El desempeño de la Armada de la República Argentina
La Fuerza de Tareas 79, más conocida como la Fuerza de Tareas del Atlántico Sur (FLOMAR) de la Armada Argentina, jugó un papel crucial durante el conflicto de las Islas Malvinas en 1982. La FLOMAR, integrada principalmente por buques de la Flota de Mar de la Armada Argentina, fue una pieza central en la estrategia argentina para recuperar y mantener el control de las islas frente a la respuesta militar británica. A continuación, se presenta un informe detallado sobre el desempeño de la FLOMAR hasta el 4 de mayo de 1982.
Contexto Operacional
La FLOMAR, en su núcleo, estaba diseñada para operaciones de alta mar y protección de la soberanía marítima argentina. Para el conflicto de Malvinas, la Armada Argentina desplegó una flota diversa que incluía destructores, fragatas, corbetas, submarinos y un portaaviones, el ARA Veinticinco de Mayo. La misión principal de la FLOMAR era proporcionar apoyo naval a las fuerzas terrestres argentinas desplegadas en las islas y, al mismo tiempo, enfrentar y neutralizar la Task Force británica enviada para recuperar las Malvinas.
Composición de la FLOMAR
A comienzos de abril de 1982, la FLOMAR estaba compuesta por varias unidades clave:
ARA Veinticinco de Mayo: Portaaviones clase Colossus modificado, que era el buque insignia de la Armada. Su capacidad para operar aviones de combate A-4Q Skyhawk y S-2 Tracker era crucial para las operaciones de ataque y reconocimiento.
Destructores Clase Type 42: Como el ARA Hércules y el ARA Santísima Trinidad, equipados con misiles superficie-aire Sea Dart, diseñados para la defensa aérea de la flota.
Destructores Clase Fletcher y Gearing: Como el ARA Piedra Buena y el ARA Bouchard, con roles de escolta y defensa antiaérea.
Corbetas Clase A69: Como el ARA Drummond, destinadas a tareas de patrullaje y guerra antisubmarina.
Submarinos Clase Balao y Tipo 209: Como el ARA Santa Fe y el ARA San Luis, que realizaron operaciones de reconocimiento y ataque.
Operaciones Iniciales
El 2 de abril de 1982, Argentina recuperó las Islas Malvinas mediante la Operación Rosario. Posteriormente, la FLOMAR se movilizó para asegurar el control del área marítima alrededor de las islas y preparar la defensa ante la inminente respuesta británica. El ARA Veinticinco de Mayo desplegó aviones para misiones de patrullaje y reconocimiento en el Atlántico Sur.
La FLOMAR operó principalmente en dos áreas:
Área de Operaciones de la Fuerza de Tareas 79.1: Comandada por el Contralmirante Gualter Allara, esta fuerza incluía al ARA Veinticinco de Mayo y varios destructores. Sus misiones se centraron en establecer una presencia naval disuasoria y estar lista para interceptar cualquier incursión británica.
Área de Operaciones de la Fuerza de Tareas 79.3: Incluía submarinos como el ARA San Luis y unidades de superficie encargadas de tareas de patrullaje y protección de las islas.
Enfrentamiento con la Task Force Británica
A mediados de abril, la FLOMAR comenzó a enfrentar la realidad de la Task Force británica, liderada por los portaaviones HMS Hermes y HMS Invincible. La FLOMAR intentó utilizar su ventaja inicial en términos de proximidad y familiaridad con las aguas del Atlántico Sur.
Operación Algeciras: Una operación de comandos en Gibraltar, destinada a atacar unidades navales británicas, fue cancelada antes de su ejecución, privando a la FLOMAR de un golpe estratégico significativo.
Patrullas de Submarinos: El ARA San Luis desempeñó un papel crucial en las operaciones de guerra submarina. Sin embargo, los problemas técnicos y la falta de coordinación en los ataques con torpedos limitaron su efectividad.
El 1° de Mayo de 1982: Primeros Combates Directos
El 1 de mayo marcó el primer enfrentamiento directo entre las fuerzas argentinas y británicas. La FLOMAR fue parte de una operación más amplia para hostigar a la Task Force británica, intentando atacar sus posiciones.
Ataques Aéreos: Los aviones del ARA Veinticinco de Mayo realizaron salidas para identificar y atacar unidades británicas. Sin embargo, las condiciones meteorológicas y la eficiencia de las defensas británicas complicaron estas misiones.
Intento de Ataque con el ARA Veinticinco de Mayo: El portaaviones argentino intentó lanzar un ataque aéreo con sus A-4Q Skyhawk. A pesar de las dificultades logísticas y tácticas, la misión fue abortada cuando se confirmó que los portaaviones británicos se encontraban fuera del alcance efectivo.
Pérdida del ARA General Belgrano
El 2 de mayo de 1982, la FLOMAR sufrió una de sus pérdidas más significativas. El crucero ARA General Belgrano, que formaba parte de la Fuerza de Tareas 79.3, fue torpedeado y hundido por el submarino nuclear británico HMS Conqueror. Esta acción marcó un punto de inflexión en la guerra naval. El hundimiento del General Belgrano resultó en la muerte de 323 marinos, representando casi la mitad de las bajas argentinas en el conflicto.
Este evento tuvo consecuencias estratégicas y operativas inmediatas. La Armada Argentina retiró el ARA Veinticinco de Mayo y otras unidades principales hacia aguas más seguras, cerca de la costa argentina, para evitar nuevas pérdidas. Este repliegue limitó las opciones ofensivas de la FLOMAR y permitió a la Task Force británica operar con mayor libertad en la zona de exclusión alrededor de las Malvinas.
Operaciones hasta el 4 de Mayo
Después del hundimiento del General Belgrano, la FLOMAR adoptó una postura más defensiva. La flota argentina se concentró en proteger los accesos al continente y en evitar un enfrentamiento directo con la Task Force británica, que contaba con superioridad tecnológica y de alcance, especialmente con sus submarinos nucleares y aeronaves embarcadas.
Submarino ARA San Luis: Continuó sus operaciones, pero sin éxito significativo debido a fallas en sus sistemas de armamento, como torpedos que no impactaron a pesar de detectar blancos enemigos.
Protección del ARA Veinticinco de Mayo: Con el portaaviones alejado de la zona de conflicto directo, su capacidad ofensiva quedó severamente restringida, limitando el alcance de las operaciones aéreas argentinas.
Conclusiones hasta el 4 de Mayo
Hasta el 4 de mayo de 1982, la FLOMAR enfrentó un entorno extremadamente desafiante. La combinación de la tecnología avanzada de la Task Force británica, junto con la superioridad en inteligencia y logística, puso a la Armada Argentina en una situación difícil. La pérdida del ARA General Belgrano y las limitaciones operativas del ARA Veinticinco de Mayo obligaron a la FLOMAR a revaluar su estrategia, enfocándose más en la defensa que en la ofensiva.
El desempeño de la FLOMAR hasta esta fecha muestra tanto la valentía como las limitaciones técnicas y estratégicas de la Armada Argentina en un conflicto moderno contra una potencia naval como el Reino Unido. La guerra de las Malvinas se convirtió en un conflicto asimétrico, donde la FLOMAR intentó maximizar sus recursos en un escenario adverso, enfrentando desafíos significativos que finalmente influyeron en el curso de la guerra.
La mayoría los Comandos Anfibios, tropas especiales de la Infantería de Marina, fueron convocados alrededor del 21 de marzo de 1982 a la unidad con base en Mar del Plata y luego destinados a la Operación Rosario de recuperación de las Malvinas. La Agrupación de Comandos Anfibios de la Armada Argentina estaba ubicada en Mar del Plata y desde allí fueron trasladados a Puerto Belgrano para luego embarcar en la Santísima Trinidad, que llevaba aproximadamente 90 Comandos y Buzos Tácticos de la Armada, los cuales constituirían la fuerza de avanzada de la operación anfibia de recuperación de las Islas.
