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miércoles, 30 de mayo de 2018

Eduardo Eurnekian: El mago de Darwin

La historia de un poderoso mago que armó –y financió– el milagro del lunes 26 en las Islas Malvinas

Su nombre: Eduardo Eurnekian. Su verdad: el compromiso con la gesta, la tragedia de la guerra, las familias de los caídos y el país que ama. Cómo se organizó el viaje de los familiares de los 90 soldados identificados en Malvinas 

Por Alfredo Serra 28 de marzo de 2018
Especial para Infobae



Eduardo Eurnekian frente a la gran cruz del cementerio de Darwin, que él se ocupó de construir a pedido de los familiares en 2004

La mayor virtud (la mayor destreza) de un mago es hacer aparecer cosas de la nada. Es siempre concreto: nunca abstracto. Visible: nunca invisible. Sin embargo, el lunes 26 de marzo del Año de Gracia de 2018, muy lejos del Obelisco, de las quebradas del norte, de los páramos patagónicos, sucedió lo contrario…
Fue algo que encerró las más nobles emociones humanas: la pasión, el dolor por los caídos, la indescriptible emoción de ver, en placas de mármol, a más de tres décadas y un lustro, los nombres de aquellos caídos…
El lejano, remoto punto del mapa (pero también cercano y presente), flotando en el inmenso Atlántico Sur, se llama Islas Malvinas.
Allí y ese largo, inolvidable, histórico día, 90 almas se encontraron con sus hijos, sus hermanos, sus todo. Y por fin, las placas que antes decían "Soldado argentino sólo conocido por Dios", lucían con los nombres de los héroes grabados para siempre.


El lunes 26 de marzo viajaron 214 familiares (248 personas) para honrar a sus seres queridos luego del proceso de identificación que logró que 90 héroes recuperaran sus nombres

Ya es posible llorarlos y recordarlos en su exacto punto de eterno descanso, no en la angustia de preguntarse, día y noche, ¿adónde, en cuál de esos rectángulos helados están?
Alguien que estuvo allí me dijo al otro día:
–Ver a una madre llorando y gritando el nombre de su hijo es desgarrador, pero ver a tantas en el mismo escenario y con igual sentimiento es inenarrable.
Tan real e irreal como parece el cementerio de Darwin dibujado en esa tierra hostil y ensangrentada en las batallas de aquella guerra. Simetría. Blancas cruces de mármol. Perfección y grandeza bajo el cielo. Y una mezcla de emociones casi irreal, pero terriblemente real.
Vamos llegando al punto clave. A la respuesta.
Porque… ¿quién echó a volar dos aviones hacia el helado sur para llevar a tantos hombres y mujeres a cerrar el más doloroso enigma: el de la identidad desconocida?
Fue un mago… Nadie pudo verlo… Su nombre: Eduardo Eurnekian.


Eduardo Eurnekian, presidente de Corporación América

Hijo de padres exiliados que escaparon del genocidio armenio, héroe nacional en el país de sus ancestros, siente a la Argentina y sus símbolos en el corazón y en las acciones.
Gran referente en el mundo de los negocios, su perfil en Forbes dice que su fortuna asciende a 2.700 millones de dólares. Y puntea:

  • En la década de 1990, ganó $ 750 millones en la venta de la empresa argentina de televisión Cablevisión.
  • Bajo su Corporación América, Eurnekian y sus socios poseen más de 50 aeropuertos en todo el mundo, lo que reporta ingresos de más de $ 2 mil millones.
  • Otras empresas incluyen la fábrica de chips Unitech Blue, una instalación de producción de biodiesel y tierras en Armenia utilizadas para la producción de frutas y el vino.

Como dato final: las terminales de sus 52 aeropuertos recibieron más de 71 millones de pasajeros y más de 800 mil aviones en 2016.


Familiares de los soldados argentinos sepultados en Malvinas que fueron identificados. (Foto Telam)

Y es bueno y justo saber que ese milagro del lunes 26 de marzo en las Malvinas, cuando los emocionados 214 familiares aterrizaron en Mount Pleasant para llegar a Darwin a homenajear a sus seres amados, lleva su exclusiva firma.
No lo hizo el Estado argentino, ni los ingleses, ni las Naciones Unidas, ni la OEA, ni una ni cien ONG. No lo pensaron, no lo hicieron, no lo pagaron. Todo fue obra de Eduardo Eurnekian, de Aeropuertos Argentina 2000. Obra secreta que empezó mucho antes de ese lunes.


La construcción del cementerio de Darwin en 2004, reemplazando al sencillo camposanto creado por los británicos cuando finalizó la guerra de 1982, fue obra de Eurnekian

Primero, hace ya años, fue el responsable de la reconstrucción del cementerio. El descanso final de los que murieron defendiendo su bandera.
El constructor fue Hermenegildo Ocampo Chaparro. Trabaja con Eurnekian hace más de tres décadas. Quince años atrás, en silencio, Eurnekian ya estaba cerca de la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas e Islas del Atlántico Sur cuando lo llamó el entonces embajador británico Robin Christopher:
—Estuvimos con familiares de los caídos, y nos dijeron que hace veinte años que los distintos gobiernos les prometen hacer un monumento en Malvinas…, pero no pasó nada. Y el gobierno actual les dijo que "en este momento no es prioridad hacer este cenotafio".
Dios… ¿cómo algo tan profundo debe esperar un burocrático turno?


El nuevo cementerio se hizo con los planos del arquitecto Carlos Daprile


En Darwin trabajaron siete isleños: seis hombres y una mujer

Por entonces, en Malvinas estaba el primer cementerio, construido con la supervisión de la Commonwealth War Comission después de la guerra de 1982, y luego de que el coronel Geoffrey Cardozo recogiera todos los cuerpos de los argentinos enterrados en los campos de batalla y les diera digna sepultura en Darwin.
Era un cementerio sencillo, con una empalizada como las de campo, y las doscientas treinta cruces en madera.


El constructor fue Hermenegildo Ocampo Chaparro


Las piezas del monumento se llevaron en 22 camiones desde Puerto Argentino a Darwin

Eurnekian entró en juego. Profundamente comprometido con Malvinas, su gesta, su tragedia. Dijo: "Yo haré ese monumento en Darwin". Con la firmeza de un empresario, pero el alma de un hombre sensible. Un hombre que –pocos lo saben– ama la ópera: un exquisito rasgo del alma…
La comisión le pidió entonces algo muy especial y acaso innecesario:
—Respete el deseo de siete madres que eligieron siete cruces sin nombre…, como si fueran las tumbas de sus hijos…
Eduardo Eurnekian, a su manera, con decisión y sin meandros, proclamó:
—¡Yo voy con todo!
Y a la carga, como en una batalla, llamó a Chaparro. Le pidió que buscara contratistas y empezara el proyecto, que ya tenía un plano creado por el arquitecto Carlos Daprile y aprobado por la Comisión de Familiares.


El monumento, con material argentino y a cargo de la empresa Prenova, fue prefabricado entre noviembre y diciembre de 2003


Eduardo Eurnekian rinde honor a los caídos en uno de sus tantos viajes a Malvinas, el 27 de abril de 2012

El monumento, con material argentino y a cargo de la empresa Prenova, fue prefabricado entre noviembre y diciembre de 2003. En la provincia de Buenos Aires, y a cargo –por supuesto–de Eduardo Eurnekian. El mago en cuestión…
Pero –siempre hay un pero, y más en este trágico caso– faltaba que el gobierno de Malvinas aceptara el traslado del material hacia la isla Soledad. Porque hasta la muerte de los héroes exige discusiones y papel sellado y tres copias…
Una de las madres que perdió a su hijo le dijo a Chaparro:
—Estoy muy enferma. No voy a poder viajar ni ver terminado el monumento.
Chaparro le contó el episodio a Eurnekian:
—Hay una señora que por su salud no cree llegue a ver el cenotafio.
Eso, para el empresario, fue más que un ruego: fue una deuda de honor. Entonces, juntos, en el playón de la Terminal de Cargas Argentina del Grupo Aeropuertos Argentina 2000 –donde hoy está la terminal C de Ezeiza–sacaron todas las cosas allí depositadas, y con las grúas que mueven los aviones armaron un cenotafio con los nombres de los caídos, como una maqueta… ¡de tamaño natural!, igual al monumento que se haría en Darwin.


