miércoles, 18 de septiembre de 2024
lunes, 16 de septiembre de 2024
Claromecó y su rol en el espionaje a las comunicaciones británicas
“Si nos captan la señal, bombardean”: el pueblo que “pinchó” las comunicaciones inglesas durante Malvinas
Claromecó fue fundamental en la Guerra de Malvinas. Orgullo y secretos rondan las playas de la ciudad balnearia a 41 años del conflicto. Su faro, el emblema del lugar, hoy es un Monumento Histórico provincial.
Orgullo y secretos rondan las playas de la ciudad balnearia a 41 años del conflicto. (Foto: Carolina Dorado)
Era la primera semana de abril de 1982, la Argentina vivía el comienzo del ocaso de la dictadura por la Guerra de Malvinas. Aunque, en Claromecó, un pueblito costero de no más de 1500 habitantes, no estaba ajeno a lo que estaba pasando a tan solo 1439 km del paraíso balneario y un grupo de lugareños decidió ser protagonista de la historia.
Un héroe por entonces anónimo era Omar Ángel López Cabañas. Lito, como le decían sus amigos, era un vecino del pueblo apasionado por las radiocomunicaciones. Mientras veía por televisión información del conflicto bélico en el Atlántico sur, se le ocurrió utilizar su conocimiento para intentar interferir los mensajes de las tropas británicas a través del faro. Spoiler: lo consiguió. Su trabajo fue tan relevante en la guerra que los altos mandos de las Fuerzas Armadas de la Argentina quisieron condecorarlo, aunque él se negó.
Lito Cabañas ajustando la antena a la punta del faro. (Foto: Gentileza Hugo Cortes)
“¿Y si uso mis equipos para tratar de pincharles las comunicaciones y conocer sus movimientos?”, pensó Lito y puso manos a la obra. En cuestión de días armó una antena artesanal, con cables aisladores donados por la cooperativa de luz local y varios artefactos que tenía en su casa. Subió a la parte más alta del faro y la instaló.
“Lito era una persona muy capaz, con una actitud increíble. Él estaba orgulloso de su invento y a todo el mundo le contaba que su antena había logrado pincharle la comunicación a los ingleses en plena guerra”, contó Patricia Farrando a TN, hermana de Susana, quien participó junto a Lito y a varios patriotas más de la operación.
La operación fue una idea de Cabañas, quien quería registrar la señal británica desde que salían de Europa hasta que llegaran a las Malvinas. Pero no fue el único inmerso en la aventura. Carlos Bancur, Susana Ferrando y Hugo Cortes “brindaron su granito de arena”.
“En un principio nadie sabía lo que estaba haciendo, solo Bancur que lo ayudó a instalar la antena y la gente del predio del faro”, detalló Cortes, quien semanas más tarde ayudaría a Lito a instalar el dispositivo en su propia casa.
“La idea fue de él, nosotros fuimos una pieza pequeña de todo su plan”, indicó Cortes. Pese a la humildad con la que lo cuenta, su tarea fue fundamental. Carlos y Hugo lo ayudaron a colocar la antena, tanto en la punta más alta del faro - a unos 74 metros de altura sobre el nivel del mar- como en su casa.El faro de Claromecó fue nombrado Monumento Histórico provincial. (Foto: Gentileza Carlos Ávila) Por: Hugo Andrade
La guerra duró dos meses, dos largos meses en los que todas las noches, sin falta, se turnaban para ayudar a Lito a captar las comunicaciones. Un día, pudieron dar con una la señal del portaviones HMS Invincible.
“Si captan nuestra señal nos bombardean”, temían los jóvenes. “No teníamos conciencia de todo realmente. Nosotros queríamos ayudar a nuestro país, con los años caes de lo que todo eso significó”, agregaron.
Por su parte, Patricia Ferrando, recuerda aquella época como “rara” y contó el rol clave que llevó a adelante su hermana, Susana: “Mi hermana participó en las comunicaciones. Ella hablaba muy bien inglés y le daban lo que tenía que decirle a los ingleses para despistarlos”. Así, lograron truncar varios ataques británicos.
Hoy en día, gracias a su rol fundamental en el conflicto bélico, el faro de Claromecó fue nombrado Monumento Histórico Provincial.