“Teníamos una orden preparatoria general y sabíamos lo que teníamos que preparar por equipo para la operación. Nos habían informado que íbamos a desembarcar de un buque de superficie y que íbamos a tomar un cuartel y una casa de Gobierno, pero no sabíamos dónde”, recuerda Carlos Cequeira. Durante la travesía se hizo prueba del armamento y recién cuando navegaban al lugar se enteraron que el destino era las Islas Malvinas. El 1° de abril a la noche, a las 20:00 hs, llegaron cerca de Malvinas y a las 21:00 hs se fueron ocupando las embarcaciones menores (botes de goma y kayaks) para aproximarse a la playa. Cequeira, junto al jefe de la sección denominada “Cachiyuyo” para la operación, el Teniente de Corbeta de Infantería de Marina Bernardo Schweizer fueron los primeros en llegar en un kayak a las costas de Malvinas en Puerto Enriqueta. La misión de “cachiyuyo” era desembarcar adelantado a las unidades de tareas y asegurar la playa para permitir el desembarco seguro del resto de los botes de goma que llevaban a los Comandos y Buzos Tácticos. Cequeira recuerda que “nos desplazamos en un bote y luego en la primera enredada con los cachiyuyos (algas que crecen en el mas del sur) que abundaban en ese sector de playa, perdimos un poco la paciencia, subimos al kayak y empezamos a remar, para llegar a una pequeña ría, sobre la desembocadura del margen derecho. El Teniente Schweizer iba con un visor nocturno y atrás estaba yo, con el compás, mantenía la dirección de avance; él me dice que se ve una luz en la costa. Me presta el visor, veo que había alguien en la costa, supusimos que estaban los ingleses”. Por tal motivo, decidimos ir a una playa alternativa que teníamos dentro del plan, “la otra playa quedaba a 500 metros de la playa principal, hicimos una exploración, fundamentalmente por escucha de ruidos producidos por la presencia de personas en la nueva playa, y luego nos juntamos en el lugar. Al no tener novedades, el Teniente marcó el avance con una señal a los cinco botes de seguridad, los cuales se aproximaron y se estableció la cabeza de playa”. Cequeira señala que aquel 1° de abril “el mar estaba calmo, había una sola línea de rompiente y había una luna que nos encandilaba y cuando llegamos a la playa la luna ya se había puesto. Cuando hicimos la marcha de aproximación estaba oscuro y había muchos obstáculos naturales y artificiales, porque había turba, alambrados y el terreno era muy irregular. La costa era similar a la de Río Grande, en nuestra Tierra del Fuego”, contó que había realizado muchas prácticas en la costa patagónica con climas más inhóspitos Alrededor de las 23:00 hs llegó a la playa el grueso de los efectivos especiales de la Armada y su marcha de aproximación a los objetivos se inició alrededor de la 01:00 del 2 de abril , “a las 6 de mañana, del 2 de abril, teníamos que tomar el cuartel de los Royal Marines en Moody Brook y la Casa de Gobierno ubicada en la localidad”, por ese motivo se dividieron en dos fracciones. Una se dirigió al cuartel e iba al mando del capitán Sánchez Sabarots y la otra estaba a cargo del capitán Pedro Edgardo Giachino.
Cequeira recuerda que empezaron a marchar y llegaron en el horario indicado a los objetivos. “Teníamos una imposición muy particular, si uno mira las historias de las operaciones tipo comando vemos que son cruentas con muchos muertos en las fuerzas propias y en la de los enemigos. En este caso, nos imponían no causar bajas enemigas, con el propósito de llegar bien posicionados para una negociación. No teníamos que matar ni herir a los ingleses y nos condicionaron muchísimo y lo hicimos así, a costa de Heridos y muertos nuestros. El capitán Giacchino, el Teniente García Quiroga y el cabo Urbina, fueron nuestras primeras bajas”, el 2 de abril de 1982. Al llegar a los objetivos adoptamos el dispositivo que teníamos planeado, cada uno tenía una responsabilidad. Dentro de la patrulla se constituyen escalones con tareas específicas para cada uno. La misión del escalón de seguridad es evitar que lleguen refuerzos al objetivo, para lo cual en la zona donde había un puente nos instalamos los de seguridad, para evitar que lleguen soldados ingleses a reforzar lo que era el cuartel”. Cequeira recuerda que “hubo una resistencia muy débil” por parte de los Royal Marines, “había diez hombres defendiendo el cuartel, quienes tiraron, tiraron y tiraron durante diez minutos y en un determinado momento cesó el fuego”. Ingresamos a lo que era el cuartel y no encontramos a nadie, en ese momento, arriamos la bandera inglesa que estaba en el mástil, y se izó la bandera argentina a las 7.15, en el cuartel de los Royal Marines”. El izamiento de la celeste y blanca estuvo a cargo del comandante de la Agrupación de Comandos Anfibios, capitán Sánchez Sabarots y el suboficial encargado de la Agrupación Guillermo Rodríguez. “Fue enorme la alegría de ver flamear nuestro pabellón en Malvinas.. Seguidamente, los argentinos escucharon tiroteos que provenían desde la casa del entonces Gobernador de las Islas, a 6 km., donde estaba el capitán Giachino. Rápidamente un grupo de comandos se dirigió a la ciudad para reforzar al grupo del capitán Giachino, pero antes de llegar a la casa del Gobernador, apareció alguien de civil, que era un argentino de la aviación civil, que no había sido capturado la noche del 1° (todos los argentinos en Puerto Argentino, que realizaban distintas tareas, habían sido recluidos por las autoridades británicas) y nos indicó que detrás de la casa del Gobernador, a 400 metros, había unos veinte ingleses, por lo que nos adelantamos listos para entrar en combate y estos no ofrecieron resistencia. Nosotros nos desplazamos con mucha precaución y aplicamos una técnica que se realiza para esos casos, como teníamos la consigna de no producir bajas en el enemigo, avanzamos para achicar las distancias y nos levantamos los doce hombres en forma simultánea con las armas listas para disparar apuntando y cuando empezamos a marchar vemos que con una bandera blanca en una antena de radio se rinden, sin combate”, Desde allí se lanzaron hacia la Casa del Gobernador, donde escucharon disparos de armas automáticas “fuimos a reforzar al capitán Giachino y vemos que en ese momento llegaban los vehículos anfibios argentinos con el Batallón de IM N°2 que constituía la fuerza principal de la operación anfibia y en ese momento se rindieron los británicos.
No pasa una semana sin que uno tenga que asombrarse de la
liviandad con que funcionarios y políticos argentinos, de toda laya,
afiliación y jerarquía, actuan en temas referidos a nuestra soberanía
sobre las Islas Malvinas. ¿Cinismo o ignorancia? Siendo
benévolos y pensando en la segunda variante ¿será que se cumple aquella
máxima de que uno no puede amar lo que no conoce? ¿Y que dichos
funcionarios y políticos necesitan un breve curso sobre lo que fue
nuestra noble y justa guerra del 82? ¿Algo así, quizá, los pueda
conmover y empuje a reconsiderar?
LA RECUPERACION
La recuperación de las Islas Malvinas se llevó a cabo de manera incruenta para las tropas británicas en el llamado Operativo Rosario, aunque la misma le costó la vida al capitán Pedro Giachino, el primer héroe de la Gesta, quien a pesar de estar mortalmente herido hizo rendir al gobernador Rex Hunt.
A todas luces la Junta Militar había caído en la trampa, tendida por
Gran Bretaña con ayuda del Pentágono, de que podía hacer una suerte de “toco y me voy” para después sentarse a negociar. Lejos de eso, la intención de la primera ministra Margaret Thatcher
era provocar a la Argentina para tener un “casus belli” que sirviera de
justificación a una nueva invasión británica y al establecimiento de la
Fortaleza Falklands en el archipiélago.
Hay que recordar que en 1982 la OTAN ya no tenía ninguna base militar
en el Atlántico Sur, que pudiera servir de contrapeso a la creciente
presencia de la flota soviética en esas aguas, y necesitaba asegurarse a
futuro la explotación de petróleo en la zona, el control del cruce
interoceánico y sobre todo la proyección a la Antártida, último gran
reservorio de minerales y agua dulce del planeta.
La Junta Militar nunca había pensado en ir a una guerra contra la OTAN
pero, como intento de disuasión, ante la zarpada de una poderosa flota
británica, comenzó a enviar tropas a las islas -con armamento
incompleto- a la espera de que las Naciones Unidas pararan el conflicto
bélico. Durante todo el mes de abril se montó un impresionante puente
aéreo entre el continente y el archipiélago, que se ha llegado a
comparar por su magnitud con el puente aéreo de los Aliados a Berlín,
después de finalizada la Segunda Guerra Mundial.
EL 1° DE MAYO
Tras establecer un cerco en torno a las islas, la aviación británica
atacó la Base Aérea Malvinas, bombardeándola con bombas de mil libras y
bombas de fragmentación tipo Beluga en la madrugada del 1° de mayo, con
aviones Vulcan y Sea Harrier. La eficaz respuesta de la artillería
antiaérea consiguió derribar varias de esas máquinas, evitando así que
quedara fuera de servicio el aeropuerto. De hecho, a pesar de que la
pista fue el blanco principal de los británicos, que durante todo el
conflicto estuvieron bombardeándola hasta tres y cuatro veces por día,
nunca lograron su objetivo. Siguió operativa hasta el último día del
conflicto, permitiendo que aterrizaran en ella los aviones Hércules de
la Fuerza Aérea y los Fokker de la Armada, trayendo abastecimiento y
armamento y evacuando heridos.