Se colocaron 230 cruces blancas y placas de granito negro

En enero de 2004, frente a ese monumento, se firmó el acuerdo para llevar a las islas las partes del cenotafio, prearmadas.
Empieza el periplo. Las partes del cenotafio, en diecinueve camiones, llegan al puerto de Campana, y desde allí, en un barco de bandera Noruega, van hacia Malvinas. Pero es solo un primer paso. Sigue la secuencia…
Desde Puerto Argentino, en veintidós camiones, las partes llegan a Darwin. Y lo arman el paraguayo Chaparro, que no necesitaba visa, el arquitecto, con permiso especial como artista, y siete isleños. Entre ellos, una mujer…


El cementerio de Darwin tiene 30 cruces adelante, y dos bloques de 100 cruces cada uno, respetando el plano original y el pedido de siete madres

Respetan el plano del cementerio. Las cruces de las siete madres. Ponen las 230 placas de granito, 121 con la leyenda "Soldado Argentino Solo Conocido por Dios" .
Todo hecho en la Argentina por el marmolero Calello: el mismo que para el 26 de marzo de 2018 hizo las placas con los nombres de los 90 soldados identificados.
Pero volvamos al pasado. Marzo de 2005: se hace la entrega oficial del monumento a las familias de los caídos. Sin prensa ni alharaca, y durante toda esa misión (lo hace siempre que puede), Eduardo Eurnekian viajó a las Malvinas. Porque los ojos y las manos de un mago no suelen dormirse cuando hay tanto público, tanta ansiedad, tanta tensión.
Desde entonces, fielmente comprometido con esas islas y sus muertos –y más allá del manejo de sus enormes empresas–, se ocupa de que todo –tumbas, placas, cruces, mármoles– mantengan su brillo, su pulcritud, su majestad.


El cementerio de Darwin con el gran monumento con los nombres de los 649 héroes caídos en Malvinas

¿Por qué ese compromiso tan sanguíneo? Porque quiere y siente a la Argentina, su país, pero también cada uno de sus símbolos.
Entre el infinito espinel de obras, empresas, intentos, sueños, Eurnekian fue productor de teatro. Y de buen oído y ojo: eligió a Astor Piazzolla y su operita María de Buenos Aires.
Piazzolla, ese otro mago, que cierto día le dijo:
—Van a vender la casa de Carlos Gardel… y van a demolerla.
Corría el año 1996. Eurnekian era dueño del multimedios América. Compró la casa de Gardel, y la donó al gobierno de la ciudad. No iba a permitir que ese símbolo muriera.


Eurnekian no viajó a las islas el lunes 26. En Darwin estuvieron Tim Miller, encargado de la reconstrucción del cementerio para ese histórico día, Carolina Barros, directora de Comunicación de Corporación América y Roberto Curilovic, gerente de Aeropuertos Argentina 2000 y encargado de la logística del viaje

Volviendo a Malvinas… Eurnekian supo que las familias querían viajar a honrar a sus seres queridos luego de la identificación. Y en reuniones con la Comisión de familiares y el embajador británico Mark Kent, dijo: "Yo me hago cargo". En su cabeza y en su corazón no entraba que, pasados 36 años de paciente espera, las familias de los guerreros caídos no pudieran volar a dejarles una lágrima y una flor a sus hijos ya identificados.
Por eso se puso su capa de mago, creó ese milagroso lunes 26 con un golpe de su varita… y desapareció. Eduardo Eurnekian no estuvo en Malvinas ese día histórico.
Quien sí estuvo en las islas, y trabajando tiempo completo en la compleja organización de este viaje, fue el gerente de desarrollo de negocios de Aeropuertos Argentina 2000, Roberto Curilovic, cuya biografía agrega un dato significativo: fue veterano de Malvinas, piloto de Super Etendart, y el 25 de mayo de 1982 integró la cuadrilla que hundió el Atlantic Conveyor de la Armada británica.


Monseñor Eguía Seguí bendijo las cruces de los 90 soldados identificados (Presidencia / Secretaría de la Nación / Víctor Bugge)

En las islas muchos preguntaron dónde estaba Eurnekian. Muchos lo buscaron entre la comitiva. Pero no lo encontraron. Ante el enigma, alguien dijo:
—Yo sé por qué no vino. Dijo que los únicos protagonistas de este día son aquellos que perdieron a su gente amada.
Desde luego, en el mundo real, es posible encontrarlo detrás de un escritorio, manejando sus muchas empresas.
Pero nadie sabe en qué rincón secreto prepara su próximo acto de magia. Porque esta historia de Eduardo Eurnekian no ha terminado. Esta historia continuará.

lunes, 28 de mayo de 2018

Roberto Sylvester comenta su experiencia en Malvinas

Un piloto del COAN cuenta su experiencia en combate

Radio Nacional



Roberto Sylvester combatió en la Guerra de 1982 y hoy da charlas sobre trabajo en equipo y manejo del miedo a partir de sus vivencias.

En diálogo con Radio Nacional Río Grande, recordó en primera persona algunos detalles de su participación en el conflicto bélico, las aeronaves que le tocó pilotar y muy especialmente a sus compañeros caídos en acción.

“Con gran esfuerzo en pocas horas logramos armar 5 aviones que fueron utilizados en combate”.

Sylvester recordó su participación en la denominada “Operación Rosario” que consistía en tomar las islas y en especial la casa del gobernador inglés, sin derramar sangre británica.

“Fue una operación excelentemente hecha por las fuerzas de desembarco que terminó tal y como se esperaba, sin derramar sangre”.

Reproductor de audio

sábado, 26 de mayo de 2018

25 de Mayo en la Estancia Douglas Paddock

La Patria estaba en peligro, en serio



Gracias a Sapucay de Malvinas!

Una de las fotos mas Hermosas de Malvinas por lo que representa el 25 de Mayo, en la Imagen el Equipo de Combate Guemes que días atrás habían derribado los helicópteros en San Carlos, rompen el cerco Británico y van al interior de la Isla a una Estancia llamada Douglas Paddock allí se ocultan unos dias y hacen una Formación el día 25 de mayo donde se toman estas imágenes con la cámara del Teniente Esteban (Gato Salas), posteriormente nuestros helicópteros los llevaran a Puerto Argentino donde los recibe el Coronel Seineldin como héroes que esta retratado en un video de Eduardo Rotondo
No creo que haya otro 25 de Mayo así, solos en medio de todo el desembarco Británico voces al viento en le fecha Patria


jueves, 24 de mayo de 2018

San Carlos: Esteban y sus hombres derriban cuatro helicópteros británicos en 20 minutos

Los héroes negados que la escuela no quiere recordar


Jorge Fernández Díaz
Columna publicada en La Nación el 29/04


Carlos Esteban y sus soldados


Cuando el teniente trepó hasta la cima y se llevó los prismáticos de campaña a los ojos, vio el escalofriante espectáculo que se abría paso en la bruma: fragatas, destructores, helicópteros y lanchones iniciaban el masivo desembarco.

Era el Día D en el estrecho San Carlos, y la treta del teniente primero Esteban había sido un éxito: una vez tomado el pueblo y requisadas prolijamente las viviendas en busca de radios, armas y vehículos, había permitido que los isleños continuaran con su rutina y había escondido a su tropa.

De lejos y con aquellas apacibles chimeneas humeantes, parecía un acceso despejado; si los ingleses no hubieran caído en la trampa su estrategia hubiese sido distinta: los comandos habrían llegado por la noche y habrían asesinado a los soldados argentinos.

En ese momento, Esteban hizo un cálculo correcto: había en aquellas costas cinco mil hombres, y él disponía de solo cuarenta efectivos. Nadie le hubiera reprochado seguir la lógica, que consistía en dar por radio la “alerta temprana” a sus superiores, y luego rendirse con honor.

Pero aquel muchacho de 28 años que estaba a cargo de la Compañía C hizo lo inesperado: avisó y presentó batalla. Su proeza está en los libros de la historia militar de la Argentina y de Inglaterra; nadie conocía muy bien, sin embargo, lo que pensaba íntimamente durante esa guerra maldita.

Carlos Esteban se había recibido en Córdoba de licenciado en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales. Sabía a esas alturas que Galtieri no sabía, y que esa conflagración era un enorme error estratégico. Estaban destinados a perder, pero no podía contárselo a nadie.

