martes, 24 de junio de 2014

Malvinas: El Rapier en San Carlos

Desempeño del misil Rapier 

 

La batería T recibió sus primeras órdenes de despliegue aproximadamente una semana antes del establecimiento de la cabeza de playa, para la que se eligió la caleta de San Carlos en la isla Soledad. Comprensiblemente se descartó todo reconocimiento detallado, ya fuera por tierra o por helicóptero, por parte del personal de la batería, y las posiciones de los lanzadores fueron elegidas inicialmente mediante reconocimiento en un simple mapa y ratificada por la información computada proveniente de Royal Signals and Research Establishment, que proporcionó un panorama mas preciso sobre las dificultades del terreno y la factibilidad de su cobertura. Considerando las serias limitaciones operativas en las áreas de despliegue y las características desfavorables inherentes al terreno, los emplazamientos elegidos fueron los mejores para el cumplimiento de la misión, según se verificó posteriormente. El cable impar del teléfono fue el único no instalado en donde se había previsto. 
A medida que cambiaba la situación, el comandante de la Brigada 3 reconsideraba su evaluación de la amenaza, otorgando a sus elementos de defensa aérea (que incluían los Blowpipe lanzados desde el hombro) la misma prioridad de desembarco que a los cañones de apoyo cercano. El desembarco de asalto comenzó antes del amanecer del 21 de mayo, pero los Rapier no pudieron ser desembarcados y llevados a tierra antes del mediodía. Para entonces, los ataques argentinos habían comenzado y los pilotos de los helicópteros se vieron obligados a continuar con la descarga bajo el fuego de los ataques. En esas circunstancias hubo que atajar, arrojar, arrastrar, se produjeron caídas de materiales; se doblaron algunos rieles de lanzadores; hubo generadores fuera de lugar, seguidores ópticos no sincronizados; se dejaron caer varias plataformas con misiles y se rompieron algunos contenedores. 
Un vehículo y un seguidor óptico se estrellaron contra unas rocas, quedando inutilizados. Cuatro unidades de tiro fueron emplazadas fuera de los sitios designados, lo que produjo una reducción en la cobertura. A pesar de todo, la primera unidad de tiro informó estar lista 25 minutos después de haber recibido su última carga (a las 15:00 hs), conforme a los tiempos empleados en los adiestramientos en las épocas de paz. Los tiempos equivalentes de las otras unidades de tiro fueron todas menores a los 30 minutos, aunque de hecho, solo diez de los doce sistemas pudieron ser transportados a la costa antes de que la caída de la noche interrumpiera los vuelos. La pérdida anterior de un generador implicaba que uno de ellos no sería operativo hasta el día siguiente. 
En un principio, las diez unidades fueron instaladas en un semicírculo rodeando el brazo izquierdo de la caleta de San Carlos para proteger a las tropas que llegaban a tierra o que estaban atrincheradas en ambas márgenes a la entrada de la caleta. Cuatro de las unidades de tiro estaban emplazadas cerca de la cabeza de este brazo de la caleta (Bahía Bonners) mientras que las otras habían sido posicionadas en las montañas que lo rodeaban, las Sussex hacia el Oeste y las Verde hacia el Este. 
En el Norte, el acceso marítimo hacia el estrecho de San Carlos, estaba protegido por una línea de cañones formada por buque de la RN. Es evidente que las unidades de tiro de la Bahía Bonners debían ocuparse de aquellos aviones que lograban penetrar en los estrechos límites de la caleta San Carlos, cuya medida transversal es de 2,5 km en la zona de la cabeza de playa, con campos de tiro muy restringidos y difíciles de despejar desde el punto de vista de los defensores. Los emplazamientos en las montañas proporcionaron una amplia cobertura, pero debido a la forma convexa de las laderas, estas unidades de tiro no tenían línea visual hacia la costa o hacia los buques que se encontraban amarrados directamente debajo de ellas, y solo veían las márgenes opuestas ocupadas por tropas británicas, lo que constituía otro factor restrictivo. Igualmente irritante era el hecho de que los buques de guerra ubicados en el Estrecho de San Carlos al oeste del Mte Sussex , si bien estaban dentro del radio de acción de los Rapier, no se encontraban a cubierto de ninguno de los emplazamientos de la montaña, ni podían estarlo a menos que las unidades de tiro fueran trasladadas fuera del perímetro de defensa local (debieron transcurrir varios días hasta que se confirmó que el área estaba libre de tropas argentinas), y en ese caso se hubiera restado efectividad a la cobertura en San Carlos. 
En el Día Dos, dos de las unidades de tiro de la Bahía Bonners, junto con las unidades 11 y 12 del LSL, fueron desplegadas nuevamente hacia el norte rodeando puerto San Carlos. Este lugar se convirtió en lugar de operaciones de Harrier. El Día Cuatro se desplegó una única unidad de tiro para apoyo directo de los buques de la Marina que se encontraban bajo inmensa presión en la línea de cañones, mas accesible a los aviones argentinos que sobrevolaban las aguas mas amplias del estrecho de San Carlos. El sitio elegido fue Wreck Point , en el extremo norte de los montes Sussex, brindaba cobertura ilimitada en un ángulo muy amplio, del tipo de la aplicadas en el noroeste de Europa. 
El número de unidades de tiro en San Carlos se elevó a 20 con la llegada de los ocho Rapiers Blindfire del escuadrón 63 el día 27 de mayo. Al día siguiente, se transportó por vía aérea un destacamento de la Batería T hasta la ensenada Teal, centro de operaciones de la Brigada 3 recientemente instalado, a unos 45 km hacia el este. Unos días mas tarde, un segundo grupo fue transportado de los LSL Sir Tristam y Sir Galahad (dos unidades de tiro en cada buque) a Puerto Agradable (identificado erróneamente como Bluff Cove por los medios informativos), cerca del nuevo centro de operaciones de la Brigada 5 en Fitzroy, en la costa sur de la isla. Las cuatro unidades de tiro fueron levantadas el 8 de junio para establecer una defensa aérea del área, cubriendo la base logística y el centro de operaciones de la brigada en Fitzroy. Esta disposición defensiva no ofrecía una cobertura eficaz a los buques fondeados en Puerto Agradable. Algunos expertos propusieron frecuentemente en el pasado una versión naval del Rapier, y es interesante comprobar que en esta ocasión los usuarios aconsejaron dejar una unidad de tiro en cada una de las plataformas de popa del LSL y las otras dos en la playa para proporcionar cierta protección en dirección al mar hasta que se completara el desembarco de todos los suministros. No obstante, la idea fue rechazada porque se dijo que no había la suficiente capacidad de helitransporte para que los Rapier fueran trasladados mas de una vez. Ambos buques fueron alcanzados por el primero de los tres ataques aéreos argentinos y se incendiaron muy poco tiempo después de que la ultima unidad de tiro Rapier fuera dejada en tierra. De las tres unidades de tiro que estaban en servicio en ese momento, solo una pudo percatarse del primer ataque debido al efecto de pantalla producido por el terreno, pero lamentablemente sufrió un desperfecto. Las olas subsiguientes fueron llevadas a cabo bajo cobertura y recibieron el ataque de dos misiles, de los cuales uno, habría dado en el blanco. Informes no confirmados sugieren que algunos de los aviones enemigos que participaron en el ataque aterrizaron en Puerto Argentino para reabastecerse y que el “probable” impacto contra un Skyhawk logrado por las tropas estacionadas en la ensenada Teal correspondería a uno de estos aviones en su vuelo de regreso al continente. 
Por lo que el autor a podido constatar, no hubo nuevos despliegues de ninguna de las unidades de tiro Rapier “permanentes” (el plan para defensa de la pista aérea de Goose Green con cuatro unidades de tiro e la Fuerza Aérea británica nunca fue llevado a cabo), aunque el relevo de la batería T (batería 9, también del Regimiento 12) comenzó su despliegue inicial cerca de la capital de Malvinas, aproximadamente en el momento en que fue decretado el cese del fuego. 

