Pilotos infantes
Pilotos de helicóptero Puma, Villagra y Leguizamón, quienes una vez que fuese abatido el aparato pidieron incorporarse como infantes
Eso es tener amor a la Patria...
lunes, 9 de junio de 2014
domingo, 8 de junio de 2014
El combate del Monte Dos Hermanas
Combate del Monte Dos Hermanas
Así pensaba rápidamente el soldado que, con buen estilo, abría fuego por batir al ingles que se cubría detrás de la metralla rompiendo con su cadencia de fuego las rocas del risco en que se ocultaba en pleno ataque.
Bajo la noche clara era necesario aumentar el volumen de fuego aunque se perdiera un poco de eficacia del tiro y así a velocidad continua, la trayectoria del plomo que es munición trazadora, buscaba el cuerpo mortal del adversario.
EI combate era letal. Los ingleses que continuamente se infiltraban en las posiciones Argentinas, habían llegado hasta ese lugar, llamado Dos Hermanas por ser dos riscos gemelos. Pero la patrulla de Comandos Argentinos que había caído en la contraemboscada sabía que "Dos Hermanas" no tenía frontera y que había que salir de la sorpresa de sentirse atacados furiosamente por la fusilería inglesa.
Superada la sorpresa y ante el escozor de la batalla, en los primeros embates, cayó mortalmente herido, e1 Sargento Cisnero.
Este valiente soldado, la noche anterior, había escrito en su libreta de comando: si no vuelvo al continente es porque no se rendirme; perola fuerza superior de la tierra malvinera abrazo al Sargento Cisnero que, masticando turba, murió abriendo fuego como podía contra el ingles, el clásico invasor de nuestro país.
EI SAS (Special Air Service) alertó a la metralla que lanzo la granada y quebró la fervorosa vida del Sargento. "Perro" Cisnero, ametrallador de Mag, comando.
A su lada estaba el teniente primero Vizoso Posse (apodada el yanqui, por sus campaneros) que recibió la onda expansiva mientras, aprovechando el desconcierto, el SAS escalaba las rocas queriendo hacer una Abra y Shantia en Malvinas.
El teniente primero Vizoso Posse sintiendo la muerte muy de cerca, creyó que se le dislocaba el cuerpo, el plomo que atravesó el cuello parecía que a la vez lo abría y lo desangraba y en otros momentos parecía que le acariciaba el cuello porque una cuenta del Rosario que llevaba persistía en el metal letal, carne a carne, en la herida abierta. Pero el valiente soldado. Vizoso Posse, sin amedrentarse en la lid, tomo el fusil en sus manos y cuando. Los ingleses descendían replegándose por las rocas, convencidos de la abra consumada, espero la oportunidad y entonces, el argentino, disparo su fusil al león y a su corana logrando que el enemigo sufriera de esta manera, sus primeras bajas.
El jefe de la patrulla de Comandas Argentinas, sabiendo que la victoria es del que más se atreve, actuó al primer impulso de la contraemboscada, en la que el fuego enemigo buscaba desbastar todo lo que encontrara a su paso. Con energía y decisión calculo que de esa situación difícil, solo se podía salir con un volumen de fuego más agresivo; por lo que ordeno al teniente primero Vizaozo Posse, que se replegara porque iba a ser apoyado en ese momento.
EI oficial, obediente, escalo las rocas, sintiendo, como un fuego que le ardía fuerte en el cuerpo, la herida donde la adrenalina parecía que dejaba de hacer su efecto. Pero con esfuerzo y coraje llego a donde estaban las suyos. En ese tenso momento ninguna de las partes cedía posiciones. El volumen de fuego de las dos subunidades de tropas especiales era impresionante: tales es así que ambos contendientes creyeron que se las estaban viendo en un combate encarnizado contra un regimiento completo de la línea enemiga.
Ambas contendientes, por un lado, los comandos argentinos, famosos por hacer honor a su agresividad y portando la empuñadura roja que ostentan con su insignia en la boina y por el otro lado, el Special Air Service los afamados y auténticos comandos británicos estaban convencidos que el enemigo con que se enfrentaban era la vanguardia de una fuerza mayor.
AI jefe de la patrulla de Comandos Argentinas le gustaba recordar esa frase que dice elige hambres y guerra y con esa consigna había elegido. Los hombres y el momento. A ellos les pidió que entregaran el máximo de su rendimiento como combatientes, para lograr quebrar el brazo armada del adversario. Mientras tanto el médico militar de la Campania de Comandas revisaba la herida que recibiera el oficial Vizoso Posse, hacienda lo posible para que vuelva rápido al combate con el fusil en alto. Esta impartición era lo que esperaba el soldada para recuperar el ánimo y poder continuar en la lucha.
EI jefe de la patrulla de Comandos Argentinos rumiaba el combate, parecía que hacia un auto examen en el mismo fragor de la lucha y se decía para si mismo: nuestra misión no es foguearnos, hacer instrucción, sino. Localizar; fijar al enemigo y aniquilarlo en toda oportunidad que entremos a combatir. Se decía, que sería error no empeñarse del todo por preservar a la gente y mientras pensaba combatía, rumiaba, daba animo a su tropa, y sin necesidad le dio más tiempo al adversario, no logrando aferrarlo y sintió fracasada la operación de dejarse sobrepasar en las alturas del risco en disputa.
Pero sin embargo procedió como si fuera la ultima ocasión para convertirse en héroes, observo que en esos niveles no hay limitaciones para el combate y el SAS también con su agresividad había hecho lo suyo sobre la moral de su tropa.
