miércoles, 17 de junio de 2015

Veterano de la RN vive en la Patagonia


Malvinas: la historia del único veterano de guerra británico que vive en Argentina
Juan Pablo Parrilla - Infobae

Se negó a recibir la medalla del Atlántico Sur y dejó la Marina Real tras el conflicto. En 2012 se casó con una correntina. Defiende la soberanía argentina, pero no consigue el DNI



James Richards asegura tras su baja de la Royal Navy, los servicios de inteligencia británico lo fantasmearon. Intentaron borrar su pasado. Fueron veteranos argentinos los que encontraron sus fotos durante la guerra.

James Richards asegura tras su baja de la Royal Navy, los servicios de inteligencia británico lo "fantasmearon". Intentaron borrar su pasado. Fueron veteranos argentinos los que encontraron sus fotos durante la guerra.

Richards viajó desde Gibraltar a las Islas Malvinas en el HMS Antelope, una fragata de la Royal Navy.


James Richards vive en Los Antiguos, Santa Cruz, junto a su esposa, la correntina Laura Canessa.

James Richards vive en Los Antiguos, Santa Cruz, junto a su esposa, la correntina Laura Canessa. "Vine aquí por amor, vine aquí por una vida tranquila en un pequeño pueblo en la Patagonia", cuenta. 

Laura Canessa, la esposa de James Richards, tiene dos primos que combatieron en la Guerra de Malvinas y es miembro de la organización internacional Mujeres de Paz en el Mundo.


James trabaja de carpintero, un oficio que aprendió de su abuelo. "Me gustaría pasar una vida feliz y productiva dentro de la comunidad aquí, pero estoy siendo bloqueado", comenta, sobre la dificultad de conseguir DNI.

James y Laura se casaron el 2 de abril de 2012 a las 8.30. Elegimos esa hora porque coincide con el principio y el final de la guerra, cuenta Laura. Ese día decidimos trabajar por la paz, agrega.

James y Laura se casaron el 2 de abril de 2012 a las 8.30. Elegimos esa hora porque coincide con el principio y el final de la guerra, cuenta Laura. Ese día decidimos trabajar por la paz, agrega.


Una historia de amor lo llevó a la Patagonia y sin quererlo terminó siendo el único veterano británico de la Guerra de Malvinas que vive en el país. Sin embargo, a pesar de que James Richards piensa que "las islas son argentinas", desde hace tres años pelea para conseguir la ciudadanía. "Mi pasaporte venció y estoy en el limbo", le contó a Infobae en la primera entrevista que brindó desde su arribo a las tierras frías del sur. En abril del año pasado le escribió una carta a la Presidente, pero aún no obtuvo una respuesta.

No sabía que iba a ir a una guerra. Cuando en abril de 1982 Argentina recuperó las Islas Malvinas, James Garry Richards era un suboficial que servía en la Marina Real británica, una fuerza a la que amaba y en la que se auguraba a sí mismo una larga carrera. El barco en el que prestaba servicio como ingeniero en armas estaba regresando a Inglaterra después de una ardua misión en el norte de África, pero repentinamente viró hacia Gibraltar, donde Richards tuvo que abordar el HMS Antelope, que partió hacia Malvinas. "Fui un virtual prisionero. No tuve derecho a elegir", evaluó.

A la tripulación le dijeron que sería algo sencillo, que las Fuerzas Armadas argentinas se rendirían en menos de una semana frente a una poderosa tropa con 900 años de experiencia. Sin embargo, el conflicto se extendió más de lo pensado. Richards estuvo a cargo del entrenamiento de los más jóvenes, así como del equipamiento de los buques y el mantenimiento del armamento. "Hice mi trabajo mientras estuve allí, por supuesto. Pero decidí que había sido suficiente para mí", contó.


Cuando Richards regresó al condado de Yorkshire, en el norte de Inglaterra, era otra persona. Se negó a recibir la medalla del Atlántico Sur, rechazó una pensión de veterano y dejó la Marina. El equivalente a casi dos años de salarios que le obligaron a pagar para compensar el dinero "invertido" en su preparación no fue un obstáculo. Y decidió reinventarse. Hasta empezó su propio negocio, diseñando equipamiento especial para veteranos, como sillas de ruedas.

"Todo el mundo me preguntaba qué había hecho en la guerra, pero yo no quería hablar de eso. De hecho, durante 29 años no lo hice. No hablé sobre cuestiones políticas, no leí los diarios militares, no hablé nada más sobre la Guerra de Malvinas", recordó.


Richards asegura tras su baja de la Royal Navy, los servicios de inteligencia británicos lo "fantasmearon". Intentaron borrar su pasado. Fueron veteranos argentinos los que encontraron sus fotos durante la guerra.

Fue su esposa, la correntina Laura Canessa, la que lo animó a contar su experiencia en Malvinas. Ella es miembro de la organización internacional Mujeres de Paz en el Mundo y tiene un vínculo directo con la guerra, a través de sus primos: el teniente Bernardo Schweizer, quien fue el primer argentino en pisar las islas en la noche del 1 de abril de 1982 junto a un cabo, y su hermano Carlos, quien llegó en la segunda nave que desembarcó y también participó de la avanzada.



La pareja se conoció vía Facebook, en un grupo sobre Fórmula 1, de la que ambos son fanáticos. Eran los últimos días de 2010 y el flechazo, al parecer, fue casi instantáneo: apenas 36 días después Richards voló a la Argentina y 14 meses más tarde, un 2 de abril, contrajeron matrimonio, gracias a un permiso especial del registro civil. Se radicaron en la ciudad santacruceña de Los Antiguos, a más de mil kilómetros de Río Gallegos y cerca de la frontera con Chile. El veterano Carlos Schweizer fue uno de los padrinos de boda.


James y Laura se casaron el 2 de abril de 2012 a las 8.30. "Elegimos esa hora porque fue la hora oficial del comienzo y el fin de las hostilidades", cuenta la correntina. "Ese día decidimos trabajar por la paz", agrega.

Las Malvinas, argentinas

El 3 de junio de 2012, Richards fue invitado por dos centros de veteranos de Santa Cruz para charlar sobre la guerra. Fue la única vez que habló en público del tema. Entre otras cosas, le preguntaron qué pensaba sobre la soberanía de las islas. Y si bien no respondió con palabras, hizo un gesto que despertó aplausos: mostró un gorro que tiene con un prendedor de las islas con los colores argentinos.

"La forma en que logro que las cosas salgan bien es trabajarlas yo mismo. Hice esto con Malvinas. Cuando llegué aquí no me di cuenta qué importante era el tema. En Gran Bretaña, después del conflicto, nadie hablaba de eso. Fue olvidado hasta hoy. Pero acá es un tema importante. Entonces, hice mis investigaciones. Busqué el punto de vista argentino, el punto de vista británico, el de los Estados Unidos, Rusia, China y de todos lados, y saqué mi propia conclusión", explicó.

¿Cuál fue? "Me pusieron en peligro al pelear por unas islas de las que nunca había oído hablar, para defender a personas que querían vivir en el lado opuesto del mundo a su patria. Esta fue una guerra que nunca debió haber sucedido y que sólo se produjo para servir a las ambiciones de dos políticos en caída que estaban desesperados por continuar con sus respectivas carreras sin importar el costo", observó, en una triple crítica a Margaret Thatcher, Leopoldo Galtieri y los kelpers.

Y aunque advirtió que no quiere ser parte de los argumentos políticos en torno a la soberanía, tiene una opinión formada. "Los dos países tienen explicaciones muy convincentes, pero el peso de la evidencia objetiva de las fuentes no interesadas me lleva a la inevitable conclusión de que las Malvinas son argentinas", sentenció.


En el limbo

No sólo quiere vivir en la Patagonia. James Richards quiere ser argentino. Llegó al país con esa idea y desde hace tres años pelea por una ciudadanía que por ahora sólo es parte de sus sueños. Lo único que tiene es un "Certificado de residencia precaria" que debe renovar cada tres meses, para lo cual tiene que viajar casi 440 kilómetros desde Los Antiguos hasta Comodoro Rivadavia, muchas veces en invierno, a lo largo de las heladas carreteras de la Patagonia.

En 2014 decidió enviarle una carta a la presidente Cristina Kirchner, que el 14 de abril ingresó a la Casa Rosada. "Una y otra vez he completado los formularios y aplicaciones protocolares, pero no ha pasado nada, y no he recibido nada más que excusas, desinformación y más desinformación. Todo este proceso ha llevado tanto tiempo que mi pasaporte británico expiró, lo que me hace un prisionero virtual, debido a la exigencia de una identificación válida para viajar", escribió.

James espera que la ciudadanía no sólo le facilite la vida y le permita trabajar en blanco y acceder a un tratamiento médico, sino también poder viajar por el país y aceptar la propuesta de distintos centros de veteranos que lo han invitado a contar su experiencia. Es una prueba fehaciente de que el diálogo es posible.