Tal vez no le hubiera desagradado a Borges relatar la parábola de un valiente que aun reconociendo la futilidad trágica de su sacrificio, carga todo el tiempo con su secreto escepticismo y realiza a su vez una hazaña heroica.

Esteban, sus oficiales y aquella antología de conscriptos de la clase 62 que habían sido entrenados hasta la fatiga formaron parte del discretísimo operativo de reconquista de las islas Malvinas, y más tarde rodearon Darwin y redujeron a una población dócil que los esperaba con banderas blancas.

El jefe de esa localidad se llamaba Hardcastle, y mientras tomaban el té en su casa, Esteban advirtió con un estremecimiento que su propia mujer posaba en un retrato con la hija del flemático anfitrión: habían estudiado juntas en un colegio bilingüe de La Cumbre.

Se le antojó que esa asombrosa casualidad podía ser una señal del destino. A veces se alejaba del campamento para llorar, extrañaba mucho a su esposa y a su pequeño hijo; creía que nunca iba a volver a verlos. Después se recuperaba y echaba una arenga a sus bravos, a quienes todos cuidaban con esmero y con quienes compartían penurias sin distingos.

Esa actitud fue tan ejemplar que años más tarde el Pentágono envió una psiquiatra para determinar por qué entre ese puñado de reclutas no se habían producido ulteriores suicidios ni secuelas graves, ni denuncias ni maltratos, y en qué había consistido la fórmula mágica de sus líderes.

El 1° de mayo la Inteligencia les anticipó que sufrirían un ataque de aviación, y se refugiaron en los acantilados; hubo ocho horas de bombardeo y de guerra aérea con varios muertos, pero ellos salieron ilesos.

Les dieron una nueva misión: marchar a la zona norte y controlar el estrecho por el que podía colarse la segunda flota más poderosa de Occidente. Es precisamente allí donde sucede el legendario combate de San Carlos, que comienza cuando Esteban baja la colina, se comunica con la comandancia y prepara a los gritos el repliegue.

El primer Sea King surge entonces de la nada, y Esteban ordena cuerpo a tierra y silencio absoluto. A los cien metros, da orden de abrir fuego: los fusiles tronaron, las balas sacaron chispas del fuselaje y el helicóptero se bamboleó, empezó a largar humo y aterrizó de manera brusca.
Sin pérdida de tiempo, el teniente dispuso un cambio de posición. Justo en ese momento un Gazelle con un sistema de cohetes se les vino encima. Lo atendieron con la misma fusilería.

El aparato se sacudió en el aire, la cabina estalló en mil pedazos y el piloto, mal herido, intentó escapar hacia la desembocadura; su máquina cayó en el río y comenzó a hundirse.

Los británicos, desde la cabecera, empezaron a dispararles con morteros. Ellos cruzaron otra cuchilla y un Gazelle idéntico quiso cortarles el paso: “Repetimos la concentración de fuego y se desplomó totalmente en llamas -recuerda Esteban-. No hubo chance de que se salvara nadie de la tripulación”.

En esa mañana de sangre, el efecto sorpresa y la adrenalina jugaban a favor de los perdedores. Que siguieron moviéndose, ahora para ganar altura. El tercer Gazelle se presentó en sociedad apretando los gatillos, pero dibujaba un blanco perfecto: cientos de proyectiles le dieron una dura bienvenida y lo sacaron de circulación.

Fue en ese instante en que se abrió una extraña tregua. Cuatro helicópteros que costaban veinte millones de dólares habían sido derribados en veinte minutos.

Los ingleses, sorprendidos, hacían el control de daños y evaluaban la insólita situación, y la Fuerza Aérea argentina preparaba un ataque para impedir la avanzada. Esteban sabía que la infantería inglesa los buscaría por cielo y tierra para eliminarlos. Era hora de partir.

Lo que sigue es una ardua aventura que Hollywood no hubiera desaprovechado: los cuarenta y dos, considerados ya “desaparecidos en acción”, caminaron tres días y tres noches por la turba y el frío.

En el libro Bravo 25 se revelan sus peripecias: encontraron una casa vacía con algunos pocos alimentos donde a veces sonaba el teléfono en vano, pernoctaron al abrigo de las ventiscas y fueron acechados -mientras aguardaban escondidos y con aliento cortado- por un helicóptero que dio varias vueltas a su alrededor sin decidirse a destruirla o a marcharse.

Anduvieron bajo el sol pálido hasta el agotamiento, dieron con un caserío kelper, lo coparon a punta de pistola y enviaron dos estafetas en Land Rover a dar la buena nueva al Ejército. Tras incontables peligros, los rescataron, y en Puerto Argentino fueron recibidos con algarabía. Mohamed Alí Seineldín estaba particularmente exaltado.

Esteban le relataba el despliegue impresionante que había visto en el estrecho, pero el teniente coronel parecía sordo a los datos; confiaba en la Virgen: cuando lleguen los piratas -decía- ella producirá una tormenta y los hundirá.

Esteban seguía guardándose su amargo y exacto diagnóstico; a las pocas horas solicitó permiso para regresar a Darwin y participar de la defensa final. Allí su jefe acordó la rendición tras una intensa y desigual refriega.

Esteban y sus oficiales eran tratados con deferencia y admiración por el enemigo, aunque nunca quisieron privilegios: compartieron con los soldados rasos sus mismas incomodidades.

Al regresar a la patria, toda la “compañía de oro” fue condecorada, y el áspero informe Rattenbach la dejó a salvo de cuestionamientos.

Esteban está retirado y es hoy director del Departamento UADE Business School: en su posgrado enseña escenarios estratégicos, planeamiento, negociación política y derecho diplomático. Pocos saben quién es ese profesor afable.

Mayo contiene las efemérides de lo que estrategas militares denominan el “combate de San Lorenzo del siglo XX”. Escasas o quizá ninguna escuela dará cuenta, sin embargo, de esta historia callada por nuestra estupidez y nuestra mala conciencia. Esta derrota verdaderamente sublime.

martes, 22 de mayo de 2018

Guerra aérea en Malvinas: El ataque al Atlantic Conveyor (3/4)

Guerra aérea en Malvinas


Parte 1 | Parte 2 | Parte 3 | Parte 4

Cambios en el método de búsqueda

Un problema muy importante apareció entonces. Los 'ojos' de los Super Etendards fueron los Neptunes, pero el 15 de mayo estas máquinas fueron desactivadas del servicio activo, debido a la falta de piezas de repuesto y la obsolescencia de sus cristales de radar. Posteriormente, la Armada Argentina tuvo la idea de utilizar los servicios del radar tridimensional AN / TPS-43F y el radar de vigilancia AN / TPS-44 Alert IIA, ambos ubicados en Puerto Argentino. Estos radares seguían constantemente los movimientos de todos los aviones británicos, estableciendo con cierta precisión los sitios desde donde los portaaviones británicos lanzaron sus Harriers y Sea Harriers. Pronto quedó claro que estos movimientos seguían un cierto patrón, por lo que podían ser bastante pronosticados y anticipados.

Con esta información, el 23 de mayo dos nuevas incursiones de Super Etendards intentaron atacar a los portaaviones británicos. El avión fue pilotado por el Capitán de Corbeta Roberto Agotegaray y el Teniente de Navío Juan Rodríguez Mariani, quien despegó en las primeras horas de la tarde, y la reunión con el KC-130H se completó sin problemas, pero cuando ambos aviones alcanzaron el área objetivo lo hicieron no encuentras nada Incluso cuando los pilotos argentinos escanearon el área con cuidado, no pudieron encontrar un objetivo y decidieron regresar a las 17:50 h. Pero esta misión infructuosa no invalida el método de búsqueda, que se probó nuevamente dos días después.

14,946 toneladas británicas se hunden en las aguas del Atlántico Sur

El 25 de mayo de 1982, los radares argentinos en Puerto Argentino podrían definir un posible objetivo colocado a 176 kms (110 millas) al noreste de Puerto Argentino. A las 7:30, estos datos llegaron a Río Grande, y se programó una misión para las 9:00 h, pero se retrasó hasta la noche debido a la falta de un KC-130H para reabastecer de combustible los aviones en vuelo. Finalmente, ambos Super Etendards despegaron de Río Grande a las 14:28 hrs y se dirigieron a un punto de encuentro con el KC-130H a 256 kms (160 millas) al este de Puerto Deseado. El líder argentino, el capitán de corbeta Roberto Curilovic, (señal de llamada 'Tito') voló el Super Etendard 0753/3-A-203, y el piloto de flanco, el teniente de navío Julio Barraza, (señal de llamada 'Leo') lo hizo con el 0754 / 3-A-204.