Un invento clave para la guerra que las Fuerzas Armadas rechazaron
La historia terminó con una dolorosa derrota militar para la Argentina, pero todos recuerdan aquella patriada hecha con orgullo. “Quisimos que Lito escribiera su historia, pero se llevó muchos recuerdos con su muerte y muchos secretos”, aseguraron sus laderos.
En Claromecó corre el rumor de que Lito intentó venderles su preciado invento a las Fuerzas Armadas Argentinas, pero no quisieron comprarla. Vecinos aseguran que el experto en radiocomunicaciones recibió una oferta del Reino Unido para patentar la antena con la que les truncaron varios ataques y la habría aceptado. La verdad solo la supo Lito Cabañas que murió en 2013 y se llevó sus secretos.
sábado, 14 de septiembre de 2024
jueves, 12 de septiembre de 2024
martes, 10 de septiembre de 2024
domingo, 8 de septiembre de 2024
Hipótesis del conflicto del Reino Unido sobre el escenario de Malvinas
Hipótesis del conflicto del Reino Unido sobre el escenario de Malvinas
El escenario Malvinas/Antártida es un teatro geopolítico complejo que involucra reclamos históricos, intereses militares estratégicos y explotación potencial de recursos. Las principales hipótesis del conflicto en esta región giran en torno a las disputas de soberanía sobre las Islas Malvinas y los reclamos territoriales antárticos más amplios, los cuales han sido durante mucho tiempo fuentes de tensión entre el Reino Unido y Argentina.
El Reino Unido ha mantenido una sólida presencia militar en las Malvinas para disuadir posibles amenazas y garantizar la defensa de las islas. La Royal Air Force (RAF) opera desde el Mount Pleasant Complex, que está equipado con 4 aviones Eurofighter Typhoon para la superioridad aérea y la defensa aérea. Estos aviones cuentan con el apoyo de aviones cisterna de reabastecimiento de combustible y aviones de transporte para garantizar capacidades operativas de largo alcance. Además, la RAF proporciona cobertura de radar y apoyo de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR) para mantener el conocimiento de la situación en la región.
La Royal Navy (RN) también juega un papel fundamental en la defensa de las Malvinas y los espacios marítimos circundantes. La presencia de una patrullera, a menudo una patrullera de alta mar de clase River, garantiza una vigilancia marítima constante y el cumplimiento de la soberanía. El Servicio de Submarinos de la RN proporciona una capa adicional de disuasión y defensa con despliegues periódicos de submarinos de propulsión nuclear (SSN) en el Atlántico Sur. Estos submarinos son capaces de realizar vigilancia encubierta y, si es necesario, lanzar ataques de precisión.
El Ejército Británico (BA) mantiene una guarnición permanente en las Islas Malvinas, compuesta por una compañía de infantería y elementos de apoyo, incluidos ingenieros y unidades logísticas. Esta fuerza terrestre es responsable de defender la infraestructura clave y responder a cualquier posible amenaza terrestre. Regularmente realizan ejercicios de entrenamiento para mantenerse preparados para una variedad de escenarios, incluidos asaltos anfibios y operaciones de contrainsurgencia.
A la luz de un posible rearme argentino, los planes de contingencia del ejército del Reino Unido se actualizan continuamente para tener en cuenta las nuevas capacidades que Argentina pueda adquirir. La compra de fragatas FREMM mejoraría significativamente las capacidades de combate de superficie de la Armada Argentina, lo que representaría una mayor amenaza para las operaciones marítimas británicas. Estas fragatas, equipadas con sistemas avanzados de guerra antiaérea, antisuperficie y antisubmarina, requerirían que la RN aumentara sus propios esfuerzos de guerra antisubmarina (ASW) y potencialmente desplegara activos de superficie adicionales para contrarrestar esta amenaza.
La adquisición de aviones de combate F-16 Fighting Falcon por parte de Argentina marcaría una mejora sustancial en las capacidades de su fuerza aérea, desafiando la superioridad aérea que actualmente ostentan los Eurofighter Typhoons de la RAF. El Reino Unido probablemente respondería mejorando su postura de defensa aérea, posiblemente desplegando Typhoons adicionales o considerando la integración de sistemas avanzados de defensa aérea para garantizar un dominio aéreo continuo.