 
Un lanzador superficie aire Rapier FSB1 del British Army en White Rincon defendiendo a los barcos de la Task Force británica amarrados en las aguas de San Carlos. 
 
Esta es una fotografía de un lanzador de misiles Rapier denominado Alpha 32. Un sargento del BA está comprobando el radar, que sólo puede ver la `A` para Alpha en la cúpula de la izquierda. Este destacamento derribó 3 aviones argentinos durante la guerra. La batería en su conjunto derribó 14 derribos confirmados de aviones enemigos con seis probables.

Algunas enseñanzas prácticas 
A través de conversaciones mantenidas con aquellos que estuvieron presentes en la cabeza de puente de San Carlos y en despliegues posteriores se obtuvo una comprensión detallada de la realidad de los ataques de los Rapier en Malvinas. 
Se asignaron lanzamientos a todas menos a una de las doce unidades de tiro y el número máximo de impactos logrados por una unidad de tiro individual fue de cuatro, lanzados desde el emplazamiento de puerto San Carlos. Se estima que unos 16 operadores atacaron a los aviones argentinos. La tendencia natural era que el comandante del destacamento designara a un operador con antecedentes de seguimiento comprobados, aunque, de hecho, nadie logró atribuirse mas de dos impactos. 
Por el contrario, uno de los elegidos fue un operador principiante que no había disparados misiles reales durante su adiestramiento ni había hecho seguimientos antes de embarcarse y sin embargo se destacó derribando un Mirage con su primer disparo. 
Es muy probable que la combinación de demoras en el desembarco, equipos dañados o mal ajustados, nervios de los operadores, terreno y condiciones limitadas de las operaciones, hayan impedido que se registraran impactos de los destacamentos Rapier en el Día Uno de los desembarcos, si bien los argentinos dedicaron gran parte de sus esfuerzos a atacar los buques de la línea de cañones perdieron 17 aviones por la acción de otros medios. 
Se advirtió que cuando algunos operadores lanzaban misiles, el seguimiento inicial era llevado con efectividad, pero, debido posiblemente a un exceso de adrenalina o de nerviosismo, se enviaban al misil órdenes de seguimiento innecesarias. El primer día se efectuó el seguimiento de varios aviones, aunque no se los atacó por razones de seguridad ya que los misiles podían estar apuntando hacia tropas británicas. Los emplazamientos en las montañas se abstuvieron de disparar contra el fondeadero de San Carlos, pero todas las restricciones fueron levantadas a partir del Día Tres (el Día Dos la poca visibilidad impidió los lanzamientos). Posteriormente 11 misiles debieron ser desviados de sus blancos después del lanzamiento para evitar que hicieran impacto sobre propias tropas, buques o helicópteros, uno de los blancos propios conocidos fue el mástil de un buque. 
En verdad, el primer impacto logrado por un operador podía ser una experiencia muy perturbadora para él, ya que con muy pocas excepciones ese hecho disipaba cualquier ilusión de que el piloto hubiera podido eyectarse con vida. Un testigo observo que los Mirages alcanzados por un Rapier se disolvían en una bola de fuego, mientras que los Skyhawk tendían a desintegrarse sin encenderse (quizá como tributo a su resistencia; también se observó que otros se alejaban averiados y humeantes después de soportar ataques de armas no especificadas). 
El Radar individual de cada unidad de tiro, tenía un alcance nominal de unos 12 km. En San Carlos, el terreno y la visibilidad permitían que casi todos los blancos descubiertos estuvieran dentro del alcance visual y el radar no prestaba gran utilidad. Otros datos sugieren que hubo casos de interferencia mutua con los radares embarcados. Y en consecuencia los radares de los lanzadores eran casi siempre desconectados y los ataque se llevaban a cabo en forma óptica. La única excepción fue la unidad de tiro de Wreck Point, detectándose el blanco al máximo alcance y derribándolo a 5,6 km. Sin radar de vigilancia, las unidades de tiro tenían mayor dependencia de la red de alerta local de la batería basada en la radio portátil Clansman PRC 351 VHF. (misión similar al ROA argentino). 
Naturalmente, los pilotos argentinos trataron de aprovechar el terreno al máximo para protegerse y frecuentemente solo eran descubiertos de 3 ó 4 km, volando a 400 nudos a menos de 50 pies del suelo y manteniéndose bajo cobertura por un lapso inferior a 25 segundos. 
A pesar de los muchos inconvenientes sufridos se llevaron a cabo ataques exitosos. 

Extraccion de "El Rapier al desnudo" de Rupert Pengelley 

lunes, 23 de junio de 2014

El nuevo museo de Malvinas


Cómo es el nuevo museo de las Malvinas
La muestra hace un repaso histórico de las islas, exhibe cartas a los soldados que fueron a la guerra y cuenta con una sala infantil coordinada por la señal televisiva Paka Paka




La Nación

El nuevo Museo Malvinas inaugurado por la presidenta Cristina Kirchner en el ex centro clandestino de detención de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) expone "la historia de las Islas del Atlántico Sur a través del arte, la tecnología y el registro documental", se informó oficialmente.