El Super Etendard en la imagen es el 0753/3-A-203. Fue volado por el teniente de navío Armando Mayora el 4 de mayo y utilizado nuevamente por el capitán del corbeta Roberto Curilovic el 25 de mayo de 1982 contra el MV Atlantic Conveyor. La fotografía se tomó unos minutos antes del comienzo de la última misión (se puede ver el Exocet AM.39 debajo del ala derecha del avión).

Curilovic y Barraza se encontraron con el KC-130H en el momento y el lugar planeados, y después del reabastecimiento de combustible, ambos se dirigieron hacia el sudeste, hacia el objetivo (en este momento a 480 kms de distancia - 300 millas). Cuando estaban a 240 kms (150 millas) del objetivo, las coordenadas comenzaron a volar a solo 8 o 10 metros sobre el nivel del mar. Ambos pilotos encontraron el objetivo exactamente donde los radares habían predicho (58º 38 'Sur, 56º 8' Oeste), y cargaron las coordenadas en el sistema de arma, lanzaron los Exocets a las 16:31 hy regresaron. Después de una segunda reunión con el petrolero, regresaron a Río Grande a las 18:38 h. Era la misión de mayor alcance del Super Etendard. Volaron 2.592 kms (1.620 millas) durante 3 horas y 50 minutos. Según fuentes británicas, los Exocets golpearon el buque de carga MV Atlantic Conveyor a las 16:36 hrs y el barco se incendió y se hundió en un par de horas. Fue la mayor pérdida logística sufrida por la Fuerza de Tarea Británica 317, porque el Atlantic Conveyor llevaba tiendas para 5,000 hombres, al menos diez helicópteros (tres Chinooks HC.1 del 18 Sqdn. RAF, seis Wessex HU.5 del 848 ° Sqdn. RN, y un Lynx HAS.2 del 815th Squadron RN), motores y piezas de repuesto para los Harriers, una planta para hacer potable el agua de mar, y los materiales para construir una pista móvil para los Sea Harriers. En los restos también 12 marineros británicos fueron asesinados, incluido Ian North, el capitán del Atlantic Conveyor.


El mapa muestra el curso de todas las misiones realizadas por los Super Etendards argentinos, incluida la misión cancelada el 2 de mayo y la salida infructuosa el 23 de mayo. La fecha de cada misión se indica junto a la ruta, y las pequeñas imágenes de los barcos indican qué objetivo fue hundido / golpeado en cada misión.


Un dibujo del Super Etendard 0753/3-A-203 pilotado por Curilovic el 25 de mayo de 1982.


La insignia de la unidad, apodada 'La Lora', aunque en realidad representa un halcón gorrión armado con un palo. La imagen también muestra las siluetas marcadas de los barcos que este avión contribuyó a hundir: el HMS Sheffield y el MV Atlantic Conveyor.


Una fotografía del capitán de corbeta Roberto Curilovic tomada cuando descendía de la cabina de su Super Etendard después de la misión del 25 de mayo.


Esta imagen muestra el aspecto del Atlantic Conveyor una vez que el fuego finalmente se extinguió, y era evidente que el barco no podía ser salvado. Mientras que algunas fuentes afirman que solo uno de los Exocets golpea el buque de carga, otros afirman que ambos misiles golpearon y explotaron. Una gran cantidad de suministros militares británicos se hundió con el barco, incluidos tres de cuatro helicópteros Chinook HC.4 del 18 ° Sqdn. RAF y seis HU.5 Wessex del 848 ° Sqdn. RN. La pérdida de estos helicópteros retrasó la ofensiva británica contra Puerto Argentino, la capital y la principal guarnición argentina de las islas.

domingo, 20 de mayo de 2018

Cómo el Reino Unido se hizo de Nepal sin colonizarlo

Por qué los británicos nunca colonizaron Nepal

Después de conquistar India y luchar en dos guerras contra el ejército de Gorkhali, los británicos victoriosos no colonizaron lo que ahora es Nepal, por una buena razón
Por Tim I Gurung | Asia Times



Soldados Gurkha. Foto: Tim I Gurung

Cuando la Compañía Británica de las Indias Orientales, dirigida por Robert Clive, derrotó al Nawab de Bengala y sus aliados franceses en la guerra de Plassey en 1757, consolidó su posición en Bengala y posteriormente se expandió a toda la India durante los siguientes 100 años.

Al mismo tiempo, un ambicioso rey de Gorkha, un estado principesco a solo unas millas de las afueras del valle de Katmandú, también estaba en aumento y ocupado en la expansión de su reino. Su nombre era Prithvi Narayan Shah y más tarde se hizo conocido como el padre del Nepal moderno. Creó Nepal al conquistar todos los pequeños estados de los alrededores, incluidos los valles de Katmandú.

Para entonces, el subcontinente indio solo tenía dos potencias principales: la Honorable Compañía Británica de las Indias Orientales y el Ejército Gorkhali de Nepal. Las dos potencias finalmente se amarrarían los cuernos mientras cruzaban sus caminos y libraron una batalla decisiva conocida como la Guerra Anglo-Gorkha de 1814-16.

La derrota del lado de Gorkhali no solo detuvo su expansión en curso, sino que también recortó sus alas de una vez por todas. La guerra había paralizado a la nación perdedora y nunca recuperó su antigua gloria.

Sin embargo, la guerra de 1814-16 no fue la primera vez que las dos partes se enfrentaron; pelearon una breve guerra en 1767. El rey del valle de Katmandú y los británicos ya habían establecido una relación comercial y los británicos enviaron tropas para ayudar a los atribulados. rey del valle cuando fue atacado por el ejército de Gorkhali.

Los británicos, liderados por el capitán Kinloch, sufrieron una humillante derrota a manos de la fuerza de Gorkhali, perdiendo más de 1.000 hombres. Huyeron, dejando armas y municiones. El incidente se conoció como "La Expedición Kinloch".

En su apogeo, las fronteras de Nepal se extendieron a Kangra, incluyendo Simla y Dehradoon, al oeste del río Tista, incluyendo Darjeeling y Sikkim, al este. Después de su derrota anterior, los británicos evitaron la confrontación.

Pero el ejército de Gorkhali tenía sus propios problemas. Fue fundado en un plan mal pensado llamado sistema de Jagir, lo que significaba que el ejército era pagado a través de los impuestos recaudados de las tierras recién adquiridas. Como las tropas no recibían el pago del tesoro nacional, necesitaban conquistar más tierras para pagar a sus filas en expansión.

La avaricia también jugó un papel en la definición del curso de la historia. Cuando el ejército de Gorkhali atacó el estado del Protectorado británico de Oudh, los británicos no tuvieron más remedio que ir a la guerra.

Inicialmente, la guerra no fue bien para los británicos. Cuatro de los seis generales tuvieron que ser reprendidos y finalmente relevados del deber, uno murió y el último general restante, David Ochterlony, fue el último hombre de rango superior que quedó en pie.

Derrotado por el engaño

A pesar de ser superado en armas y superado en número, el ejército de Gorkhali luchó valientemente y se aferró. Sin embargo, finalmente fueron derrotados por el engaño y su propio sistema de reclutamiento. Los hombres que luchaban por el ejército de Gorkhali no eran todos de las colinas; eran hombres de diferentes tribus de las tierras recién conquistadas y sus lealtades no eran para los comandantes de Gorkhali, sino para sus líderes tribales.

Los británicos conocían la situación y la explotaron. Como resultado, los soldados desertaron en gran número, lo que obligó al ejército de Gorkhali a aceptar la derrota. La derrota en la Guerra Anglo-Gorkha fue el final del ejército de Gorkhali, y como dice el refrán, el resto es historia.

El 42nd Gurkha Light Infantry, luego conocido como el 6th Gurkha Rifles. 

Nepal no era más que un lugar remoto, infestado de mosquitos y misterioso para los británicos, dirigido por una tribu bestial, y no tenían estómago para domesticar a esa bestia. Aún así, tenían algunas expectativas para el lugar y trazaron un plan brillante sobre cómo lograrlos.

