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viernes, 15 de noviembre de 2024

Desmalvinización: La hijaputez de la justicia argentina

Malvinas: luchar conta la mentira


Seguir invocando la figura de delito de lesa humanidad es sumarse a una peligrosa moda adoptada de manera irresponsable para defender lo indefendible



La Nación





Un veterano de Malvinas ondea la bandera argentina en el cementerio de Darwin, donde yacen más de 200 soldados
FELIPE TRUEBA - EFE

La banalidad del mal” fue la frase acuñada por Hannah Arendt en su libro Eichman en Jerusalén donde aborda el juicio al genocida y ahonda en su personalidad, destacando la ausencia de rasgos criminales o antisemitas en el condenado y atribuyéndole su accionar al deseo de ascenso de un simple burócrata. Bien podría aplicarse dicha expresión a la insistencia de algunos fiscales del fuero federal que continúan peticionando la calificación de lesa humanidad para hechos de supuesto maltrato a conscriptos en la guerra de Malvinas.

El fiscal de Río Grande, Marcelo Rapoport, pidió la detención de 10 militares por supuestos hechos registrados en 1982. Afirma que “las torturas en Malvinas fueron una práctica generalizada a la que fueron sometidos los conscriptos”.

La gran mayoría de los casos denunciados que se pretende encuadrar dentro de esta categoría involucran inmovilización y “estaqueamientos” –o “calabozo de campaña”– del subalterno ante actos de grave indisciplina, insubordinación, robos o de cobardía, como modalidad del arresto o sujeción ante la inexistencia en el terreno de un establecimiento donde mantener prisionero al infractor.

Los denunciantes y el fiscal invocan esa calificación con el indisimulable propósito de burlar la prescripción de hechos supuestamente acaecidos hace más de 40 años, garantía que no opera para los delitos definidos en el Estatuto de Roma como de “lesa humanidad”. La prescripción es una institución nacida del Derecho Romano hace más de 20 siglos que impide accionar judicialmente cuando hubiere transcurrido un determinado lapso fijado por las leyes. Actúa para dotar de orden y celeridad a los procesos judiciales y como garantía individual ante persecuciones injustas o irrazonables. Las primeras denuncias sobre maltrato en Malvinas se radicaron 25 años después de los hechos, cuando ya había operado la prescripción, violando también la garantía que asiste a los acusados de ser juzgados en plazo razonable.

Los primeros juicios por crímenes de lesa humanidad se celebraron en 2006 tras la reapertura de las causas ligadas a delitos cometidos por agentes estatales en la lucha armada de los 70. Estos fallos contra militares y fuerzas de seguridad dieron lugar al fabuloso negociado de millonarias indemnizaciones repartidas por el gobierno a cualquier persona que alegara haber sido víctima de brutalidad policial o militar antes o durante la última dictadura militar, en muchos casos sin probanzas y en otros en juicios amañados que se prolongan aún en el presente, como el denominado “Subzona III” iniciado días atrás en Mar del Plata.

Agrupados en organizaciones de excombatientes, apoyadas por el gobierno kirchnerista, y acompañados por las tan ideologizadas como cuestionadas organizaciones de derechos humanos argentinas, con su carga de odio y venganza hacia las Fuerzas Armadas, los reclamantes sostienen que los hechos constituyeron una continuidad de los métodos ilegales con que las FF.AA. reprimieron el terrorismo guerrillero. La descabellada afirmación parte de considerarlas una organización delictiva, una cuestión que ya abordamos en otras columnas editoriales al mencionar que la Corte Suprema de Justicia había determinado la improcedencia de la apertura de una causa penal por hechos de hace cuatro décadas.

Entre las sustanciales diferencias que vuelven inadmisibles, por absurdos, esos argumentos. la más notoria es que en los casos hoy planteados falta la clandestinidad. A diferencia de los métodos por los que fueron condenados los comandantes del Proceso, los arrestos en Malvinas obedecieron a órdenes emanadas de superiores perfectamente identificados y, en todos los casos, fueron la respuesta ante actos de indisciplina o delitos cometidos por subalternos, contemplados en los reglamentos militares y agravados por haber ocurrido en un escenario de guerra.

Seguir invocando la figura de delito de lesa humanidad es sumarse a una peligrosa moda adoptada irresponsablemente por distintos agentes para defender una tan perversa como redituable matriz. El artículo 7° del Estatuto de Roma establece claramente que para que el homicidio, la tortura o una privación ilegal de la libertad pueda ser considerada delito de lesa humanidad debe haber sido cometida “como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque”. Las supuestas víctimas de los hechos bajo investigación denunciados en Malvinas no eran “población civil”, sino ciudadanos sujetos normativamente al estado militar en tiempos de guerra.

Hannah Arendt usaría la frase del comienzo para destacar los procederes de quien seguía órdenes y daba instrucciones sin reflexionar sobre sus consecuencias. En esta banalidad ha caído el representante del Ministerio Público Fiscal, que insiste en su ilegal postura hacia oficiales y suboficiales de las FF.AA. combatientes en las islas, postura que fue acompañada en su momento por las secretarías de Derechos Humanos nacional y de la provincia de Buenos Aires.

Es de esperar que el procurador general de la Nación y las máximas autoridades de ambas secretarías de Estado instruyan a sus subordinados para que cesen en este peligroso extravío lógico, ideológico y jurídico, detrás del cual se esconden nefastas intenciones que nada tienen que ver con el ideal de justicia y, mucho menos, con el Derecho que nos rige.


miércoles, 7 de agosto de 2024

Cimiento de la trampa de Malvinas: El incidente del HMS Shackleton

El HMS Shackleton y el diseño de la geopolítica británica de Malvinas


Resumen

1) ¿Qué misión estuvo realizando el HMS Shackleton en las Malvinas y Antártida?
El HMS Shackleton realizó misiones de reconocimiento y patrullaje en las Malvinas y la Antártida.

2) ¿Qué tipo de recolección de información buscaba?
Buscaba recolectar información geológica, hidrográfica y meteorológica.

3) ¿Cómo interpretaba la inteligencia británica el rol de Argentina en la región?
La inteligencia británica veía a Argentina como una amenaza potencial, preocupándose por sus actividades en la región.