En la muestra se puede observar:


  • Una sala de 360 grados, a modo de prólogo, que repasa los hechos que marcaron a las islas desde el año 1520, con el primer avistaje de Malvinas por los miembros de la expedición de Fernando de Magallanes, hasta la actualidad con el reclamo de soberanía por parte del Gobierno.
  • Un ventanal de cara a la Avenida Leopoldo Lugones, que ocupa la mitad del edificio, y que deja ver la obra artística que representa al Crucero ARA General Belgrano sobre las aguas del Atlántico Sur.
  • Una sala coordinada por señal infantil estatal Paka-Paka. A través del personaje infantil Zamba propone una excursión por Malvinas a través de juegos con tablets y una escenografía especial con la flora y la fauna de la isla.
  • Una mediateca, donde decenas de pantallas táctiles para escuchar música y ver videos alegóricos a las Islas del Atlántico sur y la importancia geopolítica de Malvinas.
  • Televisores antiguos que reviven los noticieros de la época que dan cuenta de cómo los medios exacerbaron la propaganda triunfalista impulsados por la dictadura.
  • Un lugar dedicado al informe Rattenbach.
  • Las portadas de los diarios que, según se informó oficialmente, "dan cuenta de que a partir del 2003 el Estado argentino demandó el ejercicio de la soberanía sobre las Islas Malvinas".
  • Las cartas a los soldados de Malvinas que escribían los alumnos en 1982.
  • Una recorrida por las biografías del guaraní Pablo Arenguatí; del primer gobernador argentino Luis Vernet y su familia; y de la población que vivía en las Islas.
  • La historia del periodista y militante peronista Dardo Cabo, quien lideró en 1966 el Operativo Cóndor en un avión de Aerolíneas Argentinas. (¿?)
  • Un repaso por la historia de "Las valientes de Malvinas" y las miradas sobre el conflicto de José Hernández, Alfredo Palacios, Paul Groussac, Scalabrini Ortiz (¿?) y Raymundo Gleyzer.



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Ver Museo de Mailvinas en un mapa ampliado.

domingo, 22 de junio de 2014

Lanzagranadas: M-79 (USA)

Lanzagranadas de 40mm M79 
Gary's U.S. Infantry Weapons Reference Guide 

 
 

Soldado británico con un M79 antes de la guerra de Malvinas 

DATOS TÉCNICOS 
País de origen EE.UU. 
Calibre 1.57 pulgadas (40 mm) 
Cartucho granadas de 40mm de baja velocidad 
Sistema de Operación apertura y mono-tiro 
Peso sin carga 6.0 libras (2.72 kg) 
Largo 29 (737 mm) 
Longitud del cañón 14 pulgadas (356 mm) 
Barril rayado RH, seis terrenos, un terreno de juego en 48 pulgadas (1.219 mm) 
Seguridad Seguridad manual 
Presión del gatillo 7.5 a 10 libras (3,4 a 4,5 kg) 
Rendimiento 
Velocidad de boca 250 pies por segundo (76 mps) 
Presión en la recámara 3000 PSI (211 kg/cm²) 
Alcance máximo 437 m (400 m) 
Alcance máximo efectivo 
-Blanco de área: 383 m (350 m) 
-Blanco puntual: 164 m (150 m) 
Alcance mínima de disparo 
-En entrenamiento: 142 m (130 m) 
-En combate: 34 m (31 m) 
Velocidad de disparo máximo: 7.5 disparos por minuto 
Miras 
-Mira tipo hoja 
-Mira trasera plegable tipo hoja, ajustable 

DESCRIPCIÓN 
El lanzador de granadas M79 es un arma disparado desde el hombro de solo disparo, de carga por apertura y retrocarga. Se trata de un grupo receptor, montaje delantero, grupo barril, montaje de mira, conjunto de culata, y una correa. El montaje final por lo tanto bloquea el cañón para el receptor. La culata está hecha de fibra de vidrio o madera y se une al receptor mediante un tornillo. Un cantoneras de goma se une a la culata de la población para absorber parte del retroceso. 

 
 
Fue sustituido por el lanzagranadas M203 del servicio de EE.UU.. 

OPERACIÓN 
Las operaciones incluyen la carga, descarga, y disparo del arma, que utiliza un sistema de propulsión de alta-baja para disparar una ronda. 
 
La aguja percutora golpea el fulminante, cuya flash enciende el propulsor en el cartucho de latón en pólvora cargada dentro de la cámara de alta presión. La combustión del propelente produce 35.000 psi (2.461 kg / cm ²) de presión en la cámara, que rompe la copa de bronce de la carga de pólvora en los orificios de ventilación. Esto permite que los gases escapen a la cámara de baja presión en la vaina del cartucho, donde la presión se reduce a 3.000 psi (211 kg/cm²) y propulsa la granada en la boca a una velocidad de 250 fps (76 mps). 

Las estrías en el cañón hace que la granada gire. La rotación de la granada desde la mano derecha es de 37.000 rpm estabilizando la granada durante el vuelo y aplicando la suficiente fuerza de rotación para armar la espoleta. 

El granadero carga y descarga el arma con el cañón abierto y los dispara con el perno cerrado. El lanzador debe estar amartillado antes de que pueda ser colocado en la marca SAFE. 

Ciclo de funcionamiento: 
Desbloqueo. Antes de poder desbloquear el cañón del receptor y mover el seguro a la posición SAFE, se debe presionar la palanca del cierre de fijación del cañón hasta el final a la derecha. El resorte de cierre mantiene el bloqueo de fijación del cañón cierre abierto. 

Amartillar. La apertura del cañón desamartilla el arma haciendo que el brazo de armado levante la palanca de armado. Hace girar a la palanca de amartillado del martillo percutor hasta que haga contacto con la poste en el martillo. Luego gira la palanca hacia arriba con el martillo hasta que el fiador se engancha con la muesca para amartillar, amartillando el arma. 

Extracción. La extracción se produce mientras está amartillada el arma. Al abrir el cañón, el extractor de resorte se retira la vaina del cartucho gastado alrededor de 1/2 pulgada de la final de la recámara del cañón. 

Expulsión. El lanzador de granadas M79 no expulsa automáticamente las rondas, debe quitar la vaina del cartucho gastado o ronda directamente desde el barril. 

Cargando. Con el cañón en posición abierta, inserte un cartucho en la recámara del cañón. 

Recámara. Cerrando el barril fuerza al extracto dentro del habitáculo del extractor, lo que hace que el cartucho se asiente en la recámara. 

Bloqueo. Cerrando el barril también deprime el pestillo de bloqueo, que gira hasta que se bloquee el barril con el receptor (el cual engancha el fijador del cañón). Antes de disparar el arma, debe impulsar la seguridad hacia delante para exponer la letra "F" 

Disparo. A medida que apretar el gatillo hacia atrás, gira la aguja percutora. La parte posterior del gatillo levanta la parte trasera del fiador, haciendo que la punta del fiador a retirarse de la muesca para amartillar en el martillo. Esto libera el resorte impulsado por el martillo, que golpea el percutor y lo conduce hacia delante para golpear el fulminante del cartucho. Al soltar el gatillo, el martillo se instala un poco hacia atrás, permitiendo al resorte del percutor retirar el pasador a la fase de retención. 

MUNICIONES 
Las municiones para el M79 se proveen en forma de una cartucho completo, fijo. 

POSICIONES DE TIRO 
El lanzador puede disparar de pie, de rodillas, o de posición prono. Al campo de tiro largo desde la posición prona, las acciones de lugar de armas en el suelo. Para todas las demás posiciones de fuego directo, mantenga el material firmemente contra su hombro. 