EI combate fue desgastante, había que pelear permanentemente como si la batalla final dependiera de ese momento. El segundo Jefe de la Compañía de Comandos argentinos, que participaba observando el combate con mucho detalle, veía como reaccionaba nuestra gente y como atacaba el enemigo, teniendo en cuenta que era una contraemboscada.
Estaba convencido de las agallas del Jefe de la Patrulla que con ejemplo personal, arrojo y la precisión necesaria supo guiar el fuego de la artillería propia, contra el enemigo ingles que se retiraba abandonado la escena del sangriento combate.
En ese momento, el capitán medico de la patrulla de Comandos argentinos, con voz tensa y firme grito a viva voz el lema de las tropas especialmente adiestradas: Dios y Patria o muerte.
EI resto de la patrulla sumisa, valerosa y resignada grito la pelea, triunfa y muere, respondiendo al lema de los comandos argentinos.
Para evitar que el enemigo pudiera replegarse con éxito, la artillería argentina con precisión matemática, persiguió a la fuerza británica durante cuatrocientos metros hasta que se hizo un silencio total, silencio mezclado con euforia. En las fuerzas argentinas se respiraba por la sensación de haberse impuesto a un adversario tan fuerte y afloraba el tremendo y agotador cansancio de la ardua jornada de combate.
Mientras tanto el jefe de la patrulla de comandos argentinos, hacia su evaluación critica diciendo: "el que conduce un elemento tendría que ir desarmado, porque el combate nos atrae y se deja de conducir y es necesario situarse bien y reaccionar, dándose cuenta de lo que debe hacerse”
Si bien la gloria consiste en vencer con el menor sacrificio posible, los comandos argentinos habían sido pródigos en su ardor y valor generoso. El combate había sido a sangre y fuego y esos soldados podían ser acreedores a la consideración y estimación de su Ejército.
Pero a pesar que el cerro pareció estallar con sus explosiones y en la emergencia se complicaba todo, porque el golpe de fuego inicial lo tuvieron los ingleses, las tropas argentinas supieron dar impulso al combate y salir de la sorpresa. Los comandos argentinos recordaban que el encuentro fue sumamente duro y que quizás se diera únicamente en una isla: el choque de dos patrullas de Comandos.
La fuerza de la tierra que abraza a sus hijos es más fuerte que todos ellos.
Por eso dicen que en pleno territorio dominado por el enemigo hay un bastión argentino. Al pie de un monte de dos crestas de Malvinas. Y es el tenaz espíritu de los que pelearon en el Monte Dos Hermanas.
Reflexiones al regreso del Monte dos Hermanas
La noche con sus ilusiones inconclusas cayó sobre Malvinas y los comandos argentinos marcharon hacia el brumoso Puerto Argentino, que los esperaba a ocho kilómetros de distancia del lugar donde se produjo el sangriento combate por el Cerro Dos Hermanas.
Los combatientes tomaban conciencia del peligro que en estas circunstancias se corría recuerdo de los camaradas caídos en acción dejaba una profunda huella en el ánimo de los todos. Algunos de ellos recordaba las palabras del jefe de operaciones de la Compañía, expresadas en el continente, en vísperas a partir hacia Malvinas, cuando los preparaba diciéndoles que mientras más nos conociéramos, mayor seria el espíritu de cuerpo a formarse entre los nuestros y a la vez menor serio el número de bajas en los combates y par lo tanto, mayor seria la cantidad de comandos al volver del duro desafío de la guerra en la que estaban enfrentados y empeñados.
Los comandos argentinos aprendieron ,a partir de ese combate en el monte Dos Hermanas, que los comandos ingleses, si bien se comportaron como maquinas recién aceitadas para la pelea, estaban lejos de la precisión, valor y agresividad que se necesita para salir victorioso en el combate; sobre todo en estos niveles, en los que no se da ni se pide tregua , al esfuerzo impuesto por la lucha y que, dadas las circunstancias extremas, se puede dar lugar al combate con la bayoneta o a la esgrima de fusil, en un combate cuerpo a cuerpo donde la rapidez de concepción y reacción hubieran sido decisivas para imponerse al adversario.
Los comandos argentinos habían aprendido en el fragor del combate y en esa lucha no simulada, la distancia entre, el mapa de la Argentina de sus manuales de estudio, y la realidad de la sangre de los que fueron protagonistas del enfrentamiento con el Special Air Service británico; ese que había sido una amenaza terrible en esa hora de la prueba, tan lejos de la mesa de arena y los juegos de simulación, utilizados en las técnicas de planeamiento que fueron tan comunes en su previa preparación y entrenamiento.
También los comandos argentinos reconocían el descanso psicológico tremendo que significo, para las tropas convencionales, la aparición oportuna de la compañía especial en el cerro Dos Hermanas; la tranquilidad de saber que adelante había grupos con entrenamiento superior realizando incursiones en las
cercanías y que ellos no eran la primera línea de defensa hizo que aflojaran, un tanto, las tensiones
En definitiva en este combate los comandos argentinos habían pasado por la gran prueba en la vigilia y en la lucha, lejos de las lecciones librescas y los datos útiles tan vigentes en los Estados Mayores que controlan la máquina de guerra.
Siempre será resaltado el valor del tiempo en la guerra.
Para saber cuántas bajas sufrieron las secciones del Special Air Service a manos de la compañía de comandos 602, nos remitimos a la información del Doctor Isidoro Ruiz Moreno en su libro "Comandos en acción".