4) ¿Qué se investigó respecto al petróleo y otros recursos naturales?
Se investigaron potenciales yacimientos de petróleo y otros recursos naturales.

5) Opinión ¿Cómo pudo quedar afectada la geoestrategia británica en la región debido a esta incidente? ¿Pudo ser un antecedente para el diseño de una política hacia Malvinas y una posible búsqueda de alianza secreta con Chile para gestionar los recursos en la región a futuro?

Este incidente influyó en la estrategia británica, promoviendo una política de defensa más firme en Malvinas y posibles alianzas con Chile para gestionar recursos estratégicos, asegurando su influencia en la región.

Ver también:




El HMS Shackleton, un buque polar británico, desempeñó un papel fundamental en las misiones de reconocimiento y patrullaje en las Malvinas y la Antártida durante el periodo previo a la guerra de las Malvinas en 1982. Estas misiones, aunque en apariencia científicas y de investigación, tenían objetivos estratégicos y geopolíticos claros. A continuación, se presenta un análisis detallado de las operaciones del HMS Shackleton y su impacto en la geoestrategia británica en la región, incluyendo el contexto histórico y las posibles repercusiones a largo plazo.

1. Misión del HMS Shackleton en las Malvinas y la Antártida

El HMS Shackleton, diseñado originalmente para exploraciones científicas, fue utilizado por la Marina Real Británica para llevar a cabo misiones de reconocimiento en el Atlántico Sur. Estas misiones se centraron en áreas alrededor de las islas Malvinas y el continente antártico, regiones de interés estratégico tanto por sus recursos naturales como por su posición geopolítica.

2. Tipos de recolección de información

El buque se enfocó en la recolección de diversos tipos de datos, incluyendo:

  • Información geológica: Exploraciones y estudios del subsuelo marino para identificar potenciales yacimientos de petróleo y gas natural.
  • Información hidrográfica: Mapeo de las características del fondo marino, corrientes oceánicas y otros datos relevantes para la navegación y operaciones militares.
  • Información meteorológica: Recolección de datos climáticos y meteorológicos para comprender mejor las condiciones ambientales que podrían afectar las operaciones navales y aéreas.

3. Interpretación de la inteligencia británica sobre el rol de Argentina

La inteligencia británica veía con preocupación las actividades de Argentina en la región. Consideraban que Argentina tenía aspiraciones expansionistas en el Atlántico Sur, especialmente en las Malvinas, que Argentina reclamaba como propias. Esta percepción llevó a la vigilancia constante y a la preparación para una posible confrontación militar.

4. Investigación sobre petróleo y recursos naturales

El HMS Shackleton y otras operaciones británicas en la región incluyeron la búsqueda de recursos naturales, particularmente petróleo y gas. Las islas Malvinas y las áreas circundantes se consideraban ricas en hidrocarburos, lo que aumentaba la importancia estratégica de controlar estas áreas. Los estudios geológicos y las prospecciones submarinas realizadas por el Shackleton y otros buques proporcionaron datos cruciales sobre la potencialidad de estos recursos.

5. Impacto en la geoestrategia británica y alianzas regionales

Esto es opinión: El incidente y las misiones del HMS Shackleton probablemente tuvieron un impacto significativo en la geoestrategia británica en el Atlántico Sur. La información recolectada subrayó la importancia de mantener una presencia robusta en la región para proteger los intereses británicos, tanto en términos de soberanía territorial como de explotación de recursos naturales.

Influencia en políticas hacia las Malvinas:

  • Refuerzo de defensa: Los datos obtenidos podrían haber justificado un refuerzo en las defensas de las Malvinas, anticipándose a posibles agresiones argentinas. Por eso se ajustó la dotación de Royal Marines de la Naval Party 8901 en las islas.
  • Políticas de contención: La percepción de amenaza por parte de Argentina pudo haber llevado a políticas de contención más estrictas y a un aumento en la presencia militar británica en el área.

Posible búsqueda de alianzas:

  • Alianza con Chile: La necesidad de asegurar recursos y mantener la estabilidad regional pudo haber impulsado a Gran Bretaña a buscar alianzas estratégicas con Chile. Chile, también con intereses en la Antártida y en el control de rutas marítimas estratégicas, podría haber sido visto como un aliado natural.
  • Gestión conjunta de recursos: Una posible alianza con Chile podría haber incluido acuerdos para la gestión conjunta de recursos naturales en la región, beneficiando a ambos países y fortaleciendo su posición frente a otras potencias.

Contexto histórico y geopolítico

La presencia del HMS Shackleton en las Malvinas y la Antártida debe ser entendida dentro del contexto más amplio de la Guerra Fría y las tensiones geopolíticas de la época. La región del Atlántico Sur, aunque lejana, era estratégica no solo para Gran Bretaña y Argentina, sino también para otras potencias globales interesadas en los recursos y las rutas marítimas.

Conclusión

El HMS Shackleton desempeñó un papel crucial en la recolección de información estratégica en las Malvinas y la Antártida, influenciando la geoestrategia británica en la región. Las misiones del buque no solo revelaron datos importantes sobre recursos naturales, sino que también subrayaron la necesidad de una defensa robusta y la posible formación de alianzas estratégicas con países como Chile. Este incidente destaca la intersección de la exploración científica y la estrategia militar, y cómo esta combinación puede influir en las políticas y alianzas internacionales.

La información obtenida y las acciones subsiguientes probablemente prepararon el terreno para la defensa británica durante la guerra de las Malvinas y continuaron moldeando las políticas británicas en la región en los años siguientes. La geoestrategia en el Atlántico Sur sigue siendo un tema de relevancia, y los antecedentes establecidos durante las misiones del HMS Shackleton continúan influyendo en las dinámicas políticas y militares de la región.

miércoles, 12 de junio de 2024

¿Cómo se pudo cambiar el curso de la guerra terrestre?

¿Qué pudo haber hecho un general argentino enfrentando la situación de la defensa de Puerto Argentino?