 
 

A distancias inferiores a 164 yardas (150 m), normalmente se puede disparar desde el hombro en cualquier posición. Sin embargo, para mantener la alineación de la mira a mayores alcances, baja la posición de la culata en el hombro o la caída de la culata de su hombro. En los rangos cercanos a la máxima, debe colocar la culata entre la cintura y la axila y mantener la culata firmemente contra su cuerpo con su brazo. En la posición de prono, una vez que el tirador ya no apoya la culata contra su hombro, debe apoyar del extremo de la la culata del lanzador al suelo. Tenga cuidado de mantener el nivel de la cabeza cuando la culata rompe contacto se rompe con la mejilla. 

 

TIRO 
Sostenga el dedo pulgar derecho contra el lado derecho de la culata del lanzagranadas. Si coloca el pulgar sobre la parte baja de la culata, la seguridad puede lesionar el dedo pulgar, y no lograr un punto de soldadura con el lanzador de granada. 

 
 
 


sábado, 21 de junio de 2014

El secreto del ARA Salta

EL SECRETO DEL A.R.A SALTA
Por Jorge Rafael Bóveda




El contenido de este artículo se basa en varias entrevistas realizadas por el autor al ex-Comandante del ARA Salta en el mes de julio de 2001 y en los documentos personales inéditos del citado oficial.

Jorge Rafael Bóveda es abogado, graduado en la Universidad de Buenos Aires y autor de numerosos trabajos de historia naval argentina, entre los que se destacan sus trabajos vinculados al conflicto del Atlántico Sur.

Boletín del Centro Naval
Número 833
MAY / AGO 2012

El 2 de abril de 1982 el ARA Salta (S-31), uno de los dos submarinos de origen alemán clase 209 (1) con que contaba la
Armada Argentina —y el que en teoría estaba en mejores condiciones operativas—, se encontraba en puerto Madryn
haciendo pruebas de calibración de su telémetro acústico pasivo (2) con la colaboración de algunos técnicos franceses de la firma que había diseñado el equipo. A poco de conocida la noticia del desembarco argentino en Malvinas, los franceses regresaron a su país sin concluir los trabajos (3). La Fuerza de Submarinos pasó entonces a depender en forma directa
del Comandante de Operaciones Navales (Vicealmirante Juan José Lombardo), debiendo el Comandante de la dicha Fuerza (COFUERSUB) y su Estado Mayor trasladarse a la Base Naval de Puerto Belgrano (BNPB)(4).

(1)El otro era el ARA San Luis (S-32). Capitán de Fragata Fernando M. Azcueta.

(2)Dispositivo que le permite al submarino escuchar o buscar un blanco sin emitir.

(3)con el Capitán de Navío (RE) Jorge Ernesto Papa del /03/2001 ex-Jefe de logística de la Fuerza de Submarinos durante el
conflicto de 1982.

(4)Entrevista del autor con el Vicealmirante (RE) J.J. Lombardo del 6 de julio de 2000.

Durante las pruebas realizadas, luego de un prolongado período en dique seco por razones de mantenimiento, se advirtió que el submarino hacía ruidos de cierta intensidad mientras navegaba en superficie y en inmersión, que lo convertirían en presa fácil de los destructores y helicópteros antisubmarinos enemigos. No se conocía entonces con exactitud el origen de tales ruidos. El COFUERSUB decidió que el buque fuera sometido a una revisión completa en dique seco antes de zarpar en patrulla de guerra. Fue durante este período que su Comandante debió ser relevado por problemas de salud. Ello impidió que el buque completara su período de alistamiento y pruebas en el mar. El relevo del Comandante de la unidad a pocos días de iniciado el conflicto con Inglaterra incidió negativamente en la moral de la plana mayor y tripulación del buque.

El Vicealmirante Juan José Lombardo (5), un veterano oficial de submarinos, y el entonces COFUERSUB (Capitán de Navío Eulogio Moya Latrubesse) se abocaron a la búsqueda urgente de un reemplazante que pudiera alistar el buque para su rápido despliegue a la zona de operaciones (6). La elección recayó en el Capitán de Fragata Roberto F. Salinas, a la sazón edecán naval del Presidente de la República (7). Este oficial había egresado en el segundo lugar de su promoción de la Escuela Naval Militar, era ex-Comandante del ARA Salta y le precedía una reputación de submarinista experimentado con una intachable foja de servicios.

(5) Graduado en 1966 del Prospective Commanding Officers Course (Curso de Capacitación para futuros Comandantes de submarinos) en New London, Connecticut, EE.UU.

(6) Entrevista antes mencionada con el Vicealmirante (RE) J.J. Lombardo.

(7) El Capitán Salinas se desempeñó como edecán naval de los presidentes Roberto E. Viola, Leopoldo F. Galtieri y Reynaldo A. Bignone. Fue él quién atendió el famoso llamado que el Presidente Ronald Reagan le hizo al General Galtieri con el objeto de evitar el conflicto armado entre ambos países.

El 13 de abril de 1982 el Capitán Salinas recibió una comunicación del Director general de personal Naval (DgpN) ordenándole hacerse cargo del “comando accidental” del ARA Salta (9), para lo cual debía presentarse en el término de 24 horas en la BNpB. La noticia lo sobresaltó pues hacía poco más de dos años que no ejercía el comando de un submarino clase Salta, desconocía por completo el estado de adiestramiento de la nueva dotación y la situación operativa de la unidad. Para agravar aún más las cosas, la Fuerza de Submarinos argentina no sólo carecía de experiencia de combate, sino que desconocía también la capacidad antisubmarina desplegada por el enemigo, dado que Inglaterra no constituía una hipótesis de conflicto para la Argentina. por esa misma razón no habría habido una doctrina de ataque preestablecida por la Armada para hacer frente a la flota inglesa. En ese contexto no cabía otra alternativa que improvisar sobre la marcha y esperar lo mejor.

Al día siguiente se presentó ante el COFUERSUB para asumir su nuevo comando, pero se le informó que no podría hacerlo hasta el 17 de abril, pues el buque acababa de salir de dique seco y estaba siendo sometido a una prueba de ruidos en aguas de El Rincón (10) bajo el mando del segundo, Capitán de Corbeta Esteban J. Arata. Este oficial se había desempeñado como subdirector de la Escuela de Submarinos en Mar del Plata cuando Salinas ocupaba el cargo de director, por lo que ambos oficiales se conocían bien.

(9) Cumplió comando entre el 03/04/79 y el 12/02/80

(10) Franja de mar contigua a la ría de Bahía Blanca que se extiende aproximadamente entre las localidades de Monte Hermoso y el norte de Bahía San Blas (Caleta Brickman).

Al regresar el buque de una corta navegación, el Capitán Arata informó que el problema de los ruidos y vibraciones de origen desconocido aún subsistía. El COFUERSUB ordenó entonces someter al buque a una nueva revisión en dique seco, debiendo el personal del Taller de la BNpB desmontar el eje y la hélice de cinco palas de paso fijo de 3,20 metros de diámetro, el sello de popa, etcétera, para efectuarle una recorrida completa. Mientras se realizaban los trabajos de reparación se recibieron varias alarmas de ataque aéreo, pues se temían posibles bombardeos de los Vulcan (11), lo que obligó a inundar repetidamente el dique seco para poder remolcar al submarino a un lugar menos expuesto. por fortuna, los temidos bombardeos nunca se materializaron.