Hasta que no se posean datos fehacientes será difícil determinarlo con precisión, pero sin duda su número debió ser elevado, dada la violencia del enfrentamiento entre comandos, y el fuego de la artillería Argentina. El teniente primero Horacio Lauria refirió haber visto una película de la BBC (British Broadcasting Corporation) compaginada inmediatamente después de concluido el conflicto, sin retacear informes, y que en la misma se hacía alusión al combate diciendo que las bajas inglesas sumaban treinta y tres, cifra que comprendería muertos y heridos.
Más detallada es la versión transmitida por uno de los propios actores, según relato que efectuara el capitán Andrés Ferrero:
"Cuando yo estuve prisionero en el Saint Edmond, un día vino un oficial de Caballería y me dijo. Mi capitán venga, acá hay un ingles que está contando la operación que usted nos relato el otro día"
Yo me acerque a escucharlo. EI ingles contaba que intervino en el Special Air Service que, habían muerto dieciocho en esa operación, unos en el combate y otros como consecuencia de las heridas; que había sido un combate encarnizadisimo y pensaron
Que se habían enfrentado contra un regimiento completo de la línea nuestra, y que fue impresionante el fuego que recibieron.
Eso corroboraba 1o que yo pensé cuando nos enfrentemos: nosotros imaginamos que ellos eran la vanguardia de una fuerza mayor, y ellos pensaron lo mismo; lo que paso es que éramos dos fuerzas especiales muy duras. Este hombre, un suboficial que estaba de guardia, era uno de los sobrevivientes.
El otro era un oficial que estaba ahí en el barco también, pero yo no lo vi.
Y mas no se pudo obtener, porque cuando yo lo empecé, a interrogar sobre cómo había sido esa anécdota, que nos relatara algo mas, no sé si porque él se dio cuenta o porque realmente ya no le interesaba seguir hablando, dijo "'no, no basta" -Porque contaban cuando querían: no le podíamos imponer nada.
EI tiempo transcurre y mientras la demora, ladrona del tiempo, sea la clave, me pregunto si seguiremos perdiendo una oportunidad tras otra, a medida que se presentan las ocasiones para el contraataque a los británicos. Porque para nosotros, el objetivo es el acto de contraatacar y de esa manera reafirmar definitivamente nuestra identidad nacional.
En estos años de pérdidas y derrotas nos alienta un sentimiento de ultraje en guerra por las Malvinas; por eso es importante volvernos a empeñar en tiempo.
La Perla Austral
sábado, 7 de junio de 2014
viernes, 6 de junio de 2014
Taylor y Llambías se encuentran 30 años después
Emotivo encuentro de un soldado inglés y otro argentino en Malvinas
Nick Taylor encontró la cámara de Marcelo Llambías durante la guerra. Tras 30 años, le obsequió un álbum con las imágenes. Y en vez de tirarse balas, jugaron a sacarse fotos
Crédito foto: Gentileza Diario Crónica
El cadete del Colegio Militar de la Nación Marcelo Llambías fue enviado a la Guerra de Malvinas en 1982. Al frente de una sección de tiradores peleó en el Cerro Dos Hermanas, a 15 kilómetros de Puerto Argentino, donde peleó contra la Unidad Nº 45 de Royals Marines.
Durante ese combate perdió una mochila donde estaban su máquina de fotos Kodak y todas las tomas del día anterior. Pensó que nunca más las iba a ver. Hasta que este año un amigo le avisó que se había publicado en Inglaterra el libro Pictures from far away, donde aparecían aquellas imágenes. El soldado que había encontrado la cámara había entregado las fotos a una editorial inglesa.
A casi treinta años de la Guerra de Malvinas, Llambías se encontró con el soldado inglés, Nick Taylor, en el mismo lugar donde combatieron y donde este último halló la máquina de fotos. La reunión se dio el miércoles pasado en el Cerro Dos Hermanas. El inglés le entregó el álbum con las imágenes que el argentino había tomado durante la guerra. "Fue un momento muy fuerte, congeniamos de entrada", señaló al llegar a Buenos Aires.
El ex combatiente contó que ambos visitaron el cementerio argentino, y que lo más emocionante de todo fue cuando recorrieron el Monte Kent, donde habían entrado en combate los dos y jugaron a que en vez de tirarse balas, sacaban fotos, cada uno en su posición. "Parecíamos dos chicos", confesó.
Cuando Taylor encontró la cámara, faltaba sacar una foto; era un rollo de 24. Entonces sacó la última foto y se guardó el rollo. Este año, el veterano de guerra inglés decidió publicar esas imágenes en un libro, en el que también escribió que quería conocer a ese militar argentino. En el libro se muestra la vida de los dos soldados durante el conflicto bélico, haciendo una especie de paralelismo.
Luego, Nick Taylor consiguió la dirección de correo del argentino, empezaron a hablar vía mail, y le dijo que le quería devolver las fotos.
Fuente: Crédito foto: Gentileza Diario Crónica
Infobae
Nick Taylor encontró la cámara de Marcelo Llambías durante la guerra. Tras 30 años, le obsequió un álbum con las imágenes. Y en vez de tirarse balas, jugaron a sacarse fotos
Crédito foto: Gentileza Diario Crónica
El cadete del Colegio Militar de la Nación Marcelo Llambías fue enviado a la Guerra de Malvinas en 1982. Al frente de una sección de tiradores peleó en el Cerro Dos Hermanas, a 15 kilómetros de Puerto Argentino, donde peleó contra la Unidad Nº 45 de Royals Marines.
Durante ese combate perdió una mochila donde estaban su máquina de fotos Kodak y todas las tomas del día anterior. Pensó que nunca más las iba a ver. Hasta que este año un amigo le avisó que se había publicado en Inglaterra el libro Pictures from far away, donde aparecían aquellas imágenes. El soldado que había encontrado la cámara había entregado las fotos a una editorial inglesa.