En su momento, el periódico británico The Guardian hizo público una denuncia en un editorial titulado "Veinte años después", señalando que el público británico solo pudo acceder a información que se les negó hace dos décadas hasta el año 2002. Después de este largo período de silencio, el almirante Sir John Woodward, comandante de la Fuerza de Tarea enviada por Margaret Thatcher para recuperar las Islas Malvinas, reveló a los periodistas de The Guardian, Jeevan Vasagar y Alex Bellos: "Ganamos la guerra con un importante grado de suerte. Cuando los argentinos se rindieron, las pérdidas británicas estaban aumentando y estábamos a punto de quedarnos sin alimentos y municiones. Si hubieran resistido una semana más, la historia podría haber tomado un rumbo muy diferente. Imagínense qué diferente podría haber sido nuestra historia política reciente".
Woodward también recordó haber enviado un mensaje desesperado a las fuerzas de tierra el 6 de junio de 1982, advirtiéndoles que el grupo aeronaval bajo su comando estaba "exhausto". Estas revelaciones coinciden con las afirmaciones de otros altos mandos militares británicos, quienes sostienen que la guerra de Malvinas distó mucho de ser el "paseo" que ciertos propagandistas del tatcherismo pretendían. En una entrevista realizada en 1996 en Londres, uno de los coroneles que comandó el Regimiento 2 de Paracaidistas (2 Para) respaldó esta tesis, señalando que si el alto mando argentino hubiera resistido una semana más, las tropas británicas hubieran enfrentado un colapso logístico.
Las revelaciones del almirante Woodward son especialmente relevantes al conocerse ahora lo que escribió en su diario durante esos días de junio: "Estamos al borde del abismo: si los argentinos nos soplan en la nuca, nos mandan al fondo. A lo mejor les pasa lo mismo: espero que así sea porque de otra manera nos espera una carnicería".



Julián Thompson, líder de los Royal Marines durante la guerra, expresó: "Si hubieran esperado un poco más, seguramente no hubiéramos podido responder de la misma manera". En efecto, a finales de 1981, debido a una crisis interna, Gran Bretaña había decidido vender sus dos portaaviones y retirar del servicio sus grandes buques de desembarco, lo que la dejaría sin capacidad para realizar operaciones anfibias a gran escala. La Royal Navy se reduciría a una fuerza de defensa costera.



El general Jeremy Moore, comandante de las fuerzas terrestres británicas en Malvinas, afirmó que sin los portaaviones y los grandes barcos anfibios, no habrían podido enfrentar a la Fuerza Aérea Argentina ni llevar a cabo un desembarco terrestre de manera profesional con sus tropas. Además, en mayo de 1982, Argentina estaba programada para recibir una entrega de veinte misiles Exocet de Francia (a pesar de su caos económico, el gasto militar era alto), pero en abril, durante la ocupación de las islas, solo contaban con cuatro. El misil Exocet y el avión Super Etendard formaban un sistema ofensivo diseñado para atacar buques, una tecnología avanzada en ese momento y que aún se mantiene operativa en la actualidad.



Nos podemos hacer la pregunta de qué faltó hacer en tierra para devolver a los soldados británicos a sus barcos. Como general argentino estacionado en las Islas Malvinas con suministros limitados y enfrentando ataques terrestres a posiciones fijas propias, la situación ciertamente presentaría desafíos importantes. A continuación se presentan algunas estrategias que potencialmente podrían cambiar la dirección de la guerra en estas circunstancias:


Fortificación y defensa
se debió priorizar la fortificación de posiciones defensivas para resistir los ataques terrestres enemigos. Mejorar los sistemas de trincheras, búnkeres y fortificaciones para brindar cobertura y protección a las tropas contra ataques de artillería e infantería enemigas. Implementar tácticas de defensa en capas para crear obstáculos y perímetros defensivos que obliguen al enemigo a exponerse al fuego defensivo.

  • Identificar posiciones defensivas clave: evaluar el terreno e identifique posiciones defensivas clave que ofrezcan ventajas naturales, como terrenos elevados, cuellos de botella y áreas con buena visibilidad y campos de tiro. Priorizar la fortificación defensiva de estas posiciones para establecer fortalezas que puedan dominar el área circundante y negar al enemigo objetivos estratégicos.
  • Mejorar los sistemas de trincheras: mejorar los sistemas de trincheras existentes y establecer otros nuevos para brindar cobertura y protección a las tropas contra ataques de artillería e infantería enemigas. Construir trincheras con patrones en zigzag para minimizar el impacto del fuego enemigo y crear múltiples capas de defensa. Reforzar las zanjas con sacos de arena, movimientos de tierra y otros materiales para aumentar su durabilidad y resistencia.
  • Establecer búnkeres y puntos fuertes: construir búnkeres y puntos fuertes fortificados para que sirvan como centros de comando, puestos de observación y posiciones de apoyo de fuego. Construye búnkeres con hormigón armado y acero para resistir los bombardeos aéreos y los bombardeos de artillería enemigos. Coloca ametralladoras, armas antitanques y equipos de francotiradores en posiciones fortificadas para proporcionar campos de tiro superpuestos y apoyo mutuo.
  • Crea obstáculos y perímetros defensivos: coloca obstáculos como alambre de púas, zanjas antitanques y campos minados para impedir el movimiento del enemigo y canalizar su avance hacia zonas de muerte. Establecer perímetros defensivos alrededor de posiciones clave con campos de fuego superpuestos y sectores de responsabilidad entrelazados para evitar la infiltración y el cerco del enemigo.
  • Utilice cobertura y ocultación natural: aproveche las características naturales como colinas, crestas y vegetación para proporcionar cobertura y ocultación adicional para las posiciones defensivas. Camufle trincheras, búnkeres y fortificaciones para mezclarse con el terreno circundante y minimizar el riesgo de detección por parte del reconocimiento enemigo.
  • Implementar defensas antiaéreas: instalar defensas antiaéreas como misiles tierra-aire, armas de fuego y sistemas portátiles de defensa aérea (MANPADS) para protegerse contra las amenazas aéreas enemigas. Coloque baterías antiaéreas en ubicaciones estratégicas para proporcionar cobertura de espacio aéreo superpuesto y disuadir los ataques aéreos enemigos en posiciones defensivas.
  • Establecer nodos de comando y control: establecer nodos de comando y control dentro de posiciones defensivas para coordinar el movimiento de tropas, dirigir los activos de apoyo de fuego y comunicarse con los cuarteles generales superiores. Equipe los centros de comando con equipos de comunicaciones, mapas y pantallas de inteligencia para facilitar el conocimiento de la situación y la toma de decisiones en tiempo real.