Dos semanas después, sin que se hubieran determinado aún las causas de los ruidos del buque, Salinas zarpó con destino a la Base Naval de Mar del plata para alistamiento de campaña de guerra. Mientras navegaba en superficie por el canal y encontrándose el buque a la altura de la boya Nº 9 (12) recibió la orden de regresar a puerto pues se había informado que un avión explorador propio había detectado un submarino nuclear (presumiblemente enemigo) navegando en superficie a unas 80/100 millas náuticas de la boya faro (referencia náutica que señala el comienzo del canal de acceso a la BNpB).

(11) Los Vulcan realizaron las misiones de bombardeo más costosas e, irónicamente, las menos efectivas de todo el conflicto. Tres de ellas a la pista de Puerto Argentino desde la isla Ascensión el 1 y 4 de mayo y el 11 de junio de 1982. Sólo una de las 63 bombas de 1.000 libras lanzadas hizo blanco en la pista sin que ello perturbara las operaciones de los aviones argentinos, que continuaron operando hasta el final del conflicto.

(12) Aproximadamente la mitad del canal principal Bahía Blanca.

Como consecuencia de este hecho, el COFUERSUB ordenó alistar el buque en la BNpB, solución que el Capitán Salinas ya había sugerido antes de zarpar por cuanto consideraba que el puerto de Mar del Plata era notoriamente indiscreto para tal maniobra, pudiendo la inteligencia enemiga conocer con exactitud el día y la hora en que el Salta se hiciera a la mar si la base era observada por agentes enemigos (13), tal como parece haber ocurrido con
el crucero ARA General Belgrano cuando zarpó de Ushuaia (14).

A principios de mayo se recibieron alarmantes informes del ARA San luis que daban cuenta de que los torpedos SST-4 no eran confiables, dado que había efectuado dos lanzamientos fallidos contra unidades de superficie enemigas y uno contra un presunto blanco submarino, sin poder determinarse el origen de las fallas. Estas eran pésimas noticias para el ARA Salta ya que además del problema de los ruidos sin resolver se vislumbraba que iría a combatir al enemigo sin perspectivas de éxito, como consecuencia del mal funcionamiento de los torpedos.

Para atacar el problema, el 12 de mayo de 1982 el COFUERSUB creó una comisión especial integrada por cuatro oficiales (15) y presidida por el propio Salinas, para analizar y determinar las causas de los frustrados ataques del ARA San luis y evaluar la confiabilidad del sistema de armas, proponiendo las medidas adecuadas para poner el sistema en condiciones operativas. Dado los limitados medios técnicos disponibles y los términos perentorios impuestos a la comisión para efectuar su evaluación, se emitió un informe parcial a las 72 horas sin poder llegar a determinarse, fehacientemente, el origen de las fallas. No obstante, entre los antecedentes reunidos se pudo constatar que en diciembre de 1981 se había informado de la existencia de fallas de similar naturaleza a las del ARA San luis en los lanzamientos de ejercicio realizados durante aquel año naval. La superioridad finalmente decidió esperar el arribo del ARA San luis para poder contar con más elementos de juicio.

(13) Nick Barker en su libro Beyond Endurance manifiesta que el 26 de marzo de 1982 interceptó un mensaje del agregado naval británico en el que se señalaba que un funcionario de la embajada chilena había informado que los submarinos con base en Mar del Plata se habían hecho a la mar.

(14) El Capitán de Navío Héctor Bonzo, Comandante del buque, admite en su libro que esa posibilidad pudo haber sido una
de las causas de que su barco fuera localizado y luego hundido por el HMS Conqueror.

(15) Presidente: CF Roberto F. Salinas, vocales: CC Ing. Juan Luis Costa, CC Daniel Geraci y TF Ricardo E. Franceschelli. Colaboró también el CC Ingeniero Ernesto Conra

Con la llegada de dicha unidad a Puerto Belgrano (A.R.A San Luis), el 19 de mayo, luego de una patrulla de 39 días, en la cual debió permanecer 864 horas en inmersión (16)(equivalente a 36 días), se completó el análisis de la comisión, descartándose el uso de torpedos similares a los embarcados en ese buque. Salinas recibió la orden de embarcar un nuevo tipo de torpedos SST-4 armados en la empresa argentina EDESA. éstos contaban con algunas mejoras respecto del modelo anterior de origen alemán pero aún no habían sido suficientemente probados.

El ARA Salta volvió a zarpar en patrulla de guerra el 21 de mayo de 1982 con órdenes de realizar pruebas de tiro, en tránsito a la zona de operaciones, con el fin de asegurar la efectividad de los nuevos torpedos y verificar el funcionamiento general del sistema de armas del buque. Adicionalmente se harían distintas pruebas y evaluaciones de los ruidos del buque.
Ello ocurrió 48 horas después de que el ARA San Luis tomara puerto, dada la necesidad de mantener en forma continua un submarino en operaciones evitando con ello que el enemigo prescindiera de la amenaza submarina (17). para la ocasión se destacó a un grupo de observadores terrestres que serian testigos del ejercicio sobre un blanco previamente establecido ubicado convenientemente cerca de la costa.

(16) Buques de la Armada Argentina 1970-1996 por el Contraalmirante (R) Horacio Rodríguez.

(17) Hoy sabemos que durante la guerra, la Royal Navy nunca supo que en realidad se enfrentaba a un solo submarino argentino, hecho que motivó que consumiera exageradas cantidades de armas antisubmarinas.

El 23 de mayo a las 14:00 h el ARA Salta llegó al área convenida sobre la costa norte del golfo Nuevo. A la mañana del día siguiente todo estaba listo a bordo para iniciar las pruebas de tiro con torpedos con cabeza de combate. Se trataba del primer ejercicio de estas características efectuado por la Armada Argentina en toda su historia. El buque navega a profundidad de periscopio y a baja velocidad con el objeto de efectuar el disparo en óptimas condiciones. Ni bien el torpedo dejara el tubo, el Comandante había previsto llevar el submarino a plano de seguridad, evitando así que el torpedo pudiera buscar y destruir por error al buque propio mas allá de la profundidad en la que debía encontrar el blanco. A las 9,13 horas se da la orden de lanzar con el tubo Nº 7. El torpedo corre dentro del tubo por 1 minuto 15 segundos y luego se detiene. Inmediatamente después del lanzamiento la voz del sonarista da el primer indicio de alarma: “¡No escucho ruido de hélices!”