Ese día 1° de mayo la Fuerza Aérea atacó a las fragatas británicas, causándoles daños y también se enfrascó en las llamadas “peleas de perro”
con los aviones Harrier británicos, muy superiores en tecnología y
armamento, ya que los Estados Unidos los habían provisto con los misiles
Sidewinder L, de última generación. A propósito, el entonces Secretario
de Marina de los Estados Unidos, John Lehman declaró que sin esos
misiles el Reino Unido habría perdido la guerra.
La Argentina contaba con cinco aviones ultramodernos, los Super Etendard, con sus respectivos misiles Exocet, pero la mayoría de los aviones de la Fuerza Aérea eran de la década del 50, los Skyhawk A4.
Sin embargo, sus pilotos, conocidos como los Halcones, suplieron esos
30 años de diferencia en tecnología con pericia, coraje y mística
religiosa, diezmando a la flota del Reino Unido. Sorprendido, el jefe de
la Task Force, almirante Sandy Woodward, anotaba en su diario (que luego fue editado como libro bajo el título ‘Los cien días’): “Si me preguntan quienes están ganando la guerra, nosotros ciertamente no somos”.
Y en otro pasaje comenta que le quedan solamente tres buques operativos
(había zarpado de Gran Bretaña con más de cien unidades, entre buques
de guerra y logísticos).
Finalmente, el día 13 de junio, después de enumerar todas las bajas que los Halcones le habían causado a la flota, escribe: “Si los argentinos pudieran soplarnos, nos caemos”.
Y justamente el 13 de junio el general Menéndez, jefe de la Guarnición
Malvinas y gobernador militar, decide rendirse, tras mostrar durante
todo el conflicto una asombrosa pasividad. Lo hace cuando a los
británicos ya se les estaban acabando los pertrechos, por cuanto un
avión Super Etendard de la Armada Argentina les había hundido el
portacontenedores militar Atlantic Conveyor.
Después de la guerra se publicó un “paper” de la Inteligencia británica donde se habla del “factor Genta”
en la guerra de Malvinas. Allí se explica que los cadetes de la Escuela
de Aviación Militar habían sido formados en las enseñanzas de este
filósofo nacionalista católico, asesinado por la guerrilla marxista en
1974, que los había imbuido de la mística que les permitió tener un
desempeño tan eficaz en el conflicto.
HUNDIMIENTO DEL BELGRANO
La embajadora de los EE.UU. en la ONU, Jeanne Kirkpatrick,
estaba haciendo denodados esfuerzos en conjunto con el presidente del
Perú y el Secretario General de la entidad, para detener la guerra, y
prácticamente se estaba por acordar un cese de fuego, pero a fin de
frustrarlo y continuar con la guerra, Margaret Thatcher ordenó hundir el crucero General Belgrano, que estaba navegando de regreso al continente. Ya no habría marcha atrás.
Tras el hundimiento del Belgrano, la Armada retiró a la flota de mar
del teatro de operaciones, a tal punto que el único de sus navíos que en
Malvinas entró en combate, fue el pequeño aviso Sobral, que audazmente
ingresó en aguas dominadas por los británicos para tratar de rescatar a
dos pilotos derribados de la Fuerza Aérea.
Atacado por helicópteros artillados, presentó combate a pesar de la
inferioridad de su armamento y sufrió numerosas bajas comenzando por su
comandante, el capitán Gómez Roca, pero no se entregó y
logró arribar al continente (en las Georgias había llegado a entrar en
combate la corbeta Guerrico). De esta manera quienes salvaron el honor
de la Armada en Malvinas fueron los aviadores navales, algunas
fracciones de la Infantería de Marina, el submarino San Luis y las
tripulaciones de ciertos buques mercantes.
Dos días después del hundimiento del Belgrano llegó el contragolpe de la Aviación Naval. Aviones Super Etendard atacaron y hundieron al Sheffield, el buque más moderno y sofisticado de la flota británica.
De ahí en adelante se sucedieron ataques de aviones de la Fuerza
Aérea que salían del continente y que debían volar a ras del agua, para
no ser captados demasiado temprano por los radares del enemigo, luego
atravesar el erizo de fuego defensivo de las fragatas, descargar las
bombas en el puente de las mismas y hacer el escape con una cantidad
mínima de combustible, perseguidos además por los Harrier con su
armamento tan superior.
DESEMBARCO BRITANICO
Recién el 21 de mayo los británicos se animaron a desembarcar y lo
hicieron en San Carlos, lugar que oficiales de Inteligencia argentinos
habían identificado como probable. Sin embargo, el general Menéndez solo
había mandado 60 hombres a la zona. Encabezados por el teniente primero
Carlos Daniel Esteban, estos soldados enfrentaron el
desembarco de unos 2500 británicos y derribaron tres helicópteros antes
de replegarse hacia Puerto Argentino.
Alertados por el teniente de navío Owen Crippa, que
en la mañana del 21 de mayo atacó con su avión de entrenamiento
AerMacchi a toda la flota británica en el estrecho de San Carlos,
averiando a la fragata Argonaut, desde el continente comenzaron a llegar
oleadas de cazabombarderos de La Fuerza Aérea y la Aviación Naval que
sometieron a un feroz castigo a la flota británica, hundiendo varios
buques y averiando a otros.
Desde San Carlos, los británicos emprendieron la marcha hacia la
localidad de Darwin-Pradera del Ganso, donde funcionaba la Base Cóndor
de la Fuerza Aérea y estaba desplegado el Regimiento 12 de Infantería y
fracciones de los Regimientos 8 y 25, está última al mando del teniente Roberto Estévez.
A todo esto, los Halcones seguían asediando a la flota británica,
causándole ingentes daños. Así, por ejemplo, el 25 de mayo el primer
teniente Mariano Velasco hundió al destructor Coventry y los pilotos
Pablo Carballo y Carlos Rinke pusieron fuera de combate a la fragata
Broadsword. El general Menéndez, en cambio, persistía en su actitud pasiva.
Había enterrado a unos 8.000 soldados alrededor de Puerto Argentino, en
pozos de zorro inundados y con insuficiente alimentación, ya que había
prohibido que se carnearan las centenares de miles de ovejas que había
en las islas. Tampoco había cambiado de dirección la cuña defensiva que
apuntaba hacia el mar, cuando los británicos avanzaban por tierra.
Solamente salían a buscar al enemigo las compañías de comandos. Fueron
las únicas unidades que tomaron prisioneros, y que capturaron una enseña
británica. Además fueron las fracciones que proporcionalmente más bajas
tuvieron.
El dia 27 de mayo los británicos comenzaron a atacar las posiciones argentinas en Darwin-Pradera del Ganso.
Se habían jactado que a las 5 de la tarde ya estarían tomando el té de
la victoria, pero los combates finalizaron recién el 29. En los mismos
se destacó la Sección del teniente Roberto Estévez, que
contraatacó y detuvo a las fuerzas británicas – superiores en número –
durante cinco horas. Aún herido, Estévez siguió comandando, combatiendo y
cuidando a sus soldados conscriptos hasta que cayó muerto. También se
distinguió en las acciones el subteniente Juan José Gómez Centurión, quien abatió a un teniente de paracaidistas y rescató, internándose detrás de las líneas enemigas, a un suboficial herido.
Uno de los hombres de Estévez, el conscripto Oscar Ledesma, de 18 años, abatió en un mano a mano al jefe de los paracaidistas británicos, el teniente coronel Herbert Jones. Su accionar, como el de muchos otros soldados conscriptos, echa por tierra el mito de los “chicos de la guerra”, mote infamante endilgado a nuestros soldados a fin de sugerir que no eran aptos para el combate y solamente dignos de lástima.
Asimismo se destacó en el combate el subteniente Claudio Braghini,
que amén de haber derribado aviones Harrier, utilizó los cañones bitubo
de su batería antiaérea para arrasar a la infantería enemiga.
El teniente coronel Italo Piaggi rindió la
guarnición el 29 de mayo, pero los británicos nunca más volvieron a
atacar a la luz del día, como lo habían hecho en esta oportunidad, por
la cantidad de bajas que sufrieron.