A casi treinta años de la Guerra de Malvinas, Llambías se encontró con el soldado inglés, Nick Taylor, en el mismo lugar donde combatieron y donde este último halló la máquina de fotos. La reunión se dio el miércoles pasado en el Cerro Dos Hermanas. El inglés le entregó el álbum con las imágenes que el argentino había tomado durante la guerra. "Fue un momento muy fuerte, congeniamos de entrada", señaló al llegar a Buenos Aires.
El ex combatiente contó que ambos visitaron el cementerio argentino, y que lo más emocionante de todo fue cuando recorrieron el Monte Kent, donde habían entrado en combate los dos y jugaron a que en vez de tirarse balas, sacaban fotos, cada uno en su posición. "Parecíamos dos chicos", confesó.
Cuando Taylor encontró la cámara, faltaba sacar una foto; era un rollo de 24. Entonces sacó la última foto y se guardó el rollo. Este año, el veterano de guerra inglés decidió publicar esas imágenes en un libro, en el que también escribió que quería conocer a ese militar argentino. En el libro se muestra la vida de los dos soldados durante el conflicto bélico, haciendo una especie de paralelismo.
Luego, Nick Taylor consiguió la dirección de correo del argentino, empezaron a hablar vía mail, y le dijo que le quería devolver las fotos.
Fuente: Crédito foto: Gentileza Diario Crónica
Infobae
jueves, 5 de junio de 2014
Guatemala ofrece sus paracaidistas a la Argentina
4 DE JUNIO DE 1982
INTENTO DE INFILTRACIÓN BRITÁNICA
Durante la noche del 4 a 5 de junio el radar Rasit del Regimiento 7 en Monte Longdon detecta el movimiento de un grupo tiradores especiales (a órdenes del cabo Jerry Phillips) de la Compañía D del 3 PARA, abriéndose el fuego hacia ese personal con morteros y artillería.
Dichos paracaidistas se repliegan como consecuencia del fuego recibido sin cumplir la misión asignada.
SOLIDARIDAD GUATEMALTECA
Ese mismo día el Teniente General Efrain Ríos Montt, Comandante en Jefe del Ejército de Guatemala
procedió a alistar rápidamente a 350 paracaidistas y sus equipos especiales con orden de partir a las Malvinas, según el General de División guatemalteco Horacio Egberto Schaad .
ONU SIGUE PROPONIENDO UN CESE AL FUEGO
Un nuevo proyecto de cese del fuego es vetado en las Naciones Unidas por los Estados Unidos e incluso la mismísima Gran Bretaña.Guillermo C. Torrilla
Facebook de Guillermo C. Torrilla
INTENTO DE INFILTRACIÓN BRITÁNICA
Durante la noche del 4 a 5 de junio el radar Rasit del Regimiento 7 en Monte Longdon detecta el movimiento de un grupo tiradores especiales (a órdenes del cabo Jerry Phillips) de la Compañía D del 3 PARA, abriéndose el fuego hacia ese personal con morteros y artillería.
Dichos paracaidistas se repliegan como consecuencia del fuego recibido sin cumplir la misión asignada.
SOLIDARIDAD GUATEMALTECA
Ese mismo día el Teniente General Efrain Ríos Montt, Comandante en Jefe del Ejército de Guatemala
procedió a alistar rápidamente a 350 paracaidistas y sus equipos especiales con orden de partir a las Malvinas, según el General de División guatemalteco Horacio Egberto Schaad .
ONU SIGUE PROPONIENDO UN CESE AL FUEGO
Un nuevo proyecto de cese del fuego es vetado en las Naciones Unidas por los Estados Unidos e incluso la mismísima Gran Bretaña.Guillermo C. Torrilla
Facebook de Guillermo C. Torrilla
miércoles, 4 de junio de 2014
Rosas quiso pagar a los ingleses con las Malvinas
El día que Rosas quiso pagar a los bonistas con las Malvinas
La Fragata Libertad,retenida ilegalmente en Ghana gracias a las gestiones de los llamados "fondos buitres" que reclaman el repago de los bonos de la República en su poder en los tribunales de Nueva York, ya está en el país. Se trata de un capítulo más en una larga historia de conflictos con acreedores externos que comenzó en los albores de nuestra independencia.
En 1824, las Provincias Unidas emitieron un empréstito que fue colocado en Londres por el banco Baring Brothers & Co. luego de una negociación rodeada de irregularidades. En ese momento, el mercado de Londres se abría a las repúblicas sudamericanas y casi todas emitieron bonos. Y casi todas, incluida Buenos Aires, pronto entraron en cesación de pagos. Como consecuencia, en 1826 se produjo la primera crisis de deuda latinoamericana, que a su vez contribuyó a generar una profunda crisis en el sistema financiero inglés.
Los bonistas de entonces no tardaron en iniciar sus reclamos contra el gobierno argentino. La saga del empréstito Barings es bastante conocida. Lo que no es tan conocido es que Juan Manuel de Rosas ofreció pagarles a esos bonistas entregándoles las Islas Malvinas. Hace varios años Rodolfo Terragno escribió un artículo sobre el tema. Pero las circunstancias actuales y una consulta de los documentos originales en los archivos de Barings en Londres permiten proyectar una nueva mirada sobre esta inusual propuesta.