Movilidad y flexibilidad
Mantener la movilidad y la flexibilidad en las operaciones defensivas para evitar que el enemigo se afiance o explote las debilidades en las posiciones defensivas. Se debió utilizar reservas y unidades de respuesta rápida (comandos e infantes de marina) para contrarrestar los intentos de avance del enemigo y reforzar los sectores críticos bajo ataque. Realizar retiradas tácticas cuando sea necesario para consolidar las líneas defensivas y preservar la mano de obra. Algo que fue recalcado en acción los por los comandos del EA y por el mismo Capitán Robacio que solicitó que las tropas que estaban en el capital se movilizaran a las trincheras para combatir.

  • Creación urgente de unidades de respuesta rápida: Establecer unidades de respuesta rápida compuestas por infantería altamente móvil, apoyadas por vehículos blindados ligeros (AML-90) y elementos de reconocimiento. Estas unidades deben estar estacionadas en ubicaciones estratégicas en toda la isla para reaccionar rápidamente ante los intentos de avance del enemigo o para reforzar sectores críticos bajo ataque. Sobre todo puede alimentarse de tropas ya probadas en combate y descansadas.
  • Fuerzas de reserva: mantener fuerzas de reserva que puedan desplegarse rápidamente para reforzar las posiciones de primera línea o explotar oportunidades de contraataques. Estas reservas deben mantenerse preparadas y coordinar sus movimientos en función de la evolución de la situación táctica y la evaluación de las amenazas.
  • Postura de defensa ágil: se podía adoptar una postura de defensa ágil que permita la asignación flexible de fuerzas en función de los movimientos e intenciones del enemigo. En lugar de comprometer todas las fuerzas en posiciones defensivas estáticas, mantenga una reserva de tropas capaces de realizar operaciones de defensa móviles, incluidas maniobras de flanqueo y contraataques.
  • Artillería móvil: desplegar unidades de artillería móviles equipadas con obuses autopropulsados o piezas de artillería remolcadas para brindar apoyo de fuego a las posiciones defensivas en toda la isla. Estas unidades de artillería deben ser capaces de desplazarse rápidamente para evitar la detección y el fuego de contrabatería enemigo, manteniendo al mismo tiempo la capacidad de brindar apoyo de fuego preciso y oportuno a las unidades comprometidas.
  • Operaciones aerotransportadas y de asalto aéreo: utilizar operaciones aerotransportadas y de asalto aéreo para realizar ataques profundos detrás de las líneas enemigas, interrumpir las líneas de suministro enemigas y capturar objetivos clave. Despliega fuerzas de operaciones especiales y unidades de infantería aerotransportadas mediante helicópteros o aviones de transporte para llevar a cabo misiones de reconocimiento, incursiones y sabotaje contra zonas de retaguardia enemigas.
  • Retiradas coordinadas: cuando se enfrente a una presión enemiga abrumadora o posiciones defensivas insostenibles, realiza retiradas coordinadas para consolidar las líneas defensivas y reagrupar las fuerzas en posiciones más defendibles. Utilice la movilidad y la flexibilidad para ejecutar retiradas tácticas mientras mantiene el contacto con el enemigo e inflige bajas mediante emboscadas y acciones dilatorias.
  • Redespliegue estratégico: se pudo mantener la capacidad de redistribuir fuerzas estratégicamente entre diferentes sectores de la isla en función de las amenazas cambiantes y los requisitos operativos. Utilice activos de movilidad como aviones de transporte, helicópteros y lanchas de desembarco anfibio para trasladar rápidamente tropas y equipos a las áreas de mayor necesidad.
  • Explotar las características naturales: explota el terreno accidentado y las características naturales de las Islas Malvinas, como colinas, valles y acantilados costeros, para crear oportunidades para defensa móvil y tácticas de emboscada. Usa camuflaje y enmascaramiento del terreno para ocultar movimientos y sorprender al enemigo con contraataques inesperados o maniobras de flanqueo.

Contraataques y emboscadas
Se pudo aprovechar el conocimiento local del terreno para lanzar contraataques y emboscadas contra las fuerzas enemigas. Identificar líneas de suministro enemigas vulnerables, rutas de comunicación y áreas de retaguardia para ataques selectivos que interrumpan las operaciones y la moral del enemigo. Utilizar tácticas de ataque y fuga para infligir bajas y desmoralizar a las tropas enemigas mientras conserva sus propios recursos.

Reabastecimiento y refuerzo
Establecer rutas de suministro alternativas y redes de apoyo logístico para garantizar el flujo continuo de suministros esenciales, municiones y refuerzos a las posiciones de primera línea. Se pudo utilizar lanzamientos aéreos desde helicópteros o aviones desde el continente, misiones clandestinas de reabastecimiento y logística encubierta nocturna para evitar los bloqueos enemigos y mantener la preparación operativa.

Coordinación con activos navales y aéreos
Se pudo coordinar estrechamente la labor con activos navales y aéreos argentinos para proporcionar capacidades de apoyo de fuego, reconocimiento e interdicción en apoyo de las operaciones terrestres. Utilizar fuego y ataques aéreos y tácticas de bloqueo aeronaval para interrumpir los movimientos del enemigo (tal como se intentó en sus casos extremos con los Hercules bombarderos y los Pucará torpederos), reforzar las posiciones defensivas y mantener el control de las vías marítimas de aproximación críticas.

Mantener la moral y la disciplina

En todo momento se debe fomentar un sentido de camaradería, moral y disciplina entre las tropas para mantener la resiliencia y la determinación frente a la adversidad. Proporcionar servicios adecuados de descanso, recreación y apoyo para mantener la moral y la eficacia en el combate. Implementar una disciplina y un liderazgo estrictos para garantizar la cohesión y la unidad de esfuerzo en la defensa contra los ataques enemigos. Asimismo, se debía acceder a pleno a los recursos alimenticios civiles de la población kelper (sobretodo, el abundante ganado ovino presente en el territorio).