En primer lugar, necesitaban una ruta abierta al Tíbet a través de Katmandú para el comercio y era imperativo tener un régimen amistoso en Katmandú, que lograron una vez que Nepal fue sometido a las naciones de su influencia.

En segundo lugar, los británicos necesitaban a alguien en Katmandú para controlar regularmente al régimen de Nepal. Tener un residente británico en el corazón de Katmandú hizo ese trabajo a la perfección y el régimen de Nepal quedó bajo el grupo de naciones del Protectorado británico sin siquiera darse cuenta.

En tercer lugar y lo más importante, los británicos tenían que asegurarse de que nunca se le permitiría a Nepal formar una fuerza militar y volverse una nación poderosa nuevamente. Los británicos habían visto la valentía de estos hombres en la batalla y se tramó un plan para incorporarlos al ejército británico. La política de reclutarlos en el ejército indio británico fue, de hecho, un golpe maestro, y se hizo con tanto tacto que ni siquiera se ungió en el Tratado Segauli que los británicos y Nepal firmaran al final de la guerra. .

Tratado de Sugauli

Al firmar el Tratado de Sugauli, los británicos lograron lo que esperaban y no necesitaron nada más. La cuestión de colonizar Nepal nunca debió haber ocurrido, ya que habría complicado aún más la situación.

Además, la colonización conlleva responsabilidad. Los británicos tenían mano libre con los recursos de una nación entera sin tener que asumir ninguna responsabilidad. Y los británicos eran inteligentes: los recursos de la nación estaban a su disposición y ni siquiera tenían que pedirlo. La historia puede atestiguar que los gobernantes de Nepal hicieron todo lo posible para ayudar a que fuera aún más fácil para los británicos en su beneficio personal, y los motivos ulteriores del lado británico nunca fueron cuestionados.

Si los británicos hubieran colonizado Nepal, se habría convertido en miembro de la Commonwealth más adelante y los británicos habrían tenido que tratar a los Gurkhas en pie de igualdad como las fuerzas de otras naciones miembros.

Pero si puede obtener algo gratis, ¿por qué molestarse en pagarlo? Esa fue la razón principal por la que los británicos no colonizaron Nepal.

viernes, 18 de mayo de 2018

Muere el Comando Anfibio que izó por primera vez la bandera argentina en Malvinas

Murió el ex combatiente que izó por primera vez la bandera argentina en Malvinas en 1982

Tenía 81 años y falleció tras sufrir un infarto mientras manejaba a la altura de Chivilcoy
Infobae



Guillermo Rodríguez, el ex combatiente fallecido

Eran las 6:45 de la mañana del 2 de abril de 1982 cuando el ex combatiente Guillermo Rodríguez pasó a ser una parte importante de la historia del país: fue el primer argentino en izar la bandera nacional en un cuartel de la marina británica en las Islas Malvinas. Lo que ocurrió a partir de ese momento es conocido y el entonces soldado se convirtió en un héroe.

A más de 36 años de aquella gesta, el oriundo de San Juan protagonizó un trágico episodio que le costó la vida. Ayer por la tarde, mientras manejaba en compañía de su mujer por una ruta a la altura de la localidad de Chivilcoy sufrió un infarto y chocó. Mientras era llevado por la ambulancia, el veterano no aguantó y antes de llegar al hospital murió.

La historia de un héroe

Aquella fría mañana de abril, Guillermo tenía el cargo de Suboficial Mayor de Infantería de Marina y encargado de la agrupación de comandos anfibios que descendieron del buque Santísima Trinidad y dieron comienzo al conflicto con Gran Bretaña.

"Una alegría bárbara sentí", comentó el ex combatiente en la última entrevista que brindó hace algunas semanas al diario La Gaceta. "Giachino (jefe de otra patrulla de comandos anfibios) me encuentra y me dice: Mayor, vio estamos en Malvinas, y le digo sí señor por fin se cumplió, y él me dice 'no me llame señor, llámame Pedro que estamos en combate'". Esa sería la última vez que vería con vida a Giachino, quien fue herido de muerte a las pocas horas durante la toma de la casa del gobernador de las islas.


El momento del izamiento

El hombre no se cansaba de mostrar la fotografía del histórico momento, en donde también está el comandante Guillermo Andrés Sánchez Sabarots, ambos con las caras pintadas y el uniforme de los comandos.

"Desembarcamos la noche del 1° de abril, a las 23:15 tocamos playa.  Todos nos pusimos contentos, porque siempre habíamos estado haciendo ejercicios todos los años y se dio la oportunidad real que era ir a Malvinas", añadía el veterano. Sin embargo, al llegar al cuartel de la marina inglesa, con un megáfono solicitaron la rendición de las tropas británicas. Pero en el lugar no había nadie y los ingleses ya los estaban esperando.

"Ellos sabían que nosotros íbamos y lo habían desalojado el día 1° a las ocho de la mañana y se fueron a cubrir los puntos estratégicos que ellos consideraban como la casa del gobernador, el aeropuerto, el faro, el puerto y dos o tres más", recordó.

miércoles, 16 de mayo de 2018

Georgias del Sur: El asesinato de Artuso

Historia de la Muerte y Conmemoración del Submarinista Argentino Felix Artuso

El Snorkel


Una revisión sobre las circunstancias en las que fue asesinado el Suboficial Primero Félix Artuso, mientras era prisionero de guerra, por un soldado de la Marina Real Británica el 26 de abril de 1982 a bordo del capturado submarino argentino ARA Santa Fe en Grytviken, Georgia del Sur, ha impulsado la siguiente consideración:

 Submarinos en la Guerra de las Malvinas 82
 Malvinas 82: 2000 millas de viaje Submarino

Una revisión sobre las circunstancias en las que fue asesinado el Suboficial Primero Félix Artuso, mientras era prisionero de guerra, por un soldado de la Marina Real Británica el 26 de abril de 1982 a bordo del capturado submarino argentino ARA Santa Fe en Grytviken, Georgia del Sur, ha impulsado la siguiente consideración:


ARA SANTA FE

Síntesis:


En la mañana del 25 de abril de 1982 el submarino argentino ARA Santa Fe, mientras estaba en superficie saliendo de Grytviken, Georgia del Sur, fue atacado por las fuerzas británicas y severamente dañado. El capitán argentino Horacio Bicain volvió el Santa Fe sobre sus pasos y regresó a Grytviken, asegurando su barco dañado en el embarcadero del British Antarctic Survey situado en King Edward Point. Después de la rendición argentina, las fuerzas británicas encontraron una gran cantidad de municiones, granadas y algunas armas a bordo del submarino argentino. Los británicos evaluaron los torpedos del barco como listos para ser disparados y encontraron al submarino en una condición peligrosa, perdiendo flotabilidad, combustible y con fugas de gas cloro. De acuerdo con los británicos, esta mezcla potencialmente explosiva representaba una amenaza significativa para ambos elementos, marinos y terrestres, de las fuerzas británicas y era requerida su neutralización.
Los comandantes británicos también habían expresado su preocupación acerca del posible hundimiento del ARA Santa Fe en el embarcadero del British Antarctic Survey, obstruyendo así el amarre para cualquier uso futuro en su base de apoyo. El Capitán Coward del HMS Brilliant propuso emplear a algunos miembros de la tripulación argentina para propulsar el submarino y despejar el embarcadero. El 26 de abril de 1982 se informó de esto al Capitán Young, comandante del Grupo de Tareas a bordo del HMS Antrim, y ambos coincidieron en que el ARA Santa Fe no debía ser echado a pique, sino trasladado a una lugar seguro. El Capitán Coward, quien había sido inicialmente encargado de echar a pique/destruir al Santa Fe, se cercioró de que, a pesar de estar en un estado bastante peligroso, el Santa Fe tenía suficiente energía residual para ser conducido lejos y así dejar el embarcadero libre para el uso de otros buques para re-abastecer a las fuerzas británicas.