Al tiempo que continuaba la batalla aeronaval, los británicos
marchaban por tierra hacia Puerto Argentino, pero el 8 de junio
intentaron realizar un desembarco de tropas en Bahía Agradable. Una
escuadrilla de la Fuerza Aérea comandada por Carlos Cachón atacó al
enemigo en el momento justo del desembarco, causando estragos entre los
buques y los soldados, a tal punto que los propios ingleses calificaron
ese 8 de junio como “El día más negro de la flota británica”. El general
Menéndez, que aún disponía de 12 helicópteros en condiciones de
transportar tropa, no hizo nada para rematar el desembarco, a pesar de
la corta distancia entre Puerto Argentino y Bahía Agradable.
A partir del 9 de junio se intensificaron los combates en los montes aledaños a Puerto Argentino. En el monte Dos Hermanas se destacó por su valentía y eficacia la fracción encabezada por el subteniente Marcelo Llambías, y en el monte Harriet, el teniente primero Jorge Echeverría,
un oficial de Inteligencia sin mando de tropa, organizo la resistencia e
incluso realizó un contraataque, antes de caer herido por cinco
impactos.
La superioridad numérica del enemigo hizo imposible retener esos
montes, aunque en las cercanías había varios regimientos argentinos –el
3, el 25, el 6 – que prácticamente nunca entraron en combate (salvo
algunas de sus fracciones pequeñas). El general Menéndez, haciendo gala
de su sempiterna pasividad no los movilizó.
La batalla clave se produjo en la noche del 11 al 12 de junio por el control del Monte Longdon,
defendido por el Regimiento de Infantería 7 y pequeñas fracciones de
otras unidades. El encarnizado combate duró once horas, destacándose el
contraataque realizado por la Sección del teniente Raúl Castañeda,
que estuvo a punto de desalojar a los británicos. Pero al no recibir
apoyo por parte de otros efectivos, el Monte Longdon quedó en manos
enemigas.
A partir de ahí fue central el accionar de la artillería argentina
para contener el avance británico. Como ejemplo cabe citar que la
Batería A del Grupo de Artillería 3, comandada por el teniente primero Luis Caballero, disparó sus cañones Oto Melara de 105 mm durante 60 horas seguidas, hasta agotar munición.
El 13 de junio una escuadrilla de la Fuerza Aérea, encabezada por el capitán Carlos Varela atacó audazmente el puesto comando británico en tierra, causando numerosas bajas y obligando al máximo jefe enemigo, general Jeremy Moore, a tirarse en una zanja para salvar su vida.
Esa misma noche se produjo el contraataque en Wireless Ridge del teniente primero Víctor Hugo Rodríguez,
al mando de dos Secciones del Regimiento 3. Y en el monte Tumbledown
resistió durante diez horas el embate de fuerzas inglesas superiores en
número en una relación de uno a diez, la Cuarta Sección de la Compañía
Nácar del Batallón de Infantería de Marina 5, al mando del teniente de
corbeta Carlos Daniel Vázquez. El grueso de esa unidad nunca fue empeñado en combate de infantería por su jefe, el capitán Carlos Robacio. Sólo lo hicieron pequeñas fracciones como la de Vázquez y del guardiamarina Alejandro Koch en el Monte Sapper.
El 14 de junio a la mañana el general Menéndez se rendía, sin
haber dado nunca una orden de ataque o contraataque. El cese de fuego
tuvo lugar a las 10 de la mañana. La guerra había terminado, a pesar de
que la Fuerza Aérea quería seguir combatiendo.
Los 632 soldados argentinos caídos en el conflicto son los centinelas
garantes de que el reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas nunca
será abandonado por la Nación. ¿Entenderán finalmente los funcionarios y políticos argentinos que la sangre derramada no se negocia?
Domingo 28 de marzo de 1982: se ponía en marcha una de las páginas más gloriosas de la historia argentina contemporánea —el inicio de la Operación Rosario, acción militar concebida para recuperar un territorio usurpado por la fuerza desde 1833.
Ese mediodía, desde la Base Naval de Puerto Belgrano, zarpaba la Fuerza de Tareas Anfibias 40 (FT-40) bajo el mando del Contraalmirante Carlos Busser, llevando en su seno el mandato de la Nación de restaurar la soberanía en las Islas Malvinas.
El ARA Santísima Trinidad (D-2), como buque insignia del Grupo de Escolta y Desembarco, se hacía a la mar acompañado por el destructor ARA Hércules, las corbetas misilísticas Clase A-69 ARA Drummond (P-1) (hoy P-31) y ARA Granville (P-3) (hoy P-33), el portaaviones ARA 25 de Mayo, el submarino ARA Santa Fe, y hasta el rompehielos ARA Almirante Irízar, encargado de transportar hombres, vehículos y helicópteros. El rumbo era el sur del Atlántico, pero su verdadero destino no sería revelado sino hasta el jueves 1 de abril a las 11:30, cuando, por los altoparlantes de las embarcaciones, se anunció oficialmente la misión. La cuenta regresiva había comenzado.
Esa noche, bajo un cielo despejado y buena visibilidad, se produjo el primer paso de la operación: el desembarco silencioso de los buzos tácticos argentinos. A las 21:00, unos cien hombres fueron llevados a la costa en botes neumáticos. Una vez todos reunidos en la playa, a las 0:30 del viernes 2 de abril, se inició la marcha hacia el objetivo: la base de los Royal Marines. Avanzaron ocho kilómetros en cinco horas, movidos por la convicción de una causa justa.
La base se encontraba vacía. La marcha continuó hacia la capital de las islas. En el camino, fueron encontrando grupos aislados de marines británicos, que alzaban banderas de parlamento. Mientras tanto, el resto de la fuerza de desembarco —unos cuatrocientos efectivos— se alistaba para movilizarse en vehículos anfibios.
El punto más tenso se vivió en la residencia del gobernador colonial, Rex Hunt, convertida en último bastión de resistencia. Allí resonaron los primeros disparos de la recuperación. El Capitán de Fragata Pedro Giachino, al ingresar al patio de la casa, fue herido gravemente. Pese a los esfuerzos médicos, se convirtió en el primer mártir de la gesta.
A las 08:30, los disparos cesaron. La "Operación Rosario" había culminado con éxito. La Bandera Nacional volvía a flamear en el corazón de las Malvinas, donde jamás debió haber sido arrancada.
El nombre de la operación no fue casual. Rinde homenaje a un episodio heroico de 1806, durante la Primera Invasión Inglesa, cuando el también Capitán de Fragata Santiago de Liniers acudió a la Basílica de Nuestra Señora del Santísimo Rosario —ubicada en Defensa y Belgrano, a pasos de su hogar— y pidió a la Virgen su amparo antes de reconquistar Buenos Aires. Liniers cumplió su promesa: tras la rendición de Beresford, el 24 de agosto, ofrendó en ese templo las banderas tomadas a los británicos: una del temido Regimiento 71 de Highlanders —jamás vencido hasta entonces— y dos navales.
Durante la Segunda Invasión, los hombres de Whitelocke tomaron la iglesia e intentaron recuperar las insignias, pero fueron derrotados. Aquellas tres banderas permanecen hasta hoy en la Basílica de Santo Domingo, sagradas ofrendas a la Virgen del Rosario desde 1806.
Ese fue el honor histórico que inspiró el nombre de la operación que, el 2 de abril de 1982, devolvió por la vía de los hechos la soberanía argentina sobre nuestras Islas Malvinas, en una acción que —más allá de su desenlace— permanece en la conciencia nacional como una reivindicación legítima y heroica del derecho argentino sobre su territorio.
Puerto Mitre (Port Howard), 15 de junio, personal del RI 5. En las buenas y en las malas, quienes no han estado no alcanzan a dimensionar lo vivido por estos hombres. La realidad se impuso y la orden de rendirse se acató. Su historia se va conociendo, tal vez demasiado lentamente. El respeto en primer orden.
René Lavand, el gran mago argentino de los antiguos, de los que hacían magia con cartas, de los que vestían como crupier de casino de Las vegas y de los que tenían claro que lo más pequeño de la magia es la técnica y lo más grande es el relato que la envuelve y hace única. Entre pases e ilusiones con sus naipes cuenta cuentos y uno de esos cuentos se titula “Sabía que ibas a venir” y lo explicaba al inicio de sus espectáculos apostillando que era “un cuento corto, y dramático, porque un drama también es belleza”: “La guerra había concluido.. La rendición era un hecho Fue cuando el soldado le dice a su capitán -Permiso mi capitán, quiero su autorización para volver al campo de batalla a buscar a mi amigo. - Negativo soldado. Es inútil ya que esta muerto. Pero al soldado se resistió a la negativa de su superior y desobedeciéndolo fue igual al campo de batalla. Al rato vuelve con el cuerpo de su amigo en brazos..muerto El capitán desafiante le dice - Ha desobedecido una orden y para que?? Ve??..Fue inútil..Esta muerto -No fue inútil mi capitán.. Cuando llegue estaba aún con vida. Pero antes de morir me dijo: SABÍA QUE IBAS A VENIR...”
