Habla el ex combatiente de Malvinas que movió cielo y tierra para que fueran identificados los soldados enterrados en Darwin
Cristina Perez
Julio Aro en el Cementerio Darwin, en las Islas Malvinas
Las tumbas de los combatientes sin identificación
En el cementerio de Darwin, donde de un total de 237 tumbas hay 123 cuyos restos nunca fueron identificados.
Cementerio argentino "Darwin" en las Islas Malvinas
35 años después, una deuda empieza a pagarse.
Comenzó el reconocimiento de 123 soldados argentinos
En el cementerio de Darwin hay un total de 237 tumbas hay 123 cuyos restos nunca fueron identificados.
Julio Aro en el Cementerio Darwin, en las Islas Malvinas
Las tumbas de los combatientes sin identificación
En 2008 Julio volvió a Malvinas. Al caminar conmocionado entre las tumbas del cementerio de Darwin, descubrió que entre las 237 cruces no estaban los nombres de sus compañeros. Como ellos entonces, él no había tenido chapita identificatoria. Si su destino hubiera sido quedar en las islas, sería como ellos un soldado “solo conocido por Dios”. En medio de esa sensación de honda orfandad pensó que su madre habría hecho todo para encontrarlo. Que lo habría buscado por siempre si no regresaba de la guerra. Y pensó que, por esos compañeros muertos y por sus madres, tenía que hacerlo: tenía que lograr que fueran identificados. Entendió que esa era la causa de su vida. Así conoció al militar inglés que trazó el cementerio y enterró a los argentinos con los honores que los suyos no les rindieron. El mismo día en que comenzaron los trabajos liderados por la Cruz Roja para identificar a los soldados argentinos cuyas tumbas no tienen nombre, el ex combatiente del Regimiento 6 de Mercedes, Julio Aro compartió la emoción por una misión cumplida. Por esas madres que por fin tendrán una tumba donde hacer el duelo por sus hijos, donde dejar una flor, un abrazo, una oración.
Cristina Pérez: ¿Cómo vive usted este día después de ese momento en que sintió el frío de que no hubiera un nombre en la tumba de sus compañeros?
– “Realmente creo que todavía estoy soñando. No puedo caer en lo que se ha logrado. Fueron muchos años de sacrificio, de lucha, para lograr esto que no es un sueño personal, sino que es el sueño de muchas mamás que las vamos a poder mirar a la cara y decirles que le vamos a cumplir el sueño que ellas querían ver a sus hijos con la placa en esa tumba que dice ‘soldado sólo conocido por Dios’. Realmente todavía no lo podemos disfrutar ni sentir porque cada vez que escucho lo que está pasando me emociona. No puedo entender y no puedo creer que esto que parecía imposible, hoy lo hemos hecho realidad”.
Cristina Pérez: Tuvieron que llegar de la manera más insólita, por un pedido del músico inglés Roger Waters”.
– “Fueron tres personas las que nos ayudaron, los tres ingleses. Tony Davis, que nos ofreció ir cuando fuimos a Londres. Geoffrey Cardozo que nos ofreció este famoso escrito donde está todo en detalle sobre cómo enterraron a nuestros compañeros. Y Roger Waters, que en la actualidad sigue mandando mails preguntando cómo están las madres de Malvinas.
Gonzalo Sánchez: ¿Y qué pensás hoy? Hoy llegaron los containers al lugar, empezó a cambiar un poco el paisaje, la desolación mutó en un lugar poblado de gente que empieza a trabajar para exhumar los cuerpos.
– “Vi las imágenes y la verdad es que me regocija el alma saber que es una inyección más que tienen esos papás para poder, dentro de muy poquito, cumplir ese sueño. Es lo que se tendría que haber hecho. Yo creo que el acto soberano más importante que se hizo es este de ponerle nombre y apellido a la placa que corresponde. Todos tenemos el derecho a la identidad. Por eso decimos que este día histórico lo tenemos que celebrar todos los argentinos. Mejor acto de soberanía que este no hay”.