En 1842, Barings envió a Buenos Aires a François Falconnet con la misión de negociar el repago de la deuda. A fines de ese año Falconnet se reunió con el Restaurador, quien en una carta que dirigió a Barings se comprometió a buscar una solución. En febrero de 1843, el ministro de Hacienda, Manuel Insiarte, se dirigió a Falconnet para manifestarle que "animado de las mejores disposiciones, deseando vivamente pagar la deuda", Rosas había autorizado a su embajador en Londres a proponer la cesión de las islas Malvinas "en pago del empréstito a los acreedores".
Aclaraba que el gobernador le hacía esta propuesta con "la plena confianza en los derechos afianzados en títulos auténticos y esclarecidos en notas oficiales y publicaciones por la prensa", y que esperaba "fundadamente" que el gobierno inglés reconociera "en el de la Confederación la justicia de sus reclamos y sobre esta persuasión se lisonjea haber encontrado un arbitrio suficiente y expedito para pagar a los acreedores que de otro modo no lo serían sino lentamente atenta la imposibilidad de distraer las rentas de los objetos vitales y exigentes a que están destinadas".
A principios de 1844, Insiarte nuevamente insistió con la propuesta, pero Falconnet la rechazó "por no prometer la cuestión que este gobierno sostiene con el de Su Majestad Británica un pronto y feliz resultado" y por lo tanto no se ofrecía a los acreedores "mas que una reclamación pendiente." Sin embargo, aclaró que "si la cuestión de las Islas Malvinas estuviese tan adelantada, que faltare mas que arreglar el monto de las indemnizaciones, en tal caso sus representados aceptarían la oferta que se le ha hecho". Insiarte contestó que esperaba una pronta resolución del diferendo con Gran Bretaña y que "la cesión de dichas Islas ofrecía a los propietarios del empréstito" el medio más "pronto y eficaz de satisfacer" sus intereses.
Aparentemente no hubo mas negociaciones sobre esta propuesta en Buenos Aires. Además, en agosto de 1845 comenzó el bloqueo anglo-francés del Río de la Plata.
La correspondencia de Insiarte, guardada en los archivos de Barings, echa luz sobre Rosas y su actitud respecto a las Malvinas y al repago de la deuda externa. Resumiendo, en cuanto a las islas, fue consistente en insistir diplomáticamente sobre la soberanía argentina a través de sus embajadores en Londres y en Washington. Pero era evidente, ya en 1842, que el gobierno inglés no tenía interés alguno en devolver las Malvinas, estratégicamente ubicadas cerca de la unión de dos océanos. Su ocupación era esencial para mantener la supremacía marítima inglesa, especialmente con la apertura de los mercados de China luego de la Guerra del Opio.
También era obvio que Rosas no contaba con los recursos financieros como para repagar el empréstito. Su propuesta -y nada hace pensar que no fuera bona fide , ya que la hizo tanto al gobierno inglés como a Barings- revela cierto pragmatismo.
Rosas quería mejorar sus relaciones con Inglaterra y los dos escollos más grandes para lograrlo eran las Malvinas y el empréstito de 1824. Al ofrecer las primeras en repago del segundo resolvía ambas cuestiones.
Rosas no era ningún ingenuo. Hizo una propuesta audaz que -sabía- difícilmente sería aceptada. Quizá la hizo para demostrar buena fe y voluntad de pago a los bonistas. Ahora, si la propuesta hubiese sido hecha por Rivadavia, los rosistas nunca le habrían perdonado su presunta traición. Sea como fuere, si la Barings la hubiese aceptado, la historia argentina habría sido muy distinta.
por Emilio Ocampo
Fuente:
Diario La Nación 9/1/2013
Dias de Historia
La Fragata Libertad,retenida ilegalmente en Ghana gracias a las gestiones de los llamados "fondos buitres" que reclaman el repago de los bonos de la República en su poder en los tribunales de Nueva York, ya está en el país. Se trata de un capítulo más en una larga historia de conflictos con acreedores externos que comenzó en los albores de nuestra independencia.
En 1824, las Provincias Unidas emitieron un empréstito que fue colocado en Londres por el banco Baring Brothers & Co. luego de una negociación rodeada de irregularidades. En ese momento, el mercado de Londres se abría a las repúblicas sudamericanas y casi todas emitieron bonos. Y casi todas, incluida Buenos Aires, pronto entraron en cesación de pagos. Como consecuencia, en 1826 se produjo la primera crisis de deuda latinoamericana, que a su vez contribuyó a generar una profunda crisis en el sistema financiero inglés.
Los bonistas de entonces no tardaron en iniciar sus reclamos contra el gobierno argentino. La saga del empréstito Barings es bastante conocida. Lo que no es tan conocido es que Juan Manuel de Rosas ofreció pagarles a esos bonistas entregándoles las Islas Malvinas. Hace varios años Rodolfo Terragno escribió un artículo sobre el tema. Pero las circunstancias actuales y una consulta de los documentos originales en los archivos de Barings en Londres permiten proyectar una nueva mirada sobre esta inusual propuesta.
En 1842, Barings envió a Buenos Aires a François Falconnet con la misión de negociar el repago de la deuda. A fines de ese año Falconnet se reunió con el Restaurador, quien en una carta que dirigió a Barings se comprometió a buscar una solución. En febrero de 1843, el ministro de Hacienda, Manuel Insiarte, se dirigió a Falconnet para manifestarle que "animado de las mejores disposiciones, deseando vivamente pagar la deuda", Rosas había autorizado a su embajador en Londres a proponer la cesión de las islas Malvinas "en pago del empréstito a los acreedores".