Eran gendarmes del grupo Alacrán, el herido es Rufino Guerrero luego fallecido quienes lo auxilian es comandante San Emeterio y sargento Pepe Noemi Rodriguez : Hermosa historia acerca de la amistad, la lealtad y el honor... mis respetos también a la memoria del gran René Lavant. Un señor y un maestro!
¿Y si en vez de Menéndez hubiese habido un general israelí?
Uno puede darse el lujo que el tiempo brinda de imaginar estar en el cuartel general de las fuerzas argentinas en las Islas Malvinas en 1982, durante la fase crítica del conflicto. Ese mismo escenario, podría ser abordado con una mentalidad aguerrida y táctica, inspirada en la experiencia y las estrategias empleadas por los generales israelíes que no hace falta demostrar que agresividad, mentalidad ofensiva y creatividad han demostrado en cada conflicto que se han visto envuelto. Uno podría especular un enfoque hipotético, considerando tanto las acciones previas como las respuestas inmediatas a loa ataques británicos que inician el 11 de junio.
Contexto previo al 11 de Junio
En los días previos al 11 de junio, el desembarco británico en San Carlos ya había desencadenado una serie de evaluaciones y movimientos estratégicos. La confirmación de que los británicos habían establecido una cabeza de playa en San Carlos significaba que su avance hacia Puerto Argentino era inminente. Se desplegaron unidades de reconocimiento y saboteadores para anticipar los movimientos británicos y retrasar su avance tanto como fuera posible. Estos grupos tenían la misión de hostigar continuamente al enemigo, colocando trampas y emboscadas en puntos críticos del terreno.
El ataque a Goose Green por parte del 2º Batallón de Paracaidistas británicos había servido como una lección valiosa. Las tácticas y la capacidad de despliegue rápido de los británicos fueron analizadas minuciosamente. Se identificaron las Puerto Argentino y debilidades de su enfoque, y este conocimiento se aplicó para reforzar las defensas alrededor de Puerto Argentino. Se construyeron búnkeres y trincheras reforzadas, y se establecieron campos de minas en las rutas de avance más probables.
Desembarco en San Carlos:
Una vez que se confirmó el desembarco británico en San Carlos, la primera acción sería evaluar las rutas de avance británicas hacia Puerto Argentino. Utilizaría la inteligencia para anticipar sus movimientos y desplegar unidades de reconocimiento y saboteadores para retrasar su avance.
Ataque a Goose Green:
El ataque a Goose Green por parte del 2 Para (2º Batallón de Paracaidistas británicos) debería haber servido como un aprendizaje clave. Identificaría las tácticas británicas, especialmente su capacidad de despliegue rápido y su eficiencia en el combate cuerpo a cuerpo.
Fortificación y Preparación:
Fortificaría las posiciones defensivas alrededor de Puerto Argentino, especialmente en los cerros que rodean la capital. Construiría búnkeres y trincheras reforzadas, y establecería campos de minas en rutas de avance probables.
Entrenaría a las tropas argentinas en tácticas defensivas y de guerrilla, maximizando el conocimiento del terreno local.
Estrategia inmediata ante el ataque del 11 de Junio
El 11 de junio, al recibir la noticia del ataque en Monte Harriet por el 42 Commando, la respuesta hubiese sido inmediata y decidida. Se ordenaba un contraataque rápido utilizando unidades móviles y bien entrenadas. Estas tropas realizaron ataques de golpe y retiradas, diseñados para desgastar al enemigo sin comprometer demasiado a las propias fuerzas. El conocimiento superior del terreno permitió desplegar francotiradores y equipos de mortero en posiciones elevadas, desde donde podían hostigar continuamente a las fuerzas británicas.
Las órdenes debían ser claras: utilizar la cobertura natural del terreno para lanzar emboscadas y atacar las líneas de suministro británicas. Además, se coordinó el envío de refuerzos desde otras posiciones defensivas, asegurando que las unidades no quedaran aisladas y pudieran recibir apoyo mutuo. Se estableció una línea de comunicación efectiva entre las diferentes unidades para garantizar una respuesta coordinada y eficiente.
Se utilizaría la artillería de manera estratégica, realizando ataques de saturación en las zonas de concentración británicas. Estos ataques no solo causarían bajas significativas, sino que también ralentizaron el avance enemigo y afectaron su moral. Paralelamente, se emplearían tácticas de guerra no convencional, como incursiones nocturnas y sabotajes en las líneas de suministro y comunicación británicas. Los comandos argentinos se infiltraron detrás de las líneas enemigas, causando caos y confusión.
Respuesta rápida y movilidad:
Al recibir la noticia del ataque en Monte Harriet por el 42 Commando, ordenaría una respuesta rápida. Utilizaría unidades móviles y bien entrenadas para realizar contraataques rápidos, empleando la táctica de golpear y retroceder para desgastar al enemigo.
Uso del terreno:
Aprovecharía el conocimiento superior del terreno. Desplegaría francotiradores y equipos de mortero en posiciones elevadas para hostigar constantemente a las fuerzas británicas.
Utilizaría la cobertura natural del terreno para lanzar emboscadas y atacar las líneas de suministro británicas.
Refuerzos y coordinación:
Coordinaría refuerzos desde otras posiciones defensivas, asegurando que las unidades no quedaran aisladas y pudieran recibir apoyo mutuo.
Establecería una línea de comunicación clara y efectiva entre las diferentes unidades para una respuesta coordinada.
Ataques de saturación:
Utilizaría artillería de manera estratégica para realizar ataques de saturación en las zonas de concentración británicas. Esto no solo causaría bajas, sino que también ralentizaría su avance y dañaría su moral.
Operaciones no convencionales:
Emplearía tácticas de guerra no convencional, como incursiones nocturnas y sabotajes en las líneas de suministro y comunicación británicas.
Utilizaría comandos para infiltrarse detrás de las líneas enemigas, causando caos y confusión.
Adaptación continua
A lo largo de esta fase crítica del conflicto, la evaluación continua del campo de batalla permitió ajustar tácticas y estrategias según el desarrollo de la situación. La flexibilidad y la adaptabilidad fueron esenciales para enfrentar las tácticas británicas. Se trabajó incansablemente para mantener alta la moral de las tropas argentinas, asegurando un liderazgo visible y apoyando a los soldados en el frente. La motivación y el espíritu de lucha fueron elementos cruciales para resistir el asalto británico.
Además, se aseguraron suministros constantes de municiones, alimentos y equipos médicos, utilizando rutas alternativas y métodos de transporte para evitar la intercepción británica. Enfrentar el ataque británico del 11 de junio en las Malvinas requirió una combinación de tácticas defensivas bien preparadas, respuesta rápida y adaptativa, y el uso efectivo del terreno y los recursos disponibles. Inspirado en las estrategias israelíes, el enfoque se centró en maximizar la ventaja local, realizar ataques precisos y coordinados, y mantener la moral y el espíritu de lucha de las tropas argentinas en un momento crítico del conflicto.
Evaluación continua del campo de batalla:
Mantendría una evaluación continua del campo de batalla, ajustando tácticas según el desarrollo de la situación. La flexibilidad sería clave para adaptarse a las tácticas británicas.
Mantenimiento de la moral:
Trabajaría para mantener alta la moral de las tropas argentinas, asegurando un liderazgo visible y apoyando a los soldados en el frente. La motivación y el espíritu de lucha serían esenciales para resistir el asalto británico.
Apoyo logístico:
Aseguraría un suministro constante de municiones, alimentos y equipos médicos, utilizando rutas alternativas y métodos de transporte para evitar la intercepción británica.
Conclusión
Enfrentar el ataque británico del 11 de junio en las Malvinas requeriría una combinación de tácticas defensivas bien preparadas, respuesta rápida y adaptativa, y el uso efectivo del terreno y los recursos disponibles. Inspirado en las estrategias israelíes, el enfoque se centraría en maximizar la ventaja local, realizar ataques precisos y coordinados, y mantener la moral y el espíritu de lucha de las tropas argentinas en un momento crítico del conflicto. Lamentablemente, el desempeño de Menéndez fue más parecido a un general chileno que a uno israelí. No hay absolutamente nada destacable de su mando, con la vergüenza de rendir la plaza engominado y perfumado. Espero su legado sea tenido en cuenta para que futuras generaciones de oficiales sepan que ese tipo de conductas merecen una corte marcial y pelotón de fusilamiento. Si les parece cruel, el sector privado ofrece otras alternativas laborales.