Julio Aro en el Cementerio Darwin en las Islas Malvinas
Cristina Pérez: ¿Cómo fue ese día en que llegaste al cementerio de Darwin y se te reveló esta situación de angustia por eso que tal vez es matar dos veces a quien dejaste ahí abandonado en el frío del sur y sin siquiera el recordatorio de un nombre a pesar de haber dado la vida?
– “Fui solito, necesitaba encontrarme. Necesitaba buscar a ese Julio que había dejado en el ’82. Y llegar al cementerio, caminar por ese pasillito, llegar a la puerta principal, esa tranquera, pararme ahí en el medio y decir: ‘Muchachos, acá estoy. No me olvido de ustedes’. Eso es muy fuerte y está muy bueno. No olvidarse de los compañeros. Recorrer esas 230 tumbas, buscarle los nombres de mis compañeros que enterramos. Nosotros enterramos al sargento Ochoa y teníamos otros compañeros como Bordón que también los habíamos enterrado. Y buscarlos y no encontrarlos… Realmente nunca lo entendí. Por eso decimos que esa placa de ‘Soldado argentino solo conocido por Dios’ me partió literalmente la cabeza. Y lo más difícil que nos puede pasar es cuando uno se pone en el lugar del otro. Si me hubiera quedado tocarme en Malvinas, yo hubiera estado acá. Hubiera sido una de estas placas. Esa sensación que te da el cementerio de decir: ‘Están tan solos. Han perdido la vida y no por perder la vida tienen que perder el nombre‘. Es muy fuerte lo que se pasa”.
Cristina Pérez: Contanos quién es Geoffrey Cardozo.
– “Geoffrey Cardozo es un coronel que lo conocimos en el 2008 con el viaje a Londres. Es un coronel que habla perfectamente el español. Esta persona nos acompañó varias veces a todas las conferencias. Un día en una reunión nos explicaron que teníamos que armar una fundación porque ellos hablaban con las fundaciones y no con los gobiernos. Es muy importante porque Geoffrey Cardozo lo que hizo en el momento que nos despide, saca de su sobretodo un sobre de madera con un informe: ‘Esto es para ustedes, sabrán qué hacer con él‘. Ese sobre, cuando lo abrimos, era todo el entierro: dónde encontró a nuestros compañeros, cómo recorrió las islas, cómo los limpió y los revisó, y anotó las pertenencias. Los enterró con cristiana sepultura. Es un informe increíble, que gracias a él hoy se está haciendo este trabajo. No se puede creer con qué honores el coronel inglés, entre comillas “nuestro enemigo”, enterró a nuestros compañeros“.
El coronel británico Geoffrey Cardozo
Cristina Pérez: Me imagino que hoy usted, Julio, siente que hay una misión cumplida en su vida y una guerra ganada también.
– “Creo que es un paso importante. Seguimos peleando y combatiendo. Hicimos mucho y falta mucho más. Ahora nos tendremos que juntar y abrazar a esas madres una por una. Es una tarea que es mucho más linda pero que hay que hacerla. Este objetivo está logrado y es un bálsamo al alma que esas familias merecen“.
Gonzalo Sánchez: ¿Cuánta gente está hoy pendiente de eso, esperando que aparezcan los restos de aquél muchacho, su hijo que fue a Malvinas?
– “Pendientes hay 105 muestras de titulares. Más allá de la familia, hay otro tanto de personas que están esperando ansiosos. Las ansias que ellos tienen nos las transmiten a nosotros. Y yo soy el número uno de ansioso. Esperamos que este tiempo que es muy poquito pero para nosotros es mucho, pase lo más pronto posible”.
Cristina Pérez: “¿Cuándo estima, según lo que le han confirmado los forenses, que estará finalizado el proceso de identificación?
“Entre 48 y 60 días, de acuerdo a las condiciones climáticas, es lo que se va a tardar. Lo que pasa es que en el transcurso, también, se van a traer esas muestras genéticas a Córdoba para poder ser analizadas con las muestras sanguíneas que ya hay. La Cruz Roja internacional como interventora de todo esto va a dar los resultados al final, cuando se termine todo el recorrido de saber cada uno quién es. Antes de fin de año esperemos tener la gran noticia y ver a esos padres poder cerrar ese duelo“.
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