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martes, 31 de diciembre de 2013

Goose Green: La historia de Juanjo y el Vasco

La historia de Juanjo y el Vasco




Entre los tesoros que acumula el “Vasco” José Luis Aguerrebengoa está un billete de mil pesos moneda nacional conocido comúnmente como “la fragata”, hablar con él es entrar en un mundo de silencios y pausas. Pero no solo eso atesora, aparte de su familia, guarda tal vez una historia de coraje y bravura que ningún historiador ha rescatado ni publicado algún 29 de mayo de ningún año y hoy les cuento porque sencillamente merece ser escuchada.

….Ya había, según los reportes, sido aniquilada la sección de Estévez en la colina de Darwin y los paras venían avanzando por los caminos de tierra, ya que sabían que todos los campos estaban minados, todo gracias a un kelper que les transmitió por radio, no solamente lo de las minas, sino también con toda la defensa que poseía Goose Green. Entre las corridas, las fragatas que bombardeaban sin cesar, la contraofensiva de Gómez Centurión que le cuesta bajas y algunos heridos, en especial el cabo Fernández a quien dejan escondido con la promesa de rescatarlo apenas llegaran las sombras de aquel día. Se sucede el incidente de la rendición, los ingleses creyendo que los soldados argentinos se iban a rendir proceden a invitar a un alto de fuego a las posiciones más avanzadas y es el mismo Juan José G. Centurión quien oficia de traductor y mediador donde se produce el siguiente parlamento:
G.C. –¡¿Qué quieren!?
Oficial Inglés –¡Si quieren rendirse!
G.C. –¿Por qué rendirnos? Nosotros creemos que Uds. querían rendirse
Oficial Inglés –¿Rendirnos nosotros? ¡¿No nos tienen miedo?!
G.C –¿Nosotros miedo? ¡¡Están equivocados!!
Oficial Inglés -¡¡Les damos cinco minutos y si no se rinden abrimos fuego!!
G.C. – ¡¡Yo no me rindo mi mierda!! 
... y comenzó a caminar dándole la espalda al atónito oficial que no entendía porqué los malditos “argies” no les tenían miedo, cuando de pronto le gritan a Gómez Centurión que una ametralladora inglesa, violando la tregua, comienza demencialmente a disparar y así como venía el comando argentino con su fusil en banderola gira y con una rodilla en tierra abate al oficial del parlamento y lo deja colgado literalmente de un alambrado. Los mismos ingleses se encargarían después de tergiversar la historia y culpar a los soldados argentinos de romper el cese del fuego.
Caída la noche Gómez Centurión pide voluntarios para ir a rescatar los heridos y se asombra que su soldado el vasco Aguerrebengoa es el primero en dar un paso al frente. Se sabe a ciencia cierta que se infiltraron entre las líneas enemigas en plena noche, buscaron a los heridos y estuvieron mucho tiempo esquivando avanzadas inglesas, peligro y rocas hasta encontrar al cabo Fernández el cual estaba semi-inconsciente por las heridas y al moverlo el vasco junto a otros compañeros comenzó a gritar de dolor, hecho que hizo alertar a los paras que corrieron hacia ellos y les dispararon casi hasta el caserío de Goose Green.
A menudo me cruzo a José Luis quien aparte de poseer sus tesoros, sus hijos y nietos, guarda una historia de valor y desprecio de la propia vida que merecía ser rescatada del olvido.


© Oscar Ledesma (para "Los relatos de Luis y otros")
Arte: ©Sr. Pedaci (basada en una fotografía de El Koya)

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