A solicitud de la Asociación Veteranos de Guerra 2 de Abril, la Base de Apoyo Logístico “Resistencia” ha restaurado un cañón sin retroceso Czekalski 105 mm, donado por el Ejército y ubicado en el Museo Malvinas Chaco. El cañón, deteriorado por su exposición a la intemperie, fue completamente recuperado por el personal de la unidad logística de la IIIra Brigada de Monte, devolviéndole su esplendor a este símbolo de la Guerra de Malvinas.
Las fuerzas del Mal cierran el círculo alrededor de Argentina
La Infantería Gurkha desarrolló maniobras en Malvinas con la patrulla marina HMS Forth
Una sección de la Compañía de Infantería Permanente
Rotativa, RIC, (Roulement) de las fuerzas británicas estacionadas en el
complejo de MPC en las Islas Falkland estuvieron de maniobras conjuntas con la patrulla de la Royal Navy con sede en Malvinas y radio de acción en el Atlántico Sur.
Se trató de la Sección 2 de los Rifles Gurkhas en el ejercicio
denominado “Marinización,” (Marinisation) junto a integrantes de HMS
Forth, incluyendo “Acciones en Marcha”, por ejemplo en la
eventualidad de un incendio o inundación abordo, lo que exigió ponerse
equipos de inmersión, y otras tantas faenas para poder operar en
condiciones seguras a bordo de la nave.
También fue oportunidad para que tanto la Infantería como los marinos interactuaran,
aprendieran los servicios a conocerse, a la vez que experimentar y
mejorar la operatividad cuando, como en este caso se ven involucrados en
un ejercicio conjunto.
El ejercicio Marinizacion también permitió a la Sección 2 de
Rifles Reales Gurkhas a trabajar hombro a hombro con marinos de HMS
Forth, en patrullas conjuntas en las Islas y hasta desembarcos anfibios. Las fotos fueron proporcionadas por Cpl Cann RAF Fotógrafo.
La misma Sección 2 de Gurkhas sobre fines de enero también estuvo de
maniobras en tierra en las Malvinas en distintos terrenos y medio
ambientes, y como prueba para los nuevos suboficiales en situaciones de
combate.
Como suele ocurrir en estas ocasiones las operaciones de
patrullaje en las Islas visitaron algunas estancias practicando ayuda de
emergencia y evacuaciones con la participación de helicópteros. En estas oportunidades con los soldados, suelen aprovechar para cumplir algunas funciones más civiles y de relaciones públicas, en apoyo a los productores rurales, haciendo pozos, clavando piques, marcando ganado.
En esto parece que los Gurkhas son más apreciados entre los Isleños por
su amabilidad y dedicación, algo distinto de la soldadesca pura de
origen británico.
Una propuesta para el COAN: Un F-16 para ataque marítimo de largo alcance
Introducción
La Fuerza Aérea Argentina (FAA) ha adquirido 24 F-16 MLU de Dinamarca. La Aviación Naval Argentina (COAN) está evaluando qué hacer con sus 16 AMD Super Etendard en inventario (incluye los 11 Super Etendard antiguos y los 5 Super Etendard Modernizé más nuevos). Sin embargo, como la FAA adquirirá el F-16, se podría pensar en una propuesta a la COAN para que, en lugar de insistir en continuar con el Super Etendard, ¿por qué no intentar comprar algún nuevo F-16 B50/52+ bien perfilado con capacidad de ataque antibuque completo y de largo alcance? Resulta en un avión con una enorme capacidad de ataque, con alcance extendido, compatible en muchos aspectos con las aeronaves que tendrán en inventario la Fuerza Aérea, entre muchas bondades. Exploremos esta idea. La línea de razonamiento sigue los siguientes supuestos:
El Super Etendard solo opera desde bases terrestres, lo que limita su capacidad de acercarse al objetivo de manera autónoma, a menos que reciba reabastecimiento en vuelo con KC-130, como sucedió durante el ataque al HMS Invincible.
Los costos reales para obtener repuestos y realizar el mantenimiento en el futuro tienden a ser extremadamente altos sino imposibles.
El F-16, ya adquirido por la Fuerza Aérea Argentina (FAA) y que se espera complete más escuadrones en el futuro, ayudará a estandarizar el mantenimiento y el entrenamiento entre ambas fuerzas, similar a lo que ocurrió anteriormente con los A-4 Skyhawks.
El F-16, equipado con tanques de combustible conformables (CFT), puede controlar gran parte del Mar Argentino, tal como es reconocido actualmente por la ONU (ver detalles abajo).
Los costos de adquirir un escuadrón de F-16, de manera especulativa, promedian alrededor de mil millones de dólares a través del programa de Ventas Militares al Extranjero (FMS) (ver detalles abajo).
Usuarios con capacidad de ataque naval
Varios países utilizan la plataforma F-16 en funciones que incluyen capacidades de ataque aire-mar, utilizando bombas guiadas por láser (LGB) y misiles antibuque (AShM) como parte de su armamento estándar. Aquí hay algunos ejemplos notables:
1. Estados Unidos
- Armas: La Fuerza Aérea de EE. UU. utiliza F-16 capaces de transportar LGB y varios AShM como el AGM-84 Harpoon. - Rol: Si bien se utilizan principalmente en capacidades polivalentes, incluida la superioridad aérea y el ataque terrestre, los F-16 están equipados y entrenados para misiones de ataque marítimo.
2. Israel
- Armas: La Fuerza Aérea de Israel equipa sus F-16 con una variedad de municiones guiadas con precisión, incluidas LGB y misiles antibuque autóctonos como el Gabriel. - Rol: Israel utiliza los F-16 en una capacidad de múltiples funciones, incluido un énfasis significativo en el ataque marítimo debido a la importancia estratégica del Mar Mediterráneo.
3. Turquía
- Armas: Los F-16 turcos están equipados con LGB y misiles Harpoon para operaciones marítimas. - Rol: Turquía utiliza F-16 para una variedad de misiones, incluido el ataque marítimo, dada su extensa costa y sus intereses marítimos estratégicos en los mares Egeo y Mediterráneo.
4. Grecia
- Armas: Los F-16 griegos pueden transportar LGB y misiles Harpoon, lo que enfatiza su capacidad para llevar a cabo misiones de ataque marítimo. - Rol: la flota F-16 de Grecia tiene varias funciones, incluida la interdicción y defensa marítima, debido a la distribución geográfica del país con numerosas islas y fronteras marítimas importantes.
5. Singapur
- Armas: La Fuerza Aérea de la República de Singapur (RSAF) equipa sus F-16 con LGB y misiles Harpoon. - Rol: Singapur, como pequeña nación insular con importantes intereses marítimos, utiliza F-16 tanto para misiones de defensa aérea como de ataque marítimo para proteger sus aguas y rutas marítimas.
6. Corea del Sur
- Armas: La Fuerza Aérea de la República de Corea (ROKAF) utiliza F-16 con LGB y misiles Harpoon para funciones de ataque marítimo. - Papel: La posición estratégica de Corea del Sur y las amenazas marítimas de la vecina Corea del Norte requieren una sólida capacidad de ataque marítimo.
7. Egipto
- Armas: Los F-16 egipcios están equipados con LGB y misiles Harpoon para misiones de ataque marítimo. - Rol: Egipto utiliza los F-16 para diversas funciones, incluida la defensa de sus extensas costas a lo largo del Mediterráneo y el Mar Rojo.
8. Taiwán
- Armas: Los F-16 taiwaneses están equipados con LGB y misiles Harpoon para misiones de ataque marítimo. -
Rol: Taiwán utiliza los F-16 para diversas funciones, incluida la
defensa de sus extensas costas a lo largo del estrecho de Taiwán con patrullas aérea de combate armados con Harpoon antes las crecientes amenazas chinas.
Estos países han integrado sus plataformas F-16 con una variedad de armamento que les permite realizar misiones de ataque marítimo de manera efectiva. La flexibilidad y adaptabilidad de la plataforma F-16 la hacen adecuada para una variedad de funciones, incluidas aquellas que requieren un ataque preciso a objetivos marítimos.
