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sábado, 16 de agosto de 2014

Malvinas como paraíso fiscal británico

Gibraltar y… 13 más
Álvaro Soto / MADRID
ABC


Los territorios de Ultramar de Reino Unido son paraísos fiscales, bases estratégicas o reminiscencias coloniales que proporcionan importantes beneficios a Londres

A España le duele Gibraltar, pero el Peñón no es el único terreno que los británicos 'okupan' en el planeta. Hasta 14 enclaves de los cinco continentes son considerados 'territorios de Ultramar', una fórmula para definir a aquellas zonas del planeta que, lejos del Tamesis, viven bajo el mandato de la reina de Inglaterra. Algunos de estos puntos los mantiene Reino Unido por motivos estratégicos y militares o como reminiscencias históricas, pero varios de ellos son también importantes paraísos fiscales de los que Londres no quiere desprenderse porque le proporcionan pingües beneficios, siempre ligados a la City. Lo más curioso del asunto es que algunos de ellos conservan nombres tan españoles como Montserrat porque Cristóbal Colón y otros exploradores patrios fueron los primeros en descubrirlos y conquistarlos. Además de España, países como Argentina, Chile, Canadá, Mauricio, Chipre o Seychelles tienen conflictos abiertos con los británicos por culpa de estos territorios de Ultramar.

Anguila

Llamada así por su forma alargada, el archipiélago de Anguila, formado por nueve islas, está ubicado en el extremo norte de las islas de Barlovento, en las Antillas Menores. Fue avistado por primera vez en 1493 por Cristóbal Colón, pero hasta 1650, de la mano de los ingleses (ellos fueron los que la bautizaron), no fue colonizada. Anguila es una buena muestra de cómo se las gastan los británicos en sus territorios de ultramar. El 11 de julio de 1967, el archipiélago celebró un referéndum de independencia que ganaron los separatistas por 1.813 votos contra 5, así que las tropas británicas decidieron ocupar el territorio. En 1971 se acordó la 'Anguilla Bill', por la que el archipiélago quedaba administrado por un consejero británico y un Consejo de la Isla. En 1976, consiguió la condición de dependencia administrativa, de manera que su jefe de Estado es la reina de Inglaterra, que nombra un gobernador, aunque también cuentan con un jefe de Gobierno elegido por sufragio. Económicamente, el archipiélago, sin apenas recursos naturales, basa sus ingresos en el turismo, la pesca de langostas, la emisión de sellos postales para coleccionistas y… ¡la banca extranjera! Curioso, teniendo en cuenta que allí solo habitan unas 15.000 personas. Por ejemplo, una importante sociedad cautiva de reaseguro, la Capstone Associated Services, aunque opera desde Houston, tiene su sede en Anguila. ¿Por qué? Porque, como explican Santiago Hierro Anibarro y Carlos A. Castillo Plaza en un informe para la Fundación Mapfre, su objetivo es aprovechar las ventajas regulatorias del lugar. Después de la crisis del 2008, estas sociedades están en el punto de mira por su evidente opacidad. Sin duda, otra buena razón para operar desde territorios como Anguila.

Acrotiri y Dhekelia

Igual que Gibraltar es la puerta oeste de los británicos en el Mediterráneo, Acrotiri y Dhekelia es la este. Se trata de dos bases situadas en Chipre (representan el 3% de la isla) y donde residen más de 3.500 militares británicos. El valor estratégico de Acrotiri y Dhekelia es inmenso: permiten controlar el Canal de Suez y pueden servir como base de operaciones para cualquier acción en Oriente Próximo o Medio. Desde 1960, año en que consiguió su independencia del Reino Unido, Chipre exige periódicamente la devolución de ambos territorios. Para apaciguar los ánimos, los británicos pagaron a los chipriotas durante cuatro años, pero después, dejaron de hacerlo. El conflicto más serio entre chipriotas y británicos surgió en 2001, cuando estos últimos decidieron instalar en sus bases unas antenas de radio. Los chipriotas se echaron a las calles protestando porque estas antenas podrían ser causantes de cáncer. Los británicos lo negaron. Salvando las distancias, un caso que recuerda al de los bloques de hormigón de Gibraltar.

