NO SEÑOR, NO VENDRAN, LOS DERRIBARON EN LA FINAL DE TIRO.
Fue
un operativo que lastimó el orgullo inglés de tal manera que se
prohibió dar información sobre el asunto de este hito militar.
30
de mayo de 1982. Horas 14,24. Imaginemos a un grupo de hombres
desafiando la escarcha del hielo que se acumulaba en los parabrisas de
los aviones, enfrentando las olas en un mar bravío e indomable, pero
avanzando inclaudicable hacia el objetivo: el portaaviones Invincible.
Han
pasado cuatro décadas y el recuerdo de los actos heroicos de la guerra
de Malvinas, contra Inglaterra se repiten. En las trincheras, en el
aire, o en las aguas, hay historias que se suceden en un cercano y
profundo al sentimiento de amor a la patria.
La operación contra
el portaaviones insignia de Inglaterra, el Invincible, se lanzó desde la
Base Aérea Militar Río Grande (Tierra del Fuego), el 30 de mayo, a las
12,43 horas, aunque la estrategia final comenzó unos días antes, para
limitar el poder de fuego de los aviones Sea Harrier. El portaaviones
HMS Invincible, se encontraba en esos momentos a unas doscientas millas
náuticas al este de Puerto Argentino. Cabe destacar que el Comando Aéreo
Estratégico (CAE) de la Fuerza Aérea Argentina, por medio de una red
electrónica distribuida en el planeta, que facilitaba información
satelital detectó la posición del portaaviones -casi estática- desde el
28 de mayo.
A partir de allí el Comando Conjunto Argentino
planificó entonces el riesgoso y difícil ataque. El 29 de mayo citan a
los jefes de las distintas escuadrillas (se integran con cuatro
aviones). Le informan sobre la misión contra el portaaviones.
Seguidamente se ofrecen voluntariamente los tenientes Ernesto Ureta y
José Daniel Vázquez. Este último, llama por teléfono esa noche a su
esposa que está en Mendoza. Pregunta por su hijo, nacido pocos días
antes. Luego hablan de otros temas y nada dice a su mujer sobre la
misión que está por cumplir. Ella no puede saber en ese instante que
será la última vez que escuche su voz. Ureta y Vázquez designaron a sus
numerales: Castillo e Isaac, el más joven.
La misión
Dos
aviones Super Etendard de la Aviación Naval con el Capitán de Corbeta
Alejandro Francisco y Teniente de Navío Luis Collavino y cuatro,
cazabombardero A-4C de la Fuerza Aérea Argentina, tripulados por el
Primer Teniente Omar Jesús Castillo, Primer Teniente José Daniel
Vázquez, Primer Teniente Ernesto Rubén Ureta y Alférez Gerardo Guillermo
Isaac, que se reabastecieron tres veces en pleno vuelo en su marcha
hacia el sudeste de las Islas Malvinas. A partir de allí comienzan a
descender para cumplir el último tramo, en vuelo rasante de
aproximación. Luego del lanzamiento del último Exocet naval argentino,
disparado por uno de los Super Etendard, los pilotos siguen la estela
del misil. El otro avión Super Etendard ejercía las funciones de radar.
Estos aviones una vez cumplida su parte del objetivo regresan al
continente. Los dos 4-AC (Shyhawk de la izquierda (Castillo y Vázquez)
fueron derribados en el ataque, cuando atravesaban la línea del
portaaviones que soportará el impacto del Exocet y de varias bombas de
250 kgs, lanzadas por los dos aviadores sobrevivientes de la Fuerza
Aérea Argentina (Brigadier Ernesto Rubén Ureta y el Comodoro Guillermo
Isaac).
Y sólo quedábamos dos.
Yo atacó desde la popa, casi a
la altura de la cubierta y cuando estoy ya muy cerca viro a la derecha.
Veo a mi compañero que dispara a estribor y sobrevuela el portaaviones
rozando la arboladura. Hay un gran incendió en la nave. En realidad, no
sé si me están disparando o no, si hay fragatas cerca o si me han
tocado. Sé que hemos dado en el blanco. Busco con la mirada el otro A-4C
pero no está por ninguna parte. Ahora me siento un poco sólo. También
recuerdo que tengo mucho calor. En ese momento veo un punto en el aire
delante de mí, me alarmo, puede ser un Harrier. La máquina se va
agrandando. Yo estoy muy cerca cuando me percato que se trata de mi
compañero. ¬No lo derribaron!, recuerda emocionado Guillermo Isaac.
Las grandes y queridas “Chanchas”
Se
habló de la eficacia del Super Etendard, del valor de los pilotos de
A-4C, pero no olvidemos que sin los Hércules K-C 130 la misión hubiese
sido imposible.
El relato del Vicecomodoro Litrenta (Piloto del
Hércules KC-130 y Comandante del reabastecedor que salvó la vida al
Alférez Dellepiane destaca la pericia y la valentía de los aviones, que
impresionan por su figura y son más conocidos como “La Chancha”.
“En
todas las misiones de reabastecimiento que habíamos realizados,
desconocíamos que blanco tenían asignados esos aguzados estiletes con
una escarapela celeste y blanca, que venían veloces sobre el mar a
succionar nuestro vital combustible, simplemente porque no influía en
nuestra tarea”. Al comentar esa gesta de ese 30 de mayo de 1982, el
Vicecomodoro, recuerda: “cuando fui descifrando los renglones de mi hoja
de misión, la emoción me invadió: una escuadrilla de A-4C, una sección
de dos Super Etendard y silencio absoluto de radio durante toda la
operación con una navegación de ida de 2.000 kilómetros por el sur de
las Malvinas, sobrepasándose hacia el este 400 Km, con una navegación de
vuelta en forma directa y a máxima velocidad, para reabastecer por
tercera vez a los aviones que regresen del ataque al portaaviones”.
Sobre el final del operativo relata:
Pregunté a mi tripulación si los veían.
-Negativo-, me contestaron.
No me animaba a preguntarles a los pilotos de A 4-C pues tenía miedo a la respuesta.
-Díganme muchachos si los dos que faltan pueden llegar aún.
-No señor no vendrán, los derribaron en la final de tiro del portaaviones.
En mi chocaron sentimientos encontrados.
-¬Final de tiro del portaaviones! y el no vendrán.
Miré a mi copiloto y con voz cansada le dije:
Rumbo a casa…..
Las
ocho horas de vuelo, el tiempo malísimo al regreso eran secundarios,
porque dos de nuestros Halcones habían sabido morir con honor.
Saludo 1
Super Etendard Malvinas
La
Unidad fue condecorada con la medalla "Honor al Valor en Combate" por
su destacado accionar durante la Guerra de Malvinas en el año 1982. El
nombre Super Étendard proviene de la lengua francesa y significa Súper
Estandarte. Fue diseñado para la Marina Nacional Francesa en la década
del ´70.
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