Aclaraba que el gobernador le hacía esta propuesta con "la plena confianza en los derechos afianzados en títulos auténticos y esclarecidos en notas oficiales y publicaciones por la prensa", y que esperaba "fundadamente" que el gobierno inglés reconociera "en el de la Confederación la justicia de sus reclamos y sobre esta persuasión se lisonjea haber encontrado un arbitrio suficiente y expedito para pagar a los acreedores que de otro modo no lo serían sino lentamente atenta la imposibilidad de distraer las rentas de los objetos vitales y exigentes a que están destinadas".
A principios de 1844, Insiarte nuevamente insistió con la propuesta, pero Falconnet la rechazó "por no prometer la cuestión que este gobierno sostiene con el de Su Majestad Británica un pronto y feliz resultado" y por lo tanto no se ofrecía a los acreedores "mas que una reclamación pendiente." Sin embargo, aclaró que "si la cuestión de las Islas Malvinas estuviese tan adelantada, que faltare mas que arreglar el monto de las indemnizaciones, en tal caso sus representados aceptarían la oferta que se le ha hecho". Insiarte contestó que esperaba una pronta resolución del diferendo con Gran Bretaña y que "la cesión de dichas Islas ofrecía a los propietarios del empréstito" el medio más "pronto y eficaz de satisfacer" sus intereses.
Aparentemente no hubo mas negociaciones sobre esta propuesta en Buenos Aires. Además, en agosto de 1845 comenzó el bloqueo anglo-francés del Río de la Plata.
La correspondencia de Insiarte, guardada en los archivos de Barings, echa luz sobre Rosas y su actitud respecto a las Malvinas y al repago de la deuda externa. Resumiendo, en cuanto a las islas, fue consistente en insistir diplomáticamente sobre la soberanía argentina a través de sus embajadores en Londres y en Washington. Pero era evidente, ya en 1842, que el gobierno inglés no tenía interés alguno en devolver las Malvinas, estratégicamente ubicadas cerca de la unión de dos océanos. Su ocupación era esencial para mantener la supremacía marítima inglesa, especialmente con la apertura de los mercados de China luego de la Guerra del Opio.
También era obvio que Rosas no contaba con los recursos financieros como para repagar el empréstito. Su propuesta -y nada hace pensar que no fuera bona fide , ya que la hizo tanto al gobierno inglés como a Barings- revela cierto pragmatismo.
Rosas quería mejorar sus relaciones con Inglaterra y los dos escollos más grandes para lograrlo eran las Malvinas y el empréstito de 1824. Al ofrecer las primeras en repago del segundo resolvía ambas cuestiones.
Rosas no era ningún ingenuo. Hizo una propuesta audaz que -sabía- difícilmente sería aceptada. Quizá la hizo para demostrar buena fe y voluntad de pago a los bonistas. Ahora, si la propuesta hubiese sido hecha por Rivadavia, los rosistas nunca le habrían perdonado su presunta traición. Sea como fuere, si la Barings la hubiese aceptado, la historia argentina habría sido muy distinta.
por Emilio Ocampo
Fuente:
Diario La Nación 9/1/2013
Dias de Historia
martes, 3 de junio de 2014
Los regalos de Galtieri a Kadafi
Las manzanas y un rebenque de oro de Galtieri para Kadafi
POR GONZALO SÁNCHEZ
El vuelo que partió desde Ezeiza cargado con regalos para el dictador libio.
Los pilotos sabían más o menos qué les esperaba. Pero quedaba margen para sorpresas. A Gezio Bresciani, por ejemplo, antes de volar a Libia le comunicaron que el avión no partía vacío.
–¿Qué llevo?– quiso saber el comandante.
– Manzanas, 26 toneladas – le respondieron.
“El jefe de base me dice: ‘Parece que allá no tienen manzanas y le mandan de regalo’. Era como un reconocimiento para lo que estaba enviando este señor Kadafi”, dice el comandante. (ver “El incidente...”)Había más novedades. “Seguíamos en Ezeiza, y aparece un militar con una caja muy linda, de madera, que en la tapa tenía incrustado el escudo argentino. Me dice que venía de parte de Galtieri y que yo tenía que entregarle en mano la caja a Kadafi. Uno no puede volar sin saber lo que lleva. Le dije: ‘Disculpe, pero si quiere que la lleve la va a tener que abrir’. Se armó…”
El militar le mostraba una tarjeta firmada por el mismo Galtieri. Bresciani le decía que eso no le importaba y que no iba a poner en marcha el avión sin saber lo que había adentro. Gestiones telefónicas. Al cabo de un rato regresó con autorización para abrirla. “Adentro –dice Bresciani– había un rebenque con cabo de plata y en cuero crudo, y una carta de Galtieri”.
Sigue Bresciani: “Llegamos a Trípoli y nos mandan a una plataforma llena de aviones rusos. Nosotros estábamos en el avión, y por ahí aparece un jeep con un coronel y otros hombres. El tipo sube, nos saluda y en un momento mira para atrás. Cuando ve las manzanas, pregunta qué era. Y yo, tratando de ser cortés, le digo: ‘Esto se lo manda mi gobierno a su país en agradecimiento por lo ayuda que nos están dando’”.
El coronel montó en cólera y empezó a insultar. Gritaba y nadie comprendía. Bajó del avión, fue hasta el jeep y se marchó. Silencio. Pasaron 40 minutos. Bresciani empezó a especular. Si el problema eran las manzanas, podían irse a Roma, descargarlas y regresar con el avión vacío. La otra posibilidad era irse como sea. Le habían dado 40 mil dólares de viáticos. Dividían el dinero, sacaban pasajes y que el avión de Aerolíneas quedara ahí. Pero apareció el Doctor Alberto y destrabó el asunto. Llegó en un auto hasta el avión y les dijo: “Bajen, ahora pueden hacerlo”. Después les explicó las razones del enojo del coronel por las manzanas. Según el Corán, cuando alguien ofrece ayuda no debe recibir nada a cambio. “Es violar una ley divina”, les dijo.
