viernes, 11 de junio de 2021

La muerte del soldado Carlos Mosto

El santo de las trincheras





El 11 de junio del 82 fue a llevar café a los pozos de zorro. La esquirla de una bomba lanzada por los Harriers segó la vida de Carlos Mosto.­

POR NICOLAS KASANZEW || La Prensa

Le decían "el curita". Porque una de las maneras que tenía el soldado Carlos Mosto de confortar a sus camaradas de trinchera, era reunirlos para leer el Evangelio y rezar. Rezar incluso por los enemigos. También se ocupaba de conseguirles comida, hacerles curaciones, prestar su propio abrigo o simplemente distraerlos en momentos de peligro. A Mosto, estudiante de Medicina, no le tocaba ir a Malvinas, pero reemplazó en forma voluntaria a un soldado que estaba aterrado. Desde las islas alentaba asimismo a sus padres, enviándoles cartas plenas de amor, entereza, entrega a la voluntad divina y orgullo por estar defendiendo la bandera.­

Estaba destinado en el cuartel de Moody Brook, especialmente castigado por los bombardeos ingleses. Mas cuando había "alerta roja", y todos se guarecían, él salía del edificio para darle contención a sus camaradas. Eso mismo hizo el 11 de junio del 82: fue a llevar café a los pozos de zorro, cuando llegaron los Harriers. La esquirla de una bomba segó la vida de Mosto. Aunque transida de dolor, su madre me dijo: "Morir por Dios y por la Patria bien vale la pena"

1 comentario:

  1. Que grandeza de alma la de la madre de este héroe. He conocido casos de madres que actuaron de forma contraria a esta señora, han culpado a la Patria y a los militares por la muerte de su hijo. Cada uno responde a la pérdida de un hijo de forma diferente.

    ResponderEliminar