Una rápida verificación permite constatar que el torpedo no había abandonado el tubo. El Comandante, consciente de que el éxito o el fracaso del arma submarina reposa casi por entero en el resultado de aquellas pruebas, decide por su propia iniciativa efectuar un segundo lanzamiento. A las 10:25 h, a una distancia de 13.000 yardas del blanco se ordena lanzar con el tubo Nº 1. Luego de una corrida del torpedo dentro del tubo de 54 segundos se produce idéntico resultado. Un sentimiento de frustración e impotencia se esparce por todo el buque. El saldo del ejercicio es: dos torpedos con cabeza de combate activado trabados en los tubos lanzatorpedos, con todos los riesgos que ello implica. pese a que se intentó la maniobra reglamentaria para desprenderse de ellos (inclinando el submarino 20% punta abajo) los torpedos permanecían en los tubos. El moderno Salta no dispone de ningún medio para expulsar los torpedos. No había a bordo un sistema de aire comprimido para ese propósito, ni podía descargarlos desde el interior del buque.

Luego de un día lleno de sobresaltos, el Comandante decide mantenerse en plano profundo dentro del golfo Nuevo para que la tripulación que no cubre ninguna guardia pueda descansar y relajarse un poco, circunstancia que es aprovechada para servir la cena. Aproximadamente a las 20:28 h se siente una fuerte vibración, seguida de una voz de alarma desde la sección de proa del buque. El torpedo alojado en el tubo Nº1 se pone imprevistamente en marcha. Toda la tripulación teme lo peor, pues esa es la más grave emergencia imaginable para cualquier submarinista (18). Salinas ordena llevar el buque a superficie en emergencia para minimizar el riesgo de explosión de la batería del torpedo y, como medida preventiva, abrir las portas externas de los tubos lanzatorpedos, pues teme que el torpedo abandone el tubo de un momento a otro. Lejos de ello aquél permanece en su lugar. El batido de las hélices se detiene recién a las 21:15 h. El Comandante informó lo ocurrido al COFUERSUB, quién le ordenó regresar a puerto, interrumpiendo así su despliegue hacia la zona de operaciones. El Comandante, con el objeto de minimizar los ya indiscretos ruidos del buque, decide mantener los tubos inundados y las portas externas de los tubos lanzatorpedos cerradas. El tránsito de regreso a puerto Belgrano implicaba en sí mismo un riesgo potencial para el buque, dado que los gases de la batería del torpedo podían generar una explosión interna con devastadoras consecuencias.

(18) Sherry Sontag y Christopher Drew en su libro Blind Man’s Bluff sugieren que un accidente similar pudo haber causado el hundimiento del USS SCORPION (SSN-589), un submarino de ataque de propulsión nuclear de 3.500 toneladas que fue declarado presumiblemente perdido el 05/06/68. Los restos del naufragio fueron localizados en junio de 1969 en el Atlántico y se comprobó que el casco del buque se había partido en tres grandes secciones. Esta tragedia le costo la vida a 99 bravos marinos.

El ARA Salta toma puerto el 29 de mayo, designándose al Capitán de Corbeta Ingeniero Ernesto Conrad junto a otros dos hombres (19) para desactivar y extraer del submarino los torpedos defectuosos. Mientras se realiza la peligrosa maniobra, nadie permanece a bordo, con excepción del grupo mencionado. Cumplida con éxito la tarea, los torpedos son sometidos a numerosas pruebas y el submarino a una rigurosa inspección, lográndose determinar que uno de los sistemas de seguridad del buque no había logrado desactivarse por completo evitado así la salida del torpedo.
(20). El Comandante informó que el nivel de ruidos y vibraciones seguía siendo considerable a tal punto que interfería el sonar pasivo en 100º de los 360º en diversos sectores.

El 12 de junio, Salinas recibió la orden de hacerse a la mar nuevamente para continuar con los ejercicios de tiro y la evaluación de ruidos en la zona de golfo Nuevo. El 14 de junio (día de la rendición de Puerto Argentino) sorprende al ARA Salta navegando en la zona prefijada sin haber aún podido efectuar los lanzamientos programados.

Pese a la finalización de las hostilidades, la superioridad decide seguir adelante con las pruebas, que se realizan al día siguiente por la tarde. El ARA Salta se dispuso a realizar su tercer lanzamiento de un torpedo con cabeza de combate 23 días después del primer ejercicio en esas mismas aguas. El buque navega en las mismas condiciones que lo había hecho en los lanzamientos anteriores. El primer torpedo abandona el tubo Nº 6, pero transcurrido 1 minuto y 41 segundos el operador del sonar pierde todo contacto con el mismo. El Comandante ordena entonces cortar el cable de filoguiado (21) y llevar el buque a plano de seguridad debido a la clara indicación de irregularidades en la corrida del torpedo. Nunca más se supo nada de él. Una vez verificados todos los sistemas de control tiro, el Comandante ordena efectuar un segundo lanzamiento con el tubo Nº 2. El torpedo salió del tubo y parecía comportarse adecuadamente hasta que se recibió la indicación de “cable cortado” a una distancia de 7.200 yardas del blanco. De inmediato se ordenó llevar el submarino a plano profundo. Apenas habían transcurrido dos minutos desde el corte del cable de filoguiado cuando se escuchó una atronadora explosión a través del casco. El torpedo se encontraba a 5.500 yardas de la costa (a mitad de camino entre el submarino y el blanco) muy cerca de la isóbata de 50 metros cuando estalló sin ninguna razón. Esta penosa experiencia terminó por convencer al alto mando naval de que los torpedos SST-4 y el sistema de armas en general no eran operativos.

(19) Esos hombres eran el TF Ricardo Emilio Franceschelli del Arsenal Naval de Mar del Plata y un agente civil de apellido DaRepresentaçao destinado en el Taller de Armas de Puerto Belgrano.

(20) Entrevista al Capitán de Navío (RE) Ernesto Conrad el 14 /05/2001.

(21)Cable muy delgado que permite guiar al torpedo hacia el blanco desde el interior del submarino durante cierta distancia (+18 km) antes de que el mismo sea cortado en forma automática o manual.

Entre los días 17 y 18 de junio de 1982, el ARA Salta realizó las pruebas de ruidos ordenadas. para poder determinar con cierta exactitud el nivel de ruidos del submarino se improvisó una estación de relevamiento mediante el aprovechamiento de los equipos de escucha subacua que se encontraban a bordo del buque oceanográfico El austral(22). (CF Santillán) y la ayuda de una boya. El submarino navegó en una zona prefijada a velocidades y profundidades variables, para de ese modo medir su firma acústica y determinar si la misma era capaz de delatar la presencia del submarino.