Consultado sobre lo que le diría a la Presidente si tuviera la posibilidad de conversar con ella, contestó: "No quiero ninguna respuesta. No quiero saber por qué yo ni por qué ha sido tan difícil. Sólo me gustaría que proceda. Y que me digan, de una manera u otra, si voy a conseguir la ciudadanía en este país -en el que me voy a quedar-, o si voy a tener que seguir renovando el certificado que tengo cada 90 días". Y remató: "No vine aquí a representar a nadie. Vine aquí por amor, por una vida tranquila en un pequeño pueblo en la Patagonia. Sólo les pido que jueguen el juego, que sean justos conmigo".

martes, 16 de junio de 2015

"Sin Chile hubiésemos perdido la guerra"

“Sin la ayuda de Chile, perdíamos la guerra”
El oficial de la fuerza aérea británica Sidney Edwards y el capitán de fragata argentino Ernesto Proni Leston en un punto fueron iguales: sirvieron a su modo a su patria durante la guerra de Malvinas. Pero el final, para el uno y para el otro fue diferente: al inglés lo condecoraron con la Orden del Imperio Británico, y el argentino terminó trabajando de remisero.
Diario Norte



En cuanto las tropas argentinas tomaron posesión de Malvinas, el 2 de abril de 1982, el Ministerio de Defensa británico encomendó a uno de sus espías, Sidney Edwards, de 47 años, conseguir el apoyo chileno en el conflicto. Tan secreta era la misión que recién después de la guerra su mujer se enteró dónde había estado.

El agente planificó bien la operación. Se entrevistó con el embajador chileno en Londres Miguel Schweitzer y el agregado aéreo Ramón Vega. Les dijo que para Inglaterra era vital conseguir el apoyo para su contraofensiva en las islas: “Si no nos ayudan en la guerra los argentinos caminarán después derechito a tomar las islas del Beagle”. También les prometió armamento, inteligencia “y otras cosas que normalmente no podrían conseguir”. Días después, vestido de civil, ya estaba en el Aeropuerto de Santiago y esa misma tarde se reunió con el comandante de la Fuerza Aérea Fernando Matthei, que le ofreció “cooperación total dentro de los límites de lo práctico y de lo diplomáticamente posible”.

Una sola condición le puso: si algo salía mal, Pinochet debía aparecer ante los ojos de la opinión pública internacional como ignorante del asunto. El inglés respondió que entendía “la delicadeza de las relaciones entre los dos países” y coincidió en “la necesidad de mantener el secreto”.

A los pocos días ya tenía un documento falso de identidad, un auto, y una licencia para manejar. Vivía con un pie en la embajada británica y otro en las oficinas centrales de la fuerza aérea chilena.

Al servicio de Inglaterra

Chile se puso al servicio de In­glaterra facilitándole el uso de un radar de largo alcance instalado en Punta Arenas. El implemento permitía a los ingleses ver los mo­vimientos de aviones argentinos en Ushuaia, Río Gallegos, Río Grande y Comodoro Rivadavia, y transmitir la información a la fuerza aérea británica.

El radar les daba avisos tempra­nos de ataques aéreos argentinos. Años después, el mismo espía confesaría: “Sin ese elemento, habríamos tenido que montar patrullas aéreas de combate ca­rísimas. Las informaciones que recibíamos desde allí hicieron que la guerra fuera más corta”.

Otra tarea de Edwards, quien también era piloto y experto en operaciones conjuntas, fue coor­dinar con Londres el envío de un equipo del Servicio Aéreo Especial Británico (SAS), al cual venía in­corporado un sofisticado sistema satelital de comunicaciones.

Chile también permitió a los ingleses utilizar el aeropuerto de la isla San Félix, ubicada a 892 kilómetros de la costa chilena. Desde allí partían aviones bri­tánicos pintados con los colores chilenos, los cuales volaban a gran altura cerca de la frontera argentina “para obtener información de lo que pasaba en ese país”. Fueron cinco vuelos de reconocimiento, denominados misiones Nim-rod. Según las memorias del espía, “en la isla, a cargo de la Armada, el almirante José Toribio Merino había ordenado darnos todas las facilidades”.

Al mismo tiempo, en una carpeta, Edwards anotaba los aviones ingle­ses derribados, buques hundidos y tropas heridas. “Con mis colegas chilenos coincidimos en que los pilotos argentinos estaban mos­trando un gran coraje y habilidad”, recordó años después, cuando todos estos documentos fueron desclasificados por su país.

Tensión en   Punta Arenas

Casi a la medianoche del 18 de mayo de 1982, en las afueras de Punta Arenas, un helicóptero Sea King apareció ardiendo cerca del mar, vacío. Otra vez el teléfono despertó en plena madrugada al espía. Era el general Vicente Rodrí­guez, “que estaba extremadamente agitado” porque Pinochet quería saber qué hacía un helicóptero británico en Chile. El dictador lo sabía, pero de acuerdo a lo con­venido se lo debía hacer aparecer como inocente de culpa y cargo.

Edwards pidió instrucciones a sus jefes de Londres sobre qué debía hacer ante el grave incidente que desnudaba una activa presencia militar inglesa en Chile. Dos días después, aparecieron tres de los tripulantes del helicóptero, y se presentaron ante las autoridades. La embajada británica organizó entonces una conferencia de prensa, con presencia de Sidney Edwards. Uno de los pilotos dijo a los periodistas que en momentos en que realizaban un “viaje de entrenamiento” las malas condi­ciones climáticas los obligaron a descender y que se mantuvieron ocultos porque creían que habían caído en territorio argentino.

La verdad era muy distinta. El Sea King en realidad transportaba fuerzas especiales para desembar­carlos en el sur de Argentina con el objetivo de destruir misiles Exocet y aviones Súper Étendard que los llevaban. Tal operación debió ser abortada tras la caída del helicóp­tero y el consiguiente escándalo mediático.

Días después disminuyeron los ecos periodísticos sobre ese caso. Pero un periodista insistió. Edwards les dijo a las autoridades chilenas que “estaría feliz” si el reportero enfocara su atención en otras cosas. Días después preguntó sobre el reportero a Patricio Pérez, un oficial de la fuerza aérea chilena. “No te preocupes por él. Está vivo, pero muy asustado”, le respondió.

Las tropas argentinas se rindie­ron el 14 de junio de 1982 y, con un saldo de 255 británicos y 649 argentinos muertos, la corta guerra se terminó. Edwards fue a la dis­coteca Brujas a celebrar el triunfo. “Muchos de mis colegas chilenos se me unieron en esa discoteca, y estaban tan contentos como yo de la victoria”, recordó.

Por esta misión lo condecoraron con la Orden del Imperio Británico. Hoy tiene 80 años, y recuerda: “Con la ministra Margaret That­cher y mis jefes del Ministerio de Defensa coincidimos que sin la ayuda que logramos de Chile habríamos perdido la guerra”.

La otra cara de la moneda

 El 4 de mayo de 1982 aviones argentinos Súper Étendard dotados de misiles Exocet hundieron el moderno destructor Sheffield. Fue un duro golpe para las fuerzas británicas. El gestor de la hazaña fue el capitán de fragata Ernesto Proni Leston, quien al comando de un avión de exploración Neptune localizó a la nave de guerra inglesa, la siguió por varias horas, y envió precisas coordenadas que permitieron horas después a los aviadores atacarla con éxito.

Proni Leston murió en agosto de 2014. La noticia pasó inadverti­da mientras irónicamente el periodismo argentino se esmeraba en difundir el fallecimiento del general inglés Jeremy Moore.



El capitán argentino fue otro de los tantos casos emblemáticos del poco reconocimiento que en este país se dio a los héroes de la guerra de Malvinas. Tras su retiro de la Armada, el excombatiente debió trabajar como remisero porque con su magra jubilación no podía mantener su hogar.

En los últimos tiempos de su vida le costaba caminar, secuela de un disparo que le efectuó un marginal que lo asaltó mientras traba­jaba por las calles de su ciudad. “Lo que no pudieron los ingleses lo logramos los argentinos con nuestra conducta esquizofrénica”, declaró, recordando su infortunio, un excompañero de lucha. Esa fue la ‘condecoración’ que recibió quien habiendo hecho méritos para ser declarado Benemérito de la Patria terminó sus días olvidado, sin pena y sin gloria.

lunes, 15 de junio de 2015

Al ras con un Canberra

BOMBARDEOS NOCTURNOS DE AVIONES CANBERRA



El 12 de junio de 1982, pese a la crítica situación que se vivía en Malvinas, los aviones BMK-62 Canberra continúan los bombardeos nocturnos. Durante una de las misiones, el avión tripulado por el capitán Eduardo Oscar García Puebla y el primer teniente Jorge Julio Segat, al volar a ras del agua, se desvía del rumbo y se encuentra con la flota.

Pegado al mar y amparado por la oscuridad, con todas las luces, incluso las del instrumental, apagadas, cruza entre dos fragatas sin ser visto. Cómo única referencia, el capitán García Puebla utilizó el reflejo esporádico de la luna sobre la cresta de las olas. Aun así logró llegar al objetivo y bombardearlo con precisión causando gran cantidad de bajas y destrucción de material.