Los regalos no parecían ser un asunto de importancia en ese viaje. Tampoco el rebenque de oro pudo ser entregado en mano Kadafi. Treinta años después, Bresciani lo explica: “Kadafi no aparecía nunca. Nos decían que estaba en su carpa, retirado, orando en el desierto”.
Clarín
POR GONZALO SÁNCHEZ
El vuelo que partió desde Ezeiza cargado con regalos para el dictador libio.
Los pilotos sabían más o menos qué les esperaba. Pero quedaba margen para sorpresas. A Gezio Bresciani, por ejemplo, antes de volar a Libia le comunicaron que el avión no partía vacío.
–¿Qué llevo?– quiso saber el comandante.
– Manzanas, 26 toneladas – le respondieron.
“El jefe de base me dice: ‘Parece que allá no tienen manzanas y le mandan de regalo’. Era como un reconocimiento para lo que estaba enviando este señor Kadafi”, dice el comandante. (ver “El incidente...”)Había más novedades. “Seguíamos en Ezeiza, y aparece un militar con una caja muy linda, de madera, que en la tapa tenía incrustado el escudo argentino. Me dice que venía de parte de Galtieri y que yo tenía que entregarle en mano la caja a Kadafi. Uno no puede volar sin saber lo que lleva. Le dije: ‘Disculpe, pero si quiere que la lleve la va a tener que abrir’. Se armó…”
El militar le mostraba una tarjeta firmada por el mismo Galtieri. Bresciani le decía que eso no le importaba y que no iba a poner en marcha el avión sin saber lo que había adentro. Gestiones telefónicas. Al cabo de un rato regresó con autorización para abrirla. “Adentro –dice Bresciani– había un rebenque con cabo de plata y en cuero crudo, y una carta de Galtieri”.
Sigue Bresciani: “Llegamos a Trípoli y nos mandan a una plataforma llena de aviones rusos. Nosotros estábamos en el avión, y por ahí aparece un jeep con un coronel y otros hombres. El tipo sube, nos saluda y en un momento mira para atrás. Cuando ve las manzanas, pregunta qué era. Y yo, tratando de ser cortés, le digo: ‘Esto se lo manda mi gobierno a su país en agradecimiento por lo ayuda que nos están dando’”.
El coronel montó en cólera y empezó a insultar. Gritaba y nadie comprendía. Bajó del avión, fue hasta el jeep y se marchó. Silencio. Pasaron 40 minutos. Bresciani empezó a especular. Si el problema eran las manzanas, podían irse a Roma, descargarlas y regresar con el avión vacío. La otra posibilidad era irse como sea. Le habían dado 40 mil dólares de viáticos. Dividían el dinero, sacaban pasajes y que el avión de Aerolíneas quedara ahí. Pero apareció el Doctor Alberto y destrabó el asunto. Llegó en un auto hasta el avión y les dijo: “Bajen, ahora pueden hacerlo”. Después les explicó las razones del enojo del coronel por las manzanas. Según el Corán, cuando alguien ofrece ayuda no debe recibir nada a cambio. “Es violar una ley divina”, les dijo.
Los regalos no parecían ser un asunto de importancia en ese viaje. Tampoco el rebenque de oro pudo ser entregado en mano Kadafi. Treinta años después, Bresciani lo explica: “Kadafi no aparecía nunca. Nos decían que estaba en su carpa, retirado, orando en el desierto”.
Clarín
lunes, 2 de junio de 2014
La ayuda militar libia a Argentina
Gadaffi y su ayuda a la Argentina durante la Guerra de Malvinas:
El acuerdo se firmó el 27 de mayo de 1982 entre el presidente Galtieri y el brigadier Mustafá Muhammad Al Jarrubí. La “odiosa agresión imperialista británica”, frase incluida en el acuerdo, motivaron la entrega de estas armas al régimen de Galtieri:
15 misiles aire-aire 530 IR
5 misiles aire-aire 530 Radar
20 misiles aire-aire 550
20 motores de misiles aire-aire 550
80 RPG 7 o similar
10 morteros de 60 mm
10 morteros de 81 mm
492 proyectiles de mortero de 60 mm
498 proyectiles de 81 mm
198 proyectiles de iluminación de morteros de 81 mm
1000 bombas iluminación de 26,5 mm
50 ametralladores calibre 50
49.500 proyectiles calibre 50
4000 minas antitanque
5000 minas antipersonales
En carta del 14 de junio de 1982, Galtieri agradeció al líder libio Khadafi (ó Gaddafi, Kadafi, Khadafi, Gadafi, مُعَمَرْ القِذَافِي) la ayuda de las autoridades de Trípoli. Galtieri reconoció la ayuda en una entrevista que le realizara Juan Bautista Yofre el 29 de julio de 1982 para Clarín.Lo anterior es lo basado en informes periodísticos, lo que sigue es lo visto:Durante la Guerra de Malvinas la I Brigada Aérea de El Palomar recibía aviones de carga peruanos, ecuatorianos y de otros países amigos trayendo material bélico. De Perú llegaban los misiles tierra-aire soviéticos SAM 7 en su Hércules L-100. Los venezolanos suspendían la compra de los aviones Bae Hawk a Gran Bretaña en solidaridad con Argentina.Para esos días el Boeing 707 TC-91, el avión presidencial comprado por Isabel y afectado a transporte militar, realizó varios vuelos a Libia en busca de armamento. Se decía que iban con caballos. En la carga, no al timón, claro.
