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viernes, 5 de diciembre de 2014

Martella deja su vida en Dos Hermanas

MUERTE HEROICA DEL TENIENTE MARTELLA



Al comen­zar la noche del 11 de junio de 1982 y pre­ce­di­das por una intensa pre­pa­ra­ción de fuego de Arti­lle­ría y naval, las fuer­zas ingle­sas ata­can la posi­ción de la Com­pa­ñía C del Regi­miento de Infan­te­ría 4 que ocupa en Monte Dos Her­ma­nas. A par­tir de las 22 horas el enemigo acciona en el sec­tor sur. “Allí se com­bate con­tra efec­ti­vos muy supe­rio­res, hasta el 12 a las 6 de la mañana., recha­zán­dose, durante varias opor­tu­ni­da­des el asalto inglés. El enemigo que no logra hacer pié en las altu­ras pese a sus reite­ra­dos inten­tos, com­bina su acción con una intensa ilu­mi­na­ción de la zona, para favo­re­cer el fuego de satu­ra­ción de sus armas pesa­das. Luego, al amparo de la oscu­ri­dad, avanza bus­cando rodear las posi­cio­nes, ata­cán­do­las, pre­fe­ren­te­mente, desde los flan­cos y reta­guar­dia. No obs­tante, sus inten­tos no dan resultado.

” El Jefe de la Sec­ción Apoyo (Mor­te­ros de 81mm y Caño­nes sin retro­ceso) no cuenta con apa­ra­tos de visión noc­turna. A las 2 de la mañana el enemigo comienza su avance y va pene­trando len­ta­mente la posi­ción. A las 3 de la mañana la Sec­ción Apoyo ha ago­tado su muni­ción. El jefe de Com­pa­ñía se halla herido al igual que el 50% del per­so­nal de cua­dros. Las sec­cio­nes de pri­mera línea ini­cian el replie­gue y a con­ti­nua­ción lo hace la Sec­ción Apoyo, pero su Jefe el Sub. D. Luis Car­los Mar­te­lla y otro ofi­cial se man­tie­nen en su posi­ción fre­nando con sus armas por­tá­ti­les el ata­que enemigo para dar tiempo al resto de las pro­pias tro­pas de efec­tuar orde­na­da­mente el replie­gue. Saben que esa acción puede ser de sacri­fi­cio. El ata­que enemigo se hizo más rápido y sobre­pasó la posi­ción reci­biendo fuego desde el frente y la reta­guar­dia. Deci­den enton­ces infil­trarse para reunirse con las pro­pias tropas.

El fuego de la arti­lle­ría es muy intenso, pero la nie­bla faci­lita la acción. Sal­tando de cubierta a cubierta en las pau­sas de la arti­lle­ría, siguen avan­zando hasta que varios impac­tos de una ráfaga de ame­tra­lla­dora die­ron el pecho de Mar­te­lla que alcanzó a orde­nar, “Usted siga”. A las 6 de la mañana, la posi­ción cae en poder del enemigo. La misión que se impuso de per­mi­tir el replie­gue de sus hom­bres, se había cum­plido con el costo de su pro­pia vida. Y allí quedó hun­dido en el barro, su san­gre y su gloria.

El Sub­te­niente D. Luis Car­los Mar­te­lla había nacido en Bue­nos Aires el 16 de Sep­tiem­bre de 1957 y era hijo del Gene­ral de Divi­sión (RE) D. San­tiago Luis Mar­te­lla. Egreso del Cole­gio Mili­tar de la Nación en los pri­me­ros pues­tos de la Pro­mo­ción 109, el 12 de Octu­bre de 1978, como Sub­te­niente de Infan­te­ría y fue ascen­dido a Teniente post mórten.

“Más allá del resul­tado del con­flicto bélico, nues­tras Fuer­zas Arma­das pue­den estar satis­fe­chas de su actua­ción durante la con­tienda ya que enfren­ta­ron a una poten­cia mun­dial de pri­mera mag­ni­tud apo­yada polí­tica y logís­ti­ca­mente por los Esta­dos Unidos.”.(Informe Rat­tem­bach, Párrafo 884)

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