Fuente: Dirección de Estudios Históricos de la Fuerza Aérea Argentina

domingo, 14 de junio de 2015

Los combates del 13 de Junio

13 DE JUNIO :



No será hasta la noche del 13 que el 2 PARA y el Segundo Batallón de la Guardia Escocesa tomen Wireless Ridge y el monte Tumbledown tras intensos combates contra el Batallón de Infantería de Marina 5 y el Regimiento 7 de Infantería y la Compañía A del Regimiento 3 que la apoyaba.

El asalto británico se demoraba ante la desesperada y enérgica resistencia.
Las tres compañías del Batallón de Infantería de Marina 5, sus 700 hombres a órdenes del capitán de fragata Carlos Hugo Robacio ahora esperaban luchar contra el invasor en la zona de monte monte Tumbledown yWilliam y la colina Sapper.

Mientras los esperaban con ansiedad creciente, el mayor Aldo Rico montó emboscadas para proteger el perímetro y envió a varios comandos a instalar una emboscada frente al monte William.

Un infernal diluvio de acero se abatió sobre las Compañías A y C del Regimiento 7 que sería la unidad con más bajas de la guerra:
36 muertos y 152 heridos.
En este bombardeo se destaca el Capitán Guillermo Grau del Regimiento 7, que con un Land Rover se mueve a través de las zonas batidas, evacuando heridos.

La batalla y el fuego inmediato proveniente de Wireless Ridge al amanecer que siguió duró doce horas y había sido costosa para los británicos. 3 PARA perdió diecisiete muertos durante la batalla, un ingeniero real agregado al 3 PARA, también fue muerto.
Dos de los paracaidistas muertos -los soldados rasos Ian Scrivens y Jason Burt- solo tenían diecisiete años, y el soldado raso Neil Grose fue muerto unas pocas horas después de cumplir 18 años.
Un total de cuarenta paracaidistas británicos resultaron heridos durante la batalla. Otros cuatro paracaidistas y un inginiero real (REME) murieron y siete paracaidistas resultaron heridos en el bombardeo de dos días que siguieron y que fue dirigido por el Teniente de Navio Marcelo de Marco del Batallón de Infantería de Marina Nº 5 en la montaña de Tumbledown.

Los argentinos sufrieron 31 muertos y 120 heridos, con cincuenta también siendo tomados prisioneros. Entre los heridos sobrevivientes estaban inicialmente los soldados conscriptos Ramón Quintana y Manuel Gramisci.

Monte Tumbledown :

En el Monte Tumbledown la Guardia Escocesa ejecuto un ataque frontal.
Pese a sufrir bajas, logra posibilitar que otras fuerzas de Gurkha rodeen la posición defendida por la Compañía Nacar del BIM 5 (comandados por el teniente de navío Eduardo Villarraza) por el norte. Efectivos menores son destacados para silenciar los nidos de ametralladoras enemigas, trabándose en combate con el oponente.
La Batería de Artillería y Morteros de los infantes de marina (a requerimiento del Teniente Vázquez) bate en varias ocasiones la Compañía Nacar, con material 81, 106 ó 155 mm según los casos.
El combate fue extremadamente violento.

EL ASALTO FINAL ESCOCÉS :


El asalto final en el sector Tumbledown esta a cargo de los pelotones de los tenientes Dalrymple, Mathewson y Lawrence.

Mientras tanto los Gurkhas se preparaban para asaltar el Monte William y ya habían conquistado algunos pozos de la Compañía Nacar.
Un peloton de infantes de marina estaban atrapado entre los montes Tumbledown y William por el avance nepalés sin escapatoria.
Al advertir la situación, fue empleado el resto de la Compañía B del Regimiento 6 con el Jefe de compañía a la cabeza.

A las 1000 horas se ejecuta un ordenado repliegue:
primero, hacia Sapper Hill (colina Zapador), y luego,
hacia Puerto Argentino.

Se replegaron ordenadamente a la posición defensiva en la colina que reforzaron con ametralladoras.
Allí los infantes de marina ocuparon posiciones defensivas,
incluidos los ingenieros anfibios.

Fue el propio capitán Robacio quien luego buscó y reconoció los muertos del BIM 5 en monte Tumbledown que había sido muy batido por la artillería británica.

EN EL CONTINENTE ...:


Esa noche hubo una gran manifestación en Buenos Aires exigiendo la no rendición; "..no es posible inflamar a una sociedad como lo hizo la Junta y luego pretender que no reaccione..." , se diría por esas horas .

Galtieri ha prohibido a Menéndez que se rinda , en caso de hacerlo que no firmara nada sin su consentimiento .

Desde el continente, la maltrecha Fuerza Aérea Argentina aún intenta asestar sus postreros golpes.

Hay un último plan peruano de paz en marcha.

ÚLTIMO CONTRATAQUE :


Antes de que amaneciera, el sol clareaba tarde en el casi invierno malvinense, el mayor Carlos Eduardo del Valle Carrizo Salvadores con algo menos de una compañía realizaron el último contraataque contra los británicos.
Los soldados Horacio Cañeque y Santiago Gauto describen en "Así peleamos"- Malvinas (Fundación Soldados) y Los Dos Lados Del Infierno (Planeta) lo que sucedió e indican que el Mayor junto a los soldados del grupo táctico que lo acompañaban mediante el grito :

- ¡Esos que tienen pelotas, síganme!

....se lanzaron al asalto de las últimas posiciones argentinas capturadas en La Cresta del Telégrafo.
Pero no tuvieron suerte. Los paracaidistas británicos ya habían conquistado La cresta , y la niebla se había levantado.

"LA CAIDA DE MONTE DESTARTALADO "


Una columna de 1.000 britànicos y treinta vehículos livianos de apoyo (tipo Scorpion y Land Rover), avanzaba por la península de Freycinet con dirección sur.

A las 09:00 horas habían conquistado los objetivos de Tumbledown y Wireless Ridge.

La artillería (GA 3 y GA Aerot 4) tiró, en forma casi ininterrumpida, sobre las posiciones enemigas en North Basin, Monte Longdon y Drunken Rocks; también apoyaron el combate del BIM 5 y R 17. Desde sus posiciones, los artilleros vieron el repliegue de parte de la infantería que se retiraba de la primera línea.

El enemigo empleó con éxito la bomba Paveway (láser guiada), que había intentado operar el día anterior y había fallado. Ahora disponía de un ECA láser, operando desde tierra para la iluminación del blanco. Atacaron un puesto de control de infantería Argentina en las laderas de Monte Longdon. El ECA era el Mj Mike Howles. El procedimiento aéreo fue lanzamiento por "toss-bombing". No hubo impacto directo en el primer ataque, pero sí lo hubo en el segundo intento. Durante la tarde se efectuó un ataque sobre Moody Brook, posición de artillería argentina.

Un Hercules abortó un primer intento de aterrizaje, tocó tierra en un segundo intento, a las 19:10 hs. Se bajó un cañón Citefa 155mm y munición. Se ordenó embarcar. Entre el pasaje viajaban los integrantes de la ROA que habías sido desactivada el día anterior y los efectivos reemplazados de la batería. Una alarma roja obligó a suspender la operación, cortar motor y buscar refugio. A las 20:00, se ordenó nuevamente el embarque, dando prioridad a los heridos en camilla; se vieron bengalas en la aldea; el teniente Reyes, el CP Cardoso y el C Albornoz no pudieron embarcar. Este fue el último cruce del conflicto.

El jefe de escuadrón comentó: - ya no hay como pararlos, tienen mejores medios a su disposición, mientras el duelo de artillería continuaba. Estaba fallando el abastecimiento de agua debido a la rotura de las cañerías. El Ejército se replegaba; el enemigo estaba a 3,5 Km de los límites de la aldea; las avanzadas se hallaban a la altura del ex-cuartel de los Royal Marines en Moody Brook.

ATAQUE DE LA FAA AL PUESTO COMANDO DE EL GRAL. JEREMY MOORE :


Cuatro A-4B Skyhawk, indicativo "Nene", armados con tres bombas BRP. Misión: tropas Monte Dos Hermanas. Tripulación: (1) Capitán Antonio Zelaya, (C-230); (2) Teniente Omar Gelardi, (C-227); (3) Teniente Luis Cervera, (C-212); (4) Alférez Guillermo Dellepiane, (C-221). Despegaron de San Julián, a las 10:35. En el reabastecimiento, regresó el guía por absorción de combustible en la turbina. Los "Nene" quedaron a cargo del Nº 3, Teniente Cervera.

Partieron hacia el objetivo material, donde llegaron detrás de los "Chispa". Atacaron casi en línea con dicha escuadrilla, de Norte a Sur, observaron su lanzamiento y efectuaron el propio. Divisaron tropas y helicópteros que transportaban módulos de gran tamaño, color verde oscuro (puestos de comandos), a los que dirigieron su armamento (bombas).

En el escape rasante, el Alférez Dellepiane vio un Sea King, a su izquierda y arriba; lo atacó pero sólo salió un disparo. Increíblemente, éste único disparo le pegó a una de las palas del Sea King que debió aterrizar de emergencia y esperar su recuperación al día siguiente. Con rumbo 330º/340º, Dellepiane vio otro helicóptero, hizo rearme pero los cañones siguieron sin funcionar.