Uso de CFT
El uso de tanques de combustible conformados (CFT) en los F-16 para la función de ataque aire-mar varía según el país y los requisitos específicos de la misión. Los CFT aumentan la capacidad de combustible de la aeronave sin ocupar puntos de anclaje debajo de las alas, que pueden usarse para armas y sensores adicionales. A continuación se ofrece una descripción general de cómo algunos de estos países utilizan los CFT para funciones de ataque marítimo:
1. Estados Unidos
- Uso de CFT: los F-16 estadounidenses generalmente no están equipados con CFT, ya que los usuarios principales (unidades de la Guardia Nacional Aérea y escuadrones en servicio activo) priorizan la flexibilidad y el rendimiento sobre el alcance extendido. Sin embargo, algunas funciones especializadas podrían considerar los CFT si un rango ampliado es crucial. - Rol: Los conjuntos de misiones principales generalmente se llevan a cabo sin CFT, dependiendo de tanques de combustible externos si es necesario para operaciones extendidas.
2. Israel
- Uso de CFT: Los cazas israelíes F-16I "Sufa" están equipados con CFT. La IAF utiliza CFT para ampliar el alcance operativo de sus F-16, lo cual es crucial para las misiones sobre el Mediterráneo y posibles operaciones más allá de sus fronteras inmediatas. - Rol: Los CFT permiten a los F-16 israelíes llevar más armas y sensores al liberar puntos duros debajo de las alas, lo cual es ventajoso para misiones de ataque marítimo prolongadas.
3. Turquía
- Uso de CFT: Los F-16 turcos no suelen utilizar CFT. Por lo general, dependen de tanques de combustible externos para una mayor autonomía. - Rol: Si bien Turquía tiene importantes intereses marítimos, a menudo se prefieren las ventajas de flexibilidad y rendimiento sin CFT.
4. Grecia
- Uso de CFT: Los F-16 griegos, específicamente el F-16 Block 52+ y el Block 70/72 Viper, están equipados con CFT. - Rol: Los CFT se utilizan para ampliar el alcance y la resistencia de los F-16 griegos, lo que resulta beneficioso para las misiones de patrullaje marítimo y ataque en todo el Mar Egeo y más allá.
5. Singapur
- Uso de CFT: La Fuerza Aérea de la República de Singapur equipa sus F-16 con CFT para mejorar su alcance y capacidad de carga útil. - Rol: Los CFT son particularmente útiles para los F-16 de Singapur debido a la necesidad de operaciones de largo alcance en la región, mejorando sus capacidades de ataque marítimo.
6. Corea del Sur
- Uso de CFT: Los F-16 de Corea del Sur, en particular el F-16 Block 52 y el Block 70/72, pueden equiparse con CFT. - Rol: El uso de CFT amplía el alcance operativo y la resistencia de los F-16 de la ROKAF, lo cual es fundamental dadas las amenazas marítimas y la necesidad de amplias capacidades de patrullaje y ataque alrededor de la Península de Corea.
7. Egipto
- Uso de CFT: Los F-16 Block 52 egipcios están equipados con CFT. - Rol: Los CFT proporcionan un mayor alcance y resistencia, lo que permite a los F-16 egipcios realizar misiones de ataque marítimo de larga duración sobre el Mediterráneo y el Mar Rojo.
Limitaciones con el uso de CFT
Los tanques de combustible conformados (CFT) se introdujeron con el F-16 Block 50/52 y variantes posteriores. Aquí hay un desglose más detallado:
Bloques F-16 capaces de utilizar CFT 1. F-16 Bloque 50/52+ - Introducción: Estos bloques introdujeron la capacidad de transportar CFT. - Características: Estas variantes vienen con aviónica mejorada, sistemas de radar (como el radar AN/APG-68(V)9) y la opción de montar CFT. - Usuarios: Países como Grecia y Turquía tienen aviones F-16 Block 50/52+ con CFT.
2. F-16 Bloque 60 - Introducción: Esta variante avanzada, desarrollada para los Emiratos Árabes Unidos, incluye CFT como parte de su configuración estándar. - Características: El Bloque 60 incluye un radar AESA AN/APG-80, aviónica avanzada y otras mejoras.
3. F-16 Bloque 70/72 (Viper) - Introducción: La versión más nueva y avanzada del F-16, también conocida como F-16V (Viper), incluye capacidad CFT. - Características: esta variante cuenta con un radar AN/APG-83 AESA y aviónica mejorada, y está optimizada para los requisitos de la guerra moderna. - Usuarios: Países como Bahréin, Bulgaria y Eslovaquia están adquiriendo o han adquirido aviones F-16 Block 70/72.
Aumento de alcance y capacidad de ataque
Estimar el aumento del alcance de los F-16 equipados con tanques de combustible conformados (CFT) implica varios factores, incluido el perfil de la misión, la carga útil y la capacidad de combustible. Aquí hay una descripción general:
Tanques de combustible conformados (CFT) - Capacidad: Cada CFT en un F-16 puede contener aproximadamente 450 galones (1700 litros) de combustible, sumando un total de 900 galones (3400 litros) cuando se usan ambos tanques. - Incremento en el alcance: el combustible adicional proporcionado por los CFT generalmente aumenta el alcance entre un 20% y un 30%, dependiendo de la configuración de la aeronave y el perfil de la misión.
Estimaciones del alcance para casos de referencia
- Sin CFT: el radio de combate básico de un F-16 sin CFT, que lleva una carga típica de armas y combustible, es de aproximadamente 500 millas náuticas (nm) para una misión de ataque. - Con CFT: Agregar CFT aumenta este radio en un 20-30%, lo que resulta en un rango estimado de 600-650 nm (1,111/1204 km) para una misión de ataque.
Análisis de escenario
Completamente cargado de armas (misión de ataque) - Supuestos: El F-16 lleva una carga completa de armas aire-mar, incluidos AShM y LGB. - Alcance: Con los CFT, el radio de impacto sería de aproximadamente 600-650 nm (1,111/1204 km) desde la base.
Lleno sólo de combustible (misión de reconocimiento) - Supuestos: El F-16 está configurado para una misión de reconocimiento, transportando provisiones externas mínimas y maximizando la capacidad de combustible interna y CFT. - Alcance: el alcance máximo del ferry para un F-16 con CFT y tanques de caída externos puede exceder las 2000 nm (3,704 km). Para una misión de reconocimiento típica con algo de combustible de reserva, un radio operativo estimado sería de alrededor de 1.000 nm. (1,852 km)
Bases operativas y alcance potencial
1. Base Aeronaval Comandante Espora - Misión de ataque: 600-650 nm (1,111/1204 km) - Alcance potencial: A lo largo de la costa central y norte argentina, alcanzando el sur de Brasil y el Atlántico Sur abierto. - Misión de reconocimiento: Hasta 1.000 nm (1,852 km) - Alcance potencial: Gran parte del Atlántico Sur, incluido el Océano Austral. 2. Base Naval Almirante Zar - Misión de ataque: 600-650 nm (1,111/1204 km) - Alcance potencial: Cubriendo una porción importante de la costa patagónica, incluidas las Islas Malvinas. - Misión de reconocimiento: Hasta 1.000 nm (1,852 km) - Alcance potencial: Extendiéndose profundamente hacia el Atlántico Sur y cubriendo la totalidad de las Islas Malvinas y más allá. 3. Base de Río Grande - Misión de ataque: 600-650 nm (1,111/1204 km) - Alcance potencial: Abarcando la costa sur patagónica, las Islas Malvinas y llegando hasta la Península Antártica. - Misión de reconocimiento: Hasta 1.000 nm (1,852 km) - Alcance potencial: Extendiéndose hacia el Atlántico Sur, cubriendo toda la región de las Islas Malvinas y hacia la zona de convergencia antártica.
Con los CFT, el alcance y la flexibilidad operativa del F-16 mejoran significativamente, lo que lo convierte en una plataforma formidable para misiones de ataque y reconocimiento desde las bases navales clave de Argentina. Este alcance ampliado permite una mayor cobertura del Atlántico Sur, zonas marítimas críticas e incluso operaciones potenciales cerca de las Islas Malvinas.
Propuesta para la Aviación Naval Argentina: Transición al Bloque F-16 50/52+ para capacidades marítimas mejoradas
Objetivo: Presentar una justificación estratégica, operativa y financiera para que la Aviación Naval Argentina (COAN) realice la transición de la envejecida flota AMD Super Étendard a la moderna plataforma F-16 Block 50/52+ con tanques de combustible conformados (CFT), enfatizando la superioridad en capacidades de ataque aire-mar y alcance operativo ampliado.
Beneficios estratégicos
1. Capacidades mejoradas: - Aviónica y sistemas modernos: el F-16 Block 50/52+ está equipado con aviónica avanzada, sistemas de radar (AN/APG-68(V)9) y conjuntos de guerra electrónica, lo que proporciona un combate y una conciencia situacional superiores. eficacia. - Flexibilidad multifunción: a diferencia del Super Étendard, el F-16 puede realizar una transición perfecta entre misiones aire-aire, aire-tierra y aire-mar, mejorando la flexibilidad operativa.