La inversión de Argentina en vehículos blindados Stryker 8x8 mejoraría la movilidad y efectividad de combate de sus fuerzas terrestres, lo que requeriría una revisión de las estrategias de defensa terrestre de la BA. Es posible que el Reino Unido necesite reforzar su guarnición con unidades blindadas adicionales o aumentar la frecuencia y escala de los ejercicios conjuntos para garantizar la preparación contra un adversario más capaz.
La posible adquisición de una plataforma de aterrizaje (LPD) clase San Giorgio u otra similar por parte de Argentina mejoraría sus capacidades de asalto anfibio, generando preocupaciones sobre una posible operación de aterrizaje a gran escala. La RN y la BA necesitarían garantizar medidas sólidas de defensa costera y mantener capacidades de respuesta rápida para contrarrestar cualquier amenaza anfibia.
Por último, la adquisición de nuevos submarinos diésel-eléctricos (SSK) por parte de Argentina desafiaría el dominio submarino de la RN en la región. Estos submarinos requerirían mayores esfuerzos ASW, posiblemente incluyendo el despliegue de fragatas adicionales y aviones de patrulla marítima equipados con sensores y armamento ASW avanzados.
El Reino Unido se prepara para contingencias en el escenario Malvinas/Antártida mediante una combinación de fuerzas aéreas, marítimas y terrestres, todas coordinadas para garantizar una postura de defensa integral. El potencial rearme de Argentina con plataformas avanzadas como fragatas FREMM, F-16 Falcons, Stryker 8x8, LPD clase San Giorgio y nuevos SSK alteraría significativamente el equilibrio estratégico, lo que llevaría al Reino Unido a adaptar sus planes y mejorar su ejército. capacidades para mantener una postura creíble de disuasión y defensa en el Atlántico Sur.
El Reino Unido evalúa varias hipótesis de conflicto en torno al escenario de las Islas Malvinas para prepararse ante posibles amenazas y asegurar la defensa de las islas. Estas hipótesis tienen en cuenta tensiones históricas, intereses geopolíticos y capacidades militares. Estas son algunas de las principales hipótesis de conflicto consideradas por el Reino Unido:
1. Renovados reclamos argentinos y acción militar
- Escenario: Argentina renueva sus reclamos de soberanía sobre las Islas Malvinas y decide emprender acciones militares para afirmar el control.
- Consideraciones: Contexto histórico de la Guerra de Malvinas de 1982, capacidades militares argentinas actuales, clima político en Argentina y apoyo diplomático internacional para ambos bandos.
2. Aumento de las tensiones regionales
- Escenario: Las crecientes tensiones en la región del Atlántico Sur que involucran a otros países sudamericanos podrían afectar indirectamente a las Islas Malvinas.
- Consideraciones: Alianzas y política regional, el papel de organizaciones regionales como Mercosur y el posible apoyo u oposición de los países vecinos..
3. Conflicto económico o impulsado por recursos
- Escenario: La competencia por los recursos naturales, como los derechos de pesca o las posibles reservas de petróleo alrededor de las Islas Malvinas, genera conflictos.
- Consideraciones: Intereses económicos tanto del Reino Unido como de Argentina, el derecho marítimo internacional y la participación de corporaciones multinacionales.
4. Guerra híbrida y cibernética
- Escenario: Se utilizan formas no tradicionales de conflicto, como ataques cibernéticos, campañas de desinformación o presión económica, para desestabilizar el control del Reino Unido sobre las Islas Malvinas. Recuerde el lector que ya el Reino Unido usó la plataforma Facebook para generar campañas dirigidas desde la inteligencia británica hacia el público argentino para desmalvinizar. Este proceso duró varios años y solo salió a la luz porque hackers lo hicieron público.
- Consideraciones: La capacidad de los actores estatales y no estatales para llevar a cabo operaciones cibernéticas, la resiliencia de la infraestructura crítica en las Malvinas y la gestión de la percepción pública.