Tácticas de guerra urbana
Finalmente, si el avance británico se tornaba indetenible, entonces enfrentar la posibilidad del combate urbano en Puerto Argentino. Si se defiende áreas urbanas o urbanizadas, se debe emplear tácticas de guerra urbana para maximizar la ventaja defensiva. Utilizar edificios, calles y otras características urbanas para crear obstáculos y puntos de emboscada para las fuerzas enemigas. Llevar a cabo combates cuerpo a cuerpo y combates callejeros para negar al enemigo el control de infraestructuras y áreas urbanas clave. La infraestructura mayormente hecha de madera no brindaba un buen escenario para la creación de escombros y estructuras de cobertura y protección, pero es una alternativa que podía ser explorada.

Guerra psicológica

También se pudo explotar y aprovechar las tácticas de guerra psicológica para socavar la moral y la resolución del enemigo. Utilizar propaganda, desinformación y engaño para sembrar dudas y confusión entre las filas enemigas. Explotar factores culturales, lingüísticos y psicológicos para crear divisiones y disidencia dentro de las fuerzas enemigas.

En conclusión, se debía enfrentar dificultades abrumadoras en una situación defensiva en las Islas Malvinas lo cual requeriría una combinación de ingenio táctico, resiliencia y determinación para resistir los ataques enemigos mientras se buscan oportunidades para recuperar la iniciativa y cambiar la dirección de la guerra.


jueves, 28 de marzo de 2024

Villarruel y la embajadora británica

Las Islas Malvinas, una cuestión de defensa hemisférica

La vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel, se reunió con la embajadora británica Kirsty Hayes y planteó la necesidad de un diálogo bilateral sobre la soberanía de las Malvinas, considerándolo una cuestión de política continental. Argentina busca abordar la soberanía, mientras que el Reino Unido insiste en incluir a los habitantes de las islas en las discusiones.

Por Mauro Labombarda || Canal 26


  Malvinas, foto Reuters

Hace pocos días (el 5 de marzo), la vicepresidente de nuestra República, Victoria Villarruel, recibió en el Salón Eva Perón del Senado de la Nación a la embajadora del Reino Unido de Gran Bretaña, Kirsty Hayes. Tras el encuentro, Villarruel destacó que planteó a la diplomática británica la necesidad de entablar un diálogo bilateral por la soberanía de nuestras islas, que considera que se trata de una cuestión de política continental “porque es la injerencia de una potencia extracontinental en nuestro territorio” y finalmente evocó el ejemplo de San Martín, Bolivar y Washington.

Respecto de la necesidad de un diálogo bilateral que contemple la discusión sobre la soberanía de las Islas Malvinas, podríamos decir que es la posición histórica de Argentina de los últimos años, que se contrapone con la postura británica que se niega a considerar el tema de la soberanía y que pretende incorporar a cualquier diálogo a los kelpers, invocando su derecho a la autodeterminación.

Victoria Villarruel recibió durante la tarde a Kirsty Hayes, embajadora del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda Del Norte, en el salón Eva Perón. Presidencia Argentina. 

Merece destacarse en este aspecto que la citada posición argentina, planteada por Villarruel en el encuentro referido, es plenamente coincidente con la posición de los EE. UU. En efecto, la potencia del Norte nunca reconoció la soberanía británica sobre nuestras Islas Malvinas, sino sólo una ocupación de hecho o de facto. Además, en reiteradas oportunidades, le hizo saber a Gran Bretaña que debe aceptar el diálogo bilateral, excluyendo expresamente a los kelpers y sus deseos. 

Vale recordar en tal sentido las declaraciones de la entonces Secretaria de Estado, Hillary Clinton, cuando en ocasión de visitar Bs. As. y entrevistarse con la Presidente Cristina Kirchner en marzo de 2010, ofreció colaboración para resolver la disputa de soberanía entre ambas naciones, en la que EEUU es neutral.

De igual modo actuó el siguiente Secretario de Estado, John Kerry, quién además anunció que los EE. UU. no reconocían el referéndum impulsado por Gran Bretaña entre los kelpers para determinar su soberanía.

Malvinas en la actualidad. Foto: Télam 

Malvinas, una cuestión continental

Hasta aquí, entonces, nada nuevo. Pero como adelantamos, la Vicepresidente fue más allá y mencionó que la causa de las Islas Malvinas es continental, porque implica la injerencia de una potencia europea en nuestro territorio americano.

Hagamos un poco de historia. En 1822, la Santa Alianza conformada por Francia, Rusia, Prusia y Austria anunciaron que enviarían una flota a nuestro continente para reconquistar las antiguas colonias españolas. Inglaterra, que ya ejercía su influencia en estas tierras, se opuso y envió a su Ministro Canning a proponerle a EE. UU. un plan conjunto de defensa. 

Fue en ese marco que el entonces Presidente Monroe proclamó su célebre doctrina, rechazando la ayuda británica y anunciando que EEUU defendería el hemisferio occidental, es decir América, de la injerencia europea. 

Recuérdese que once años antes los ingleses habían invadido Washington y quemado el Capitolio. En 1833 los británicos usurparon nuestras Islas Malvinas.

EE. UU. no contaba con un poderío naval que le permitiera ejercer la defensa de esta zona de América del Sur, pero aplicó el principio del no reconocimiento; es decir, no reconoce el status territorial británico.

Esta posición, fruto de la denominada Doctrina Monroe, fue invariable en la política exterior norteamericana respecto de Malvinas: nunca reconoció la soberanía británica, solo reconoce una administración de facto.

Aun durante la Guerra de Malvinas, la intención norteamericana, a través de las diversas propuestas de paz, fue obligar a los británicos a negociar con Argentina la soberanía sobre nuestras islas. La negativa argentina, la pretensión de continuar la guerra y el acercamiento a la URSS a través del viaje de nuestro Canciller a La Habana, no dejaron más opción a EEUU que apoyar a las fuerzas británicas.

Guerra de Islas Malvinas.