Cervera, por su parte, luego del lanzamiento, también atacó con cañones (a él si le funcionaron), a helicópteros en tierra y en vuelo. Se produjeron impactos.

Salieron por derecha, al tiempo que recibían información de Malvinas de patrullas aéreas de combate al Norte de San Carlos, nivel de vuelo 180, y otra, en Fitz Roy.

Cuatro A-4B Skyhawk, indicativo "Chispa", armados con tres bombas BRP. Misión: tropas en el Monte Dos Hermanas. Tripulación: (1) Capitán Carlos Varela, (C-222); (2) Teniente Mario Roca, (C-250); (3) Teniente Sergio Mayor, (C-235); Alférez Marcelo Moroni, (C-237). Despegaron de San Julián a las 10:41. Navegación y reabastecimiento normal.

Llegaron al objetivo antes que los "Nene", éstos los siguieron a muy poca distancia. Atacaron módulos (en los cuales estaban los generales J. Moore y J. Thompson y su Estado Mayor), al Norte del Cordón Rivadavia, próximo a Monte Dos Hermanas.

El Nº 2 observó la explosión de las bombas del guía. Vieron helicópteros y tropas en tierra. Al salir, divisaron y atacaron a dos Sea King, al parecer sin daños. En la salida avistaron dos misiles dirigidos al guía, quién los evadió. Ya al Norte del estrecho, advirtieron la misma fragata que localizara "Nene". Fueron informados por el Centro de Información y Control Malvinas de las patrullas aéreas de combate existentes.

ÙLTIMO ATAQUE DE LA FAA EN LA GUERRA DE MALVINAS :


Los últimos ataques de la Fuerza Aérea Sur :

Con el objeto de apoyar a la defensa terrestre de Puerto Argentino la FAS, en coordinación con el CIC Malvinas, ordenó a una sección de Canberra con escolta de Mirage III el que sería el último ataque de la guerra. Fue una operación impecablemente planificada, supervisada por los organismos del sistema de control aerotáctico y ejecutada con todo arrojo por los tripulantes. Como postrer muestra de entrega a la patria, el capitán Fernando Casado murió heroicamente en combate en esta misión.

Dos Canberra MK-62, indicativo "Baco", armados con cinco bombas MK-17 de 1.000 lbs c/u con espoleta SSQ. Misión: Bombardeo horizontal sobre Port Harriet House (51º 39' S / 58º 08' O). Tripulación: (1) Capitán Roberto Pastrán, Capitán Fernando Casado. (2) primer teniente Roberto Rivollier, primer teniente Jorge Annino. Despegaron de Río Gallegos a las 21:30.

En la corrida final (de sur a norte), el 1 se desvió un poco al este, el 2 lo perdió de vista. Lo sobrepasó y llegó antes al objetivo material, que confirmó con su Doppler y las indicaciones del radar Malvinas. Lanzó las bombas y viró a la izquierda, confirmando la explosión de las mismas.

Hasta ese instante no existía fuego antiaéreo, pero inmediatamente después se inició una intensa reacción. Fue en ese momento cuando el 1 sobrevolaba el objetivo material y efectuó su lanzamiento; a los pocos segundos fue alcanzado por un misil que le destruyó parte del avión y entró en tirabuzón chato.

El piloto Capitán Pastrán logró eyectarse, no así el navegador Capitán Casado que cayó y se estrelló. El Capitán Pastrán cayó en el mar, próximo a la costa, infló su bote, desembarcó y fue hecho prisionero.

El 2 evadió el intenso fuego antiaéreo con bengalas señuelos y Chaff mientras escapaba hacia el oeste. Vio los resplandores del intenso cañoneo en Puerto Argentino. Apreció que el fuego antiaéreo provenía de buques en Fitz Roy. Malvinas le informó que era perseguido por una PAC (70 MN al este que luego se alejó a 85 MN).

Las bombas cayeron, otra vez, muy próximas al puesto de control de los generales británicos.

El "Baco 2" arribó a Río Gallegos a las 00:05 del día 14 de junio.

sábado, 13 de junio de 2015

Esclavos pescadores en las Malvinas

Esclavos del océano



  Por Diego Martínez - Página 12
“No había ningún observador a bordo, tirábamos pescado y basura libremente”, cuenta un tripulante indonesio frente a cámara. “Era más fácil tirar en las Malvinas”, apunta otro. Las voces de los pescadores las tomó en la selva de Indonesia el documentalista neocelandés Guye Henderson, quien los entrevistó en sus casas e incluyó los testimonios en el documental Esclavos del océano, que presentó el año pasado. “Cuenta abiertamente cómo destruyen el ecosistema, cómo depredan, cómo tiran aceite fuera de borda o destruyen los arrecifes de coral desde ocho barcos coreanos que operan con licencia de Malvinas”, resume Milko Schvartzman.

“Un cuarto de la captura suele tirarse. Tirábamos el pescado dañado por las rocas de coral en la red, lo tirábamos sin dudarlo porque ningún observador lo veía”, explica el joven. “Tirábamos la basura así como las redes dañadas, especialmente si había algún barco detrás. Eramos ocho barcos coreanos de la misma compañía, tres arrastreros (léase que operan con red de arrastre) y cinco para calamar.” “Sólo nos quedábamos con el mejor y más grande pescado a bordo, tirábamos libremente el pez pequeño o dañado, no hay policía que vigile”, destaca.

“Cuando capturábamos mucho, unas veinte toneladas eran descartadas, aproximadamente un cuarto de la captura”, relata el segundo pescador. “Descargábamos, dependiendo de la captura, después de seis o siete días. Toma unos dos días para llegar al puerto de Malvinas”, apunta. “La principal razón para tirar el calamar es porque teníamos una captura más reciente y usualmente la anterior se ponía en mal estado”, explica. “El alimento en el mar ha declinado porque hay demasiados barcos arrastreros, por ello en los dos últimos años capturábamos calamar flaco. Escuché que la causa es porque los arrastreros han dañado y arrancado el arrecife, han dañado las áreas de alimentación de los peces. Los arrastreros suelen operar once meses al año, pescan dañando mucho el arrecife, el cual es atrapado y arrancado por las redes”, señala. “El aceite usado es vertido al mar directamente desde la sentina. En las Malvinas lo hacíamos en secreto, cuando el barco estaba a más de diez millas de la costa. Vertíamos el aceite cuando el mar estaba agitado. El motor cerca de la hélice también perdía, por lo que vertíamos aceite todos los días. Nos tomaba una hora al día, a veces lo hacíamos dos veces porque los sellos de la hélice perdían.”

–¿La policía los descubrió alguna vez?

–No, nunca.

–¿Y a algún otro barco?

–No, nunca.

–¿Cuántos barcos pescan en esa zona?

–En alta mar, unos trescientos.

viernes, 12 de junio de 2015

El 9 de Junio en tierra

9 DE JUNIO
¡Eran un espectáculo los morteros pesados!
Stte. Llambías Pravaz 
Foto de Guillermo C. Torrilla.
Guillermo C. Torrilla con Julio Anzotegui


Foto : Tiradores del RI4 en la cima del Monte Challenger. * Llambías Pravaz (C)

La Compañía Comandos 602 reagrupando todos sus efectivos disponibles al mando del mayor Aldo Rico se moviliza por tierra hasta las cercanías del río Murrell colocándose a 700 m del cerro Dos Hermanas junto al Escuadrón de Fuerzas Especiales 601 de la Gendarmería Nacional utilizando nuevamente el apoyo de fuego coordinado de una de las baterías del Grupo de Artillería 3 en Puerto Argentino.
Tenían como misión capturar el máximo posible de comandos británicos.

La acción resulta en un áspero combate con 50 hombres a cargo del teniente David Stewart del Batallón de Comandos 45.
Un grupo de tres o cuatro comandos británicos disparaban sus armas en dirección a la ametralladora MAG manejada por el sargento Mario Antonio Cisneros, y servida por el teniente primero Jorge Manuel Vizoso Posse muy cerca del río Murrell.

Un cohete LAW explotó contra el cuerpo de Cisneros, matándolo en el acto y a su lado Vizoso Posse (ambos 602) fue herido en la cabeza.

Posse abrió el fuego dificultosamente contra ellos y comenzó a replegarse hacia el puesto de socorro donde se hallaba la sección reserva a órdenes del capitán Eduardo Villarruel.

Los cabos Colville, Knott, Tanner y Wilkie, el sargento Jolly y el resto de los Royal Marines habían comenzado su contraemboscada protegidos por una impresionante cortina de humo que los proporcionaban los morteros de los infantes de marina Greer y Cluman. Mientras tanto el teniente primero Horacio Fernando Lauria disparaba arrodillado granadas de fusil próximo al mayor Rico y a 150 metros de distancia eran apoyados por unos doce hombres del Regimiento 4 con el cual el subteniente Llambias Pravaz se había adelantado.

No obstante, el terrible tiroteo proseguía.
El sargento Ramón Acosta cayó muerto y a su lado el sargento Pablo Parada
(ambos de Gendarmería Nacional) fue herido...."