5. Presiones diplomáticas internacionales
- Escenario: Argentina, con apoyo de otros países, ejerce presión diplomática en foros internacionales para desafiar la soberanía del Reino Unido sobre las Islas Malvinas.
- Consideraciones: El papel de las Naciones Unidas, la influencia de las principales potencias como Estados Unidos y China, y el potencial de sanciones o resoluciones internacionales.
6. Factores políticos y económicos internos del Reino Unido
- Escenario: Los desafíos políticos o económicos internos dentro del Reino Unido afectan su capacidad para proyectar poder y mantener una fuerte defensa de las Islas Malvinas.
- Consideraciones: Restricciones presupuestarias de defensa, voluntad política, creciente islamismo, opinión pública y el impacto de otros compromisos internacionales.
7. Desarrollos estratégicos imprevistos
- Escenario: Los cambios inesperados en el entorno estratégico global, como nuevas alianzas o conflictos en otros lugares, cambian el enfoque y los recursos del Reino Unido..
- Consideraciones: Tendencias geopolíticas globales, amenazas emergentes y prioridades estratégicas del Reino Unido.
Mitigación y preparación
- Presencia militar: Mantener una presencia militar sólida en las islas, incluida una guarnición, sistemas de defensa aérea y activos navales..
- Esfuerzos diplomáticos: Participar en continuos esfuerzos diplomáticos para obtener apoyo internacional para la soberanía del Reino Unido sobre las Malvinas..
- Inteligencia y Vigilancia: Mejorar las capacidades de inteligencia y vigilancia para detectar y disuadir amenazas potenciales de manera temprana.
- Desarrollo de infraestructura: Invertir en infraestructura crítica para satisfacer las necesidades civiles y militares en las islas..
- Alianzas y Asociaciones: Fortalecer las alianzas, particularmente con los socios de la OTAN, para garantizar una respuesta de seguridad colectiva si es necesario..
Estas hipótesis de conflicto y sus correspondientes consideraciones reflejan el enfoque integral del Reino Unido para salvaguardar las Islas Malvinas ocupadas contra una variedad de amenazas potenciales..
Recopilación de Esteban McLaren
viernes, 6 de septiembre de 2024
El promontorio Güemes desde el estrecho
San Carlos. El reflejo del sol apunta al promontorio Güemes.
miércoles, 4 de septiembre de 2024
lunes, 2 de septiembre de 2024
Brasil fue ruta de aprovisionamiento de armas a Argentina
Brasil fue ruta de armas hacia Argentina durante las Malvinas, revelan archivos
Alejandro Galante || Poder Aereo
Secretos de Estado. Difundidos ayer por Londres, documentos secretos de la guerra de 1982 dan detalles sobre aviones argentinos que llevaron armas de la Libia de Gadafi a la junta militar de Buenos Aires con 'conocimiento' de la dirección del gobierno de Figueiredo
JAMIL CHADE, CORRESPONSAL / GINEBRA – O Estado de S.Paulo
Los aviones argentinos utilizaron territorio brasileño –más específicamente, el aeropuerto de Recife– para llevar un gran arsenal desde la Libia de Muammar Gaddafi a la junta militar en Buenos Aires durante la Guerra de las Malvinas. La información, que incluye detalles sobre armas libias y acusaciones contra el gobierno de João Batista Figueiredo, se encuentra entre los 6.000 documentos secretos de la guerra de 1982 que los Archivos Nacionales, en Londres, publicaron ayer.
La inteligencia británica utilizó un informante en Recife que logró subir a uno de los aviones que hacían el “puente aéreo” Libia-Argentina. Londres confrontó a Itamaraty con la información, pero el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil guardó silencio sobre el caso. En una reunión de gabinete, la primera ministra británica, Margaret Thatcher, incluso estudió la posibilidad de derribar uno de estos aviones argentinos que hacían escala en Brasil.
Los británicos estaban convencidos de que el “alto nivel” del gobierno brasileño tenía pleno conocimiento de la operación entre argentinos y libios. Brasil, que representaba los intereses argentinos en Londres, no tendría el coraje de afrontar la cuestión, acusan los británicos.