Sin embargo, nunca modificaron su posición diplomática, es decir, no se reconoce la soberanía británica, y la cuestión de soberanía se debe dirimir en un diálogo entre Argentina y Gran Bretaña, sin la intervención de los kelpers.

En otras palabras, la alianza circunstancial de los EE. UU. con Gran Bretaña en diversos escenarios no se impone sobre los intereses globales permanentes. Sirva de ejemplo la humillación impuesta a los británicos en la Guerra del Canal de Suez.

Roger Spink, legislador de Malvinas.

San Martín, Bolívar y Washington

Pero hay más. Nuestra Vicepresidente mencionó también el ejemplo de San Martín, Bolívar y Washington: ¿qué relación tienen con esta cuestión continental? Es claro que los tres héroes representaron el enfrentamiento del "Nuevo Mundo" contra la tiranía del Antiguo mundo.

Era natural que surgiera la concepción de que había un común interés y un destino común de las dos Américas; el Norte y el Sur. Ambos continentes comenzaron por ser colonias de las naciones europeas, Inglaterra y España. Nuestros héroes comunes pelearon por la libertad y la independencia, afirmaron los derechos del hombre, instauraron formas de gobierno republicana y proclamaron que rendían culto al bienestar de los pueblos y no a la gloria de los nobles.

Jefferson hablaba del hemisferio como si fuera un continente único, y en una carta que escribiera el 24 de octubre de 1823 al Presidente Monroe declaraba que “las Américas del Norte y del Sur tienen una serie de intereses específicamente propios y claramente distintos de los de Europa”.

El Presidente Perón abogó por una “América unida del Ártico al Antártico” proclamando de ese modo su política continental.

Relevancia geopolítica

Como vemos hasta aquí, las palabras de nuestra Vicepresidente tienen una significativa relevancia geopolítica, porque parece comprender que los intereses permanentes de los EE. UU., como es el caso de la no injerencia de potencias extracontinentales en América, son coincidentes con los nuestros. 

Quizás sea esta nueva política, dirigida hacia Washington y no hacia Londres, la que nos permita, a través del diálogo bilateral con Gran Bretaña, recuperar nuestra soberanía sobre las Islas Malvinas.

martes, 27 de febrero de 2024

Comunicación entre la Antártida Argentina y Malvinas bajo ocupación británica

Histórica comunicación entre la Antártida Argentina y las Islas Malvinas






Un hecho de soberanía radial sin precedentes en los últimos 40 años, y con enorme emoción, se produjo minutos después de las 18 del último miércoles, cuando desde LRA36 Radio Nacional Arcángel San Gabriel, en la Base Antártica Conjunta Esperanza, lograron comunicarse con Daniela Badra docente y maratonista residente en Ushuaia que se encuentra en Puerto Argentino por 7ma vez. "Estamos haciendo soberanía radial", destacó Daniela.



Daniela habló sobre su recorrido, su vínculo con Malvinas, la emoción de cada visita al cementerio de Darwin y la participación de veteranos de Malvinas en esta actividad.
Badra es autora del libro "Malvinas, huellas por la paz" y hace unas semanas fue invitada a las bases antárticas Esperanza y Marambio a donde llevó tierra de nuestras Malvinas, lo cual se completo ahora llevando tierra de Antártida a Malvinas.



"Es una forma de unir nuestra provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, y que ese sentido de pertenencia, de arraigo y unión se vea reflejado en los valores que nosotros percibimos a través del deporte y la educación", declaró.



Y resaltó, que a través del conocimiento "vamos a poder recuperar la soberanía plena" de Malvinas.
Utiliza las teclas de flecha arriba/abajo para aumentar o disminuir el volumen.
Durante la entrevista conducida por Juan Carlos Benavente, desde LRA36 Radio Nacional Arcángel San Gabriel, con la participación del ingeniero Alejandro Álvarez y la operación técnica de Alejandro Petrecca, se destacó el trabajo estratégico de la Radio Pública y su valor como herramienta de construcción de soberanía.
https://www.radionacional.com.ar/historica-comunicacion.../

lunes, 25 de septiembre de 2023

Malvinas colonial: Su participación en la guerra contra Portugal

La batalla de Santa Catarina, 1777

Weapons and Warfare
  





Barco de línea portugués de dos pisos a finales del siglo XVIII.





Las tensiones luso-españolas de larga data sobre el área del Uruguay moderno (en particular, la base portuguesa en Sacramento) llevaron a una importante expedición naval española que atacó la isla de Santa Catarina. El mapa muestra esta expedición, con los barcos, que incluían transportes de tropas, marcados en rojo. Los buques de guerra portugueses fueron apartados y las posiciones portuguesas fueron tomadas rápidamente. El acuerdo posterior dejó a Sacramento como español pero no a Santa Catarina. Los españoles también habían tomado Puerto Egmont, la base británica en las Islas Malvinas, en 1770, pero la presión naval británica llevó a los españoles a restaurar Puerto Egmont.

6-7 DE FEBRERO DE 1777.

Una expedición española de 116 barcos y 19.000 hombres sale de Brasil, encabezada por la flota del Vicealmirante Francisco Javier Everardo Tilly y Paredes, Marqués de Casa Tilly y Caballero de la Orden de Santiago, compuesta por el Poderoso de 74 cañones de la el capitán de bandera Juan de Langara, San Dámaso de Francisco de Borja, Santiago la América de Antonio Asorio y Herreras, San José de José Bauzes y Monarca de Antonio Osorio y Funco; el Septentrion de 64 cañones; las fragatas Santa Ana, Santa Clara, Santa Florentina, Santa Teresa, Santa Margarita, Santa Rosa y Liebre; el Chambequín Andaluz; los bombarderos Santa Casilda y Santa Eulalia; más tres consortes menores. Interceptan un trío de buques mercantes portugueses que se dirigían desde Río de Janeiro hacia Europa, aunque el propósito real de la formación española es tomar represalias a una escala mucho mayor por los recientes enfrentamientos en América del Sur. Unos 8.600 soldados de infantería, 640 dragones y 150 artilleros de 10 regimientos diferentes se encuentran a bordo de 96 transportes al mando del veterano teniente general Pedro de Cevallos, Caballero de las Órdenes de Santiago y San Genaro y ahora también designado virrey para Buenos Aires.