Bermudas

Descubiertas por el navegante español Juan Bermúdez en 1504, no fueron los ingleses hasta un siglo más tarde quienes las colonizaron. Utilizadas como base en el Caribe, los británicos establecieron allí uno de sus astilleros más importantes. Durante la Segunda Guerra Mundial, Reino Unido llegó a un acuerdo que permitía a Estados Unidos instalar bases militares en Bermudas a cambio de barcos de guerra. Desde entonces, la influencia norteamericana en Bermudas es grande, pero formalmente, el territorio sigue dependiendo de la reina de Inglaterra, que es la que nombra el gobernador de Bermudas. La economía local se basa en el turismo y también en los servicios financieros. Al igual que Ánguila, las compañías de reaseguro tienen en Bermudas una de sus principales sedes. Con uno de los impuestos más bajos del mundo y una opacidad de sobra conocida entre los financieros internacionales, Bermudas es un paraíso fiscal con todas las letras.

Islas Georgias del Sur y Sándwich del Sur

Para un británico, hablar de James Cook son palabras mayores, así que las Islas Georgias del Sur y Sándwich del Sur, conquistadas en parte por este explorador, cargan con una simbología especial. Geográficamente ubicadas en el extremo sur de Argentina, fueron durante siglos una extensión de las Malvinas, hasta que en 1985 se convirtieron en territorio británico de ultramar propio. Estos territorios, cuya función es servir como bases para expediciones científicas, fueron escenario de algunos de los enfrentamientos de la Guerra de las Malvinas, ya que desde 1927 son una reclamación permanente del Gobierno de Buenos Aires. Viven en ellos cuatro personas pero pese a ello, cuentan con 320 servidores de internet en su territorio.

Islas Caimán

Uno de los mayores paraísos fiscales del mundo. O eso, o cada residente de las Islas Caimán tiene alma de gran empresario, ya que, con 50.000 habitantes, este archipiélago caribeño tiene registradas 40.000 compañías. ¿Por qué? Porque las Islas Caimán disfruta de una fiscalidad tan ventajosa que les ha permitido convertirse en el quinto centro financiero mundial. En la última década, la presión internacional, desde la OCDE hasta Barack Obama, ha crecido sobre las Caimán para que aumenten con el objetivo de que aumenten su transparencia. Políticamente, el Gobierno británico nombra un gobernador que representa a la reina de Inglaterra y Reino Unido también se encarga de la defensa del archipiélago.

Islas Malvinas

El territorio británico de ultramar más conocido (por culpa de una guerra), y más en disputa. Casi dos siglos, desde 1833, llevan peleándolo argentinos y británicos. Antes, fueron posesión de franceses, británicos y españoles, hasta que estos las abandonaron alrededor de 1820 y llegaron los argentinos. Sin embargo, los británicos, ávidos de nuevas colonias, arribaron de nuevo a las islas en 1833 y las hicieron suyas gracias a su evidente superioridad militar. Siglo y medio más tarde, los argentinos trataron de recuperar las islas e invadieron el territorio. La guerra duró dos meses y, efectivamente, la ganaron los ingleses. Desde entonces, Argentina ha tratado de llevar la disputa a los foros internacionales (recuperar las islas es un "objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino"; así lo dice hasta la Constitución del país), pero ni Reino Unido ni los habitantes de las Malvinas tienen ninguna intención de cambiar el ‘statu quo’ del archipiélago.

Islas Pitcairn

Del imperio colonial británico en el Océano Pacífico solo quedan las islas Pitcairn. Descubiertas por una expedición española comandada por el navegante portugués Pedro Fernández de Quirós, es colonia británica desde 1838. Gobernada por el Alto Comisionado británico para Nueva Zelanda, las Pitcairn son un paraíso polinesio donde apenas residen permanentemente 50 personas. De hecho, se trata del país menos poblado del mundo. El turismo, la agricultura y la emisión de sellos son su fuente de ingresos y más que por su economía, para Reino Unido conservan un valor estratégico pero sobre todo, sentimental.