El Capitán Coward consultó con el Capitán Horacio Bicain, comandante del Santa Fe, que era un prisionero de guerra, sobre el personal mínimo que se requeriría para mover el submarino y se eligió a cinco miembros de la tripulación del Santa Fe: dos para la posición de torreta de timón y telégrafo, dos en la sala del motor para el sistema de propulsión y uno en la sala de control inferior para los sistemas hidráulicos y de aire. Además se emplearon otros dos prisioneros de guerra argentinos para manejar las cuerdas de la carcasa. Cada prisionero de guerra estaba custodiado por un marino británico excepto en la sala de control inferior donde dos guardias de la Marina Real Británica, armados con pistolas Browning 9mm, vigilaban al Suboficial Primero Félix Artuso. Cuando el submarino comenzó a avanzar, uno de los guardias británicos de la sala de control inferior planteó sus preocupaciones a un oficial superior sobre la posibilidad de que los prisioneros de guerra argentinos utilizaran los torpedos contra los buques británicos o intentaran hundir el submarino. El oficial británico revisó el compartimiento de torpedos y luego mostró a los guardias lo que él creía que eran las principales palancas de ventilación y afirmó que bajo ningún concepto debían ser accionadas ya que abrir las rejillas de ventilación podría provocar el hundimiento del submarino. También se alegó luego que en ese momento se le mostró al Suboficial Artuso las palancas y se le ordenó en lengua de signos, no tocarlas y que Artuso parecía entender. El oficial de la marina británica informó al guardia que mientras Artuso no tocara las palancas de ventilación todo estaría bien. El guardia británico afirmó que "él le dispararía (a Artuso) en la cabeza si las tocaba". El oficial de la marina británica volvió a repetirle "sólo no lo deje tocar las palancas (a Artuso)" y luego salió de la habitación de control inferior y se dirigió a popa. Durante el traslado del inutilizado ARA Santa Fe a otra ubicación, el submarino comenzó a perder flotabilidad y el oficial naval argentino Capitán Bicain alertó al Suboficial Artuso y le ordenó ajustar los sistemas de baja presión (LP systems) para reequilibrar la embarcación a fin de evitar que el Santa Fe escorara y zozobrara.



La orden fue transmitida directamente al Suboficial Artuso quien tenía un transmisor que colgaba de su pecho. Artuso tomó las palancas correctas para ajustar la presión del aire como se le había ordenado para hacer frente a la flotabilidad del submarino y en este punto, el guardia británico que lo custodiaba, que ya había declarado abiertamente su intención de dispararle (a Félix Artuso) en la cabeza si tocaba las palancas, disparó cinco tiros sobre el Suboficial Primero Félix Artuso, matándolo instantáneamente. Frente a la Comisión de Investigación el guardia de la Marina Real Británica alegó que él nunca había escuchado la orden que se le pasó al Suboficial Artuso y pensó que éste estaba a punto de hundir el submarino cuando fue a operar las palancas y, en consecuencia, disparó su arma. Irónicamente, el Oficial de la Marina Británica había identificado erróneamente los controles y había dado instrucciones incorrectas a los guardias de la Marina Real en cuanto a su uso. El Suboficial Artuso efectivamente estaba haciendo el ajuste de la compensación del Santa Fe y había usado correctamente las palancas para hacerlo. Según el capitán Bicain, a pesar de que había pasado por su cabeza la idea de que el hundimiento del Santa Fe podría ser inducido por los prisioneros de guerra argentinos, había dado la orden al Suboficial Artuso y los otros prisioneros de guerra de no intentar ningún sabotaje al submarino. El Suboficial Félix Artuso fue luego enterrado con plenos honores militares por personal naval británico en el Cemitério de Grytviken, Georgia del Sur.




El 30 de abril de 1982 se convocó una investigación a bordo del HMS Endurance en la que se concluyó que no había culpa o negligencia atribuible a cualquier miembro de las fuerzas británicas por la muerte de Suboficial Primero Félix Artuso el 26 de abril 1982 mientras estaba detenido como prisionero de guerra a bordo del dañado submarino argentino ARA Santa Fe.

La Convención de Ginebra

Protocolos

Ley de Conflicto Armado - Extracto:


La Convención de Ginebra y las Leyes de Conflictos Armados son absolutos para las Altas Partes Contratantes de las cuales el Reino Unido es firmante. El principio que especifica que los prisioneros de guerra están en poder de la potencia enemiga pero no en el de los individuos o cuerpos de tropa que los hayan capturado, también debería ser tenido en cuenta. Los prisioneros de guerra tienen derecho, en todas las circunstancias, al respeto de su persona y su honor. Los principios generales de protección de los prisioneros de guerra se enuncian de la siguiente manera: no serán expuestos inútilmente a peligros mientras esperan su evacuación de una zona de peligro. La potencia detenedora asumirá la responsabilidad general para la vida y el bienestar de los prisioneros de guerra. Los prisioneros de guerra deben ser colocados, en la medida de lo posible, fuera del alcance de cualquier tipo de presión para que renuncien a sus derechos. Estas personas no podrán, en ninguna circunstancia, renunciar parcial o totalmente, a los derechos de que gocen por la Convención de Ginebra: la Convención de Ginebra y la Leyes de Conflicto Armado determinan el estatus de las fuerzas capituladas y los derechos que les corresponden. Si las tropas se rindieron bajo acuerdo, entonces se convierten en prisioneros de guerra y tienen derecho a recibir todas las protecciones y deberes de cuidado. Una vez que comienza el estado de prisioneros de guerra, la ley de guerra determina que las fuerzas captoras debe cumplir con tareas de cuidado de los prisioneros. Las fuerzas del captor tienen prohibido hacer acuerdos especiales con los presos para reducir estos derechos y protecciones. Los derechos concedidos a los prisioneros de guerra de conformidad con la Convención de Ginebra son absolutos. Se extienden entre los Estados y no pueden ser objeto de renuncia por cualquiera de los individuos del enemigo derrotado o comandantes de la fuerza captora. Se prohíbe matar o herir a un enemigo que se rinde o que está fuera de combate. Los combatientes capturados bajo la autoridad de la parte adversaria tienen derecho a que se respete su vida, su dignidad y los derechos personales. Deben ser protegidos contra cualquier acto de violencia.

Principio de la No-Renuncia:


El principio de la No-Renuncia, como prescribe la Convención de Ginebra, es absoluto y las fuerzas británicas que operaron en Georgia del Sur no tenían autoridad para dejar de lado esos derechos empleando a los prisioneros de guerra argentinos para el trabajo peligroso en el submarino ARA Santa Fe. La Convención estipula claramente, entre otras cosas, que los prisioneros de guerra deben ser colocados, en la medida de lo posible, fuera del alcance de cualquier tipo de presión para que renuncien a sus derechos, y que los prisioneros de guerra no podrán, en ninguna circunstancia, renunciar parcial o totalmente a los derechos que les asigna la Convención de Ginebra. Los beligerantes tienen estrictamente prohibido hacer acuerdos especiales con los prisioneros para reducir estos derechos y protecciones en conformidad con la Convención de Ginebra y los protocolos existentes. Independientemente de los objetivos militares británicos, el empleo de los reclusos de guerra argentinos para mover al ARA Santa Fe, que fue evaluado por las fuerzas británicas como en estado de condición peligrosa, expuso a estos prisioneros de guerra argentinos a un peligro innecesario, que también violó el principio de no-Renuncia como se define en la Convención de Ginebra. En este sentido, el gobierno británico está en violación de la Convención de Ginebra.

Control y Comando:


La conclusión a la que llega la Junta de Investigación por la que no se atribuye culpa, negligencia ni ningún acto culposo u omisión que contribuyera a la muerte de Artuso, merece un comentario: Como el Capitán Coward del HMS Brilliant estaba “de iure y de facto” en el mando y el control del ARA Santa Fe, él tenía autoridad sobre todos los subordinados en el submarino que incluía a los prisioneros de guerra argentinos y sus guardias de la Marina Real. La identificación errónea de las palancas que accionan los compresores, situación a la que se alegó como desencadenante de la muerte de Suboficial Primero Artuso por un aparentemente nervioso guardia de la Marina Real, se podría haber evitado si el oficial de la marina británica en cuestión hubiera utilizado el sentido común y desde el principio se hubiera asegurado de cuáles eran los procedimientos correctos para navegar el submarino con los prisioneros de guerra argentinos que tenían más experiencia en su funcionamiento. De hecho también, si hubiera sido necesario, el HMS Endurance tenía intérpretes disponibles a bordo y el Capitán Horacio Bicain a cargo del Santa Fe entendía inglés. La identificación errónea de las palancas de control de presión fue un error de juicio de un oficial de la marina británica y fue una falla infame de mando y control en la cual se pone de manifiesto la negligencia del Capitán Coward y sus subordinados. Nota: El Consejo Británico de Investigación exoneró al Capitán Coward de cualquier negligencia culpable. Comandantes del Grupo de tareas de las fuerzas británicas en Georgia del Sur - Abril 1982:

Comandantes del Grupo de tareas de las fuerzas británicas en Georgia del Sur - Abril 1982:

Capitán Brian Young del HMS Antrim. Comandante del Grupo de Tarea.
Capitán John Coward del HMS Brilliant.
Mayor Guy Sheridan Royal Marines estaba al mando del conjunto de la Operación Paraquet.
Mayor Cedric Delves DSO: Comandante Escuadrón D SAS.
Capitán John Hamilton: Comandante 19 Tropa (Tropa de Montaña) 22 Special Air Service Regiment (SAS).
Historia Naval - Operación Paraquet.