El 8 de junio el Regimiento 4 recibe refuerzos a órdenes del teniente primero Ferrari del Sel del Regimiento de Infantería 1 “Patricios”.

En la noche del 8-9 de junio, la acción se extiende por toda la Zona de Defensa Exterior, cuando la Tropa 1 al mando del teniente Mark Townsend de la Compañía K del 42 CDO, intento infiltrar el norte del monte Harriet, matando a dos argentinos (el cabo Hipólito Gónzalez y el soldado Martiniano Gómez del 3.er Pelotón del subteniente Jiménez Corbalán ) antes de retroceder y caer bajo fuerte fuego de nuevo, esta vez de los hombres del 3.er Pelotón del subteniente Marcelo Llambías Pravaz en Dos Hermanas Sur.

Según Llambías Pravaz “El día 8 una fracción bastante nutrida de ingleses se infiltró por Goat Ridge, que es una formación de piedras de 15 metros de altura que está entre Dos Hermanas y Harriet. Allí, los ingleses fueron rechazados por la compañía de comandos del Regimiento 4, acción en la que se destacaron el subteniente Pasolli y el teniente 1º Galoy.
Se les tiró con morteros pesados que estaban al mando del subteniente Juárez.
¡Eran un espectáculo los morteros pesados!
Allí los ingleses tratan de replegarse y se dan de lleno con una sección que estaba al mando de un compañero mío del Colegio Militar, el subteniente Giménez Corbalán, también en comisión.
Ellos vuelven a rechazarlos y entonces los ingleses, que abandonan equipos, se dirigen –en un último repliegue hacia monte Dos Hermanas.
Allí estábamos nosotros con dos ametralladoras. Teníamos cuatro visores nocturnos muy buenos y les causamos muchas bajas.

Al día siguiente no encontramos muertos –los ingleses tenían esa costumbre de llevárselos- pero sí encontramos cualquier cantidad de material abandonado.

Les causamos muchas bajas porque yo, sinceramente, los vi caer.” Al mismo tiempo, dos pelotones pertenecientes al 45 CDO intentaron hacer lo mismo en cerro Dos Hermanas, pero el radar de vigilancia terrestre RASIT en las primeras líneas argentinas, detectó a las patrullas de combate enemigas, y el fuego ordenado por el mayor Carlos Eduardo del Valle Carrizo Salvadores en monte Longdon dispersó a los comandos británicos. Cerca del atardecer del 9 de junio los hombres de Soria detectaron la presencia de tropas británicas que habían tomado posiciones adentro Port Harriet House, al sur del monte Harriet.

La Sección Exploración del Regimiento 4 al mando del subteniente Jorge Pasolli recibió instrucciones de desalojar a los británicos del lugar a punta de bayoneta y con los morteros de 120 mm proviendo cobertura, el Pelotón de Reconocimiento de la Guardia Escocesa fue forzado a evacuar el edificio bajo intenso fuego lo que hirió a tres soldados británicos, incluido el sargento Ian Allum.

Durante una semana el Regimiento 4 defendió los monte Dos Hermanas y Harriet de los ataques de patrulla reforzadas de los marines reales.
Cada vez que los comandos británicos penetraban la zona las tropas argentinas contratacaban y desalojaban a los infiltradores con sus fusiles, ametralladoras y morteros.

El subteniente Jiménez Corbalán dice “Hay que comprender que los combates anteriores, el del 7 y el 8 fueron exitosos para los argentinos.
El resultado de la guerra fue adverso y se peleó muy bien y ahora estamos en entrando en una faceta en donde debemos sentirnos orgullosos de lo que pasó, para entender y afrontar el futuro”.

Versión británica :
Durante la noche del 9 al 10 junio, una patrulla de lucha argentina según informes , disparó contra varios miembros de una sección de morteros del 45 Commando en las faldas del Monte Kent, matando a cuatro Royal Marines .

FUERZA AEREA SUR :


En Malvinas - Ataques de artillería terrestre y naval:

Las posiciones defensivas de nuestro despliegue terrestre fueron bombardeadas, durante la noche del 8/9 de junio por la artillería enemiga, (zona Two Sisters), desde el oeste y por fuego naval (zona BAM Malvinas) desde el mar.

Repliegue de helicópteros al continente:

El comandante del Componente Aéreo, aceptando la valerosa propuesta del jefe del Escuadrón Helicópteros, mayor Pose Ortìz de Rosa, autorizó el repliegue de dos Chinook CH-47, el H-91 y el H 93, de Puerto Argentino a Río Grande.

Daños a un Harrier GR.3:

Informó el RI 3 que, a las 11:00 un Harrier atacó un camino en su franja de combate. Fue repelido con armas livianas y ,aparentemente, averiado.

Los británicos (Libro "Air War South Atlantic", Pág. 199), admiten estas averías en el avión Harrier GR.3 del FltLt Murdo Mac Leod que debió bajar su tren de aterrizaje con el sistema de emergencia. Tenía seis o siete agujeros en el avión y cortadas las líneas de circuito hidráulico en los planos y fuselajes.


jueves, 11 de junio de 2015

Biografía: Tte. Jorge Vázquez (FAA)

El pibe de barrio Cura que descubrió la aviación y se convirtió en héroe en Malvinas
Alfredo Jorge Vázquez tenía 24 años, volaba a 400 km por hora y casi sobre el nivel del mar para eludir los radares y batir a los buques ingleses. Murió 6 días antes de que finalizara la guerra.



Desde adolescente, Jorge soñó con volar y lo cumplió: logró convertirse en piloto de combate, la elite de la Fuerza Aérea Argentina.


Por Diego Veiga / La Capital

El poderoso A-4B Skyhawk se salió de la pista en Río Gallegos y terminó entre los pastizales. El “Gordo”, como todos llamaban al rosarino Alfredo Jorge Vázquez, logró aterrizar sin ver prácticamente nada. El parabrisas del cazabombardero estaba cubierto por sal cristalizada. Había volado a muy pocos metros del mar para evitar el fuego enemigo, el mismo que derribó a sus otros tres compañeros de escuadrilla. Jorge los vio morir y estaba shockeado. Sólo él había regresado de la misión. Menos de un mes después, volvió a volar a unos 400 kilómetros por hora y a no más de dos metros del mar con rumbo a Malvinas. Esa vez los misiles británicos le dieron de lleno y el heroico halcón rosarino se quedó para siempre en las islas. Tenía 24 años y un coraje descomunal. Mañana, sus amigos y camaradas le rendirán un homenaje a 33 años de su muerte en combate.

   La tarde está muy apacible en barrio Cura. Mónica abre la puerta e invita a pasar a la casa en la que ella y sus dos hermanos, Jorge (en la familia lo llamaban por su segundo nombre) y Fabián, vivieron toda su infancia. Enfrente suenan los gritos de los pibes que practican fútbol en las canchitas de Provincial, el club en el que el “Gordo” la rompió nadando a fines de los ‘60.

   La casa familiar es hoy todo un museo. Doña Nélida, la mamá de Jorge, atesoró cada foto, recuerdo, medalla y las fue colocando prolijamente en las paredes. Allí fueron muy felices, asegura Mónica, y admite lo durísimo que fue sobreponerse a la muerte de su hermano en Malvinas. Una ausencia que con el tiempo terminó apagando las vidas de Nélida y Don Alfredo, un comerciante de la típica clase media que un día entendió que a su hijo le fascinaban los aviones y aceptó que se fuera a la Escuela de Aviación Militar a cumplir su sueño.

   Deportista, amante del folclore, los amigos y la historia, Jorge había sido desde chico muy compinche con su hermana, la mayor de los tres.

   El club del barrio fue testigo de su destreza en la natación y los colegios de la zona también lo tuvieron de alumno, ya que pasó por las aulas de la escuela Padre Cantilo y República del Líbano, para emigrar luego al Superior de Comercio en la etapa del secundario.

   “De repente, un día, cuando tenía unos 16, empezó a juntar imágenes de aviones. Estaba obsesionado con ellos. Tenía una carpeta donde guardaba fotos y todo lo que tuviera que ver con eso”, recuerda Mónica sentada en el living de la casa que su padre levantó ladrillo a ladrillo.

   A unos metros, sobre un piano que tocaban con Jorge “a cuatro manos”, está la guitarra del “Gordo”. “Mamá nos mandaba a todo: piano, guitarra, deportes...”, dice entre risas.

   La guitarra ya lo había acercado al folclore, estilo musical que le encantaba, como la historia, materia que hasta lo convirtió en improvisado profesor particular de los chicos del barrio.

   Para ese entonces la locura por los aviones ya había crecido demasiado. En la familia no había ningún piloto, pero Jorge había sentido el llamado de su vocación. Quería volar, ese era su sueño y un caluroso 2 de febrero de 1976 se tomó el tren en la Estación Rosario Oeste y se fue a rendir a Córdoba, donde está la Escuela de Aviación.

La carrera. Atrás había quedado el Superior de Comercio. Y la natación le había impedido irse a Bariloche con sus amigos. “Estaba federado, ya nadaba para Newell’s (a pesar de ser hincha de Central) y justo tuvo que participar de un torneo”, recuerda Mónica.

