Argentina simplemente no puede gestionar la compra de cazas
Kfir finalmente cayó
David Ax | War is Boring
A principios de los años ochenta, la fuerza aérea y la armada de Argentina representaron en conjunto el brazo aéreo más poderoso de América Latina. Luego vino la Guerra de las Malvinas, las sanciones internacionales y la recesión económica. Desde un pico de más de 400 aviones de combate en el 82, hoy Buenos Aires puede reunir menos de 250 aviones de guerra, muy pocos de los cuales son realmente útiles en cualquier momento.
La fuerza de combate ha sufrido más. Después de retirar el último de sus Mirage III supersónicos en agosto de 2015, la Fuerza Aérea Argentina se queda con sólo 43 cazas subsónicos. Para reconstruir su capacidad supersónica de combate, Buenos Aires consideró la compra de nuevos Gripens de Brasil, viejos F-16 americanos, Mirage F.1s de segunda mano de España y nuevos FC-1s de China antes de instalarse en 14 Kfir Block 60 usados, en $ 350 millones incluyendo varios años de mantenimiento.
Parecía que la FAA podría estar en el rebote. Pero no todo el mundo estaba feliz, especialmente Brig. Mario Roca, el oficial número tres de la fuerza aérea. Según MercoPress,
Roca argumentó que los combatientes que iban a ser suministrados por Israel no tenían el sistema de armas y sólo seis de ellos estarían equipados con radares, por lo que se negó a apoyar el acuerdo, que explicó a su comandante, el Brig. General Mario Callejo, y se fue a casa.
Y a mediados de noviembre de 2015, el gobierno congeló el acuerdo. Oficialmente, la razón era permitir que el próximo presidente, elegido el 22 de noviembre, decidiera si continuar con la adquisición. Pero hay otras explicaciones posibles, según MercoPress. "Al parecer, la Fuerza Aérea argentina cuestionó varias cuestiones, por ejemplo, el motor del luchador reformado es un J79 de General Electric y por lo tanto la aprobación de Estados Unidos es necesaria para la venta".
Así que con el acuerdo Kfir en el aire, la fuerza aérea argentina permanece ... en el suelo.
Argentina podría encontrar otros proveedores que no sean de la órbita de EEUU/UK, pero para eso se necesita voluntad política y ... plata. Todo parece indicar que en este gobierno no hay ninguna de las dos. Cambiar a cazas no "occidentales" supondría un brutal cambio tecnológico y de doctrina, logística, etc. Tardaría un buen tiempo en amigarse la FAA con esta nueva tecnología en estas pampas. Es posible, Perú lo hizo hace décadas, al igual que otros países de Latinoamérica. Si nuestra esperanza se centra solo en EEUU y otros países de su órbita, tendremos que contentarnos con los Texan.
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