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viernes, 21 de marzo de 2014

No hubo chicos de la guerra sino hombres con todas las letras

Walter Rubies: "Nos dijeron chicos de la guerra, pero eramos hombres, con todas las letras"


Walter es el segundo, a la izquierda, en la última fila, portando un fusil.

El Grupo de Artillería Aerotransportado 4, de la Calera, provincia de Córdoba, partió el 22 de abril hacia las Islas, transportando 358 hombres, 18 Obuses, 6 vehículos livianos y 70 toneladas de munición.El espíritu de cuerpo se manifestó, en los combates de Puerto Argentino y Darwin; y en los años posteriores al Conflicto, porque cada año vuelven a reunirse, junto a sus familias.

El soldado voluntario clase 1962, Walter Rubies, fue artillero de la Batería de Tiro B,en Sapper Hill, aproximadamente a 8 kilómetros de Puerto Argentino, lo conocí, el 7 de junio de 2007, cuando acompañé a los integrantes de ese Grupo, en unos de los tantos reencuentros, donde el amor a la Patria es el invitado principal.

Parte de la entrevista que realicé.

"... En un momento me tocó traer municiones del montón que estaba a un costado de la posición,cerca del camino, cuando llegamos a la pieza, en medio del bombardeo ingés,teníamos que abrir los cajones y los tubos donde venían los proyectiles,de última los cajones los tirábamos contra una piedra y se despedazaban. Otros seguían trayendo munición mientras yo cargaba el obús. Todos hacíamos de todo. En medio del bombardeo inglés, nadie se protegió en los refugios, seguíamos preparando y cargando. En esos momentos el enemigo estaba muy cerca, más o menos a 600 metros, por lo cual a las vainas debíamos sacarles 6 de los 7 sacos de pólvora para poder hacer puntería directa sobre las tropas enemigas, lo recuerdo al soldado Maidana trabajando sobre las espoletas de tiempo, a las órdenes de de los suboficiales.
No tengo ni idea si pasaron horas o minutos, pero fue muy intenso, era todo un movimiento coordinado por el subteniente Gabino Suarez,también recuerdo con mucho respeto al cabo 1º Carlos Dattoli, otro grande, dándonos fuerzas y cuidando a cada uno de los soldados. Había mucha actividad en esos metros cuadrados de la pieza, era una locura, teníamos que patear las vainas servidas para no chocarnos con ellas, ya que eran tantas que casi no había lugar para moverse, el ruido que hacia el nuestro obús era hueco, y no había explosión fuerte, pero cada uno de los proyectiles tenía un poder de destrucción, además iba con toda la bronca y las ganas de que no pasaran los ingleses. Estábamos dispuestos a dejar la vida, pensando que no pasarían si quedaba uno de nosotros vivos. 
Alguna vez nos dijeron "los chicos de la guerra", NO, fuimos hombres con todas las letras, solo el que estuvo en ese lugar , en esos momentos sabe cuan hombres eramos todos, no se puede entender de otra manera, que un tipo como el petiso Heredia , que creo que pesaba menos que una caja de municiones, pudiera traerla, corriendo desde el lugar donde estaba la pieza, o ver a Salas, abriendo las cajas contra las piedras, sin importar le que pasara algo, sólo pensábamos en tirarle al enemigo y hacerlos mierda"....


Historia de las Malvinas

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