   El examen de ingreso en la Escuela de Aviación fue un éxito, como su carrera. Tenía 18 años y empezaba a desandar el camino que más le gustaba: entre las nubes, piloteando un avión de combate.

   Egresó como alférez en 1979 y lo destinaron a la Base Aérea de Mendoza. Tenía 23 y empezaba a demostrar que estaba destinado a ser parte de esa elite de la Fuerza Aérea que accede a los comandos de un cazabombardero.

   Un año después, ya en la base de Villa Reynolds (San Luis), abrazó el sueño que empezó a acunar a los 16 y fue habilitado como piloto de combate del avión Douglas A4-B Skyhawk, una poderosa nave diseñada en los años ‘50 en Estados Unidos.

   Corría el año 81, nadie imaginaba el conflicto bélico que se avecinaba y Jorge disfrutaba de su flamante adquisición: un Ami 8 con el que unía Villa Reynolds con Rosario cada vez que podía escaparse para visitar a la familia y en cuyo estéreo descollaban los casettes de una variada discografía: Rimoldi Fraga, José Luis Perales y Abba.

   “La última vez que vino, para mí que presintió lo que le iba a pasar. Quiso visitar a toda la familia y no paró hasta despedirse de una prima que no la había podido encontrar”, recuerda Mónica. “Me regaló su medallita (en realidad habla de la placa identificatoria con nombre y apellido que llevan los pilotos colgando del cuello y en el que figura nombre y DNI) y se fue”.

   Era un 28 de marzo de 1982. El “Gordo” se subió al Ami 8 y regresó a San Luis. La guerra ya estaba en ciernes.

El vuelo del guerrero. Desatado el conflicto con Gran Bretaña, los integrantes de la V Brigada Aérea de Caza fueron destinados a Río Gallegos. Desde allí partieron los A-4 B con destino a Malvinas, reabastecimiento en vuelo mediante, a batirse en duelo con las fragatas inglesas y los poderosos Sea Harrier que los interceptaban en combates aire-aire.

   Cada misión era altamente riesgosa. Había que volar muy bajo para no ser detectados por los radares, lanzar los misiles contra los buques enemigos y después evitar el nutrido fuego antiaéreo.

   El domingo 6 de junio sonó el teléfono en la casa de los Vázquez. Era el “Gordo”, hablaba desde Río Gallegos, donde esperaba por su próxima misión. Mónica no pudo hablar. “Me había ido a misa con una fotito de él a pedir que no le pasara nada. Me enojé mucho tiempo con Dios por eso, la última vez que habló mi hermano yo no pude escuchar su voz”, dice hoy, más de treinta años después pero con la misma amargura de entonces.

   Dos días después Jorge se subió a su A-4B y partió a su última misión. La historia oficial dijo que luego de atacar y hundir al lanchón de desembarco “Foxtrot” y en carrera de escape fue derribado por un misil Sidewinder lanzado desde un Sea Harrier posicionado sobre él, destruyendo su avión sin posibilidades de eyección.

   Hay un viejo dicho popular que reza que los pilotos no mueren, sólo vuelan más alto. El heroico halcón rosarino emprendió ese día un vuelo eterno. Y así, el pibe de barrio Cura enamorado de los aviones se convirtió en leyenda y ejemplo. De esos que vale la pena conocer.

martes, 9 de junio de 2015

El sangriento 8 de Junio

EL ÉPICO ATAQUE AL RFA SIR GALAHAD :



Este buque, participó en la Guerra de las Malvinas, en 1982.
Partió de Davenport, en el Reino Unido, el 6 de abril, y entró en acción en la zona del Estrecho de San Carlos en las Islas Malvinas el 21 de mayo.

PRIMER EMPLEO :

El Sir Galahad fue atacado y hundido, el 8 de junio, con bombas de 1.000 libras, arrojadas por aviones Douglas A-4 Skyhawk de la Vª Brigada Aérea de la Fuerza Aérea Argentina.
En ese momento se hallaba muy cercano a la costa de la Isla Soledad, cerca del asentamiento de Fitzroy.

Al momento, llevaba a bordo tropas de la Guardia Galesa, entre las cuales las explosiones
y el posterior incendio causaron 32 de los 48 decesos confirmados.
El casco destruido fue posteriormente remolcado y hundido por el submarino HMS Onyx mar adentro.
Su lugar de reposo final fue declarado Tumba de Guerra

EL HUNDIMIENTO DEL LCU FOXTROT 4


SEGUNDO EMPLEO :

Mientras se ejecutaba el primer empleo, que confirmaba la presencia de los buques, y sin saber aún los resultados del mismo, la Fuerza Aérea Sur ordenó un segundo empleo contra lo objetivos navales y, como alternativa, objetivos terrestres en la cabeza de playa y Establecimiento Fitz Roy. Estas escuadrillas decolaron cuando regresaba la primera oleada. Es decir, se había perdido el factor sorpresa y eran esperadas por el enemigo, que había reaccionado y se encontraba patrullando esta área.

Orden Fragmentaria 1297, tres A-4B, indicativo MARTILLO armados con tres bombas con retardos. Misión: ataque a objetivos navales y Establecimiento Fitz Roy. Tripulación: (1) primer teniente Oscar Berrier (C-212), (2) alférez Alfredo Vázquez (C-228), (3) primer teniente Héctor Sánchez (C-231). Despegaron de Río Gallegos, a las 15:00.

Orden Fragmentaria 1296, tres A-4B, indicativo MAZO, armados con tres bombas con retardos. Misión: ataque a objetivos navales y zona de Fitz Roy. Tripulación (1) primer teniente Danilo Bolzán (C-204), (2) alférez Guillermo Dellepiane (C-239), (3) teniente Juan Arrarás (C-226). Despegaron de Río Gallegos, a las 15:00.

Eran las 15:45. Poco antes del reabastecimiento debió regresar el MARTILLO 1 por inconvenientes en su sistema de oxígeno, arribó a Río Gallegos, a las 16:30. Luego del reabastecimiento en vuelo, el MAZO 2 comenzó a experimentar inconvenientes en su motor por lo que debió regresar (oscilación RPM).

Quedó, entonces, la escuadrilla integrada por (1) primer teniente Danilo Bolzán, (2) teniente Juan Arrarás, (3) primer teniente Héctor Sánchez, (4) alférez Alfredo Vázquez. En vuelo rasante pasaron por la costa sur de la Isla Soledad, cruzando chubascos y sobrevolaron la zona del objetivo, por el norte de Puerto Fitz Roy. Recibieron mutrido fuego de artillería antiaérea. Siguieron, y vieron, a su derecha, aún humeantes, los buques previamente atacados.

Luego de sobrepasarlos, iniciaron un viraje a la derecha, en contacto, ahora, con el radar Malvinas, que les indicó que el blanco se encontraba más al oeste de la posición de la escuadrilla.

Estaban ya sobre el agua, todavía al este de Bahía Agradable, observaron un lanchón de desembarco que navegaba rápidamente hacia la costa. Entonces, el N° 3 (primer teniente Sánchez) vio a su derecha y arriba, a dos Harrier lanzando sus misiles. Uno impactó en el N° 4 (alférez Vazquez), el avión explotó y su piloto falleció instantáneamente.

El segundo impactó en el N° 2 (teniente Arrarás), a quien se lo vio eyectarse, aunque no pudo ser recuperado.

El N° 3 observó, también, que el N° 1 (primer teniente Bolzán) efectuaba su lanzamiento sobre un lanchón (era el Foxtrot 4, que fue alcanzado y se hundió), inició un viraje a la izquierda, realizó bruscas maniobras evasivas, pero fue alcanzado por un misil Sidewinder y no pudo eyectarse.

Entonces el N° 3, (primer teniente Sánchez), abortó su ataque y escapó de la persecución de los Harrier.

Llegó al reabastecimiento en vuelo, con impactos de esquirlas de artillería antiaérea y luego, a Río Gallegos, donde arribó a las 18:00 .

Allí quedaron para siempre otros tres combatientes más como centinelas eternos.
El reabastecedor "Parca 1", que había despegado de Río Gallegos a las 11:55 hs, luego de reabastecer al avión del 1erTen Sánchez, detectó una pérdida de combustible propia, e inició el regreso.

A las 17:45 hs y a 10 MN de Río Gallegos se declaró en emergencia, logró arribar a las 17:56 hs.

ATAQUES DE LA IV BRIGADA AÉREA SOBRE OBJETIVOS TERRESTRES


Cuatro A-4C Skyhawk, indicativo "Yunque", armados con tres bombas retardadas por paracaídas Misión: ataque a objetivo naval en Fitz Roy. Tripulación: (1) Cap Mario Caffarati, (2) Ten Atilio Zattara, (3) Ten Daniel Paredi, (4) Alf Carlos Codrington. Despegaron de San Julián a las 15:36. Navegaron hacia el punto de reabastecimiento, donde reabastecieron del "Parca 2". El Nº 4 cargó 1.000 litros menos, por problemas en sus sistemas de combustible. Cuando arribaron a 100 MN de las islas, volando sobre tope de nubes medias y chaparrones aislados, descendieron a rasante. La visibilidad estaba reducida por bruma y hora crepuscular.