Originalmente dirigido a asaltar el puesto avanzado portugués de Colonia do Sacramento (Uruguay), de Cevallos decide asaltar la isla brasileña de Santa Catarina de pasada, a pesar de las objeciones de su homólogo naval, el almirante de Tilly. Mientras navega hacia el suroeste hacia este destino, la enorme flota española hace a un lado a los cuatro barcos de línea, cuatro fragatas y cuatro auxiliares portugueses de MacDouall, que encuentra anclados en Garupas el 17 de febrero.

20 DE FEBRERO DE 1777.

Santa Catarina. De Cevallos y el almirante de Tilly se materializan fuera de esta base brasileña y se lanzan a la bahía de Canavieiras en el extremo norte de la isla para buscar un lugar de aterrizaje. Las entradas a ambos lados de la isla Ratones están cubiertas por los fuertes Sao José y Santa Cruz, por lo que los atacantes desembarcan en la cercana playa de Sao Francisco la noche del 22 al 23 de febrero, sin oposición.

El objetivo de de Cevallos es tomar el Fuerte Sao José por la retaguardia, mientras simultáneamente lo bombardea desde el mar con su barco de 60 cañones de la línea Septentrion, el Liebre, y dos barcos bomba; pero los 2.900 defensores portugueses no preparados al mando del general Antonio Carlos Furtado de Mendoça abandonan todas sus ciudadelas sin luchar, la mayoría se retira a tierra firme en barco y luego deserta en masa al marchar para reforzar Río Grande. Por lo tanto, ambos fuertes de Santa Catarina caen en manos españolas el 25 de febrero, junto con 195 piezas de artillería, después de lo cual 3.816 soldados y residentes portugueses sobrevivientes se entregan gradualmente antes del 5 de marzo en lugar de enfrentar el hambre en la selva.

28 DE MARZO DE 1777.

Después de instalar una guarnición en la isla de Santa Catarina bajo el mando del coronel de origen irlandés William Vaughan del Regimiento Hibernia, de Ceval los navega hacia el sur con la mayor parte de sus fuerzas, con la intención de desembarcar en Lagoa dos Patos, nuevamente, a pesar de las protestas del almirante de Tilly, y atacar la concentración portuguesa en Río Grande junto con un movimiento hacia el noreste fuera de Uruguay por parte de un ejército español al mando de Vértiz. En cambio, su expedición se encuentra con un clima tan adverso que de Cevallos se ve obligado a tambalearse hacia Maldonado el 18 de abril, sin ver acción. Luego separa sus barcos más pesados ​​​​de la línea el 10 de mayo para navegar en busca del escuadrón portugués de Mac Douall, mientras conserva su barco más ligero para conducir su ejército hacia Sacramento. 9 DE ABRIL DE 1777. Antonio Barreto, recién designado gobernador del “Alto Orinoco”, ” parte de Santo Tomé de Guayana (Venezuela) con 50 soldados a bordo de nueve pequeñas embarcaciones para navegar río arriba. Reúne a 50 soldados adicionales tierra adentro y luego investiga las defensas portuguesas a lo largo del río Negro.

21 DE ABRIL DE 1777.

El buque de línea español de 74 cañones San Agustín del capitán José N. Zapiain y el auxiliar más pequeño Santa Ana (habiendo llegado demasiado tarde de Europa para adelantar a la expedición de Cevallos y de Tilly, además de separarse de sus 74 cañones consorte Serio y la fragata Magdalena) son capturadas cerca de la desembocadura del Río de la Plata por la escuadra portuguesa de Mac Douall.

22 DE MAYO DE 1777.

Sacramento. El mariscal de campo Victorio de Navia Osorio desembarca la vanguardia de las 4.500 tropas de de Cevallos en El Molino (a tres millas de este puesto avanzado portugués) y al día siguiente se le une el comandante en jefe, a pesar de las fuertes lluvias. Esta expedición se refuerza aún más desde Buenos Aires, luego comienza a excavar sus primeras obras de asedio el 30 de mayo, compuestas por una batería de morteros, otra batería de ocho libras para disparar perdigones calientes, más un par de piezas pesadas y otras más livianas para proteger la flancos Los sorprendidos 700 soldados portugueses y 300 marineros bajo el mando del coronel Francisco José de Rocha, que ya estaban medio muertos de hambre debido a un prolongado bloqueo español, demandan rápidamente los términos y se rinden en la tarde del 4 de junio. El botín de los españoles incluye 700 prisioneros, 141 piezas de artillería y 2.300 mosquetes.

De Cevallos pasa los siguientes dos meses demoliendo con explosivos las fortificaciones de Sacramento y las baterías gemelas en la isla adyacente de San Gabriel, antes de finalmente hundir los barcos para cerrar la entrada del puerto. Luego vuelve a embarcar a sus tropas para navegar hacia el este hacia Maldonado el 4 de agosto. Tiene la intención de lanzar otra ofensiva contra Río Grande, pero esto se cancela cuando le llega la noticia el 27 de agosto del restablecimiento de las relaciones entre Madrid y Lisboa en Europa.

9 DE JULIO DE 1777.

De Tilly zarpa de la isla de Santa Catarina con siete barcos de línea y cinco fragatas, rumbo a Río Grande. Sin embargo, el mal tiempo obstaculiza su progreso, obligándolo a pararse en el Río de la Plata el 26 de julio. Mientras se acerca al puerto después del anochecer, su fragata Santa Clara naufraga en el Banco Inglés y se hunde con 120 manos. La muerte de José I de Portugal el 23 de febrero de 1777 ha producido un vuelco en la política de Lisboa, ya que le sucede su reina de origen español, María Victoria, que pone fin a estas disputas mediante un tratado preliminar firmado en San Ildefonso el 1 de octubre. Los portugueses renuncian a todos los reclamos sobre Sacramento y Uruguay, y además acuerdan devolver el barco San Agustín a España. Este último devuelve la isla de Santa Catarina y acepta reconocer a Río Grande como parte del territorio brasileño.

sábado, 26 de agosto de 2023

Cambio en la opinión pública británica sobre Malvinas: ¿En serio?