Pero fue la mañana del 19 de junio la que Salinas retiene más fresca en su memoria, pues fue ese día cuando por unos instantes tuvo en la mira de su periscopio la imagen de la “gran ballena blanca (23)”, apodo con que los británicos bautizaron afectuosamente al gigantesco trasatlántico Canberra (Capitán D.J. Scott Masson), de 44.807 toneladas, requisado a la firma p & O Shipping CO. Este barco había zarpado hacia el Atlántico Sur el 9 de abril desde puerto de Southampton previa conversión en transporte de tropas. Adicionalmente se lo había equipado con dos cubiertas de vuelo para operar con helicópteros y un sistema para permitir el traspaso de combustible en alta mar. Aunque el Comandante del ARA Salta lo ignoraba, en ese momento el Canberra navegaba atestado de prisioneros de guerra argentinos (4.167,incluyendo heridos) ansiosos de ser repatriados a sus hogares en tierra continental luego de las desgarradoras vivencias del combate en suelo malvinense. Tras cumplir esta tarea humanitaria en Puerto Madryn, el Canberra zarpó de regreso a port William (Islas Malvinas) el 20 de junio para repatriar a las tropas inglesas al Reino Unido, donde arribó el 11 de julio de 1982.

(22) Ex Atlantis I de la Woodhole Oceanographic Institution de los EE.UU.

(23) En abierta alusión al característico color blanco del casco utilizado en tiempos de paz y que no fue modificado durante el conflicto.

Concluida la navegación, el Capitán Salinas fue desembarcado y reincorporado a su destino anterior (Casa Militar) donde asumió nuevamente sus funciones de edecán naval del presidente, hasta la finalización del mandato del general Bignone.

Retrospectivamente parece innegable, tal como le ocurrió en los hechos al ARA San Luis, que aún en el caso que el ARA Salta hubiera arribado al área MALVINAS, su defectuoso sistema de armas lo habría privado de infligir daño alguno al enemigo. La falta de adiestramiento con torpedos con cabeza de combate en los años previos al conflicto, evitó detectar y corregir a tiempo las fallas acusadas en sistemas vitales del buque, todo lo cual impidió a la Fuerza de Submarinos concretar su primer ataque exitoso contra la flota de superficie británica. Este handicap contribuyó significativamente para que la Royal Navy pudiera disputar con éxito a la Armada Argentina el control del mar en la zona de operaciones, control que retuvo hasta el final del conflicto.

Otro elemento decisivo que contribuyó a la imposibilidad de prever planes de contingencia fue el no contar con preaviso alguno del inicio de la “Operación Azul” (hoy conocida como Rosario) hecho que incidió negativamente en el alistamiento de la Fuerza de Submarinos para la inminente campaña militar que se avecinaba. Si a ello le sumamos que el Comité Militar (24) impidió al Vicealmirante J.J. LOMBARDO utilizar la ventaja táctica que sólo el arma submarina era capaz de obtener para la flota Argentina, atacando al enemigo donde aquél menos lo esperaba, es fácil imaginar el porqué del resultado final del conflicto. Sólo a partir del 25 de abril los submarinos Argentinos fueron autorizados por el Comité Militar a actuar ofensivamente como consecuencia directa del ataque inglés a las Georgias del Sur (25).

No obstante, la circunstancia de que los submarinos diesel eléctricos criollos pudieran operar a discreción en aguas controladas por el enemigo, el cual disponía de una fuerza naval ostensiblemente superior, con plataformas antisubmarinas de última generación, constituye en sí mismo un mérito innegable de los submarinistas argentinos. Las expertas fuerzas antisubmarinas británicas (que realizan el 70% de las patrullas antisubmarinas de la Alianza Atlántica) (26) recibieron esta inesperada lección al mostrarse impotentes para contrarrestar esa amenaza, que como se sabe se redujo a un único submarino. Diez años después de concluido el conflicto el Comandante de ésta última unidad, todavía decepcionado por los pobres resultados obtenidos declaró a una revista: “Yo de la guerra me enteré por la radio” (27).

(24) Máxima autoridad militar argentina, integrado por los miembros de la Junta Militar que gobernaba el país.

(25) Entrevista antes mencionada al Vicealmirante (RE) Juan José Lombardo.

(26) Ver Fighting for Peace de Caspar Weinberger, pág. 211.

(27)Ver entrevista al Capitán de Navío (RE) Fernando Azcueta en “Revista Noticias” del 26/03/92, pág. 16.

EL SECRETO DEL ARA SALTA
Por Jorge Rafael Bóveda

Boletín del Centro Naval
Número 833
MAY / AGO 2012

Publicado en Interdefensa

viernes, 20 de junio de 2014

Las enfermeras heroínas

Heroínas de Malvinas

Por Oscar Dufour



Un poco de historia y un sentido reconocimiento a nuestras VGM.


Las Malvinas fueron descubiertas en 1520 por Esteban Gómez, uno de los barcos de la expedición de Magallanes. Según la delimitación de tierras de las bulas papales, las islas pertenecían a España. A posteriori, y enterados de este importante y estratégico descubrimiento español; navegantes ingleses, holandeses y franceses llegaron en diversas oportunidades por esos años.

Los españoles en 1764, obtuvieron el Puerto de San Luis, tras una sede de protestas y transformaron “Malouines” llamada así, por una temporal ocupación francesa, en Malvinas.

En 1765, una expedición pirata inglesa llegó a las islas y las denominó “Falkland Islands”. En 1770, las fuerzas de ocupación inglesas fueron desalojadas por España, que reclamó la soberanía de las islas por vía diplomática. Cuando se creó el Virreinato del Río de La Plata, las Malvinas pasaron a depender de la gobernación de Buenos Aires.

En 1776, cuando se creó el Virreinato del Río de la Plata, las islas Malvinas se incluyeron en el Territorio de la Gobernación de Buenos Aires. Desde 1774 hasta 1810, España nombró sucesivos gobernadores para el archipiélago. Después de 1810, las islas siguieron bajo esa jurisdicción. En 1820, la fragata Argentina “La Heroína” fue enviada a Malvinas para tomar posesión definitiva de las islas. En 1825 se produjo un hecho significativo: Gran Bretaña reconoció la independencia Argentina y no reclamó las islas. En 1828, el gobierno de Buenos Aires otorgó a Luis Vernet, en concesión, el Puerto Soledad para que construyera una colonia. Para ello, llevó a cien gauchos e indios de las pampas, hábiles en la cría de ganado. En 1829, Vernet fue nombrado gobernador de Malvinas. Y ese mismo año Gran Bretaña reclamó su derecho de soberanía sobre las islas, adjudicándose falsamente su descubrimiento.

En 1833 esa Nación tomó por la fuerza las Malvinas bajo su dominio, expulsando a nuestras autoridades. Desde entonces, la Argentina no ha dejado jamás de reclamar su soberanía sobre el archipiélago. En 1982 se produjo la Guerra con Gran Bretaña.

Heroínas de guerra

En Malvinas, bajo el fuego cruzado del Teatro de Operaciones en el Atlántico Sur (TOAS), también hubo mujeres argentinas, militares, civiles y voluntarias.