Muerte del Suboficial Primero Félix Artuso:

Aunque la junta de investigación aceptó que había sido un error juzgar a partir de la identificación errónea de las palancas del sistema de presión del ARA Santa Fe, también encontró que se cometió un error de juicio adicional al no incluir específicamente en la declaración del guardia de la marina real encargado de la custodia de Artuso, que había expresado que iba a dispararle a Artuso en la cabeza. En este sentido, la conclusión de la Junta de que la creencia del guardia de la marina real británica que hizo los disparos fatales fue fundada en un error honesto y justificable, y su conclusión de que este guardia creía honesta y razonablemente que:
1. tuvo que evitar que Artuso hundiera el submarino y 2. que dispararle era la única manera de salvaguardar todos a bordo, es cuestionable. La afirmación del guardia británico encargado de la custodia de Artuso, respecto de que iba a dispararle al suboficial argentino en la cabeza antes de provocar su muerte, debería haber advertido al oficial naval británico (Coward) de la posibilidad de un error debido a su falta de familiaridad con el funcionamiento de los controles del submarino Santa Fe, y al obvio estado nervioso del guardia, cuya conducta en la sala de control inferior denotó un alto estado de ansiedad y estrés de combate.

Significativamente, el guardia de la marina real involucrado en el asesinato de Félix Artuso ya había expresado su intención de recurrir a la fuerza máxima contra él, lo que sugiere que éste soldado británico ya había formado el elemento "mens rea" de un delito penal (elemento mental penal). Podría decirse entonces que el asesinato del Suboficial Primero Artuso por este soldado británico que utiliza un poder de fuego abrumador, en un espacio cerrado, a quemarropa, dirigida a un prisionero argentino de guerra desarmado a bordo del ARA Santa Fe, quien en ese momento estaba actuando de conformidad con sus órdenes, equivale a una ejecución judicial. Es un procedimiento normal realizar una junta de investigación en este tipo de incidentes pero ésta junta también puede actuar como una investigación preliminar, la cual debería haber impulsado a las autoridades militares británicas a evaluar el asunto en un foro militar más formal, fuera del teatro operaciones, en donde los hechos podrían haber sido probados legalmente con rigor forense, en lugar de llegar a conclusiones apresuradas en circunstancias en las que las mentes militares de los británicos estaban más centradas en la progresión de la guerra que en pronunciarse objetivamente sobre las circunstancias que rodearon la muerte de un prisionero argentino de guerra, desarmado, que se suponía estaba bajo la protección de las fuerzas británicas en el momento de su muerte. Independientemente de las cuestiones jurídicas de fondo, la junta investigadora británica celebrada el 30 de abril 1982 a bordo del HMS Endurance exoneró a todo el personal de servicios británicos involucrados.

Conclusión:


No cabe duda de que las fallas en los procesos de paz en los conflictos internacionales afecta a hombres, mujeres y niños, son ellos los que pagan el precio más alto como consecuencia del conflicto armado. En este respecto los veteranos y sus familias llevan a perpetuidad la carga y las consecuencias de la participación en acciones militares en nombre de los Estados. Son ellos, independientemente de su nacionalidad, quienes requieren el apoyo de sus gobierno, con lo cual, por la razón que sea, es una injusticia inaceptable por parte de las autoridades británicas no facilitar la visita de los familiares de Artuso a la tumba del prisionero argentino fallecido en Grytviken, Georgia del Sur y una afrenta a la decencia y al respeto por los argentinos muertos ... que debe ser rectificado por todos los involucrados... y más temprano que tarde.

24 de julio 2014: Una Ofrenda de Flores Para Félix - Gobierno británico no tiene ninguna objeción:

Después de una presentación realizada al Gobierno Británico el 30 de junio 2014 a fin de cuestionar su negativa a facilitar a la familia el acceso a la tumba del Suboficial Primero Félix Artuso, en Grytviken Cemetery, Georgia del Sur, me complace informar que la Oficina de los Territorios de Ultramar, Política Exterior & Commonwealth de Georgia del Sur y las Islas Sandwich del Sur, han indicado que no se oponen a la colocación de una ofrenda floral en la tumba del Suboficial Primero Félix Artuso en el Cementerio de Grytviken. En consecuencia, como he recibido el consentimiento del Gobierno Británico, sumado al hecho de que la Excelentísima Sra. Embajadora de Argentina en Irlanda, Silvia Merenga, ha también dado su consentimiento afirmando que estará muy honrada con la colocación de una ofrenda floral con la bandera tricolor irlandesa en la tumba de Félix Artuso en el cementerio de Grytviken dedicada a su memoria. Es por esto que una corona de flores será oficialmente entregada al líder de la expedición “Shackleton 2014” en Londres, el 29 de Julio de 2014, que será llevada hasta la isla Georgia del Sur a bordo yate de bandera polaca S/Y Polonus, nave insignia de las expedición Londres - 29 de julio 2014. Se espera que tras la conmemoración de Shackleton el 5 de enero de 2015, la corona con la cinta tricolor irlandesa en nombre de la Irish Relatives Seamen’s Association (1939-46), dedicada a la memoria del Suboficial Primero Félix Artuso RIP 26 de abril 1982, sea colocado sobre su tumba por un representante de dicha expedición. [Nota: Es oportuno señalar que, si bien los Royal Marines celebran su 350 aniversario en el año 2014 con los eventos organizados en todo el Reino Unido, Gibraltar y las Malvinas / Falklands, también estamos recordando Suboficial Primero Félix Artuso que fue asesinado por un Royal Marine en circunstancias que son motivo de preocupación, mientras que él era un prisionero de guerra a bordo ARA Santa Fe el 26 de abril de 1982 en Grytviken, Georgia del Sur].
Gracias a todos los involucrados por el apoyo dispensado.

lunes, 14 de mayo de 2018

Oposición critica acuerdo de pesca con UK por Malvinas

Malvinas: la oposición objeta un acuerdo de pesca entre la Argentina y Gran Bretaña

Diputados kirchneristas exigieron al Gobierno que se abstenga de instrumentar un acuerdo que se sellará entre ambos países para el control de la pesca en el Atlántico Sur

Por Martín Dinatale | Infobae
mdinatale@infobae.com



 El Canciller Jorge Faurie durante una reunión reciente con el embajador británico Mark Kent

En un nuevo capítulo de la polémica desatada por la política exterior del Gobierno ante el caso Malvinas, un grupo de diputados de la oposición presentó un proyecto de resolución en el Congreso para exigir a la Cancillería que la Argentina se abstenga de avanzar en un acuerdo con Gran Bretaña por el control conjunto de la pesca en el Atlántico Sur, tal como definirá la semana que viene la Casa Rosada.

La Cancillería anunció que, entre el lunes y martes que viene, se reunirá en Buenos Aires el Subcomité Científico de la Comisión de Pesca del Atlántico Sur (CPAS) conformado por funcionarios del Reino Unido y la Argentina para retomar las actividades de cooperación científica bilateral para la conservación de los recursos pesqueros en el Atlántico Sudoccidental.

Este acuerdo se realizará bajo la  fórmula de soberanía acordada en la Declaración Conjunta de Madrid del 19 de octubre de 1989. Es decir, que el Gobierno dejó en claro que ello no impide seguir manteniendo firme el reclamo de soberanía argentina en las Malvinas.

