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domingo, 4 de mayo de 2014

"No puedo creer que adolescentes disfrazados de soldados nos causaran tantas bajas"

Entre Héroes, Asesinos y Traidores

By Carlos E. Viana




“I was on the point of withdrawing my Paras from Mount Longdon. We couldn’t believe that these teenagers disguised as soldiers were causing us to suffer many casualties. Brigadier Julian Thompson, British 3rd Command Brigade commander.

La niebla hacia imposible la visibilidad más allá de siete metros. Era poco antes de las nueve de la noche y los hombres del selecto 3° Batallón de Paracaidistas Reales (3 PARA), se aprestaban a atacar, las posiciones argentinas en Mount Longdon, defendidas por 270 soldados de la Compañía B del 7° regimiento (EA), una Compañía de Ingenieros y la Sección de Ametralladoras 12,7 de la Infantería de Marina. El mando británico poseía el informe de inteligencia militar, que los soldados conscriptos argentinos de 18 años, no tenían el alto entrenamiento profesional de los paracaidistas del 3 PARA.

El joven Cabo Oscar Carrizo se iba a dormir cuando escuchó sonidos metálicos. ¡Era el ruido del calado de bayonetas! Una explosión proveniente de un campo minado y el grito de dolor un paracaidista quito toda duda, los británicos comenzaban el asalto. El Subteniente Juan Domingo Baldini se lanza al contrataque con su sección, pero cuando va en ayuda de un soldado herido cae acribillado haciendo fuego con su FAL. El Cabo Orozco se desploma con varios balazos en su cuerpo, mientras que el Cabo Ríos entrega su alma después de ser bayoneteado en el estomago. Los “teenagers” conscriptos, quedan sin mando, pero haciendo un círculo alrededor del cadáver de Baldini y del herido soldado Flores, abren fuego hacia todos lados. En el asalto a otra trinchera un “chico “teenagers” de la guerra”, cae herido, se arrodilla y vuelve a tirar, herido nuevamente se desploma otra vez, un 3 PARA le arroja una granada, el conscripto la toma y va devolvérsela cuando le estalla en la mano.

Un infante de marina conscripto, para el avance británico con su ametralladora. Sus ráfagas les producen a éstos varias bajas. No pueden superar la posición, defendida férreamente, hasta que un paracaidista logra alcanzar la trinchera y lo atraviesa al infante de un bayonetazo en el ojo.

A las 3 de la mañana del 12 de junio, el Teniente Castañeda, que había arribado con su sección como refuerzo, dirige un contrataque, que después de un bravo combate cuerpo a cuerpo, hace retroceder a los paracaidistas. Pero el fuego de artillería enemigo lo detiene. La artillería británica y el fuego de morteros baten las posiciones argentinas. Las tropas argentinas han tenido más de 40 muertos y 200 heridos, entre ellos, los conscriptos de la Infantería de Marina, Sección de Ametralladoras Clase 1962 Jorge INCHAUSPE, Jorge MACIEL, Sergio GIUSSEPETTI, Luis FERNANDEZ y Claudio SCAGLIONE, caídos heroicamente enfrentando al enemigo.

El Jefe argentino de la posición, Mayor Carrizo Salvadores, ve a su compañía reforzada, casi destruida. Para salvar la vida de sus hombres esta haciendo una bandera blanca, pero el soldado conscripto Félix Barreto lo insta a su superior a seguir combatiendo. El Mayor impresionado por el coraje del conscripto Carrizo, desiste de rendirse y decide retirase ordenadamente, después de haber soportado intensos ataques aéreos y bombardeo naval, fuegos de artillería previos al combate y durante este. Este es solo un resumido pantallazo de lo que fue este intenso y sangriento combate.

Las tropas argentinas que quedaron cercadas por los paracaidistas, deben rendirse. El Cabo paracaidista, británico Vincent Bramley, quien combatió duramente en Mount Longdon, relata que después del combate vio a soldados argentinos ya desarmados y prisioneros, que fueron concentrados por paracaidistas que abrieron fuego sobre ellos, escuchando el grito de una de las víctimas “mamá, mamá”. Otro paracaidista se aproximó a un soldado argentino prisionero y lo atravesó de un bayonetazo en un ojo, este moribundo grito y el británico entonces, insultándolo le disparó en la cabeza. Un suboficial británico mientras retiraba muertos encontró a un argentino herido, quien le mostraba un crucifijo para que el perdonara la vida, el paracaidista le disparo dos veces en la cabeza. Scotland Yard avalo estas denuncias, a las que se sumaron otras de militares británicos y soldados argentinos, pero la justicia británica no actuó.

El Jefe del 3r Batallón de Paracaidistas, en ese entonces Teniente Coronel Hew Pike, no hizo nada para evitar estos crímenes abiertamente violatorios de la Convención de Ginebra de 1947. ¿Héroe o asesino? Parece que los británicos lo consideraron héroe, porque llego al grado de Teniente General y hoy ostenta el título de Sir, es decir de caballero del Imperio Británico y seguramente asistirá al desfile de la Victoria que el primer Ministro Británico David Cameron proyecta para el 14 de junio en Londres. Un desfile de la victoria tristemente manchada con crímenes.

Como en toda guerra ambas partes cometieron excesos, pero las tropas argentinas no llegaron al punto de asesinar a soldados prisioneros desarmados, después del combate. Los británicos también tuvieron héroes y en general en otros teatros de la guerra de Malvinas, se comportaron caballerescamente.

Fuente: EL INFORMADOR PUBLICO

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