La descarga a su regreso se producía en la plataforma de la base y allí se alineaban los contenedores verdes de los misiles 550 y 530 franceses de los aviones Mirage. En cada uno de ellos colgaba una etiqueta amarilla. En ellas estaba preimpresa la firma de Khadafi. Luego se embarcaban en aviones de Aerolíneas Argentinas y Austral rumbo al sur.Mientras desembarcaban los ingleses en San Carlos, en esos días tan extraños que fueron, los de Clase 1963, no podíamos dejar de sentir profunda simpatía y agradecimiento hacia ese africano.
Fuente:Che Genetic.
El acuerdo se firmó el 27 de mayo de 1982 entre el presidente Galtieri y el brigadier Mustafá Muhammad Al Jarrubí. La “odiosa agresión imperialista británica”, frase incluida en el acuerdo, motivaron la entrega de estas armas al régimen de Galtieri:
15 misiles aire-aire 530 IR
5 misiles aire-aire 530 Radar
20 misiles aire-aire 550
20 motores de misiles aire-aire 550
80 RPG 7 o similar
10 morteros de 60 mm
10 morteros de 81 mm
492 proyectiles de mortero de 60 mm
498 proyectiles de 81 mm
198 proyectiles de iluminación de morteros de 81 mm
1000 bombas iluminación de 26,5 mm
50 ametralladores calibre 50
49.500 proyectiles calibre 50
4000 minas antitanque
5000 minas antipersonales
En carta del 14 de junio de 1982, Galtieri agradeció al líder libio Khadafi (ó Gaddafi, Kadafi, Khadafi, Gadafi, مُعَمَرْ القِذَافِي) la ayuda de las autoridades de Trípoli. Galtieri reconoció la ayuda en una entrevista que le realizara Juan Bautista Yofre el 29 de julio de 1982 para Clarín.Lo anterior es lo basado en informes periodísticos, lo que sigue es lo visto:Durante la Guerra de Malvinas la I Brigada Aérea de El Palomar recibía aviones de carga peruanos, ecuatorianos y de otros países amigos trayendo material bélico. De Perú llegaban los misiles tierra-aire soviéticos SAM 7 en su Hércules L-100. Los venezolanos suspendían la compra de los aviones Bae Hawk a Gran Bretaña en solidaridad con Argentina.Para esos días el Boeing 707 TC-91, el avión presidencial comprado por Isabel y afectado a transporte militar, realizó varios vuelos a Libia en busca de armamento. Se decía que iban con caballos. En la carga, no al timón, claro.
La descarga a su regreso se producía en la plataforma de la base y allí se alineaban los contenedores verdes de los misiles 550 y 530 franceses de los aviones Mirage. En cada uno de ellos colgaba una etiqueta amarilla. En ellas estaba preimpresa la firma de Khadafi. Luego se embarcaban en aviones de Aerolíneas Argentinas y Austral rumbo al sur.Mientras desembarcaban los ingleses en San Carlos, en esos días tan extraños que fueron, los de Clase 1963, no podíamos dejar de sentir profunda simpatía y agradecimiento hacia ese africano.
Fuente:Che Genetic.
domingo, 1 de junio de 2014
Dos voluntarios para el 30 de Mayo
La misión de Ureta y Vázquez
Un 30 de Mayo de 1982, La foto del dia.
Cuando el Comandante finalizó su exposición, hizo un breve silencio: pausadamente, sin poder ocultar la emoción propia por el momento que estaba viviendo, preguntó quienes deseaban, voluntariamente, tomar parte en el ataque.
Un nuevo silencio envolvió a los presentes.
-" Señor, solicito autorización para participar."
El Primer Teniente Ernesto Rubén Ureta se había puesto de pie.
Casi al mismo tiempo se levantó el Primer Teniente José Vázquez
- "Señor yo también quiero ir."
-" Bien "- respondió el Comandante - "Ustedes designarán a los otros dos pilotos."
Así lo hicieron. Entre los restantes oficiales del escuadrón, eligieron al Primer Teniente Omar Jesús Castillo y al Alférez Gerardo Guillermo Isaac.
Facebook de Leo Ledesma
Un 30 de Mayo de 1982, La foto del dia.
Cuando el Comandante finalizó su exposición, hizo un breve silencio: pausadamente, sin poder ocultar la emoción propia por el momento que estaba viviendo, preguntó quienes deseaban, voluntariamente, tomar parte en el ataque.
Un nuevo silencio envolvió a los presentes.
-" Señor, solicito autorización para participar."
El Primer Teniente Ernesto Rubén Ureta se había puesto de pie.
Casi al mismo tiempo se levantó el Primer Teniente José Vázquez
- "Señor yo también quiero ir."
-" Bien "- respondió el Comandante - "Ustedes designarán a los otros dos pilotos."
Así lo hicieron. Entre los restantes oficiales del escuadrón, eligieron al Primer Teniente Omar Jesús Castillo y al Alférez Gerardo Guillermo Isaac.
Facebook de Leo Ledesma
sábado, 31 de mayo de 2014
El mapa de los movimientos británicos
Malvinas - maniobras de tropas británicas
Para ayudarle a visualizar la acción en función de la ventaja del mayor general Julian Thompson para MHM en el triunfo de la Royal Navy durante las Malvinas, hemos creado este mapa y el calendario listado movimientos de tropas desde el 12 de mayo hasta el 10 de junio; de la raid SAS, a la llegada de los Ghurkas en Fitzroy.
Military History Monthly
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