Adoptaron formación tendiente a la línea.

Escucharon llamados del CIC Malvinas, pero no contestaron.

Unas 5 MN antes del objetivo material, establecimiento Fitz Roy, el guía avistó al Sir Galahad, que ardía en su parte media.

No avistaron PAC y el terreno se desdibujaba por falta de luz; pudieron ubicar el blanco por los fogonazos de la artillería antiaérea, (que era intenso desde el frente y costados). Efectuaron el lanzamiento en salva, cuando el equipo de navegación Omega del guía indicó el blanco, unos 1.000 metros dentro del terreno. Escaparon bajo nutrida defensa antiaérea proveniente del establecimiento y de los cerros del norte. Al no tener crepúsculo de frente, se veían con nitidez los misiles, lo que facilitó la evasión.

Lamentablemente, el 3 y 4 no lanzaron sus bombas y se les trabaron los cañones.

En el regreso, el Nº 3 avistó un avión enemigo que orbitaba a 4.000/5.000 pies, y continuó rasante por esta causa.

Logró conectar con el "Parca 2" que lo reabasteció. El también tenía pérdida de combustible, razón por la cual siguió conectado al reabastecedor hasta próximo a la base.

Los "Yunques" arribaron a San Julián a las 18:00 el 1 y el 2; y a las 18:30 el 3 y el 4.

HARRIER ACCIDENTADO 


Los sucesos en Malvinas del 8 de junio de 1982 :

Al amanecer, las calles de Puerto Argentino estaban cubiertas de hielo lo que dificultó, en las primeras horas, el traslado de efectivos y elementos, desde y hacia la Base Aérea Militar. Aparte del ataque a Fitz Roy, ese día sucedieron otros hechos menores:

Se accidentó un Harrier GR.3, matrícula XZ-989 de la RAF , con el piloto a bordo (Wg Cdr Peter Squire), a las 12pm . , en la pista terrestre en San Carlos.
El avión quedó inutilizado y la pista fuera de servicio toda la tarde.
Cabe recordar que esto se debía a que el portaviones HMS Invincible se había alejado del TOM el 30 de mayo , y sumado a eso la pérdida del portacontenedor Atlantic Conveyor el 25 de mayo .

Intento de enlace: A las 10:45 hs, el enemigo intentó efectuar un enlace entre el Vicecomodoro Saúl Costa, prisionero a bordo de un buque de la Task Force, y el Brigadier Luis Castellano. No se lo atendió por orden de éste.

Fuego Naval: A las 23:00 hs, comenzó el bombardeo naval sobre el área de Puerto Argentino.

En este día ofrendaron su vida al servicio de la patria:

Primer Teniente D. Danilo Rubén Bolzán
Teniente D. Juan José Arrarás
Teniente D. Jorge Alberto Vázquez.

EL MÚLTIPLE ATAQUE A LA FRAGATA HMS PLYMOUTH

Hay varias versiones británicas que reconocen el ataque sobre la fragata HMS Plymouth.
Si bien no coinciden "entre escuadrillas respecto de los daños" , ...sí lo hacen en cuanto a su posición, en medio del Estrecho San Carlos, costa oeste, "frente a Darwin" (?).

Esto no coincide con la ubicación de la fragata atacada por "Perros" y "Gatos", en rada Agradable por parte de la FAA.
Lo que sí esta comprobado por testigos visuales propios, es que esa fragata se alejó humeando, mar adentro.
"..Al parecer las desdibujadas versiones británicas se deben a que no quieren reconocer que los buques de desembarco se hallaban desprotegidos sin PAC británicas a la vista y sin apoyo naval en el área. El tardío despliegue de antiáreos Rapiers ,y la sumada desatención de la Royal Navy sin trabajo conjunto con los Paracaidistas y Royal Marines .
Los Guardias Galeses en una egocéntrica misión suicida quedaron al descubierto y llevaron al desastre en Bluff Cove.

Daños causados a la fragata HMS Plymouth :
Los "Perro" y "Gato" arribaron a Río Grande a las 14:58 hs y 14:59 hs, respectivamente.
Tres M-5 Dagger, indicativo "Carta", armados con cañones. Misión: diversión sobre islas Salvajes. Tripulación (1) Vicecomodoro Luis Villar, (2) Teniente Daniel Valente y (3) 1er Teniente Mario Callejo. Despegaron de San Julián a las 13:20 hs.

Tres M-5 Dagger, indicativo "Sobre", armados con cañones. Misión: diversión sobre islas Salvajes. Tripulación: (1) 1er Teniente Carlos Musso, (2) Teniente Gustavo Aguirre y (3) Capitán Carlos Maffeis. Despegaron de San Julián a las 13:25 hs.

Ambas escuadrillas se dirigieron hacia el objetivo material simulando una operación de ataque por ruta directa. Llegaron a islas Salvajes sin encontrar oposición aérea. La meteorología se presentaba con nubes bajas y lluvias, en algunos sectores. Regresaron a Río Gallegos, donde arribaron a las 14:50 hs ("Carta") y a las 15:25 hs ("Sobre").

Cronología de la nave :

La fragata HMS Plymouth fue uno de los primeros buques de la Royal Navy en llegar a el Atlántico Sur a raíz de la toma argentina de las Islas Malvinas y Georgia del Sur . Ella, junto al HMS Antrim , y HMS Brilliant , participó en la reconquista de Georgia del Sur, el 28 de abril durante la Operación Paraquet . El HMS Plymouth desembarcó Royal Marines de sus Westland Wasp helicópteros y bombardeó posiciones de las tropas argentinas en la isla. Su helicóptero Wasp más tarde tomó parte en un ataque contra el submarino argentino , ARA Santa Fé , que fue grávemente dañado y posteriormente capturado por los Royal Marines.

El HMS Plymouth se reincorporó al Grupo de Trabajo y las tropas fueron apoyadas en tierra mediante el bombardeo de posiciones de las tropas argentinas con sus 4,5 pulgadas (114 mm) mas armas de fuego.

El 8 de junio el HMS Plymouth fue atacado por Daggers cazabombarderos de la FAA del Grupo 6 de la Fuerza Aérea Argentina. El Plymouth fue alcanzado por cuatro bombas sin explotar y varios proyectiles de cañón. Una bomba cayó en la cubierta de vuelo, la detonación de una carga en profundidad provocó un incendio, se había ido directamente a través de su chimenea y dos más fueron destruidos por sus "morteros antisubmarinos" de los hombres John Fearon, David Rance, Gary Borthwick, Robin Cunningham, Alan Harsent, Ray Potts y Kevin Gallagher que eran parte de el control de daños e incendios y equipos de lucha crucial para salvar la nave. Todas las bombas no estallaron.

Cinco hombres fueron heridos en el ataque.

El "living"del Plymouth (wardroom´s) fue donde se produjo la rendición de las fuerzas argentinas en Georgia del Sur y que fuera firmado por el comandante teniente Alfredo Astiz , Jefe de la pequeña guarnición en Port Leith . La nave regresó a el astillero Rosyth después de la guerra para la reparación plena y una reforma.

RFA SIR TRISTRAM FUERA DE COMBATE 


El RFA Sir Tristam (L3505) es un buque de guerra británico que participó en la Guerra de las Malvinas en el año 1982.
Sufrió la misma suerte que el Sir Galahad,
fue atacado por aviones del Grupo 5 de Caza de la Fuerza Aérea Argentina cuando se hallaba próximo a las costas de las Malvinas, muriendo dos tripulantes de origen chino . Posteriormente se produjo su hundimiento.

Después de la guerra fue reflotado y llevado a Puerto Argentino, donde se usó como hotel hasta 1984.
El buque retornó al Reino Unido a bordo de un barco de transporte de cargas pesadas, y allí fue extensamente reconstruido.

EL EXTRAÑO ATAQUE AL VLCC HERCULES 


"...Aparentemente, un C-130 Hèrcules de la FAA realiza una pasada de reconocimiento a baja altitud sobre el "VLCC Hercules" y 10 minutos después aparentemente el mismo regresa y lo bombardea.

Este ataque no es reconocido por la Argentina, pero la descripción del ataque realizada por los tripulantes del petrolero deja pocas dudas sobre la posibilidad de una misión de reconocimiento de largo alcance, con bombas.

“El C-130 realiza una segunda pasada a unos 150 pies de altura y le lanza 8 bombas de 500 libras desde la rampa de bodega trasera. 4 de estas caen e el mar sin estallar, 3 detonan a babor y otra rebota sobre la cubierta sin hacer explosión.
El C-130 trepa asciende y escapa de la zona”.

Versiones Inglesas :

La descripción de un lanzamiento desde la bodega de carga de un C-130 es por lo menos poco creíble, esto de seguro se debe a un análisis posterior del observador, que al no poder explicar lo que ha visto y tener alguna información del rol de los C-130 describe el lanzamiento de la manera que mas le parece posible.

Otra versión habla con más exactitud y describe el lanzamiento desde los pilones subalares.

Según lo informado en el juicio hecho a la Argentina por Amerada Hess, United Carriers e Intertanko (amicus curiae) (quienes pedían USD 10 millones por el barco y USD 1.9 millones por el combustible) y denegado por la Corte Suprema de los EEUU.