Se trata de la "hoja de ruta" que se fijaron Mauricio Macri y Theresa May para avanzar en una mejor relación en torno a Malvinas. El primer paso fue la identificación de los soldados caídos en la guerra. Ahora se busca avanzar en este operativo de control pesquero conjunto.

Sin embargo, desde la oposición en Diputados se elevó un pedido de resolución para expresar "la profunda preocupación por la implementación del denominado Comunicado Conjunto del 13 de septiembre de 2016 entre la República Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte en los aspectos vinculados a la cooperación científica y la pesca".

A la vez, con la firma de 12 diputados del Frente para la Victoria solicitaron al Poder Ejecutivo Nacional "se abstenga de tomar cualquier decisión que implique el reconocimiento explícito o implícito de la pretensión británica de ser reconocida como estado ribereño en el Atlántico Sur y se exija el cumplimiento de la normativa Argentina vigente en materia de pesca".

La iniciativa cuenta con el aval del diputado Guillermo Carmona que es vicepresidente de la Comisión de Relaciones Exteriores y del titular de la Comisión de Intereses Marítimos y Pesqueros, Julio Solanas, entre otros. También avalaron el pedido el ex secretario de la secretaria de Malvinas, Daniel Filmus, entre otros.

"Creemos que el avance de este acuerdo implica una secesión de la soberanía de la Argentina en las aguas de Malvinas", sintetizó ante Infobae el diputado Carmona.

Los detalles de este acuerdo se terminarían de cerrar en una reunión bilateral que mantendrán los cancilleres Jorge Faurie y el británico Boris Jhonson en Buenos aires en la cumbre de ministros de relaciones exteriores que se hará la semana que viene en el marco de la cumbre del G20.

"Un dato que profundiza la preocupación es la eventual participación de las Fuerzas Armadas de ambos países en el trabajo conjunto de control de la pesca y el patrullaje. La sola mención de una cooperación en dicha materia implica una afrenta a nuestra soberanía ya que dejaría en manos de la potencia colonial que usurpa nuestro territorio el control y patrullaje de nuestros mares", expresó Carmona.

Los legisladores firmantes exigieron que la implementación de este acuerdo sea aprobado previamente por el Congreso.

sábado, 12 de mayo de 2018

El capítulo de Zamba en Malvinas llega a War is Boring

Argentina produjo un dibujo animado de la Guerra de las Malvinas

El programa para niños patrocinado por el estado presenta pistolas, granadas y Gurkhas

Matthew Gault | War is Boring



Esta historia apareció originalmente el 25 de enero de 2015.

Zamba es un pillo travieso en el canal de TV argentino estatal Paka Paka. Los niños miran mientras se mueve a través del tiempo aprendiendo sobre música, arte e historia argentina.

Conoció a Simón Bolívar, estudió pinturas latinoamericanas ... y fue testigo de la Guerra de las Malvinas. La increíble aventura de Zamba en las Malvinas es una caricatura de propaganda infantil argentina sobre el conflicto de 1982.

El retrato de la guerra de 2012 de la guerra y las figuras históricas involucradas apuntan a un país que todavía está enojado por una amarga derrota hace más de 30 años. El conflicto terminó con una victoria británica, derrocó una dictadura y devastó al ejército argentino.

Naturalmente, el título de la serie T.V. utiliza el nombre argentino para las islas.

Zamba, que se asemeja a una Dora la Exploradora de ojos muertos, comienza su aventura en un museo de ciencias. Está en una excursión con su clase. Ven huesos de dinosaurios, un robot y un caza a reacción que quedaron de la guerra.



Intrigado por el jet, Zamba salta a la cabina y vuela hacia el pasado. Él rompe el tiempo y el espacio y aterriza en 1982. Argentina acaba de invadir las Malvinas. Zamba está en el asiento trasero del avión. Delante está Chispa, un valiente piloto.


Chispa -no sorprendido por el niño que viaja en el tiempo- explica la historia de las disputadas islas en la canción. El número musical representa una historia de agresión colonial británica en América Latina.

Zamba hace preguntas. Él no cree que los británicos hayan sido justos. ¿Por qué todavía quieren las Malvinas si las islas pertenecen a la Argentina?

"Algunas personas piensan que son dueñas del mundo", responde Chispa.

Entonces aparece la Royal Air Force. Los pilotos anónimos cacarean detrás de máscaras y misiles de fuego. Chispa expulsa a Zamba del luchador para salvarle la vida.

Zamba rebota en algunas ovejas y aterriza en las islas. Un niño de las Malvinas que habla con un acento británico mal hecho saluda y acoge a Zamba en el Imperio Británico. Zamba insiste en que las islas son argentinas. Los dos discuten hasta que el chico de las Malvinas se quiebra y llora.


... ¿tienes una bandera? Captura de YouTube

Un comando británico cacareante aparece y planta una bandera para resolver la disputa. Zamba planta banderas argentinas, y el soldado británico las asusta y las reemplaza. Él prepara una granada para terminar la discusión ... y Zamba.

Un soldado argentino aparece y arrebata la granada del aire. Lo lanza de vuelta al comando, y los dos juegan atrapados con el explosivo antes de que ambos sean interrumpidos por el dictador militar argentino Leopoldo Galtieri.

Él le dice a los británicos que no tiene miedo de ellos, luego declara la guerra. A continuación, otro número musical, en el que un mal Galtieri y Margaret Thatcher batir soldados en una cinta transportadora.

Tanto Thatcher como Galtieri tienen garras deportivas y sonrisas malvadas. El sombrero de Galtieri tiene una botella con una X, en lugar de una insignia militar normal. La implicación es que él es un borracho y un belicista.

La canción, y gran parte del video, simpatiza con los soldados de ambos lados. Los soldados argentinos no quieren estar allí. Están fríos, cansados ​​y mal equipados. "¿Quién programa una invasión en abril?", Pregunta la canción.

Los soldados británicos parecen confundidos y perdidos. No tienen ningún deseo de luchar contra la guerra imperialista de sus líderes, dice la canción.


La caricatura culpa a los políticos por el conflicto. Captura de YouTube

El compañero de soldado de Zamba explica las fases iniciales de la guerra de dos meses en términos generales. Al principio, los soldados de Argentina capturan rápidamente las islas.

Pero los británicos en contraataque tienen una tecnología superior, incluidas gafas experimentales de visión nocturna, y están mejor equipados para el clima frío. En la batalla del Monte Longdon, los británicos clavaron las tropas argentinas.

Zamba mira como los comandos británicos matan a todos los soldados de Buenos Aires. Los argentinos parecen superados, pero uno golpea a un Gurkha.

En realidad, ninguno de los gurkas nepaleses de élite de Gran Bretaña estuvo presente en la Batalla del Monte Longdon, pero un soldado argentino golpeando uno en el cielo es una visión bastante mala, de todos modos.

Después de que cae Gurkha, los comandos británicos asaltan la colina y terminan la resistencia. Así como parece que los británicos matarán a Zamba, Chispa reaparece en su jet. Él rescata al niño, humilla a un comando y vuela de regreso a Argentina.

Los británicos reclaman las Malvinas. Zamba está triste. Chispa explica que las islas siempre pertenecerán a Argentina, incluso si los británicos no lo creen.


Un soldado argentino golpea a un Gurkha. Captura de YouTube

La caricatura es abiertamente nacionalista, pero también hay una sensación de resignación al respecto. Acepta la insensatez de la Guerra de las Malvinas al querer retomar las Malvinas.

Buenos Aires renovó su reclamo a las islas en 2006. En 2013, los residentes del territorio votaron para permanecer en una parte del Reino Unido. El programa termina con un llamado a unir las islas con Argentina por medios pacíficos.

Lo que no se dice es que Buenos Aires no tiene muchas opciones. Al estallar la Guerra de las Malvinas, Argentina tenía una de las fuerzas aéreas más fuertes de América Latina. Gran Bretaña destruyó un tercio de ella. El ejército de Buenos Aires aún no se ha recuperado del conflicto.

La increíble aventura de Zamba en las Malvinas es triste y divertida. Recuerda los sacrificios de los soldados que no querían luchar, y un país que perdió una guerra, un territorio y un dictador. Las fuerzas democráticas eliminaron a Galtieri después de la invasión fallida.

Pero una nueva generación de niños argentinos crecerá con sueños de unificación. Y ese es el punto.