La opinión de los británicos sobre Malvinas

Buenos Aires, Londres y una histórica oportunidad


Por Roberto García Moritán || Infobae



 
Una calle de las Islas Malvinas

Encuestas recientes reflejan que la opinión de los británicos sobre las Islas Malvinas dio un giro
La diplomacia tiene la oportunidad de empezar a superar diferencias entre Buenos Aires y Londres en torno de las Islas Malvinas, Sándwich del Sur y Georgias del Sur. De acuerdo a dos encuestas del Reino Unido (Politics Polls por Twitter y YouGov Poll, realizada en Inglaterra, Gales y Escocia), se podría interpretar que las animosidades post conflicto han quedado en el pasado. Mientras que el primer sondeo de opinión muestra un amplio reconocimiento que los archipiélagos pertenecen a la Argentina, la segunda encuesta refleja que a un 54% de los británicos no les afectaría que las islas dejaran de continuar bajo dominio del Reino Unido (solo un 34% insistió en mantener la colonia). Un 16% se manifestó por la transferencia de la soberanía y sólo un 10% de los encuestados a favor de la autodeterminación.

En el mismo sentido, una tercera encuesta on line del Daily Express, refleja que la población del Reino Unido tendrían un enfoque tolerante incluso respecto a la nomenclatura argentina de las Islas del Atlántico Sur. Un 72% considera apropiado el uso del nombre de Islas Malvinas en lugar de la denominación británica Falklands Islands.

Los relevamientos de opinión pública estarían dejando en evidencia una reevaluación de la sociedad británica sobre la legitimidad, resabios e incluso excesos del sistema colonial. El Rey Carlos III, por ejemplo, ha puesto a disposición los archivos reales para una investigación sobre el papel imperialista, esclavista y colonialista de la monarquía británica.

Este incipiente revisionismo es interesante para el análisis en virtud de que documentos desclasificados del Foreign Office han revelado que uno de los argumentos utilizados en el pasado para negarse a negociar con Argentina (conforme a las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas) ha sido la preocupación a una eventual reacción negativa de la opinión pública. Esos mismos archivos gubernamentales señalan, según un artículo publicado en The Guardian, que el temor mediático de Downing Street fue la causa que frustró distintas posibilidades concretas para la transferencia a la Argentina de la soberanía de las Islas Malvinas (Memorándum de Entendimiento de 1968 y otras iniciativas diplomáticas consideradas en la década de 1970).

En la actualidad, el juego de intereses a contrapelo de la opinión pública parece repetirse por empresas británicas involucradas en la exploración y explotación de yacimientos de hidrocarburos en aguas circundantes a las Islas Malvinas, para evitar la reanudación de un diálogo bilateral más constructivo. No es de extrañar que así sea. Los antecedentes diplomáticos muestran que fueron esas mismas empresas las que lograron en el año 2000 vaciar de contenido a la Comisión de Hidrocarburos del Atlántico Sudoccidental y, posteriormente, promover la adopción de medidas unilaterales que socavaron el concepto de colaboración de la Declaración Conjunta de Cooperación sobre Actividades Costa Afuera en el Atlántico Sudoccidental (1995) en un área especial de 21.000 km2 situada al sudoeste de las Islas Malvinas.

Pese a la avidez de los petroleros de mantener el statu quo colonial en el Atlántico Sur, en particular que excluya cualquier cooperación con Argentina, los sondeos de opinión acentúan que es hora que la diplomacia se imponga. A cuatro décadas del fin de la guerra, la opinión pública británica transmite que ya no hay espacio para la intransigencia. En ese contexto, Argentina y el Reino Unido deberían asumir con mayor responsabilidad sus obligaciones conforme la Carta de las Naciones Unidas. También aprovechar las experiencias del pasado para impulsar una nueva atmósfera entre Buenos Aires y Londres en torno de la cuestión Malvinas.

martes, 1 de agosto de 2023

Fuerzas de Ocupación de Malvinas: Maniobras de tropas británicas en territorio argentino


 

Ejercicio militar del Reino Unido en las Islas Malvinas: Preparándose para una “recaptura”

El Reino Unido ha llevado a cabo un ejercicio militar en las Islas Malvinas, que ha sido diseñado para simular una posible recaptura de las islas en caso de un conflicto. Las maniobras, conocidas como “Ejercicio Cape Bayonet”, involucraron a miembros de las Fuerzas Paras del Reino Unido y elementos de las Fuerzas Británicas en las Islas del Atlántico Sur. El entrenamiento ha sido considerado “esencial” para preparar al B Company, del 3er Batallón del Regimiento Paracaidista, que es la unidad de infantería actualmente en espera en las Islas Malvinas.

Reino Unido realiza simulacro de recaptura en las Islas Malvinas

Durante el “Ejercicio Cape Bayonet”, miembros de las Fuerzas Paras del Reino Unido llevaron a cabo una infiltración rápida y aterrizaje en las islas para asegurar la base militar principal y proteger el aeródromo.



El ejercicio militar incluyó la colaboración entre el Ejército Británico, la Marina Real, la Real Fuerza Aérea y la Fuerza de Defensa de las Islas Malvinas (FIDF). La presencia de personal de diferentes ramas de las Fuerzas Armadas del Reino Unido en el simulacro refuerza el compromiso del país con la defensa y protección de las Islas Malvinas.

Entrenamiento en condiciones desafiantes

El Comandante de la Compañía B, del 3er Batallón del Regimiento Paracaidista, Mayor Iain Thompson, destacó la singularidad del terreno y el clima inhóspito de las Islas Malvinas durante el invierno en el Atlántico Sur. “”El terreno y el clima singularmente inhóspitos de las Malvinas en un invierno del Atlántico Sur han dado lugar a un ejercicio que ha puesto a prueba a fondo a la compañía tanto física como mentalmente y nos ha preparado bien para asumir una alta disponibilidad en 2024” dijo.

El Mayor Thompson resaltó que el ejercicio “Op Firic” permitió a los soldados y comandantes trabajar junto a activos conjuntos, como el HMS Medway o el A400M, lo que sería imposible en cualquier otro lugar. Esta cooperación refleja la importancia de la preparación y el trabajo conjunto para mantener la seguridad en la región.