Rubens Ricupero, entonces responsable de Itamaraty para los asuntos sudamericanos, confirma que el embajador británico en Brasil, George Hardings, se quejó del supuesto uso de Recife como almacén para el envío de armas desde Libia a Argentina. “Él me traía este tipo de denuncias muy seguido. Esto se lo informé al ministro (Ramiro Saraiva Guerreiro) y el asunto pasó al área de inteligencia del gobierno, principalmente al Servicio de Inteligencia Nacional (SNI). Nunca obtuve respuesta”, dice Ricupero.
Sin embargo, afirma que la información de que Brasil había participado en la operación es “poco verosímil”. “No había ninguna intención nuestra de mantener viva la disputa (en las Malvinas). Siempre hubo mucha especulación, pero creo que fue una fantasía (de los británicos)”. Londres pidió ayuda a la Casa Blanca para presionar a Brasil. Según un telegrama del 1 de junio, los estadounidenses conocían la ruta Libia-Argentina vía Recife.
Informantes. En un telegrama enviado a Londres el 1 de junio de 1982, el embajador británico en Brasil da detalles sobre un envío de armas. Fue a Recife para “investigar” el caso y constató que, hasta ese momento, habían aterrizado en la ciudad dos aviones que viajaban desde Libia a Argentina.
La primera fue el 25 de mayo, con matrícula ERA TC93. Pilotado por el “Capitán Catiella” y con base en El Palomar, el avión iba vacío y sólo se detuvo para repostar. Se dirigiría a Trípoli.
El mismo avión regresaría el 27 de mayo. Una hora más tarde despegaría hacia Argentina. “La fuente en Recife pudo ver el interior del avión y reportó seis largas cajas de madera”, dice el embajador. “La fuente” trabajaba en el aeropuerto y las cajas tendrían misiles Exocet. Otros más pequeños ocuparon el resto del espacio. Tanto para el aterrizaje como para el despegue, el avión utilizó toda la pista, lo que indicaría su peso.
El día 28 por la noche se registró otro vuelo de los británicos, esta vez desde Aerolíneas Argentinas y hacia Trípoli, comandado por el piloto civil identificado como “Cunivert”. El mismo avión regresaría el día 30, cargado.
El mismo día, el embajador vio llegar otro avión, también de Aerolíneas. Según él, los pilotos hablaron con el cónsul argentino, mientras hombres armados cuidaban el avión y otros, “nerviosos”, monitoreaban la situación. Los vuelos recibieron “autorización del Ministerio de Aeronáutica”, afirma el diplomático.
En otro telegrama enviado por los británicos en Trípoli, el 1 de junio, diplomáticos de Londres confirman que vieron un avión civil argentino en la zona restringida al personal militar del aeropuerto libio. Según el documento, llevaba 400 misiles ERM.
El asunto llegaría rápidamente a Thatcher. El 11 de junio, el fiscal general británico, Michael Havers, le informó que le habían pedido su opinión sobre el impacto jurídico que tendría una posible interceptación de estos aviones.
“Un avión que vuele directamente de Trípoli a Recife, en Brasil, sin detenerse para repostar combustible, no podría ser interceptado ni obligado a llegar a Ascensão (isla británica en el Atlántico), porque no tendría suficiente combustible”, explicó. Los británicos pidieron la ayuda de la diplomacia francesa para contactar directamente con Muammar Gaddafi y obtener información. París sólo informó que el dictador libio negó cualquier implicación en el tráfico de armas hacia Argentina. / COLABORADO POR ROBERTO SIMÓN
FUENTE : Estadão
sábado, 31 de agosto de 2024
¿Por qué no explotaron las bombas? (3/8)
Malvinas 35 años: ¿por qué no estallaron las bombas? (PARTE 3)
Guilherme Poggio || Poder AéreoParte 1 || Parte 2 || Parte 3 || Parte 4 || Parte 5 || Parte 6 || Parte 7 || Parte 8
por Guilherme Poggio
Hace 35 años, argentinos y británicos se enfrentaron en las gélidas aguas del Atlántico Sur para disputarse la posesión de las Islas Malvinas (Falklands, como las llaman los británicos). Fue durante este conflicto que la Fuerza Aérea Argentina (FAA – Fuerza Aérea Argentina) entró en combate por primera vez contra un enemigo externo. El bautismo de fuego tuvo lugar el 1 de mayo de 1982. El blog Air Power publica por partes un artículo exclusivo sobre los vectores, armas y tácticas utilizadas por la FAA para atacar y destruir los barcos de la Task Force británica. Para leer las partes anteriores haga clic en los enlaces a continuación.