Tras el desembarco del 2 de abril, mas de 20 mujeres fueron convocadas por las Fuerzas Armadas para prestar servicios en sus respectivas especialidades: Comisarios de Abordo, Enfermeras, Instrumentistas Quirúrgicas y Radio-Operadoras de los Barcos Mercantes de la Empresa de Líneas Marítimas Argentina (ELMA), del Comando de Transporte Navales de la Armada Argentina (ARA), Cadetas de la Escuela Nacional de Náutica (ESNN) y dotación de los Hospitales Militares Central y Campo de Mayo (HMC), participando en operaciones de inteligencia en torno a la isla Ascensión, en buques que buscaron y detectaron a la flota británica en medio del Atlántico, a bordo de los barcos que trasladaban pertrechos entre la Patagonia, Islas Malvinas e Islas del Atlántico Sur; y Profesionales de la salud embarcadas en el Buque Hospital Rompehielos ARA “Almirante Irizar”. Algunas de ellas fueron valiosas colaboradoras en la tarea de detectar, y seguir a través de viejas pantallas de radar, a las naves británicas que habían partido de la isla Ascensión y se aproximaban al Atlántico Sur. Lo hicieron sin escatimar energías ni horas de descanso, instaladas en buques mercantes que penetraron al océano tratando de anticipar los movimientos de la flota enemiga.

Otras, prestaron servicios en barcos, que desde las Bases Navales de Puerto Belgrano y Punta Indio, o desde Comodoro Rivadavia y Río Gallegos, transportaron cañones, armas de menor calibre, municiones, carpas, alimentos, instrumental médico, tubos de oxígeno, camillas, medicamentos y demás pertrechos de campaña hasta Malvinas.

El tercer grupo, fue parte fundamental del equipo médico que se desempeñó en el “Almirante Irízar”, que abandonó su habitual función de rompehielos para convertirse en Buque Hospital.

Estas Veteranas y Heroínas de Guerra son:


  1. Oficial Comisario, Marta Beatríz Jiménez – Transporte ARA “Canal de Beagle”.
  2. Oficial Comisario, Graciela Gerónimo – Transporte ARA “Bahía San Blas”.
  3. Cadete Esc. Nac. de Náutica, Mariana Soneira -Transporte ARA “Bahía San Blas”.
  4. Oficial de Radio, Estela Carrión – B/M ELMA “Lago Traful”.
  5. Cadete Esc. Nac. de Náutica, Noemí Marchesotti – B/M ELMA “Río Cincel”.
  6. Cadete Esc. Nac. de Náutica, Olga Graciela Cáceres – B/M ELMA “Río Cincel”.
  7. Enfermera, Doris West – B/M ELMA “Formosa”.
  8. Enfermera, Perla Aguirre – B/M ELMA “Río de la Plata”.
  9. Enfermera, Olga Elvira Grasso – B/M ELMA “Almirante Stewart”.
  10. Enfermera, Nelly De Vera – B/M ELMA “Almirante Stewart”.
  11. Enfermera, Savid Molina – B/M ELMA “Tierra del Fuego II”.
  12. Instrumentista Quirúrgica, *Susana Maza, Rompehielos ARA “Alte Irizar”.
  13. Instrumentista Quirúrgica, *Silvia Barrera, Rompehielos ARA “Alte Irizar”.
  14. Instrumentista Quirúrgica, *María Marta Lemme, Rompehielos ARA “Alte Irizar”.
  15. Instrumentista Quirúrgica, *Norma Navarro, Rompehielos ARA “Alte Irizar”.
  16. Instrumentista Quirúrgica, *María Cecilia Ricchieri Rompehielos ARA “Alte Irizar”.
  17. Instrumentista Quirúrgica, * María Angélica Sendes, Rompehielos ARA “Alte Irizar”.
  18. Enfermera Militar FAA, Alicia Reynoso – “Hospital Móvil Comodoro Rivadavia”.
  19. Enfermera Militar FAA, Gladys Maluendez – “Hospital Móvil Comodoro Rivadavia”.
  20. Enfermera Militar FAA, María Masitto Anan – “Hospital Móvil Comodoro Rivadavia”.
  21. Enfermera Militar FAA, Gisella Bassler – “Hospital Móvil Comodoro Rivadavia”.
  22. Enfermera Militar FAA, Stella Maris Morales – “Hospital Móvil Comodoro Rivadavia”.
  23. Voluntaria FAA, María Liliana Colino – Aux. en lo Hércules C130 a Malvinas a socorrer heridos.
  24. Voluntaria FAA, Maureen Dolan – Aux. en lo Hércules C130 a Malvinas a socorrer heridos.
  25. Voluntaria FAA, Silvia Storey – Aux. en lo Hércules C130 a Malvinas a socorrer heridos.
  26. Voluntaria FAA, Cristina Cormack – Aux. en lo Hércules C130 a Malvinas a socorrer heridos.


* Susana, Silvia, María Marta, Norma Ethel, María Cecilia y María Angélica, fueron las únicas seis mujeres argentinas que participaron en todo el conflicto del Atlántico Sur, ayudando a los heridos en combate, a bordo del Rompehielos ARA “Almirante Irízar”, que funcionó como Buque Hospital.

Nuestras Veteranas de Guerra, defendiendo nuestra Soberanía Nacional en sus respectivas especialidades, se comprometieron participando directamente en el Conflicto, en la línea de fuego y en la retaguardia; en el mar, en el aire, y en tierra; más que admirable y conmovedor. Algún día, la historia deberá rendirle el tributo que realmente merecen, y todos los argentinos un reconocimiento y sincero agradecimiento.

Quienes integraron el Cuerpo de Sanidad, ayudaron a vivir y a morir a cientos de soldados, trataron a un millar de heridos argentinos. Me explica la VGM Silvia Barrera, quien contaba entonces con 22 años; que entre la adrenalina de escuchar los bombardeos, el trabajo de atender a los heridos, a los que también tenían que contener afectiva y psicológicamente, y la experiencia nueva de estar en un buque en altamar, durante los diez días que estuvo en Malvinas casi no durmió. “Desde aquellos días nunca más volví a dormir bien. Esto es algo que compartimos muchos veteranos de guerra”.

Ellas, fueron las primeras en recibir condecoraciones después de la Teniente Coronel Juana Azurduy (1780-1862), integrante del Ejercito Auxiliar del Norte, a órdenes del General Manuel Belgrano, quien le entregara su sable, como símbolo de reconocimiento a su valor, lealtad y coraje. En toda la Historia Argentina, siempre tuvimos Heroínas anónimas, era imposible que en la gesta de Malvinas e Islas del Atlántico Sur faltaran. Ellas, son las Mujeres Argentinas que llevaron su coraje a nuestras Islas Malvinas. No las hemos de olvidar. Ni a las Islas ni a nuestras Heroínas de Guerra.

Esta nota, está dedicada a todas nuestras valientes Heroínas de Guerra, y en nombre de todas ellas, muy especialmente a la VGM Silvia Barrera, la mujer con más distinciones de nuestro Ejército Argentino, Veterana de la Guerra de Malvinas, es civil, Instrumentadora Quirúrgica y fue como voluntaria a las Islas.

Junto con un eterno y sincero agradecimiento, te envío querida Silvia un gran abrazo!

El Informador Público