. Estoy cuidando un lugar que nos pertenece a todos.
Lorenz siente que el cambio de gobierno permite que ciertas personas que reivindican la dictadura o la guerra quieran volver a instalar esas cuestiones en las que creyeron siempre, como muestran las declaraciones de Juan José Gómez Centurión, el titular de la Aduana que sostuvo que los militares no tuvieron un plan sistemático para la desaparición de personas. Lorenz dice: “No creo que expresen una línea política, sí que lo hace con respecto a sectores que, ante el cambio de contexto, intentan avanzar”, sostiene.
Noticias: ¿Qué piensa de las críticas que realiza la oposición sobre el manejo del tema?
Lorenz: Considero que la oposición marcó fallas sobre este gobierno respecto a la cuestión de la soberanía que, para mí, está bien orientada. Es importante construir una mirada regional sobre las islas, no es un problema entre la Argentina y Gran Bretaña, es una amenaza que genera este último país sobre la región. La actual situación obviamente tiene que ver con la usurpación de 1833 pero las condiciones en las cuales se desarrolla la disputa hoy tienen que ver con nuestra propia responsabilidad como país. Malvinas es la región más militarizada del Atlántico sur, esto no se puede ignorar a la hora de plantear cualquier política. Creo que se está trabajando en el sentido de la mirada regional y esto requiere de muchas articulaciones de instituciones del Estado.

lunes, 24 de abril de 2017

VGM recibe su placa identificatoria de manos de un soldado inglés

Excombatiente de Malvinas recuperó su placa en poder de un soldado inglés
Fue hallada en 1991 durante un reconocimiento de terreno en las Islas.
La Nueva


Excombatiente de Malvinas recuperó su placa en poder de un soldado inglés. Sociedad. La Nueva. Bahía Blanca

   Un oficial del Ejército, que luchó en la Guerra de Malvinas, recuperó 35 años después su placa identificatoria perdida en combate, que estaba en poder de un soldado inglés que lo creía muerto y buscaba a su familia para dársela.

   La historia se conoció en los últimos días, luego de que el coronel Enrique Magnaghi recobrara la medalla que se le salió de su cuello cuando, en 1982, fue derribado el helicóptero que piloteaba.

   Según informó el Ministerio de Defensa, el soldado inglés halló en 1991 la placa del combatiente argentino durante un reconocimiento de terreno que debió realizar en las Islas Malvinas.

   El militar argentino dueño de la placa era un teniente primero y piloto del helicóptero Súper Puma durante la guerra de 1982 y fue derribado por un avión inglés Sea Harrier cuando volaba a baja altura.



   En ese momento pretendió realizar una maniobra de aterrizaje, lo que derivó en el incendio de la cabina del helicóptero en que se encontraba, a una milla de la costa malvinera.

   "No me morí por los disparos ni por los golpes, pero pude morir quemado. Fue fuerte todo lo que pasó como para pensar en la placa de identificación", relató Magnaghi.

   "Fue un momento fuerte, igual que cuando recibí una foto de la placa de identificación", recordó el excombatiente.

   Magnaghi llegó a Malvinas el 7 de abril de 1982 con 31 años, integrando una compañía compuesta por cinco helicópteros Puma y dos Chinook de la aviación de Ejército, cuya misión eran hacer vuelos de rescate, de reconocimiento y de transporte. (DyN)