Parte 1- Introducción
Parte 2 – Vectores y armas
Parte 3 – Las tácticas
Al no disponer de artefactos tipo 'stand-off' adaptados al entorno aeronaval, los militares de la FAA tuvieron que conformarse con el armamento que tenían disponible para atacar a los barcos de la flota británica. La mejor opción eran las bombas de caída libre, aunque no fueran las más adecuadas.
De forma genérica (y simplificada), existen dos métodos de ataque aire-tierra por parte de cazabombarderos utilizando dispositivos de caída libre: en picado o nivelado. El primero es el más tradicional y en condiciones ideales para el lanzamiento el avión atacante debería estar a 5-8 km del objetivo a una altura de entre 2.500-4.000 m y así descender en un ángulo de 30-45º.
El bombardeo en picado que emplea armamento de caída libre depende de factores como la altitud de ataque inicial, el ángulo de picado y la velocidad del vector. El ejemplo anterior presenta un perfil de ataque típico para aviones que vuelan a más de 900 km/h.
En el segundo caso (a nivel) el cazabombardero se acercó a baja altura y a gran velocidad, manteniendo estos dos parámetros con poca variación. Sin embargo, en este perfil de ataque se utilizan artefactos de caída libre con efecto retardado, ya sea retrasando el tiempo de ignición o frenando la caída. Este efecto retardado permite que el avión atacante no sea alcanzado por fragmentos provenientes de sus artefactos lanzados o de los objetivos que impacta (ver imagen a continuación). La excepción son las bombas incendiarias que, al no generar fragmentos, no exponen a los aviones atacantes a este tipo de riesgo.
También se realizan bombardeos a nivel desde altitudes medias y altas. Este perfil es más común para bombarderos típicos y contra objetivos terrestres. Actualmente, este perfil de ataque también lo utilizan combatientes armados con municiones guiadas en teatros de operaciones donde la amenaza es de bajo riesgo. Sin embargo, existen varias desventajas como la falta de precisión y la exposición del avión atacante al fuego antiaéreo durante mucho tiempo.
Una técnica de bombardeo a baja altura que permite lanzar dispositivos de caída libre a distancias considerables del objetivo es el lanzamiento de bombas. Esta técnica permite que el avión atacante permanezca fuera del alcance de las defensas próximas, con un menor riesgo de ser alcanzado por fuego antiaéreo. El método de lanzamiento de bombas para lanzar armas de caída libre carece de precisión y no se recomienda para objetivos navales.
Vale recordar que las aeronaves argentinas de esa época no contaban con sistemas informáticos para el cálculo de la trayectoria de los artefactos en caída libre, como los modos CCIP y CCRP (Continuously Calculated Impact Point y Continuously Calculated Release Point). Este tipo de modos permiten lanzar artefactos de caída libre independientemente del perfil de vuelo de la aeronave con una precisión considerable.
Los estrategas de la FAA no tardaron en comprender que los bombardeos en picado desde alturas medias se convertirían en una auténtica acción suicida frente a un escuadrón equipado con modernos (para la época) y diferentes sistemas de defensa antiaérea que se superponían en distintas zonas. capas. Dado que las bombas de caída libre eran las armas que la FAA tenía a su disposición, habría que buscar otra técnica de ataque a muy corto plazo.
Se decidió una solución que no tenía paralelo en la historia de la guerra aeronaval. Los aviones realizarían la penetración final a alturas extremadamente bajas (inferiores a las utilizadas en los bombardeos a nivel) y lanzarían sus bombas prácticamente sobre el objetivo a velocidades superiores a los 900 km/h. Sin embargo, quedaban cuestiones técnicas por resolver.
Dificultades
El primer gran desafío para el ejército de la FAA fue definir la altura del perfil de ataque para lanzar las bombas. Una de las principales amenazas fueron las escoltas antiaéreas de la Royal Navy y sus sistemas GWS-30 Sea Dart. Como se trataba de uno de los sistemas de armas de los destructores clase Sheffield (Tipo 42), la FAA contó con la ayuda de la Armada Argentina.