Islas Turcas y Caicos

Avistadas por primera vez por el conquistador español Juan Ponce de León, españoles, franceses y británicos se las disputaron en los tres siglos siguientes. Como suele ocurrir en estos casos, fueron los británicos las que finalmente las hicieron suyas. Vinculadas durante décadas a Jamaica, cuando este se hizo independiente las Islas Turcas y Caicos siguieron bajo jurisdicción británica. Una curiosidad de estas islas es que son pretendidas por Canadá, y también cuentan con un importante movimiento independentista, pero por ahora, Isabel II sigue siendo la soberana del territorio y es ella la que nombra al gobernador.

Islas Vírgenes Británicas

Conquistadas por Cristóbal Colón y compradas por los holandeses, fueron los británicos los que finalmente se las anexionaron en 1680. En la actualidad, son otro paraíso fiscal, con 250.000 empresas registradas. De hecho, según datos del Reino Unido, el 41% de las empresas 'offshore' se crean en las Islas Vírgenes Británicas. Hace apenas cinco meses se hizo pública una lista de decenas de millonarios que utilizan las Islas Vírgenes Británicas para hacer sus negocios. Con ingresos de este tipo y con el turismo se han convertido en uno de los territorios más prósperos del Caribe.

Montserrat

Su nombre deja pocas dudas sobre el origen de los conquistadores de esta isla de las Antillas Menores. Efectivamente, Cristóbal Colón la descubrió en 1493, la bautizó como Santa María de Montserrat y durante siglo y medio permaneció bajo posesión española. A partir de ahí, con un pequeño paréntesis francés, Montserrat ha sido británica, y como otros territorios, es la reina Isabel la que nombra a su gobernador. Pero desgraciadamente para sus habitantes, Montserrat no es un paraíso fiscal. Al contrario, su principal ingreso económico fue durante décadas el turismo, hasta que el huracán Hugo en 1989 y el volcán Soufriere Hills en 1995 devastaron la isla. Montserrat, sin embargo, fue mundialmente conocida como sede de los estudios musicales AIR, creados por el productor de los Beatles George Martin. Allí consiguió congregar a muchos artistas, atraídos por el clima y la tranquilidad de Monserrat. Para la Historia quedará el concierto 'Music for Montserrat', que reunió en Londres a decenas de artistas en 1997 para recaudar fondos para la isla. El DVD de ese concierto aún sigue a la venta.

Santa Elena, Ascensión y Tristán de Acuña

Descubiertas por los portugueses en 1502, los ingleses las 'robaron' en 1657. Son unas cuentas islas desperdigadas por el océano Atlántico (la distancia entre ellas es de 1.300 y 2.700 kilómetros) y sin duda, la más conocida es Santa Elena, por ser el lugar donde fue exiliado y murió, en 1821, Napoleón. Para Reino Unido, el valor de estas islas es militar.

Territorio Antártico Británico

En la misma disputa que las Malvinas se encuadra la pelea entre Argentina y Chile, por un lado, y Reino Unido, por otro, por la jurisdicción del Territorio Antártico Británico, casi dos millones de kilómetros cuadrados donde se sitúan las bases científicas más importantes de la Antártida. Descubierto por exploradores británicos en los siglos XVII, XVIII y XIX, parte del Territorio Antártico Británico es pretendido por argentinos y chilenos. De hecho, los argentinos también tienen instalada allí una base científica, aunque diferentes tratados aseguran que, por ahora, no se desencadenará en la zona un conflicto militar. En diciembre del 2012, para no dejar lugar a dudas, Reino Unido decidió llamar Tierra de la Reina Isabel a una de sus partes de la Antártida.

Territorio Británico del Océano Índico

Son 60 islas entre África y Oceanía que han sido reclamadas permanentemente por Mauricio y por Seychelles. Sin embargo, no parece fácil que las peticiones de estos países sean atendidas. En la actualidad, en estas islas residen militares británicos y norteamericanos.



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