2. Alcance operativo más largo: - Tanques de combustible conformados (CFT): los CFT amplían significativamente el alcance operativo del F-16 sin ocupar puntos de anclaje debajo de las alas, lo que permite que el avión lleve armas y sensores adicionales esenciales para misiones de ataque marítimo de largo alcance.
3. Estandarización con la Fuerza Aérea: - Interoperabilidad: La adquisición de F-16 tanto para la AAF como para la ANA garantiza la interoperabilidad, facilitando operaciones conjuntas, infraestructura de mantenimiento compartida, programas de capacitación y apoyo logístico. - Entrenamiento y tácticas comunes: los pilotos y el personal de tierra pueden beneficiarse de un programa de entrenamiento unificado, mejorando la competencia y reduciendo el tiempo y el costo asociados con el entrenamiento en diferentes plataformas.
Ventajas operativas
1. Capacidad superior de ataque marítimo: - Integración avanzada de armas: el F-16 Block 50/52+ puede transportar una amplia gama de misiles antibuque (AShM) modernos, como el AGM-84 Harpoon, así como bombas guiadas por láser (LGB). para ataques de precisión contra objetivos marítimos. Asimismo, se abre la opción de integrar el AShM Gabriel israelí que ya se encuentra operativo en Israel. Taiwán y Corea del Sur podrían también presentar variantes de sus AShM para ser integrados en el sistema de armas. - Supervivencia y eficacia: Equipado con sistemas de contramedidas de última generación y capacidades de furtividad, el F-16 ofrece una mayor capacidad de supervivencia en entornos disputados en comparación con el Super Étendard.
2. Mayor capacidad de carga útil: - Flexibilidad de armamento: con más puntos de apoyo y mayor capacidad de carga útil, el F-16 puede transportar una combinación de misiles, bombas y tanques de combustible, brindando a los planificadores de misiones más opciones y capacidades para operaciones complejas.
3. Mantenimiento y confiabilidad: - Historial comprobado: La plataforma F-16 tiene un historial comprobado de confiabilidad y facilidad de mantenimiento, respaldado por una cadena de suministro global y una amplia base de usuarios, lo que garantiza una preparación operativa sostenida.
Consideraciones financieras y logísticas
1. Rentabilidad: - Costos reducidos de capacitación y mantenimiento: la estandarización de la flota con los F-16 de la FAA puede generar ahorros significativos en capacitación, mantenimiento y logística al aprovechar las economías de escala. - Modernización y ciclo de vida: invertir en nuevos aviones F-16 Block 50/52+ proporciona un ciclo de vida operativo más largo y protección contra la obsolescencia en el futuro, lo que reduce la necesidad de actualizaciones y revisiones frecuentes.
2. Asociaciones económicas y estratégicas: - Ventas militares en el extranjero (FMS): la adquisición de F-16 a través del programa FMS de EE. UU. puede proporcionar condiciones de financiación favorables, acceso a la última tecnología y acuerdos de soporte a largo plazo. - Influencia regional: Modernizar el ANA con F-16 mejora la postura de defensa regional de Argentina y demuestra un compromiso para mantener una fuerza de aviación naval capaz y moderna.
Conclusión
La transición al F-16 Bloque 50/52+ representa una decisión estratégica, operativa y financieramente sólida para la Aviación Naval Argentina. Las capacidades avanzadas, el alcance extendido y la interoperabilidad con la Fuerza Aérea brindan una solución integral para mejorar las capacidades de defensa marítima de Argentina. Al adoptar la plataforma F-16, ANA no sólo modernizará su flota sino que también garantizará eficacia operativa y preparación a largo plazo en un entorno estratégico en rápida evolución.
Próximos pasos:
1. Estudio de viabilidad detallado: Realizar un estudio integral sobre la viabilidad y los costos asociados con la transición al Bloque F-16 50/52+. 2. Participación de las partes interesadas: colaborar con las partes interesadas clave, incluido el Ministerio de Defensa, para discutir las ventajas estratégicas y asegurar las aprobaciones y la financiación necesarias. 3. Negociaciones de asociación: iniciar conversaciones con el gobierno de EE. UU. y Lockheed Martin para posibles acuerdos de compra, programas de capacitación y paquetes de soporte.
Con la presentación de esta propuesta, la Aviación Naval Argentina puede dar un paso significativo hacia el logro de una fuerza de ataque marítimo moderna, capaz y flexible.
Costos estimados de adquisición de un escuadrón de ataque marítimo con CFT
Adquirir un escuadrón de aviones F-16 Block 50/52+ con capacidades completas de ataque aire-mar, incluidos tanques de combustible conformados (CFT), implica múltiples consideraciones de costos. Aquí hay una evaluación completa de los costos:
1. Costos de adquisición de aeronaves
El costo unitario de un F-16 Block 50/52+ varía según la configuración, el equipo adicional y las condiciones del mercado. Sin embargo, un costo unitario promedio se puede estimar de la siguiente manera:
- Costo unitario: Aproximadamente entre 50 y 60 millones de dólares por avión, incluyendo estructura, motores, aviónica y equipo estándar.
Para un escuadrón (normalmente 12 aviones): - Costo total de la aeronave: 50 millones de dólares x 12 = 600 millones de dólares (extremo inferior) - Costo total de la aeronave: $60 millones x 12 = $720 millones (extremo superior)
2. Sistemas y equipos de armas
Equipar la aeronave con las armas y sistemas necesarios para la capacidad de ataque aire-mar:
- Misiles aire-mar (por ejemplo, AGM-84 Harpoon): 1,2 millones de dólares por misil. - Bombas guiadas por láser (LGB): aproximadamente 100.000 dólares por bomba. - Sistemas de guerra electrónica y contramedidas: aproximadamente 5 millones de dólares por avión.
Costo estimado para un escuadrón: - Misiles: 24 misiles x 1,2 millones de dólares = 28,8 millones de dólares - LGB: 48 bombas x 100.000 dólares = 4,8 millones de dólares - EW Systems: 12 x 5 millones de dólares = 60 millones de dólares
3. Tanques de combustible conformes (CFT)
Los CFT aumentan el costo general, pero son cruciales para misiones de largo alcance:
- Costo por avión: Aproximadamente entre 2 y 3 millones de dólares. - Costo total de CFT para 12 aeronaves: 12 x $2,5 millones (promedio) = $30 millones
4. Capacitación e infraestructura
Capacitar a pilotos y personal de tierra, así como establecer la infraestructura necesaria:
- Capacitación de pilotos: aproximadamente entre 1 y 2 millones de dólares por piloto. - Capacitación del personal de tierra: aproximadamente 0,5 millones de dólares por técnico. - Infraestructura y Simuladores: $50 millones - Modernización de las BAEN Comandante Espora: 30 millones USD (mínimo)
Para un escuadrón: - Formación de pilotos (24 pilotos): 24 x 1,5 millones de dólares (promedio) = 36 millones de dólares - Capacitación del personal de tierra (36 técnicos): 36 x 0,5 millones de dólares = 18 millones de dólares - Infraestructura: $50 millones
5. Mantenimiento y soporte
Configuración de mantenimiento inicial y repuestos:
- Repuestos iniciales y soporte logístico: aproximadamente entre 50 y 100 millones de dólares. - Contratos de Mantenimiento (primeros años): $20 millones por año.
6. Costos varios
Los costos adicionales que podrían surgir incluyen gastos de logística, transporte y administrativos:
- Costos varios estimados: entre 20 y 30 millones de dólares.
Resumen de costos estimados - Adquisición de aeronaves: 600-720 millones de dólares - Armas y equipamiento: 93,6 millones de dólares. - CFT: $30 millones - Capacitación e Infraestructura: $134 millones - Mantenimiento y soporte: 70-100 millones de dólares (primeros años) - Costos varios: 20-30 millones de dólares
Costo total estimado: - Extremo inferior: 947,6 millones de dólares - Extremo superior: 1.077 millones de dólares
Adquirir un escuadrón de aviones F-16 Block 50/52+ con plena capacidad de ataque aire-mar y CFT para la Aviación Naval Argentina es una inversión importante, estimada entre aproximadamente $917,6 millones y $1.047 millones. Esta inversión cubre la aeronave, armamento, entrenamiento, infraestructura, mantenimiento inicial y otros costos asociados. Esta estimación proporciona una comprensión integral para que los tomadores de decisiones evalúen la viabilidad y los beneficios estratégicos de dicha adquisición.