El 8 de Junio de 1982, luego de una parada en Brasil, el VLCC Hercules estaba en aguas internacionales a unas 600 millas náuticas de Argentina y 500MN de Malvinas, teóricamente fuera de la zona de guerra marcadas por Argentina y Gran Bretaña y bien dentro del camino realizado por los innumerables barcos logísticos y buques de escolta que iban y venían desde la Isla Ascensión y la Task Force.

A las 12:15 hora de Greenwich el capitán hizo un informe rutinario a las autoridades Argentinas, proveyendo la ubicación del buque, nombre, call sign internacional, registro, velocidad, curso y descripción del viaje.
Unos 45 minutos después, un avión militar Argentino comenzó a describir círculos arriba del VLCC Hercules.
El capitán repitió su mensaje a las autoridades Argentinas, quienes dieron confirmación de su recepción. Unos seis minutos más tarde otro avión argentino comenzó una aproximación de bombardeo sobre el VLCC Hercules; el capitán de inmediato enarbola una gran bandera blanca.

Un segundo bombardeo siguió en corto tiempo, y un tercero unas horas más tarde, cuando un avión jet argentino impactó al buque con un cohete aire-superficie.
Es aquí donde cualquier analista militar comienza a no comprender la extraña sucesión y descripción del ataque, los 3 aviones en diferentes momentos puede ser una simple misión de reconocimiento, pero el ataque con “un cohete aire-superficie” puede ser llamado ridículo, no por el ataque en si, sino por lo vano e inútil de tal intento.

Considerado por su capitán como “dañado” pero no destruido el petrolero invierte su dirección y busca el puerto neutral mas cercano, Río de Janeiro en Brasil, donde ya un bombardero Vulcan en misión de ataque había ingresado al regresaba desde las Malvinas y debió aterrizar de emergencia al romperse su sonda de reabastecimiento en vuelo.

En Rio de Janeiro United Carriers determino que el buque había sufrido daños extensos a la cubierta y casco y que una bomba sin detonar estaba en su tanque No. 2. Luego de una investigación por la marina Brasileña, United Carriers decidió que sería muy peligroso retirar la bomba sin detonar y el 20 de Junio de 1982, el Hércules fue hundido a 250 millas de la costa brasileña.

En Río de Janeiro, la compañía armadora United Carriers determina que el buque había sufrido daños “extensos” a la cubierta y su casco y que una bomba sin detonar estaba en su tanque No. 2.
Luego de una investigación realizada por la Marina de Brasil, la compañía United Carriers, decidió que sería muy peligroso los trabajos de retirar la bomba alojada y sin detonar y el 20 de Junio de 1982, el petrólero Hercules es hundido a 250 millas de la costas de Brasil.

El buque se encontraba navegando hacia el Sur, en lastre y presumiblemente en viaje nuevamente hacia Alaska para levantar un nuevo cargamento de crudo para llevar hacia las islas del Caribe (algunos libros británicos indican que el buque navegaba hacia el N, otros consignan un rumbo S.

En el punto donde todos los libros británicos coinciden es que el HERCULES fue avistado y seguido por un C130 Hércules, pero que el ataque fue realizado por aviones Canberra que arrojaron un total de 8 bombas, de las cuales una alcanzó al buque).

lunes, 8 de junio de 2015

Tucu Cervera narra su experiencia en la guerra

Las bombas que pudieron haber cambiado la Guerra de Malvinas
El capitán Luis Cervera explica cómo, con tan pocos recursos, los pilotos argentinos lograron hacer tanto durante el conflicto del Atlántico Sur. “Pensé que ninguno de nosotros iba a salir con vida”, reconoció.



"La Fuerza Aérea, en realidad, nunca tuvo como hipótesis de conflicto a Inglaterra y una lucha en el mar", asegura Luis "Tucu" Cervera.
Por Adrián Luciani / aluciani@lanueva.com

“Si todas las bombas que impactaron hubiesen explotado, se hubiesen vuelto a Inglaterra nadando”. La frase pertenece al capitán retirado, héroe de la Fuerza Aérea en Malvinas, Luis “Tucu” Cervera, quien junto al comodoro retirado Héctor Sánchez (que durante el conflicto del Atlántico Sur formaban parte del Grupo Cinco de Caza que utilizaba aviones Douglas A-4B) disertaron el viernes en la ciudad.

La actuación del Grupo Cinco permitió averiar a las fragatas “HMS Glasgow”, “HMS Ardent “ y “HMS Argonaut”, hundir a la “HMS Antelope” donde el 1º teniente Luciano Guadagnini falleció en combate, y en otra misión mandaron a pique a la fragata “HMS Coventry”.

--Cervera, hay un video muy conocido de la Guerra de Malvinas donde se ve a un avión argentino atacar a la flota inglesa en la bahía San Carlos (llamada "El corredor de las bombas"). ¿Es posible que ese piloto haya sido usted o Sánchez?

--Es posible. El 24 de mayo de 1982 estaba la flota desembarcando y nosotros éramos cinco aviones y regresamos los cinco.

--Lo que no es poco...

--Claro, el 12 de mayo nuestro escuadrón había tenido cuatro derribos y después vinieron días con clima muy malo que Inglaterra aprovechó para desembarcar el 21 y 22 de mayo. Nosotros recién entramos el 24.

--¿Qué sintió cuando salió de esa especie de cerro y vio enfrente la bahía llena de barcos ingleses?

--Que ninguno de nosotros iba a salir con vida, porque apenas empezamos el ingreso a la bahía luego de lamer la lomada que había para llegar al agua lo más bajo posible, la defensa de la flota empezó a tirar con misiles y cañones. Ahí la escuadrilla se desordenó porque fue tanta la sorpresa de ver la cantidad de buques que había, que cada uno eligió un buque logístico como objetivo para evitar el desembarco. Había barcos grandes como el “Lancelot”, "Galahad", “Belvedere” y “Tristan”. Cuando uno ve la película no distingue quiénes somos. Yo ataqué el “Lancelot”, de atrás. La bomba no explotó, pero tuvieron que evacuarlo y quedó inservible porque pensaban que tenía espoleta de retardo y estallaría en cualquier momento.

--Hay quienes dicen que si todas las bombas que cayeron en los barcos hubiesen explotado la Argentina ganaba la guerra.

--Todavía estarían nadando para ver si llegan a Inglaterra. Es así.

--¿A qué se debieron estas fallas? ¿Cuestiones técnicas, las bombas eran viejas...?

-–Tiene su explicación. Una es que la Fuerza Aérea nunca tuvo como hipótesis de conflicto a Inglaterra y una lucha en el mar. Partiendo de esa premisa, entramos en un combate aeronaval donde no teníamos ni el adiestramiento ni el armamento necesarios. Entonces, dada la necesidad porque el 1 de mayo la flota empieza a bombardear a las tropas argentinas en tierra, la Fuerza Aérea toma la decisión de intervenir. El 12 de mayo salen 8 aviones de nuestro escuadrón y vuelven 4. Nos pegaron un buen sopapo y nos costó carísimo reponernos y seguir saliendo a ver cómo era atacar a la flota.

--Encima con aviones de los años '50.

--Nosotros no teníamos ni radioaltímetros y electrónicamente estábamos en cero. En 1982 combatimos contra una flota de última generación, con buques recién hechos como el “Shefield” y el "Harrier" era un avión recién salido de fábrica. ¿Qué querían que hiciéramos con bombas que eran para objetivos terrestres? Las espoletas necesitaban 36 vueltas para que se activaran y la bomba explotara, yo les daba 30 vueltas para que ni bien salieran del avión se armaran y explotaran en los buques.

Nosotros hicimos un adiestramiento avanzado en Punta Loyola (Santa Cruz). Luego de volar rasante le tirábamos bombas de ejercicio a un buque encallado, el “Marjorie Glenn”. Volar rasante en tierra no es lo mismo que en el mar. No hay forma de saber si uno va alto o bajo. Los primeros días se nos pusieron blancos los parabrisas porque se nos pegaba la sal. Tuvimos que ir superando adversidades a cada paso: a los parabrisas les pusimos siliconas, a las bombas les cambiamos las espoletas, pero eso llevo días y ya teníamos muertos encima. Cerca del final de la guerra las bombas explotaban, se hundían los barcos y se desarrollaron misiones exitosas, pero nos llevó tiempo y vidas entender cómo era la guerra aeronaval.

--Su camarada Sánchez hizo una misión el 8 de junio con otros tres pilotos y regresó solo. ¿Qué se siente perder a un compañero?

--Un dolor enorme, es un camarada y un amigo, un compañero de promoción. Es perder a alguien muy cercano y muy querido, del que conocíamos a su mujer, a sus hijos, hermanos. Saber que hoy está sentado tomando mate con vos antes de salir y a las dos horas te dicen que murió te parte el alma y te da muchísima bronca, pero lo peor de todo es no poder llorar porque mañana tenés que salir a volar y no te podés permitir ablandarte un milímetro. De mi escuadrón, sobre 16 quedamos 9.

La Nueva