En la década anterior a la guerra, la Armada Argentina había adquirido dos destructores clase Sheffield prácticamente idénticos a los barcos utilizados por la Royal Navy. Luego, la Armada Argentina transmitió a la FAA toda la información sobre la curva de detección de los radares a bordo. Se descubrió que el ataque final del avión debería realizarse por debajo de los 50 m de altura; de lo contrario, la probabilidad de que el avión sea derribado sería del 80% según estos estudios.
Misil de medio alcance Sea Dart disparado desde un destructor británico clase Tipo 42. Los argentinos conocían muy bien esta amenaza, ya que habían adquirido dos barcos de esta misma clase. FOTO: Ministerio de Defensa
A alturas inferiores a 50 m, el bombardeo nivelado a altas velocidades subsónicas, cuando se utiliza en acciones aéreas navales, tiene características peculiares. En primer lugar, hay que considerar el tiempo de vuelo entre el lanzamiento de la bomba y el momento en que encuentra el objetivo.
Imaginando que la bomba se lanza a 900 km/h (equivalente a 250 m/s) a una distancia de 500 m del objetivo, el tiempo de vuelo del dispositivo es de aproximadamente dos segundos. Este tiempo es extremadamente corto, siendo menor que el tiempo normalmente utilizado para armar la bomba (entre 3 y 4 segundos).
Por motivos de seguridad, las bombas cuentan con un dispositivo que impide que se arme cuando están adheridas a la aeronave. Este dispositivo comúnmente consiste en un cable sujeto a la aeronave que se rompe en el momento del lanzamiento, dando lugar al tren de fuego (o cadena explosiva).
Después de definir la altura máxima de lanzamiento, el segundo gran desafío para el ejército de la FAA fue intentar reducir el tiempo para armar las bombas. Se definió que el tiempo debería ser de 1,5 segundos o menos. Este tiempo proporcionaría un margen de seguridad después del lanzamiento y también permitiría que la bomba se armara antes de alcanzar el objetivo.
El siguiente problema estaba relacionado con el retraso en la explosión de la bomba. Como la bomba y el avión volarían a velocidades aproximadamente iguales en esta corta trayectoria hacia el objetivo, la bomba golpearía el barco en el momento exacto en que el avión volaría sobre él. De esta forma el avión sería alcanzado por fragmentos de la explosión.
El bombardeo nivelado, realizado desde alturas extremadamente bajas y a altas velocidades subsónicas, tiene características únicas. Un dispositivo de caída libre lanzado a una distancia de 500 m del objetivo por un vector que vuela a 900 km/h y por debajo de 50 m de altura (T1=0s) alcanzará su objetivo aproximadamente dos segundos después (T2=2s). En este momento el vector estará volando sobre el objetivo y puede ser alcanzado por metralla o fragmentos. Para evitar que esto ocurra, la espoleta del dispositivo de caída libre debe tener un retraso.
Al utilizar una espoleta retardada, el avión tendría tiempo suficiente para alejarse. Según los estudios de la FAA, realizados entre finales de abril y principios de mayo de 1982, este tiempo debería ser de ocho segundos.
Pero el retraso en la detonación causado por la espoleta de la bomba creó otro problema. Lanzadas a una velocidad inicial de entre 900 y 1.000 km/h, las bombas sólo tendrían unas pocas fracciones de segundo para atravesar un barco de un lado a otro. Además de la manga estrecha (distancia de un lado al otro del barco), los escoltas británicos tenían cascos y mamparos formados por finas láminas de acero o aluminio de 10 o 12 mm de espesor (reforzadas sólo en determinadas partes, como la munición). revistas).
Si las bombas no encontraran una superficie suficientemente resistente (como motores diésel, turbinas, generadores o determinados cargadores) para interrumpir su trayectoria, acabarían explotando fuera del barco. No había mucho que hacer en este caso salvo utilizar bombas más ligeras (y, por tanto, de menor energía) e intentar lanzarlas en ángulos cercanos a los 45º con respecto al eje longitudinal del objetivo.